martes, 21 de marzo de 2017

ETA, ADIOS A LA ARMAS.


Desarme o rendición

Eta ha entregado las armas, sin engrasar un poco mohosas ya por el desuso de los últimos años. Pero no acabamos de creérnoslo. Detrás de todo gesto de Eta vemos siempre una tregua trampa, una promesa trampa, otro crimen esperando, la mueca brutal del sicario con la ideología independentista como soporte del crimen. El político tiene más datos para créerselo o no, pero el ciudadano ya no sabe dónde está la  fe y dónde la esperanza y mucho menos dónde la caridad. Detrás de Eta hay mucho dolor.

 Eta estaba inactiva porque a la desactivación del pensamiento sucede siempre la paralización de las armas. O a la inversa, no sé. Eta tuvo una época gloriosa, su inicios,  que contaba con la simpatía de muchos españoles. Se la consideraba una fuerza de choque, un movimiento revolucionario, que acabaría con el franquismo o por lo menos  lo debilitaría sin remedio. Pero empezó a matar guardias  y ciudadanos de a pié y políticos demócratas de a caballo.

 Hasta la ejecución de Melitón Manzanas, un torturador, a Eta en el resto de España se le dió crédito de movimiento liberador.  Luego se convirtió en una máquina de matar con un objetivo fundamental: independencia de Euzkadi. No era una banda, sino una organización arraigada en una base social que la ocultaba, nutría y protegía. Eta ha dejado las armas, sus objetivos de independencia seguirán los caminos del diálogo y el debate; la democracia, la voz de los parlamentos y no la voz de las pistolas. Su decisión ha sido acogida con división de opiniones como en los toros por los ciudadanos españoles y por la prensa.

El País.- Eta anuncia entrega de armas sin condición.

ABC.- El arsenal de vidas que Eta no devolverá.

La Razón.- Eta vende un desarme in su disolución.

El Mundo.- Eta entrega las armas tras ser derrotada por el Estado.

Eta entrega las armas, qué armas, cuántas armas. El proceso está lleno de dificultades, quién lo supervisará qué garantías da Eta y cuáles exige un Estado que se mueve con  la lógica del vencedor. Las armas son  un elemento de trueque: paz por balas. El concepto de generosidad, de pragmatismo humanista, no es muy apreciado en política. Sobre todo  cuando manejamos ideas tan frágiles como víctimas y verdugos. Y hay  víctimas enlutadas con el velo de la venganza y hay verdugos blindados en la razón de Estado. Los coros de los muertos son peor que los propios muertos.

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