miércoles, 4 de septiembre de 2013

TALAVANTE Y MARIA TOLEDO

Septiembre Jueves 5.

Se acabó el viaje por tierras de Murcia; un viaje incompleto, y esta mañana por cosas del azar pasé por el Espinardo para recordar que aquí nació un gran periodista, un excelente entrevistador: José González Cano. Y que al hablar de teatro en Murcia no puede olvidarse a una estupenda actriz, Lola Manzano, que si no está contratada sin parar, es porque el  mundo del teatro en España es como es. Muchas fiestas y celebraciones, anuncios de grandes discursos solidarios, pero luego siempre ha habido clases; y no matrcadas precisamente por la calidad de los intérpretas.  Bueno, dejémoslo ahí que tiempo habrá en la temporada que empieza de meterle caña a muchas cosas; no todo va a ser cargarles el muerto a lo que parecen ya dos cadáveres políticos: Wert y Lasalle.

Otra cosa que se me pasó en mi periplo murciano, aparte de decir que la familia De Paco Serrano quedó incompleto pues a ella pertenece también Mariano, el director, es pararme en La Unión y su Festival de Flamenco; y la Lámpara Minera al mejor cantaor que se celebra todos los años en Agosto. Aunque solo fuera por esto, Murcia es "cara a mi corazón", como Max Estrella, el ciego, decía de Barcelona. Arriesgada afirmación para estos tiempos; ni siquiera explicando por qué a Valle Inclàn le era querida Barcelona: porque allí los obreros anarquistas iba a acabar con los patronos.

La Unión, el Festival, las mineras, las cartageneras y otros palos, que Pedro Beltrá, de Cartagena, conocía al dedillo, me dan  pìe pare recordar que el otro dia en Mérida, mientras toreaba inspiradísimo Alejandro Talavante, empezó a cantar; lo cual a mí me puso en una disyuntiva: Talavante ¿torero o cantaor. La fusión entre cante y toros, su naturaleza del mismo tronco, toreros cantaores o cantaores toreros,  viene de lejos. Remito a un breve librito de Juan Atienza,   Toros y flamenco  con especial dedicación a Fernanda de Utrera, creo recordar, que demuestra esta unión hipostática de dos naturalezas en una sola y que Talavante, en una tarde de orejas, rabos e indultos, ha puesto de actualidad.

No estuve  suficientemente al loro y se me escapó el palo y la letra. Un dia le hice unas letras a Alejandro Talavante, que me pidió la bellísima cantaora María Toledo,  acongojada  por carecer de repertorio para un acto taurino. Como lo que se regala es mejor olvidarlo,  no recuerdo aquellas letras que cantó María creo que en Badajoz. Sí recuerdo que también le envié unas coplas para Morante, Manzanares y  Juan José Padilla; todo en el mismo lote también olvidado, aunque no el honor de haber sido subalterno de María Toledo. De saber que Talavante cantaba,  acaso le hubiera enviado a él su propias letras. Aunque, bien mirado, mejor en boca de María; Talavante, incluso en los mejores  momentos de inspiración, me parece un ciezo. Y María, incluso en los momentos bajos, es siempre la sal de la tierra.  

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