sábado, 4 de marzo de 2017

EL MATADERO, MUERTO. RESPONSO.





 MUERTE AL TEATRO

Una manifestación, que arrancaba de Cibeles y acababa en la Plaza de España, me dejó bloqueado camino de la Comedia donde tenía previsto ver el estreno de La Judía de Toledo. Madrid colapsado en el territorio apache de lo que llamamos centro y sus alrededores. 40 euros de taxi y a casa a ver la remontada heroica del Barcelona. Este caos  es trasunto de la fecundidad de ideas  de Manola:  un hervidero sin guardias de circulación. Y anuncia, quizá,  lo que le espera al teatro en Madrid. Manola Carmena no solo es el caos urbanístico y circulatorio; es la parálisis teatral.
De teatro sabe menos que Celia Mayer, lo cual es ya una proeza estratosférica.  Y de política, la que  fuera jefa de los abogados del PCE no apunta a la revolución sino a un caos esclerótico y blasfematorio. Ayer Madrid era una cósmica blasfemia que llegaba hasta el cielo.

Todo es teatro, hasta el colapso circulatorio

Lo temido, incluso lo previsto, se ha consumado. Manola Carmena  asesina al teatro de Madrid. Mateo Feijoó cuyas propuestas le dieron acceso a la dirección del Matadero ha presentado  un programa revolucionario que elimina el teatro y alude  a la  participación ciudadana y otros jeribeques. ¿Qué es teatro? le han preguntado sagaces periodistas. Feijo en vez de contestar parafraseando  a Gustavo Adolfo Becquer, teatro eres tú, ha dicho que un teatro es un edificio, una arquitectura. Edificio que hay que llenar de cosas nuevas y revolucionarias, cosas nunca vistas que supondrán el alborear  de  nuevos tiempos  purificadores. Los más sencillos y puros de alma hemos llegado a una conclusión; se acabó el teatro. O todo será teatro, la vida es puro teatro, porque según Feijó, el teatricida, todo es teatro. Tiene razón. Y basta generalizar conceptos para destruirlos.

La sencillez del teatro

 Hace tiempo quedó consagrado que para haber teatro es suficiente  que alguien  hable y otro escuche; un espacio vacío con una manta colgada de una cuerda. Así de sencillo es el teatro. Pero don Mateo Feijoó no va por ahí; sería atribuirle conocimientos, por simples, absolutamente esenciales. O sea la sabiduría. Él va por el camino de la revolución; teatro podrá ser lo mismo una manifestación de vecinos/as como la que hace unas horas me atrapó camino de  la calle Príncipe,  que el  camarero descorchando una botella de vino en Viña Pe de la plaza Santa Ana, mientras dicta lecciones de tauromaquia clásica ante turistas boquiabiertos. ViñaPé, ¡!al Matadero!!. Con sus jamones, sus tomates de un pueblo de Teruel,  sus vinos y sus fotos de curas, cantaores y toreros.


En esa taberna me encuentro a veces con actrices como Manuela Paso y nos veremos  con Marta Poveda y otras colegas que quieran, para algunos asuntos que quedaron pendientes la noche del Miguel Mihura.
La precaria presencia de la mujer

 Sugiero que debiera analizarse la presencia en el teatro español de la mujer a través de la historia. Esa debiera ser la simiente de la recuperación del Mihura. Contemplará esta posibilidad para el Matadero Mateo Feijoó?. Sabela Hermida,  actriz gallega  biógrafa de María Casares, me pide un diálogo entre esta, hija de Casares Quiroga  y Albert Camus. Lo venimos preparando hace tres años, pero somos perezosos. ¿Será Camus y la hija de Casares Quiroga,  presidente de gobierno de mayo a julio del 36, cosa de teatro para el Atila del Matadero?.
La retirada de los nombres de Max Aub   y Fernando Arrabal no es que fuera un presagio,  sino una realidad inmediata y fulminante . ¿Qué tienen que ver estos dos nombres con el teatro español que se avecina?

 Al tratarse de un edificio, Feijoó dixit, podíamos hablar de deconstrucción pero confieso que en ese terreno me siento incómodo  y estoy poco versado; mis dudas metódicas en Viña Pe serán teatro o no serán teatro? Pudiéramos llamar construcción o  deconstrucción a este megacentro redentor  que nos homologará con Europa? Será un centro de prestigio que a partir de ahora se conocerá como centro de las artes vivas o algo así. Artes vivas que matarán un arte muerta: el teatro.

Don Mateo Feijo es un revolucionario, Podemos es la revolución. Los  bolcheviques trajeron a Maiakowski, Manola Carmena ha traido a don Mateo Feijo y a Celia Mayer. Que no se me olvide Celia Mayer; por favor.
Toqué Ligeti para ti
Las flores tapan el hermoso epitafio en letras de oro, grabadas por Miguel Angel, sobre el frio mármol de Carrara: “toqué para ti Bach y Ligeti en la fría iglesia de tu pueblo”. También danzaste enmascarada,  sólo para mí, aunque ella estuviera lejos vestida solo de su antifaz. Marylin llora, “que la fo….” Alto Marylin, ni se te ocurra. Marylin llora y deja sobre mi tumba una carta de los cientos de cartas que escribí solicitadas un dia como bálsamo de soledad.  “Que la foll…” Para, Marylin, no sigas…..


Adelfas y gazmunias sobre mi tumba. Mi tumba es una selva roja. Y una orquídea, misteriosa, porque nunca me gustaron la orquídeas. Pero soy difunto y un difunto no está en disposición de elegir un réquiem ni una flor: Marylin me ofrece el Requiem de Mozart y ella, la que tocó en mi iglesia fría,  sigue ofreciéndome Ligeti…. “A ella que la fo…” Párate, Marylin o me levanto de la tumba y te llevo al infierno conmigo; no, mejor te salvo como doña Inés al pecador Tenorio. “Yo no soy pecadora y si ella se considera pecadora que la fo..” Párate, Marylin. Ella fue siempre limpia y pura, Marylin, ella aunque abusada, fue siempre virgen. Deténte  Marylin. O te vas. No te permito una palabra más. “No me iré. Mi Requiem será el único sincero que escuches…Requiem feliz, con Truman haciéndome los coros”. Como metas en los coros al hijoputa de Kennedy te vas a la mierda… “Manda a la mierda a quien tengas que mandar, a la virgen María Santísima Inmaculada, cántale el Bella Ciao de una puta vez, pero esta puta vez que sea de  verdad…Y no descargues conmigo,  con Marylin. O me harás llorar. Tú no eres mi partisano indómito….tu eres un difunto”.

 Vale Marylin  pues, respeta a los muertos y a ella ni la mientes… “Ya, ¿a cuántas de tus mejores amigas has abandonado por ella? Vete a la mierda, Javier”…Vale me voy a la mierda, pero a ella ni la toques…. “Ella me ha traicionado por una sílfide”, dice llorosa Marylin. “Ella me ha traicionado por una sílfide sin culo y sin nada. Y tu jamás aprenderás nada de mujeres….”. Vale, no sé nada de mujeres, pero sé de espías, que ayuda más…

Misterios y seguridades de un espía

Sigo aferrado a Jhon Le Carré su maravilloso libro Volar en círculos.  La misma conclusión de la primera lectura “nada hay que temer de nadie, mientras los secretos que posees de ellos, sean más potentes y peligrosos que  los que ellos poseen de ti”. Le pregunto mientras me cuenta la tremenda vida de su padre: ¿todo es lícito? “Es lícito querido neófito, aprendiz de Esmilie, cuando amenacen tu seguridad y la de tu gente. Ahí ya no eres tú, sino el engranaje, el mecanismo. No te permitirán ser compasivo”.

Carta a una amiga inventada

Sobre mi tumba dos libros El espia que volvió del frio y otro de Saint- Exupery Cartas a una amiga inventada. Marylin  se guarda el libro de las cartas. “Ni se te ocurra”, me dice, te veo venir. Yo le pregunto a LeCarré si sabremos alguna vez cómo murió verdaderamente Marylin, si los  cabrónes  de los Kenney…. Material sensible, me dice, después de observarme muy fijo. Y remata; como espía nunca llegarás a nada. Sobre mi tumba se oye una carcajada estruendosa que inunda el cementerio. Y nadie sabe de dónde ha salido. Yo, aunque difunto, sí.

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