PANDEMIA. Historia ¿magistra vitae?
Tiempos de aflicción, que no nos
harán mejores. Mi confianza en el ser humano, que nunca fue inenarrable, ha ido
disminuyendo. Conservo, sin embargo, cierta lealtad a unos principios, que me inculcaron mis padres y
que me llevaron primero al Seminario y luego, colgada la sotana, al Partido
Comunista. Esto me trae a la memoria las posibles relaciones entre Cristo y Marx y la pregunta de porqué algunos excuras, o curas como Paco García Salve, acabaron en la revolución o en curas obreros. O en las guerrillas de liberación del Cono Sur de Latinoamérica. Hace siglos con el pensador Carlos Comin algunos tratamos de articular un Movimiento Lo del Seminario, quizá no fuera tan desinteresado; era un chico
listo, el más listo de la escuela, y doña Gloria, la maestra, se empeñó en que
mi destino no fuera destripar terrones. ¡Doña Gloria! Y mis hermanos
Elisa, Arturo, Jose Maria, Concha, (otra hermana muy guapa, Mercedes, de apenas 25 años, murió de ignoro qué mal
que se la llevó en pocos meses). Mis hermanos vieron con buenos ojos que el pequeño, en vez de a
cavar, se dedicara a los estudios
mientras ellos apechaban con las faenas del campo sostén de la familia.
Lo que yo quería, y quiero, decir
es que esta prueba universal no nos hará mejores. Y pese a todo, la historia
seguirá. Historia, magistra vitae. Pero una maestra menos eficaz que
doña Gloria, la maestra de mi aldea, a la que debo buena parte de lo que hoy
soy si es que soy algo. Es terrible
escuchar las noticias de muertos e infectados por el coronavirus. Es terrible
todo lo que está ocurriendo y lo que queda por suceder. Peor que una guerra,
que ya está mostrando sus efectos devastadores. Y pese a todo, no deja de
sorprender cómo la vida se manifiesta en un bebé de apenas ocho meses, cómo
este cambia y se renueva, no a cada día,
sino a cada hora a cada minuto; indiferente a todo lo que ocurre de puertas
para afuera. Crece y crece como el niño al que Miguel Hernández dedicó las Nanas
de la cebolla, pero mejor alimentado; “no sepas lo que pasa ni lo que ocurre”. La vida sigue
No hay comentarios:
Publicar un comentario