El Chano, Vicente Yangüez, triunfará donde quiera que esté porque ha empezado por lo más difícil: triunfar sobre sí mismo, la pesadilla de una silla de ruedas: de gran torero a gran deportista con la bicicleta de mano. La Olimpiada le espera. Ayer, para arroparlo, le esperaban en Vista Alegtre, la mítica Chata reconvertida en polideportivo, aficionados que llenaron los tendidos, toreros y flamencos de la mejor estirpe como María Toledo, Peña, Genara Cortés..... María Toledo le cantó a un inmenso Diego Ventura y a un emocionado Vicente Yangüez. La fusión flamenco y toros pudo resultar mejor. Y no es culpa de nadie y menos de María Toledo y compañeros del quejío y la guitarra; la mala acústica del recinto en buena medida. Y también porque la corrida flamenca, ideada por Diego Bardón y Bambino en Casa Amara, un prostíbulo ilustrado de Salamanca, nunca ha acabado de cuajar. La elección de palos es esencial. Y la elección del momento, también. El canator tiene que saber callarse a tiempo. Caco Senante le cantó, en su estilo, a Manzanares. Allí donde haya un Manzanares siempre estará Caco Senante. Y si Manzanares hijo se convence de que el toreo no es solo estética, aun le queda mucho que decir.
El toreo, además de grandeza, es también dolor. Y solidaridad en los momentos límites. Todos con el Chano. Organizadores principales del festejo a Beneficio, el torero Martín de Vidales, Martín Recio, ejemplo de subalternos, y Cristina Sánchez, espejo bello de la mujer torera, reconvertida en diseñadora y periodista. Me hubiera gustado verla de corto pegando verónicas y naturales, pero andaba en funciones de periodista, transmitiendo para la televisón de Castilla-La Mancha. A cambio vimos a Juan José Padilla, que cometió la travesura de sacar a banderillear a Fundi y a Ferreras, de paisano en los tendidas; Perera, Talavante, Alvaro Lorenzo, en la más alta ocasión que puede soñar un banderillero. Y el Juli que, dentro de su poder lidiador, depura cada dia su estilo de forma sorprendente. En Valencia, una media verónica que parecía de Morante. En Vista Alegre, unas chicuelinas dignas de Paco Camino o de Manzanares padre que estaba en el callejón. Todos con el Chano. Arriba torero, no te digo !que dios reparta suerte! porque, en definitiva, la suerte la hacen tu decisión y tu valor.
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