viernes, 9 de junio de 2023

Pablo Pombo, PINTOR de CRISTO

 

Con motivo de un intenso cambio de impresiones con mis viejos compañeros de Seminario, Aproniano y Mariano Antolin, he retomado la idea de que el CRISTO de LOS TOREROS, de Pablo Pombo, que motivó la discusión y yo conservo en mi casa en lugar preferente,  encierra en sí toda la cristología pombiana; y del cual, de ese Cristo derrotado y sufriente,  pudiera extraer yo un SERMON de las SIETE PALABRAS con que Cristo crucificado, entregó a los hombres su legado.  Por otra parte, Pombo deja otros Cristos triunfantes en iglesias y catedrales, véase  el Cristo de la Almudena, Madrid, loado por obispos y cardenales. El propio Pombo se definió como ¨´pintor de Cristo¨´, en su más amplia acepción. Y así podría atestiguarlo su viuda Olvido, que amorosamente lo rescató de su malditismo bohemio y, ya viuda se dedicó a actriz ignoro con qué éxito, pues yo abandoné el teatro.

No estamos en Semana Santa, pero da igual. Ahí va mi Sermón

Primera Palabra, PADRE, PERD´0NALOS P0RQUE NO SABEN LO QUE HACEN. Generosidad…, pero ignorancia de Cristo agonizante. Los verdugos sí sabían lo que hacían. Cumplían órdenes de las autoridades romanas. Y en el peor de los casos cumplían designios divinos. De ahí, quizá, la perdonanza.

SEGUNDA PALABRA. Al ladrón bueno, a su lado crucificado. HOY ESTARÄS CONMIGO EN EL PARAISO. Flagrante injusticia. Y al ladrón malo, que le den. ¿ Por qué uno era bueno y el otro malo?

TERCERA PALABRA. MUJER HE AHÍ A TU HIJO. Evidencia que no necesita comentario. Madre, no te quedas sola.

CUARTA PALABRA. Dios mio ¿por qué me has abandonado? Si él, que era el padre, el hijo y el Espriítu Santo, no lo sabía ¿Quién iba a saberlo? Aquí hay un ¨´contradios¨ dicho sea con todos los respetos.

QUINTA PALABRA. Tengo sed . Sitio, en términos exactos. Y más lógicos dada la situación.

SEXTA PALABRA, Todo se ha consumado. Es decir, cumplí lo previsto y ordenado. Al pie de la letra, como habíamos pactado los TRES, tu mismo, yo mismo, el Espíritu Santo. Me temo que esto, UNO y TRINO, no van a entenderlo las almas sencillas. Pero  ahí queda.

SEPTIMA PALABRA. En tus manos encomiendo mi espíritu. Normal,  qué otra cosa podía encomendar, teniendo el cuerpo hecho un guiñap0?

Dios escribe recto en renglones torcidos. Ya ven, amigos mios, dónde me ha llevado el Cristo de los toreros, de mi amigo Pombo que R.I P. en la gloria de su pintura. Antes como crítico de arte me habría limitado a hablar, de colores, trazos, bibujo y perspectivas. No somos nadie

 


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