Profecías de grandes males.-
Un comunicante anónimo,
seguidor o por lo menos lector irregular
de diariodejaviervillan avisa de que en el libro de Manuel Sánchez, Caesarem de Nostradamus, de 2005, se anunciaba ya la
abdicación de Juan Carlos I y la sucesión por parte de su hijo Felipe. Y que nos esperan días aciagos
y que Felipe VI reinará con relativa tranquilidad durante seis años y que luego
será el llanto y el crujir de dientes. Yo nunca he prestado demasiada atención
a Nostradamus, pero este tan moderno
de 2005 acaso sea menos profeta y más analista político a corto plazo; este Nostradamus
debe ser otra cosa.
Un bajonazo.
Tal parecen los carteles ya hechos
públicos para la Fira de Juliol, de Valencia. Un bajonazo a la afición y a la Feria
más antigua de España; o por lo menos la de más tradición del mapa taurómaco. Ganas dan de no pisar Valencia
para cosa de toros por muy fiel que uno sea a esta Feria; 25 años sin perme una, corrida tras corrida. Acabará muriendo a
manos de Santander con la cual coincide casi
dia por dia; y acabará muriendo, sobre todo, por carteles mediocres como los de este año, con
todo el respeto a los “acartelados” que
se dice ahora. El de más tirón un festejo mixto con Pablo Hermoso de Mendoza, que le ha cogido gusto a esto de alternar con matadores de a pie, El Juli y Perera. Varios dia en blanco, o sea que es una feria sincopada y y un poco tartaja. Yo mismo, si no fuera por
ver a los amigos, comer un arroz negre
y por el Congreso de Tauromaquia, al que me han invitado como ponente Manolo Carrión y la Universidad, me
quedaría tranquilamente en Colmenar Viejo. Tengo que preguntarles a Salva Ferrer y Enrique Amat, a los que
considero críticos solventes e ilustrados, qué les parece el cartulario de San Jaume. Los aficionados están que trinan y parece
que la venta de abonos baja en picado.
Una gota de sangre
No es sangre de torero, sino Una gota de sangre sobre la nieve, sangre de poetas, sangre
corazones fantásticos y heridos, con el que
David Torres ha clausurado el
ciclo Conoce la montaña, de Ámbito
Cultural. Para conocer la montaña
cualquier alpinista o senderista sería más adecuado. Más, para conocer los
misterios de la montaña, quizá sea
necesaria la voz de los poetas y no la de Pérez
de Tudela, por ejemplo. Los que dicen, por ejemplo, como dijo David Torres:
“Has penetrado hasta los depósitos de la nieve y has visto las reservas de
granizo que yo guardo para los tiempos de angustia, para los días de guerra y
de combate”. O “acaso la lluvia tiene un padre y quién ha engendrado las gotas
de rocío”. Torres evocó a Nieztche, Newton y el libro de Job, y a Malory, “Galahad de ojos tristes en
busca de una grial de piedra”, caballero andante muerto en prisión, poeta de
las montañas. A David Torres no me atrevo a juzgarlo como novelista, magnífico, porque no soy crítico de novela, pero sí como
columnista excelso; no me perdía un artículo suyo cuando escribía en El Mundo;
pero ahora es más difícil localizarlo.Cartel para Murcia de un fotógrafo.
Abellán el bueno; o sea el fotógrafo, Conrado, que fue dueño o principal accionista de Gaseosas la Casera, lo que no le impidió atender todas las Feria Taurinas de España al hombro con las máquinas. Un Canito, el legendario y centenario Canito, con menos fama y desde la barrera, no desde el callejón. De fotógrafo a cartelista. Suyo es el cartel de las próximas corridas de Murcia; Era lógico dada la calidad alcanzada en su fotografía y el sentido plástico no solo narrativo de muchos de sus encuadres: un pase de cartel. Conrado Abellán tiene el mejor archivo del mundo sobre Curro Romero y sobre Enrique Ponce, dos toreros muy distintos que marcan su vida taurina. No es que este gran aficionado haya sido el fotógrafo de cámara de ambas estrellas; pero lo parece.
Un premio: los Buero Vallejo de Teatro Joven.
Ya están en Madrid, para representar sus obras premiadas, los ganadores del
Certamen Nacional, organizado y patrocinado por Coca Cola; más de 6.000
escolares, y no escolares, pero jóvenes y con el veneno del teatro inoculado.
De aquí saldrán figuras en las distintas ramas de la escena, como ya han
salido: autores, intérpretes, escenógrafos, directores. Volverán a sus casas
tras esos días de campus universitario y tablas y aplausos en el María
Guerrero. Como si fuera un sueño. El dia
7 entrega de Premios en el María Guerrero; Gran Gala.
Un
libro.
Jesús González de la Torre puede presumir de amigos: Cortázar, María Zambrano, Bergamin, Diaz Caneja, Antonio Ordóñez,
Rafael de Paula…. Debe de ser cierto el dicho popular, dime con quién andas
y te diré quién eres. La importancia de los amigos define la propia excelencia. Jesús de la Torre
es pintor, escritor, pensador. No es torero, pero tiene un aire de banderillero
con iconografía de José Bergamín al
que se parece: enjuto y siempre avizor, a la caza de algún pensamiento suelto
por las regiones astrales donde, a veces, gusta de situar su pintura. Maria Luisa Maillard ha escrito sobre él una biografía rica en datos, en análisis
pictóricos y en documentos autógrafos que acreditan ese abanico de amigos que
siempre lo ha rodeado. Jesús de la Torre es un pintor metafísico, incluso
cuando pinta cementerios de coches. Tiene hondas raíces intelectuales y
filosóficas: poéticas. A través de Ronda, donde vive parte del año, enlaza con Reiner María Rilke y sus ángeles terribles
y más con su Oda a Francisco Montes, in
memoriam: Paquiro, el
legislador, al que Rilke no vió torear. Escribió de oídas.
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