Querida Rosa:
Es inevitable replantearse algunas
cosas sobre la heterodoxia y la insumisión. Hasta qué punto nos engulle, nos deglute, nos devora el
sistema y nos convierte en apéndices de su impostura. El sistema, la burguesía
nos vende, y lo compramos, el señuelo de la libertad. Lo que más me gustó de la
cena del Palace, XXV Aniversario del Mundo, fue el abrazo, el beso, el
reencuentro con Rosa Montero, una
mujer que hace 40 años quería comerse el mundo y que, a lo mejor, o a lo peor no lo sé, ha terminado comiéndoselo.
Rosa, de El País, premio Columnistas del
Mundo, con dos pares. Rosa, te
trataré como a una reina, como siempre.
La verdad es que de la cena (gastromía) bajo la cúpula del Palace, testigo de tantas
cosas innombrables, no me gustó nada. El primer plato, incomible. Y me fui. No
esperé al segundo, que dicen estuvo mejor. Había cumplido con el deber de
cortesía de escuchar las palabras del Borbón y de todos los demás. La cortesía
tiene unos límites; los precisos para darle un abrazo a Enrique Ponce, y besos para Bianca
y Palomita. Y para estrechar la
mano de Julián López, a punto de que lo consagren como genio de estos tiempos: Juan Belmonte y Joselito el Gallo.
Querido Carlos Oroza:
No pude ir a tus fastos y glorias,
enmedallado en Bellas Artes. ¿Quién iba a decirlo?. Tú, condecorado por una
sociedad, una cultura, alguien, no sé; ni supieron cuando andabas por un Madrid
perdulario y ágrafo, ni lo saben ahora que te condecoran, quién eras y eres de
verdad. La mejor medalla, el artículo que te ha dedicado Antonio Lucas, un poeta y articulista cargado de dinamita; Pólvora y magnolias que escribiera tu
paisano Méndez Ferrín. Cuando a
A. Lucas empiecen a entenderlo de
verdad, tratarán de embridarlo o de cortarle la cabeza. Aunque el Mundo siempre ha sido una garantía. Más de 5000 arículos llevo escritos en él, sin "romperlos ni mancharlos".
Querido Carlos, yo creo que sigues
siendo el mismo. Al menos, dices parecidas cosas a aquellas, cuando te creíamos
beat, sin saber qué era beatnik ni
quién era de verdad Carlos Oroza. Hoy
sabemos qué es lo beat, pero seguimos
sin saber quién Oroza. Antes decías, por
ejemplo, “porque una flor no puede ser hermosa, si no dejais que el trigo
crezca en las fronteras”. Ahora dices “prefiero el árbol a las banderas. El
árbol tiene la majestad perfecta de la vida”· De aquello a esto ha pasado medio
siglo. Un abrazo, querido Calos. Le diré a Juan
Barja que ha sido un acto de justicia, no sé si poética o maldita; y que lo
mejor que puede hacer Bellas Artes es publicar toda tu poesía, que no es mucha.
Con un PDF o como se llame eso, con tu voz. Tu poesía y tu don de juglar son
inseparables.
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