lunes, 4 de septiembre de 2023

 

LUIS RUBIALES, UN MAFIOSO CORRUPTO, TRINCADO POR UN BESO.

Hacía mucho tiempo que no veía yo a este país tan encendido y enfrentado, partido en dos mitades. Este país llamado España siempre ha sido dado a la discordia y la gresca.  Siempre hemos estado enfrentados en dos bandos; blancos y negros cuando el liberalismo ilustrado, rojos y azules más reciente y más trágicamente, Joselito y Belmonte, Pérez Galdós o Valle Inclán.  Pero lo de ahora rebasa,  al menos desde mi humilde punto de vista, todo lo previsible e imaginado.  O Luis Rubiales, el depredador,  o  Jenni Hermoso, la virgen libérrima  y ultrajada. La causa y motivo inmediato ha sido un beso al parecer robado, por un depredador infame apellidado Rubiales, llamado Luis y seleccionador nacional del equipo de mujeres futbolistas campeonas del mundo del que Jenni es parte y estrella.  Y se ha armado el  cirio.  A Luis Rubiales autor de numerosos tropelías, sexuales y económicas,  solo o acompañado de terceros, colaboradores  necesarios,  es un delincuente sin escrúpulos y le han trincado por un beso.  Le ha pasado algo parecido al famoso gánster de  Chicago, Al Capone, con el cual, parecer, tiene ciertas semejanzas  de comportamiento. A Luis Rubiales le va a caer la mundial y lo van a dejar en pelota picada, solo, acaso en la cárcel y con razón vilipendiado.

 Mi feminismo  lleva el lastre del machismo en que he sido educado. El beso, tal como se ve en las fotografías, no es sólo un ósculo de felicitación entre camaradas triunfantes, sino un beso intenso y compartido, un beso de costumbre ejercitada. Puede que fuera un beso repetido, nada nuevo, y legítimamente ejercitado  otras veces y con todo derecho. Ignoro la relación  íntima y estricta que pueda haber entre Rubiales, el depredador, presidente de la Federación Española de Fútbol de cuya teta ha mamado en términos escandalosamente  lucrativos y de dudosa legalidad. Pero el encontronazo del morreo, incluido el salto de Jenni enlazando  sus fibrosas piernas de atleta en la cintura de Luis Rubiales, es verdaderamente espectacular.  Y remata la futbolista eres un crac. Todo parece indicar que entre ambos, aparte la dependencia técnica entrenador y jugadora, pudiera haber una relación de otra índole. No nos incumbe averiguar su naturaleza y duración, eso es cuestión de la esposa de Rubiales y del novio o compañero de Jenni,  si lo tiene o tuviera.

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