viernes, 9 de octubre de 2020

Lenguaje taurino y sociedad

 

Lenguaje taurino en la vida cotidiana

Dedico este breve artículo a los animalistas, en especial a aquellos que se duelen de la crueldad de la lidia del toro mientras comen   chuletillas de cordero lechal y chuletones de buey. Oí en la radio el otro día que se está tramitando una ley para que en los mataderos de animales la muerte sea, además de eficaz, limpia e indolora.  Defiendo la licitud de las corridas de toros, como fuente de lenguaje cotidiano abundantemente nutrido de términos y giros taurófilos. He aquí algunos.

“Miura”.- Persona violenta y agresiva. De la divisa de miura era el toro que mató al Espartero, llamado Perdigón,  y el que mató a Manolete, este de nombre Islero. “le dije que se callara y se puso como un miura”

“Estar para el arrastre”- Estar cansado o con mala salud; alude al toro muerto arrastrado al desholladero por las mulillas

“De Puerta Grande”.  Asunto o empresa resuelto con éxito. Por la puerta grande de una plaza sale a hombros un matador cuando ha triunfado. El colombiano Cesar Rincón abrió la Puerta Grande de las VENTAS cuatro corridas consecutivas, tres en San Isisidro, creo recordat, y una en la Feria de Otoño cosa que nunca había ocurrido. Se aceptan rectificaciones. En memoria yo publiqué el libro “Cesar Rincón, de Madrid al cielo” (Espasa Calpe)

“Hasta el rabo todo es toro”. Quiere decir que mientas un asunto no está resuelto del todo y en todos sus detalles, no puede darse por concluso.

“A toro pasado”, resuelto un asunto, pasado el toro, todo parece fácil y sin peligro. Todo el mundo conoce las soluciones.

“Ponerse el mundo por montera”. Vencer todas las dificultades, no arredrarse ante nada ni ningún peligro.

“dar la puntilla”. Apuntillar al toro ya postrado en el suelo con un cuchillo llamado puntilla. Liquidar  un asunto, engorroso o no,  de forma abrupta. Al apuntillador también se le llama cachetero

“Parar, mandar y templar”. Dominar y conducir la embestida del animal. En la vida cotidiana, controlar la situación. Puede añadirse la expresión taurinísima “cargar la suerte”. O sea, recrearse.

“Las cornadas del hambre”. Antiguamente los toreros eran de extracción social modesta, con el toreo escapaban de hambre.  Hoy salen de las Escuelas Taurinas. La frase, “más cornadas da el hambre” se atribuye  al  Espartero que paradójicamente murió corneado por el toro Perdigón.

 

 

 

 

 

 

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