domingo, 15 de diciembre de 2024

 

RAFAMARIA

Te envío algunos comentaros sobre tu libro de índole llamémosle técnica, los cuales no pasan de ser simples opiniones personales. Soy de la vieja escuela, sin duda rebasada ya por las nuevas tecnologías, por lo que me resulta inevitable partir de viejos conceptos editoriales quizá ineficaces en la actualidad.

Lo primero que se me ocurre es que debes dar al libro una filiación. Es decir el nombre del autor, y eso en la portada,  por lo cual, en mi modesta opinión  quizá debieras modificar esta. Título: Héroes y sucesos de España. Autor, Rafael Marín Rubio.

Juzgo  tu libro como producto acabado y a la venta en librerías. Ignoro cómo funcionan las cosas en amazón por lo cual juzgo tu libro como producto editorial que, aunque no tengas intención de lucro y sea solamente el gozo de haberlo escrito, puede ser comercializado. Tus derechos de autor deben ser irrenunciables y estar protegidos contra piraterías posibles y una cosa no quita la otra. Uno escribe para ser leído y cuantos más lectores mejor.

Por otra parte el libro tiene, me parece a mí, una clara intención didáctica; poner en conocimiento de niños, jóvenes  y adultos una serie de sucesos y personajes que marcan y definen  la historia de este país llamado España. Lo de colorearlos o no es un hecho añadido que sin duda enriquece las intenciones del proyecto. La idea me parece  original  y, culturalmente, ambiciosa; los textos claros precisos y orientativos, y las ilustraciones de una rara perfección; da igual el método que hayas usado para unos y para otros.  Ahí hay una autoría.

Al no tener el texto delante no puedo citar un verso de tu poema que me ha llamado la atención,

Un verso memorable. Y alguien escribió que un verso memorable SALVA A UN POETA.

Seguiremos hablando

 


miércoles, 20 de noviembre de 2024

 OBJETIVO; MATAR A FRANCO

Matar al Generalísimo, muerto en su cama tal dia como hoy en 1964, la memoria no me traiciona, era el sueño de muchos españoles. Lo mismo que morir por él era la disposición sacrificial de otros muchos. Franco y su Cruzada, bendecida por la Iglesia y financiada al principio, por el pirata del Mediterráneo, Juan March, nos habían salvado del comunismo sin dios. España era una cárcel para los republicanos que  no habían podido escapar al exilio.

A mí, un descerebrado, de la ultraizquierda descerebrada, me encargó matar a Franco, cosa que acepté resulto y gozoso. Franco veraneaba en el Pazo de Meirás, Sada la  Coruña, que había sido propiedad de doña Emilia Pardo Bazán, la autora de Los pazos de Ulloa, amiga jaranera de Galdós y feminista anticipada. Yo era periodista y no recuerdo qué revista me había encargado un reportaje sobre el veraneo de Franco. Como periodista, tenía acceso y credenciales a todos los actos en que Franco participara.  Llegó al Pazo de Meirás, en loor de multitudes, apenas protegido por unos guardaespaldas, pocos y despistados. Lo tuve a seis o siete metros. Nadie me había cacheado, les bastó comprobar mi carné de periodista y la credencial de la revista. En el bolso llevaba una granada de mano; hubiera bastado dejarla rodar a los pies del Generalísimo y adiós Franco, Franco, Franco. Pero me acojoné al pensar que yo también volaría hecho cachos por los aires y que lo mismo les ocurriría a muchos inocentes. Aquello me valió para comprobar dos cosas: que es fácil consumar un magnicidio si estás dispuesto a morir en el intento y que  no tengo madera de héroe ni de mártir.

Sin embargo, estuve a punto de morir, por causa de Franco, una noche en una taberna de Burgos, haciendo unos reportajes sobre el Camino de Santiago con Pepe Pastor, reportero gráfico y cabeza blanca de emperador romano. Pastor había sido piloto del ejército republicano y, una vez depurado, se colocó de fotógrafo en el periódico Arriba.  De allí, pasó a retratar las audiencias de los jueves en el Pardo, ignoro por qué razones salvo las determinantes de trabajar en el Arriba, periódico de la Falange que ya empezaba a desfalangistizarse. La noche de Burgos pudo ser trágica. Entramos en una taberna que presidia una gran fotografía de Franco. Empezamos a hablar con el tabernero de la situación de España y, en un momento determinado, a mí se me ocurrió decir que de todo lo malo que ocurría en España, la culpa la tenía el cabrón de Franco. El tabernero salió de la barra armado de una botella de vino en la mano derecha y un cuchillo jamonero en la izquierda. Iba a atizarme el botellazo, cuando Pastor le sujetó la muñeca con mano de hierro y le quitó el cuchillo. Le dijo que él era fotógrafo del Pardo y que, en el fondo, los dos éramos franquistas. Que aquello había sido cosas de una copa de más por mi parte. “Yo te prometo, cuando quieras, una audiencia con el Caudillo, que allí tengo yo mucha mano”.   Mano y dinero tenía Pepe Pastor en el Pardo, pues por una foto saludándole al Caudillo o contándole las cuitas que no escuchaba, pagaba lo que le pidieran. El tabernero burgalés acabó invitándonos a los bocatas de jamón y a la botella de vino, un Rioja de buena añada, con la que había querido descalabrarme.


miércoles, 23 de octubre de 2024

 

GALINDO EL GENERAL TORTURADOR

Verdugo, el felipismo  zafio, criminal y cruel.  Lasa y Zabala, in memoriam, la cal viva…El terror de Inchaurrondo. Tan brutal era Galindo en la guerra sin cuartel contra eta, que acabaron por degradrarlo y empapelándolo. Se pasó, exceso de celo. Dejó de ser general…Y sin  uniforme, entorchados,   medallas y sin la protección que le dispensaban los políticos, Rodríguez Galindo no era nada. Bueno…sí era algo: un miserable para la historia universal de la infamia. Ahí ha quedado. No sé por qué traigo a colación a un ser tan indigno y tan innoble, a un verdugo sádico, a una serpiente venenosa que,  cuando picaba,  su picadura era mortal de necesidad. Quizá sea por algo relacionado con Canal Red, Pablo Iglesias.  Galindo tenía las manos manchadas, literalmente,  de sangre. No sólo eran sus esbirros y subalternos obedientes a la voz de mando; a él le gustaba participar de las torturas o, por lo menos, supervisar que el “trabajo estuviera bien hecho”; a simple vista, a la primera mirada, esta víbora parecía un ser inofensivo y vulgar, pero pronto se desvelaba su verdadera condición de matarife; astuto, taimado, frio y silencioso; quizá el retrato no sea demasiado fiel, la memoria tiende a difuminar todo lo que le es incómodo y terrible. No me hagan mucho caso porque, al carecer de televisión, no podré verlo.  O quizá sí. El camarero del bar de la esquina donde desayuno algunos días, es adicto a Canal Red, me dice, y se ha ofrecido a grabármelo. No lo sé.

 

 

martes, 15 de octubre de 2024

 

Hispanidad; conquista, evangelización y lujuria

Con días de retraso, una nimiedad cuando se trata de un devenir de siglos, me sumo al enconado debate, en España todo se encona, sobre el Descubrimiento y la Conquista de América. Mi idea del patriotismo es muy limitada y siempre he desconfiado de quienes se autodefinen como patriotas. Por lo tanto mi idea de HISPANIDAD es también limitada y acaso no del todo acorde con la ortodoxia adoctrinadora del pensamiento político dominante. En cualquier caso, estas celebraciones no deben hacer olvidar otro genocidio, muy verdadero, de hoy dia. El genocidio que perpetran contra los palestinos los neonazis israelitas de Netanyaju, el nuevo y paradójico Hitler.  Neonazis a los que exhorta con fervor Aznar, expresidente de España con muchas más sombras que luces. Sombras siniestras que no es preciso resaltar como la exhortación a otro Alzamiento, “cada una haga lo que tiene y debe hacer”

El Descubrimiento fue, además de Descubrimiento, una Conquista. Y las conquistas no se realizan con preces, aunque en esta ocasión también,  sino con arcabuces y cañones; la cruz  y los curas iban  tras la espada muy cerca.  Y a veces en las mismas manos.  La líbido exaltada de los soldados españoles, tras prolongada abstinencia, ante la belleza de las indias nativas, hizo el resto; el mestizaje, creo yo,  fue cosa de lujuria creadora; aunque Rubén, indio y mestizo, lo atribuya a una exaltación del espíritu evangelizador inmaculado.  La hermosa Malinche es el ejemplo más claro de intercomunicación espiritual y carnal, la erótica del poder, según el mestizo genial y dipsómano  que amaba a España y a Francisca Sánchez, Francisca Sánchez, acompáñame; era ésta una campesina  analfabeta a la que Rubén enseñó a leer y escribir y a la que  fue infiel, dicen,  a troche y moche con quien se terciara. Quizá Rubén Darío, gran poeta del modernismo y la hispanidad, se excedió en los elogios al mestizaje y a su propia condición de mestizo fervoroso. La sed de oro de los españoles que acompañaron a Cristóbal Colón, nobles arruinados y sin blanca, despojos de la sociedad y muchos de ellos pendientes de cuentas con la justicia, no aventuraba demasiadas delicadezas. Pero es cierto que aquellos hombres rudos y pendencieros, basura de un sociedad convulsa, dejaron un idioma, el español, o castellano si prefieren, que hoy hablan millones de personas. Con ello, queda conjurado el temor que atormentaba a  Rubén Darío, ante la posible hegemonía del Reino Unido “tantos millones de hombres hablaremos inglés”?  Pedir perdón por aquello, como una izquierda un poco excesiva pretende, sería como pretender que los romanos de hoy pidieran perdón a los pueblos que sometieron en sus conquistas. Con los ejércitos de Roma llegaron al mundo y a Iberia, los caminos trazados, las calzadas, el derecho romano, los acueductos, más o menos. Además, ¿de qué sirve pedir perdón, consumado el desafuero irrevocable?.  

domingo, 22 de septiembre de 2024

 

Dos temas para el blog: Teatro leído;  Inteligencia artificial

Dos aspectos  que, en cierta medida, nunca escapan a la naturaleza del ser humano, han marcado mis preocupaciones estos días. El “teatro leído” y la IA, o sea Inteligencia Artificial. Acuso recibo del texto de la última obra de Ignacio Amestoy, Tacones lejanos, actualmente en el Bellas Artes, al que por causas  ajenas a mi voluntad me resulta imposible acceder, y la IA, la inteligencia artificial, en un cuyo soporte, Rafael Martín Rubio, realiza sus creaciones.  Hace tiempo mantuve una  polémica  pública y sonada con mi querido  maestro y amigo, in memoriam,  Alfonso Sastre sobre la conveniencia o inconveniencia de leer teatro. Llegamos a la conclusión de que, siendo el escenario el lugar natural de un texto teatral, preciso y necesario es leer teatro en un país en que se lee poco y se estrena más poco. Como entonces, sigo considerando el teatro un LENGUAJE SAGRADO y específico al que sólo algunos privilegiados como Ignacio  pueden acceder. A mi modesto entender, el teatro no es una rama de la literatura. Leo con verdadero interés Tacones lejanos, de este miembro de una generación adscrita a la transición democrática, la Santa Transición, que dijera el inmortal Paco Umbral.

Tacones lejanos  contiene   los elementos imprescindibles de un dramón  que la pericia y maestría de Ignacio salva brillantemente: María, 44 años, abogada triunfadora y Victoria, 66 años, presidenta de la todopoderosa empresa Burton SA  de fuerte carácter que tiene, o cree tenerlos,  atados todos los cabos . Las peripecias de dos seres que, al final, se encuentran habiendo estado indisolublemente unidos sin que María  lo sepa. No  puedo ni debo decir  más. Vayan al Bellas Artes. Mi  historia y vivencias en esta sala, con José Tamayo, el “viejo zorro” de la voz rota, que toreaba hábilmente  a la censura imperante, forma parte de mis Memorias, de próxima, o acaso no tan próxima, aparición.  

Inteligencia artificial IA. Libros para COLOREAR

Confieso mi desconocimiento del asunto, aunque en mi azarosa vida me he encontrado con inteligencias que muchos creían luminosas y al resssultó que eran verdaderamente artificiales y artificiosas. Pero esto  es otra cuestión. Por eso, cedo la palabra a Rafael Marín Rubio, que hace primorosos libros”psrs colorear” Textualmente estas son sus palabras sobre el tema.

“crear libros para “colorear” es relativamente sencillo. ; utilizo inteligencia artificial para generar un texto base que luego ajusto y perfecciono. La IA es una herramienta increíble, pero a menudo tiende a desviarse un poco del tema (…) utilizo Inteligencia Artificial para generar un texto base que luego ajusto y perfecciono. La IA es una herramienta increíble, pero a menudo  tiende a desviarse un poco del tema. Utilizo un programa llamado kittel, le proporciono instrucciones mediante   prompts y voy ajustándolo hasta obtener el resultado buscado…?Motivo por el que lo hago?. Creo que es vario: amor a la historia, fascinación por las nuevas tecnologías y, sobre todo, transmitir estas pasiones a mis hijos. Me gustaría despertar en ellos la curiosidad por el pasado y el interés por el futuro”.

Nota personal a pie de página-

“la historia, el amor a la historia, es la clave, creo yo, de que la sala de espera de MaríahgFisioRes, Fisoterapia y Rehabilitación,de la plazaLos Arcos María Hernández, manos de hierro en guante de terciopelo, esté llena de ejemplares de la apasionante revista MUY HISTORIA, aportadas por Carmen Rubio, madre de Rafael. Es una lectura apasionante, de tal manera que algunos  pacientes no sabemos  ya si vamos allí para que nos  arreglen los desperfectos del cuerpo o para leer MUY HISTORIA.

 

sábado, 31 de agosto de 2024

 LORCA.La OTRA MUERTE

Si hacemos caso a Fernando Marías y Juan Bas, autores de un libro fascinante, inverosímil y muchas verdades y algunas fabulaciones, titulado Páginas ocultas de la historia, Federico García Lorca fue fusilado tal como cuenta la historia del franquismo, pero no murió. Quedó alelado con la mitad de su cerebro disfuncional, tuvo otra vida que se truncó definitivamente en 1954, sin saber quién era, hortelano en un convento de monjas que le querían mucho Sor Agueda, sobre por su inocencia, un convento donde   las monjas lo llamaban Manuel.   A  sor Agueda que le salvó la vida cuando se lo llevaron malherido, el  nombre de Federico García Lorca tampoco le hubiera dicho  nada.  La historia que cuentan Marias y Bas, ellos mismos confiesan que puede ser verdad o no, pero yo la creo  verosimil. Lorca fue fusilado, pero no murió en el barranco de Viznar, donde no sé si sigue buscándolo Iam Gibson o no. Hagamos justicia a Gibson que    nunca ha dejado de ocuparse  del tema. Y consignemos que el cuerpo de Lorca, nunca fue hallado.

Los disparos del fusilamiento le afectaron  al cerebro, lo dejaron alelado, pero no lo mataron. La via por la que Marias y Bas reconstruyen La otra muerte de Federico  García Lorca es la periodista Rocío Pérez Sanz, que trabajaba en El Ideal, de Granada, y publicó un artículo sobre el asunto con el que aspiraba a ganar el Pulitzer.. Nadie le hizo caso, su artículo pasó inadvertido, se casó, abandonó el periodismo y se dedicó a cultivar la tierra en las Alpujarras. Accedió, sin embargo, a entrevistarse con Marias y con Bas, a los que una tarde en la taberna de la estación de Granada, hizo partícipes de una historia fantástica; quizá fuera un homenaje  a Rogelio Bermejo, repartidor de pan a bordo de un carro tirado por un burro,  un hombre inculto, mal vestido con una corbata de colorines y oliendo  a coñac,  que se la  transmitió a ella;  Bermejo, repartidor de leche,  encontró un dia a un moribundo en una cuneta con tres balazos, uno de los cuales le afectaba al cerebro. Se lo llevó a a un convento granadino donde Sor Agueda  le salvó la vida y cuidó. Alli,  ocupado en las labores del huerto murió, de un derrame cerebral  en 1954.  En en los actos de homenaje que pasados algunos  años se tributaron a Federico, Rogelio se dio cuenta de que el hombre  que se encontró en una cuneta, fusilado pero vivo,   el hortelano con el se había hecho  una fotografía, era el mismo, o muy parecido, a aquel que aparecía en  televisión, radios, periódicos y revistas. Lo cual le dió autoridad para afirmar hasta su muerte que él había hecho una vez  "algo muy importante por un hombre muy importante".

La otra muerte de Federico García Lorca, forma parte del libro, Páginas ocultas de la historia, Ediciones Destino,  reune otros once relatos, verdaderamente sorprendentes, de los que me ocuparé  otro dia. Fascinantes relatos  que demuestran que la historia no siempre es como nos la han contado


domingo, 18 de agosto de 2024

 

Lorca, poeta maldito.


 Y fusilado

Así tituló Francisco Umbral, in memoriam, uno de sus primeros y más arriesgados libros. Lorca,  poeta maldito en un país carente de escritores malditos o, al menos, de malditos con verdadera naturaleza, como Rimbaud o Baudelaire en Francia. Con todo, y respetando el talento crítico y analítico, inmenso, de Umbral, me atrevería a cuestionar el malditismo de Federico García Lorca. El poeta granadino no era un maldito,  lo convirtieron en poeta maldito las circunstancias malditas de un maldito  fascismo alzado y poco después triunfante. Lorca había rechazado quedarse en Madrid, pensando quizá  que en Granada, en la Huerta de San Vicente, su casa, estaría más seguro. Así pudo haber sido de no mediar un siniestro personaje de la CEDA, Ramón  Ruiz Alonso, que lo denunció y participó en su arresto, resentido porque los Rosales, Luis y Pepiniqui, le habían negado el carnet de Falange por cuyo ingreso, al parecer, Ramón Ruiz exigía un sueldo de mil pesetas. Tuve ocasión de conocer a Ramón Ruiz en Madrid allá por los primeros setenta del pasado siglo XX. Dirigía yo la galería de arte Forma 2, y un dia me encuentro con que los dueños, unos albañiles que se habían forrado construyendo chalets en la sierra madrileña, me lo presentaron como un administrativo  encargado de la contabilidad o algo así. Ese mismo dia se publicaba el libro de Luis Blanco Vila que denunciaba su participación activa en la muerte  de Lorca.  Estaba exponiendo José Diaz; una espléndida tauromaquia de la que había hecho protagonistas  exclusivos a Antonio Bienvenida y Paco Camino, apadrinada por un espléndido texto de Santiago Amón. A Diaz le habían fusilado el padre los franquistas y él y yo decidimos descolgar la exposición con mucho vendido y expectativas de venderlo todo. Ramón Ruiz Alonso decidió marcharse por propia voluntad antes de que yo lo despidiera. Y como una exposición un pintor la hace para vender, Pepe Diaz continuó colgado y vendiendo. Tampoco los dueños le hicieron remilgos al éxito del rojerío y me ofrecieron continuar con ellos, con un sueldo mensual de 2000 pesetas y un 20% de las ventas. Abrieron otra galería muy  dedicada a jóvenes pintores que no hubieran expuesto en Madrid y yo me dediqué a viajar por toda España a la búsqueda y captura de jóvenes talentos.

Pero volvamos a Lorca cuyo aniversario del fusilamiento se recuerda  hoy, horas arriba horas abajo. Lorca,  según algunas fuentes  fiables, reposa en Nueva York, junto a una persona muy amada por él, circunstancia que no estoy en situación de demostrar. No está en Viznar donde Iam Gibson sigue buscándole  o no, no lo sé.  Las hijas de Ramón Ruiz, Elisa  Montes, Emma Penella y Terele Pávez, al principio ignorantes de la responsabilidad de su padre, ambicionaban representar juntas La casa de Bernarda Alba. Pero alguien las disuadió del proyecto, dado su parentesco con el inductor del asesinato. Renegaron del apellido paterno y una, la mayor, se puso Montes, otra Penella y otra Pávez, para mí gusto la mejor actriz y la más radical de las tres, aunque yo era muy amigo de Emma.

Federico García Lorca, por los siglos de los siglos, poeta y autor dramático que revolucionó la escena, es con don Ramón Maria del Valle Inclán, una de las dos cumbres del teatro español de la primera mitad del siglo XX. Y de la poesía. Su elegía Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías, resiste la comparación con las Coplas a la muerte de su padre, del palentino Jorge Manrique.

sábado, 10 de agosto de 2024

 

Lluis Homar, el dimitido atribulado

Parece ser que a Lluis Homar, director de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, no le salen las cuentas. Le acusan de plagio y de cobros irregulares Y ha tenido o va a tener que dimitir, previo acuerdo de no sé qué índole, con la autoridad superior competente. Es normal. Homar es un  actor y director  muy profesional, y un  actor muy profesional, no tiene por qué saber de números. A mí, eso no me sorprende. Claro que Helena Pimenta, su antecesora, tampoco sabía de números y las cuentas le cuadraban siempre, aunque tuviera que apretarse el cinturón y pagar religiosamente a los colaboradores. Y Ernesto Caballero e Ignacio Amestoy, y otros gestores que han ocupado puestos   de responsabilidad en teatros oficiales y no oficiales, también.  A mí lo que me sorprendió, y en su dia dejé constancia escrita de ello, es que a Lluis Homar, catalán de pura cepa, le nombraran director de la Compañía de Teatro Clásico. No porque fuera catalán, sino porque Homar había manifestado su desdén por el teatro español del Siglo de Oro. Desdén o simplemente indiferencia. El teatro español sólo le interesaba  a Homar a partir del siglo XVIII, había manifestado en alguna ocasión, creo recordar. Y pese a eso venía a dirigir una entidad dedicada al Siglo de Oro. Es lamentable que estas cosas ocurran, es lamentable que insignes próceres del teatro español, metan la mano en la caja  como vulgares descuideros. Tan lamentable es,  que casi estoy deseando  que todo sea un error, la Comedia de los Errores shakesperiana.

miércoles, 31 de julio de 2024

 

Paco Camino, torero de época

Ha muerto un torero. PACO CAMINO. 83 años. De Camas pueblo próximo  a Sevilla, como su compadre Curro Romero. Pudo ser un torero de época y para algunos, entre los que me cuento, lo fue. Otros como el maestro Diaz Cañabate, o acaso fuera Corrochano, no recuerdo bien,  afirmaba que Paco Camino se abandonaba con frecuencia a la “mandanga, o sea a la abulia. La famosa “mandanga” de Paco Camino. Y esa tarde, con la mandanga a cuestas, no había por dónde cogerle.  Posiblemente  haya sido el torero más completo de los últimos tiempos. Excelso en la  verónica cuando no  tenía la mandanga, y con el don del temple y la distancia  en el redondo y el natural. Y un gran estoqueador

Era una de las lenguas más afiladas e inteligentes de la torería. En una comida en la que yo tuve el privilegio de estar presente, gracias a la mediación de su amigo el pintor Pepe Diaz, de Campo de Criptana, alguien aventuró “qué gran torero, Curro Romero si tuviera un poco más de valor”. Ambos eran cameros, Dias y de

    -Que Romero no tiene valor?. Eso no es verdad. Hay que ser un héroe para salir al ruedo sabiendo de toros tan poco como él….

     Axioma aceptado por todos es que Camino descubría las condiciones del toro nada más  salir de chiqueros. Por eso le llamaban el “niño sabio de Camas”. Y por eso fue apodado el Mozart del toreo, creo que fue Carlos Abella, no por la musicalidad, sino por la precocidad. Ví muchas corridas gracias a los pases  que me daba   Paco Camino  y torpemente le ayudé a encender las lamparillas de las vírgenes y a vestirse, alguna tarde ante sus risas  y las del mozoespás. Los toreros rezan aunque no sean creyentes y antes de hacer el paseillo pasan por la capilla de la plaza. Gracias a él vi muchas corridas, pero sólo ví una con él, a su lado en una contrabarrera; fue en Valencia, la tarde me parece que reaparecía José Tomás, el mesías,  el ídolo del momento. Tomás estuvo más tiempo por los aires que en el suelo y Camino no le aguantó más que el primer toro, “vámonos, yo vengo a ver torear….no a ver revolcones y cogidas….” Y nos fuimos.  Cuando, por una decisión inexplicable de PedroJ Ramírez,  empecé a escribir de toros en El Mundo, se sorprendió sólo a medias, algo aprendiste de Pepe Diaz y de mí, dijo no sin cierta retranca. Con Paco Camino tengo el honor de compartir el premio Joaquín Vidal, acaso el mejor cronista de los últimos tiempos, que otorga Emilio Martínez escritor y azote de los manipuladores de la Fiesta, y el más ferviente vidalista, Javier Galiacho, restaurador de teatros y defensor de la tauromaquia como modelo de ética en la vida de la humanidad. Adios amigo, torero grande. Y ya lo sabes, en el cielo no hay mandanga. ¡Va por usted!!!

Tiempos de luto

Muriel Feiner, reportera, norteamericana, fotógrafa y habitual  de todos los callejones de las plazas de España, me comunica que ha muerto, Pedro Giraldo, su esposo, torero y palentino, del que se enamoró hace muchos años y por el que se quedó en España. Pedro Giraldo, novillero triunfante, iba para figura pero empezaron a escasear los contratos y se pasó a los palos. Eso le permitía sentirse torero, y arreglar su economía, al menos sesenta o setenta tardes por temporada.  Fue un gran tercero, al servicio del matador., enseñándole el toro, mostrándole sus querencias y malas o buenas inclinacionesa en paz!!!!! Descansa en paz.!!!

domingo, 28 de julio de 2024

 

Murió Mariano Haro ¡campeonísimo y perdedor!

Ha muerto Mariano Haro, a los 84 años,  atleta palentino de fondo, que alcanzó la universalidad. O quizá, en plenos Juegos Olímpicos recién inaugurados en París,  no ha muerto,  quizá sigue corriendo en post de una meta inalcanzable, quizá sigue corriendo tras las perdices por las parameras de Tierra de Campos, entre Becerrill y Monzón. Salvo con las perdices, a las que ganaba siempre, Haro fue un perdedor que esta vez tampoco ha podido con su destino y la muerte le  ha ganado la carrera. Haro tenía un sentido de la fama más amplio todavía  que los horizontes de su tierra. Un dia le invité a comer en el Café Gijón de Madrid y estaba convencido de que todo el mundo iba a recibirle con aclamaciones. Nadie, salvo un camarero de León que le pidió un autógrafo, le reconoció.

En su pequeño cuerpo guardaba una potencia inusual, que en las carreras de fondo, siempre era alcanzado por los corredores etíopes, que  le echaban mano a pocos metros de la meta. Haro resultaba muy gráfico en sus descripciones: “yo rompía la carrera con un ataque brutal, me iba solo y ya cerca de la meta, notaba el aliento de los etíopes en la nuca, el aliento  de Abebe Bikila, por ejemplo, te quemaba. En los últimos cuarenta metros me cazaban y me rebasaban. Ocurría siempre” . Manuel Alcántara, poeta, crítico de boxeo de Marca, o de Arriba, no recuerdo bien, le llamaba “la raíz” por lo apretado y fibroso de su cuerpo. Yo creo que era el cuerpo de un campesino consumido por los vientos y el sol de la paramera.

Haro se hizo amigo de sus rivales  y, cuando ya era alcalde de Becerril de Campos, invitó a algunos a su pueblo. Creo que era una forma de manifestarles su poder más allá  de las pistas o del campo a través. El pueblo entero los festejaba con danzas y canciones y Haro les invitaba a lechazo y ensalada de tomate y lechuga. Descansa, amigo. De cazador de liebres y conejos a la carrera, llegaste a la cima y al podio.

miércoles, 17 de julio de 2024

QUIÉN MATÖ al CONDE de VILLAMEDIANA 

LIBRO OBJETO de ARTE. A propósito de la  suntuosidad de Don de la insolencia, de Carlos Aganzo. Edit Siruela.Y de la austera elegancia de Ars Moriendi, Ediciones Erato, de Pablo Jiménez.

    Nada tengo  contra la lectura digital. La historia avanza sin pausa y es absurdo oponerse a su discurrir. Ni contra esos lectores que te muestran alborozados el último grito de su teléfono, el cual encierra todos los misterios del progreso y la tecnología, y te dicen “aquí llevo,   a la mano,  varias docenas de libros que puedo leer cuando quiera”. No dudo que lleve allí, en tan reducido espacio, muchas docenas de libros; dudo de que vaya a leer alguno. En cualquier caso, mi forma de leer es otra y confieso, como confesaba Jorge Luis Borges, estar “más orgulloso de lo leído que de lo que he escrito”. A Borges la Academia Sueca le negó el Nobel debido a su silencio o, cuando menos, a su pasividad callada, cuando el golpe cruento y asesino del general Videla. Lo cual, siendo censurable, es confundir el “culo con las temporas”, perdonen la expresión.

Soy un destroza libros, y apenas se salvan aquellos  que pudiéramos llamar de arte, libros editados con belleza y distinción; subrayo, tomo notas en los  márgenes, doblo las hojas para marcar por dónde voy. Ni siquiera se ha salvado del destrozo este Don de la insolencia del que es autor Carlos Aganzo, editado primorosamente por Siruela. Texto breve, bien  escrito  con el inevitable y necesario eco de Pasión y muerte del conde de Villamediana, de Luis  Rosales fervoroso defensor de don Juan en su discurso de ingreso en la Academia. Desvelado queda, de una vez para siempre, el relativo enigma de aquella copla que dice

Mentideros de Madrid,

Decidnos quién mató al Conde;

Ni se sabe ni se esconde..

Dicen que lo mató el Cid

Por ser el conde Lozano.

¡Disparate chabacano!

La verdad del caso ha sido

Que el matador fue Bellido

Y el impulso soberano.

A Juan de Tassis, Conde de Villamediana, lo acuchilló en la calle Mayor de Madrid un sicario llamado Iñigo Méndez, que nunca fue perseguido; al contrario, fue recompensado con el puesto de guarda de los Reales Bosques y posteriormente envenenado por la esposa, una extraña “justicia poética” via conyugal. El impulso fue, pues, soberano, la iniciativa y la orden partieron  del rey Felipe III, sabedor de los amores  de su esposa, la reina Isabel de Borbón, con don Juan de Tassis, pasión correspondida que el Conde no ocultaba. Él mismo la había proclamado al presentarse a lancear un toro,  vestido con un traje de reales de plata y el lema,  ambiguo sólo para los amantes de la ambigüedad evidente: son mis amores reales. Alguien observó en una de las exhibiciones del diestro caballista “!qué bien pica el Conde!!”. A lo que el rey contestó con cierta intención amenazante. Sí, pero pica muy alto. Desde entonces Villamediana estaba sentenciado. Y no sólo por cuestiones amorosas, sino por cuestiones políticas. Sus sátiras le habían  granjeado muchos enemigos en aquella España tan turbulenta del Conde Duque de Olivares, el valido. La ostentación arrogante y chulesca del Conde, podía referirse, según algunos cronistas, tanto a sus relaciones con la reina, lo cual era de dominio público, como a Francelisa, una de sus damas, cuyos favores el  caballero, le disputaba al monarca.

Volvamos al libro como objeto, como valor en sí mismo y producto visual que entra por los sentidos y es el tema de este artículo. Don de la insolencia, editorial Siruela, colección Libros del Tiempo, en colaboración con Fundación IE, tiene cuatrocientas y una páginas, guardas en negro, cubierta de un  realismo expresionista, con el retrato del Conde, de Nacho Alcaraz; diseño gráfico de Gloria Gauger, made in Spain por Cofas. Canto, o lomo del mismo, a tono; para lucir en la estantería de una biblioteca bien organizada y decorativa. Si hubiera algún premio a la belleza de la edición, Don de la insolencia sería sin duda digno de él.

Ars moriendi y la sencilla elegancia

Este arte de morir, recuerda por su título el Ars amandi, del latino Ovidio y  de él se deduce que algo en común tienen el arte de morir y el arte de amar. Ciertamente, la muerte está, obsesiva y presente, en los versos y las prosas de este texto de Pablo Jiménez. En él todo conduce a la nada, a la otredad dentro de uno mismo, a la aniquilación física y espiritual pausada y sin estridencias, al amor como sepultura y descreimiento. La nada, el no ser, como esencia y naturaleza del  hombre. Javier Magano, también poeta, evoca en un  brillante ensayo introductorio el mismo título, Ars amandi,  de Manuel Machado, al que reivindica con justicia; Manuel siempre eclipsado por su hermano Antonio e infravalorado. A Manuel, creo yo, le pasó algo parecido a lo que padeció Gerardo Diego, el más vanguardista y experimental del 27, siempre dolorido y siempre lamentoso porque su adhesión a Franco restaba importancia a su corpus poético. “Nadie me tiene en cuenta  porque me quedé en España en vez de irme al exilio, como otros. No me exilié   por cuestiones religiosas, soy católico. Y Franco defendía la iglesia católica”. Eso decía el bueno de  Gerardo en el café Gijón mientras tomaba, cucharilla a cucharilla, sin sorberlo, su café frío solo  y sin azúcar.

Arte de amar…arte de morir

   Volviendo al Ars Moriendi de Pablo Jiménez, me parece un libro esencial en el desolador paisaje  de la actual poesía española. Digo desolador, quizá sin demasiado conocimiento, pues hace tiempo que no leo ni escribo poesía y desconozco a los nuevos poetas; lo poco que he leído de estos me parece descorazonador; creo que me quedé en el 27 y poco después en Luis Rosales, su casa encendida y su verso memorable,

certeza de no haberme equivocado en nada

sino en aquello que más quería.

Y en Claudio Rodríguez, que se consideraba jugador de mus,   y sus títulos aurorales, reflejos de su propia vida: Don de la ebriedad, Alianza y condena. Un verso memorable puede salvar a un poeta, un solo verso. He aquí uno, dentro de un conjunto memorable Siempre la claridad viene del cielo, es un don. Y otro, más revelador aún, que también podría valernos como referencia,

 sobre la voz que va excavando un cauce

qué sacrilegio

este del cuerpo,

este de no ser hostia para darse.

   En Ars moriendi, Pablo Jiménez quema todas las naves, no hay vuelta atrás. Ignoro cuál será y cómo su próxima aventura literaria, o si acaso habrá nueva aventura, pero le será difícil alcanzar la temperatura nihilista de este texto. Desolación, desasimiento y descreimiento. Canto y responso por la nada. Y, a veces como  en La matanza, un costumbrismo realista e iluminado; los chillidos del cerdo arrastrado  hasta sólido banco matadero, la cuchillada del matarife, el violento surtidor de sangre. La sangre…y un niño solitario….que no quisiera ver…ni oir aquella barbaridad,  mientras la fría luz del alba avanza, avanza, avanza…Y una mujer que bate con energía  la sangre, según cae,  en la herrada de cinc. Luego, la prueba, las sopas de mondongo hervidas en cazuela de barro….Hacer de todo esto poesía es un don reservado solo  a los elegidos.

 

domingo, 14 de julio de 2024

 

 Soneto a Pablo JIMENEZ, poeta. Por su libro Ars Moriendi.

 

   Sellada está tu tumba, no te mueras.

Vano sería y turbio el desafío

Que te mueras de pena, sangre o frío

Aunque dormir o fallecer quisieras.

   Para el carro, contén tus plañideras

Metáforas, modera tu albedrío.

O te hundirás,  torrente, arroyo o  rio,

 Que asuela y reverdece las praderas.

    ARS MORIENDI, tu libro y desventura,

 Por su nombre me trae a la memoria,

Destierro pesaroso de  Nasón

   Ovidio y Su ARS AMANDI  sin ventura.

Y aunque pleno de amores con historia,

No aflijas ni conturbes tu razón.

Estrambote

Siempre fuiste aunque triste, el más puro

Sonetista, por clásico  moderno.

Más ciprés y por ello más eterno.

  

 

jueves, 27 de junio de 2024

 HOGUERAS DE SAN JUAN, YA CENIZAS

 (Fragmento . de  mis MEMORIAS; inéditas)

 Han transcurrido la noche de San Juan y el dia de San Juan, magia e iluminaciones, las hogueras que queman todo lo viejo, los viejos cachivaches inservibles, los  viejos pensamientos y rencores  con sus hogueras, sus fuegos, sus iluminaciones,. Y no ha pasado nada que merezca la pena y de lo cual yo me haya enterado. Colmenar Viejo es Madrid a muchos efectos .En la Sierra  Madrileña , Colmenar Viejo,   donde habito hace tiempo, camino de Miraflores, donde le gustaba veranear a Vicente Aleixadre, y donde han hecho de su vieja casa un museo y un santuario, no ha pasado nada.  Ni hogueras, ni muebles viejos y carcomidos ardiendo Nada de nada. Las manos de hierro en guantes de seda de mis fisioterapeutas, María Jesus y Maria Hernández, también han descansado, es un decir. Han cesado en su trabajo diario de torturadoras, que yo creo es la vocación de toda fisioterapeuta. Para mí, María Jesús y María,  son ángeles benéficos y a María algunos pacientes le dicen "manos de hierro en guantes de terciopelo".. María Jesús me habla de sus hijos,  que a Juanito le gustan los toros y quiere ser cronista taurino, que la hija Mari, creo que se llama Mari, apunta a más altos vuelos empresariales. 

Mi recuerdo de San Juan se remonta, ya con un vuelo bajo carente de emociones, a  Barcelona, allá por los años sesenta  del pasado siglo XX. Aquello sí era una fiesta. Pura magia.  En la noche de San Juan, siempre me enamoraba en Barcelona. Ahora....ahora  sé que  "los viejos no deben enamorarse " como escribió un gallego genial, Castelao,  creo. Luego, a las pocas horas, me desenamoraba, pero la proeza, y el fracaso, ya estaban hechos. Después apareció Ana, el hada que me fascinó y hasta hoy. Como dice la canción..."llegó el comandante y mandó parar".

 Aquí, en la Metrópoli, el dia de San Juan tenía en tiempos un significado muy concreto para Ana y para mí. Celebrar el cumpleaños de Juan Manuel Caneja ,  pintor de culto, carcelario en Ocaña. nacido en POzo de Urama, recriado en Palencia donde además de la Fundación, tiene una placa en la Calle Mayor, "aquí vivió....            

 La noche de San Juan, él e Isabel Fernández Almansa, su mujer,  venían a cenar a casa.,calle Enrique Larrreta donde entonces vivíamos. Juan Manuel traía, envuelto en las hojas del diario ABC, un minicuadro como regalo. Conservamos auténticas joyas que irán, probablemente, a la Fundación Caneja de Palencia. Junto a los dos retratos de Isabel, uno de Javier Clavo , de cuerpo entero, y otro del escultor zamorano LOBO,  una cabeza que le pintó en el exilio de París, que Ana propietaria de los mismos por cuestión testamentaria,  ha donado gratuitamente a la Fundación.  Isabel también pintaba, una pintura naif, muy primaria, muy elemental. Exponía en Orfila y lo vendía todo. Vendía más que su marido, ya absolutamente reconocido como el pintor genial de los campos de Castilla. Pintado por Isabel en acrílico,  conservamos un retrato, más que aproximado caricaturesco y satírico de Franco y   el Píncipe Juan Carlos  jugando al golf.  Isabel había sido en su juventud prebélica, modelo de Balenciaga. Un bellezón que se enamoró Caneja, silencioso hasta la extenuación y vestido de pana. Durante un  tiempo sobrevivieron gracias a la ayuda de Gloria, su hermana, telefonista en una gran empresa. Y muy generosa.Gloria  jamás logró entender a Isabel y....todavía menos a Juan Manuel Y todavía menos, su pinura.

martes, 18 de junio de 2024

Dos palentinos universales. In memoriam

Lorenzo Rodríguez Durántez y Pedro Giraldo

Tardíamente, aunque mejor hubiera sido que no me llegara nunca, me llega la noticia del fallecimiento de Lorenzo Rodríguez Durántez, nacido en Riveros de la Cueza, pueblo al que tengo en gran aprecio porque en él nació mi padre, el señor Francisco Villán y porque a Riveros llevaba mi madre, la señora, señá en la jerga popular, Rosario la función de teatro que cada año montaba con los mozos y los niños del pueblo. Mi madre era una campesina ilustrada que leía muy bien y por eso, cuando alguien la iba a palmar, los vecinos la llamaban para que leyera al moribundo la Recomendación del alma, texto arcaico que no he vuelto a encontrar por ninguna parte, a pesar de mis pesquisas.  En las comedias de mi madre, yo una vez hice de San Tarsicio, el niño martirizado por los romanos, que llevaba la santa comunión a los cristianos escondidos en las catacumbas, me parece, o algo así.  De romanos hacía la chavalería de la escuela que, aprovechando la ocasión, me daban una buena tunda pues muchos me tenían tirria porque era el primero de la clase de doña Gloria, una  maestra ejemplar que me preparó para el ingreso en el Seminario, cuando los curas me echaron el ojo.

Pero volvamos a Lorenzo, político de alto nivel en la Administración del Estado, o como él prefería, “servidor de la ciudadanía”. En tiempos de Maricastaña, los pueblos tenían, su tonto, el tonto el pueblo. Después los pueblos empezaron a evolucionar y, en vez de tonto, necesitaron un sabio, el sabio del pueblo, ese sabio ilustre         que no reniega de la aldea.  Se va o se queda, pero siempre enraizado. Por ejemplo Arturo Gil, autodidacta, en Villoldo, es el sabio que se queda, yo le llamo el Séneca de Villoldo, recordando la sabiduría popular el Séneca que lo sabía todo, de don José María Pemán en la tele. 

Traté mucho a Lorenzo Rodriguez Durantez cuando lo eligieron presidente de la Casa Regional de Palencia en Madrid, cargo que proporcionaba más quebraderos de cabeza  que prebendas, y ayudado por otro palentino de raíz, Mariano Blanco, secretario de la Casa, creó los premios Jorge Manrique, de poesía y narrativa,  para menores de 20 años, si mal no recuerdo. Lorenzo,  la Casa de Palencia, patrocinó mi libro Palencia, paisajes con figura, una serie de entrevistas y reportajes con palentinos universales, 21 en total, que creo, sin  falsa humildad, es de lo mejor que se ha escrito sobre Palencia, lo que mejor la define geográfica  y culturalmente. En esa serie falta Girón de Velasco, natural de Herrera de Pisuerga, o de Carrión de los Condes, no sé, el ministro social de Franco, el llamado león de Fuengirola, que se negó a participar en “el libro de un rojo, “sé quién es usted, pues estoy bien informado”. También falta,  por voluntad propia, Santiago Amón, un palentino de Baracaldo. Amón lamentó siempre su ausencia, por voluntad propia, aunque nunca  me explicara por qué, pues yo lo había invitado. Santiago Amón era un renacentista que,  como Picco dela Mirándola, podía discutir de omne re scibili et quacumque alia. Es decir, de todo lo que se puede saber y de todo lo demás.

Pedro Giraldo, torero palentino. Un buen tercero.

     Pedro Giraldo ha muerto a los 77 a los de edad. Le falló el corazón, desgastado acaso, de tanto haberlo puesto delante de los toros  en su capote. Fue precoz en todo, hasta en su muerte. Novillero triunfante, tomó la alternativa, muy celebrada por la crítica más solvente y rigurosa, como José Luis Suárez Guanes, por ejemplo; Guanes  un maestro  al que los amigos llamábamos el Gordito, circunstancia que José Luis cultivaba con entusiasmo hartándose  de helados. Pedro Giraldo, iba para torero de Puerta Grande, pero cuando los contratos empezaron a mermar, decidió pasarse  a los palos. Fue un excelente tercero; eficaz parando al toro, enseñándoselo al matador, sin buscar aplausos. Muriel Feiner, su viuda, cuya imagen por el callejón de las plazas de toros, armada de su cámara, se nos ha hecho emblemática a todos los aficionados, vino a España a hacer una tesis de no sé qué. Y conoció los toros y conoció a Pedro Giraldo. Y aquí se quedó per saecula saeculorun. Para ella, condolencias. Para Pedro, la eternidad torera.


domingo, 16 de junio de 2024

 Aganzo


Poema villamediánico a Carlos Aganzo.

por su libro Don de la insolencia

   Aganzo paladín de un pendenciero

caballista gentil y enamorado

 de una reina y por ella bienamado

 Juan de Tassis, poeta y altanero


Un rey, Felipe el Cuarto, putañero, 

caprichoso, voluble, ensimismado,

mal rey, tibia persona, emputecido


Felipe el Cuarto, y en cuernos el primero,

sujeto a tercerías y  perdido

de palacio a burdel enfebrecido.


Estrambote

   Este libro, este Don de la insolencia, 

es un lujo de texto y de apariencia,

una joya, un primor, una querencia

de belleza total y gracia plena;

fulgor, pasión,dolor  e inteligencia, 

de un reñidor  vencido por la pena


martes, 11 de junio de 2024

Beneficencia. (fragmento Memorias inéditas Jvillán)

Ha pasado ya la corrida de la Beneficencia en las Ventas, corrida considerada la más importante del año. Fue el pasado dia 9, jornada de elecciones, lo que no impidió que la plaza se abarrotara de público ansioso de grandes emociones. Al parecer fue más gente a la plaza de toros que a las urnas, pues sólo votó el 30%. O sea que quién verdaderamente ganó las elecciones y cortó las orejas y el rabo no fue ni la derecha ni la izquierda ni el centro; ganó la abstención,  la temida diosa, etérea  y sin forma concreta, de la indiferencia  y el hastío. La Corrida de la Beneficencia tiene una larga tradición, desde Felipe II dicen. No voy a hacer  historia de ella, voy a contar una memorable Corrida de la Beneficencia que yo viví muy joven, jovencísimo, cuando era gerente de las Ventas, me parece recordar Domingo Dominguín, el mayor de los dominguines. Domingo había sido primero falangista movido por la justicia social, pero muy pronto se hizo comunista.

No sé por qué causa o  razón Santiago Carrillo que “veía” la realidad de España desde su  exilio, decidió enviar a España a dos miembros del Partido  buscados y perseguidos por la policía franquista; Jorge Semprúm que con la democracia llegaría a Ministro de Cultura, y Julián Grimau que sólo alcanzó el grado  de fusilado, tras ser arrojado por una ventana del callejón de Pontejos donde estaba la Dirección General de Seguridad. Meter en España a Grimau, tan señalado por su actividad en el aparato represivo y de seguridad de la República, era como echar una mosca en un plato de leche. El caso es que Semprum y Grimau querían ver la emblemática corrida de la Beneficencia.  La intendencia del Partido pudo conseguir dos asientos, a veinte o treinta  metros de Franco que, como Jefe del Estado, presidía cada año el festejo benéfico. Por poco a los líderes  comunistas les da un infarto, aunque Jorge estaba curtido en el campo de concentración de Buchenwald. Domingo Dominguín  tuvo la ocurrencia de proporcionarles entradas cerca del palco donde estaba Franco, protegido por  un imponente aparato de seguridad. Cuando se le reprochó la “broma” Domingo contestó: “dónde ibais a estar más seguros que rodeados de maderos  que protegían al dictador?” Y se quedó tan fresco. Domingo, se suicidó años más tarde en  Venezuela por problemas económicos o asuntos sentimentales de amor loco, no lo sé muy bien. Ha sido la única vez que vi llorar a Juan Manuel Caneja  que sentía veneración por él.


sábado, 8 de junio de 2024

El VOTO


 !Votad, votad !!!malditos!!!!

O no voteis si no quereis votar

que es democracia votar

 o no votar.

En conciencia discurrid

razones de votos y libertad.

Yo no recomiendo nada ni nadie..

soy neutral, imparcial,

equidistante y ecuánime,

ni ganas tengo a ningun amigo

influenciar,

 tampoco a los enemigos,

 cada uno es  cada cual

dueño cada  quisque es

 de votar

y de BOTAR.

Pero, pensando en conciencia, 

 malo sería votar 

derechonas fascistoides

que solo quieren medrar

y llenarse los bolsillos y afanar y rapiñar.

Soy neutral, ya lo veis,

de toda neutralidad..

Pero a unos hay que VOTAR

y a otros hay que BOTAR

los

por lo que pueda pasar

o...NO PASAR

VOTAR al PP o a VOX

sería calamidad..

Ya veis que no tengo DUDAS

sobre mí imparcialidad

lunes, 3 de junio de 2024

 

Malos tiempos para la lírica. JVILLAN

Eso dijo me parece, Bertold Brecht, hombre de teatro total, marxista de corazón y autor dramático cuya primera aspiración, con su teatro era divertir. Luego vendría lo del compromiso, la historicidad, el distanciamiento tan mal entendido por la tribu española de la Farándula. Perseguido por el nazismo  refugió en EE UU, patria entonces de la  libertad y hoy gendarme del universo, terrorista en Israel contra Palestina. En la biblioteca de mi despacho, de mi dacha, copyrith PacoUmbtal, en la sierra madrileña reposan sus obras completas, nueve tomos º con olor a historia, a papel subrayado, doblado, manoseado. Respeto las exigencias de la tecnología y las admiro, pero me cuesta adaptar mi lectura a esas exigencias. Malos tiempos, pues, para lírica  y yo me atrevería afirmar que también para, la épica y la dramática. Y no se trata de culpar a la democracia, el menos malo de los sistemas políticos, según dijo me parece Winston Churchil. La democracia o es el pérfido disfraz de la dictadura o lleva en su propia naturaleza el germen de su destrucción. Esa es la cuestión. Tampoco se trata  de culpar de todo a la derecha. La derecha, al menos hasta que llegue un sociedad sin clases, que Marx teorizó y Lenin no acabó de dibujar del todo, calificando el imperialismo como la última dase del capitalismo. La derecha es un elemento necesario para el equilibrio democrático, máxima aspiración de la sociedad de estos tiempos tan malos para la lírica. Lo  que ocurre es la derecha española no es que sea ágrafa e inculta, es que no es una derecha ilustrada y está directamente sin civilizar.

domingo, 26 de mayo de 2024

 TOREROS EN EL ALAMBRE:

 Ese debe ser el caso de Roca Rey, peruano, as de la torería, figura cumbre de estos tiempos de tribulaciones taurinas, y de las no taurinas. Y de José Ortega Cano, impecune al parecer y con serios problemas de liquidez,  o sea sin tabaco,  palabra que también designa  cornada en la jerga taurina . Fulano de tal está sin tabaco, a fulano, el toro le  ha pegado un tabacazo.Ortega Cano, sin tabaco; que así se define a los toreros sin un euro que llevarse al bolsillo. 

Roca Rey ha pegado el petardo en Madrid en un momento cumbre de su carrera; tres avisos y el toro  vivo a los corrales. He visto reportajes en televisión y hay que reconocer, aparte la actitud  despectiva del diestro con el respetable, o sea el publico, negándose a saludar en su primero, tras la ovación ,  que el presidente de la corrida fue un poco malaje, al ordenar el tercer aviso cuando el toro doblaba después de haberse amorcillado. El respetable, de uno en uno y por separado, me parece muy bien; pero en conjunto y como entidad colectiva, me suscita un respeto muy relativo. Por otra parte ando  retirado de todo esto, y no sé si, después de la adscripción de los toros al Ministerio de Cultura, el presidente de corrida, sigue siendo un comisario de policia, o un aficionado solvente. El petardo dado por Roca Rey tiene una importancia relativa. Aunque si no lo remedia en la tarde que le queda, pudiera tener repercuiones económicas; los empresarios negociarán a la baja naturalmente los contratos en los que figura, o figuraba,el concepto salarial bajo el nebuloso epígrafe de  "a convenir" por ambas partes. Los emolumentos   en Roca Rey andan actualmente, creo,   en una horquilla de 72.000 euros y 120.000  por tarde según la categoría de la plaza. 

En lo que respecta Ortega Cano, la cuestión es otra. Tiene 70 años y una reaparición, inventada supongo, a esta edad, sería una insensatez que no creo se le haya pasado por  la cabeza, pese a la bancarrota denunciada por periodistas caníbales, y pese a las necesidades económicas que ignoro si son ciertas o no. Sí sé que los toreros retirados nunca vuelven por romanticismo, sino por dinero. Entiendo el cabreo de Ortega Cano, mandando a los periodistas preguntones a tomar por donde amargan los pepinos, acosándole mientras se dirigia, como simple aficionado, a  la plaza de sus triunfos por cuya Puerta Grande de Alcalá, salió cuatro veces, pocas comparado con  Santiago Martín, el VITI, Paco Camino o mismamente Curro Romero.  Conozco a mis colegas después de tantos años en la profesión, ahora  retirado del mundanal ruido, dedicado a la poesía pura, o impura, y a mis  Memorias, en las que los toros tienen un lugar importante. Alguién afrmó que en este planeta de los toros, lo único limpio de verdad  es el toro. Yo no me atrevería a decir tanto, pero algo hay de eso.

martes, 21 de mayo de 2024

Notas isidriles a pie de callejón en las VENTAS

Ferlosio  y los toros;?taurino o antitaurino?

Creo que ni el propio Rafael sería capaz de responder a esta pregunta elemental. Nunca fui muy fervoroso de Rafael Sanchez Ferlosio, salvo del que me parece su libro más notable, o al menos el que yo he leido siempre con desbordado entusiasmo, un intento de recuperación de la novela picaresca española, Andanzas y aventuras de Alfanhui. La novela por la que le dieron el premio Nadal, El  Jarama, es un solemne coñazo, un monumento al tedio, que cuenta las aventuras de una pandilla de adolescentes, una tarde de excursión a orillas de madrileño rio, ellos y ellas faltos de imaginación y sobrados de ocio. No parece que este Interludio taurino vaya a  modificar mi juicio sobre su autor, aunque preciso es reconocer la voluntad de Ferlosio por autoreconocerse o, mejor dicho, por autodefininirse  como taurino o como antitaurino y progresista,  es verdaderamente homérica. Fue Ferlosio  aficionado a la gresca y el alboroto en  las Ventas y un espectador nada pasivo, como si llevara dentro todos los huracanes agitadores del insurgente tendido del 7. Sánchez Ferlosio es hijo de Rafael Sánchez Mazas, un ideólogo propagandista y enchufado del franquismo, lo cual traigo a colación no  como reproche, sino como simple reconocimiento. Los hijos y nietos o sobrinos de la nomenklatura franqista, _los Panero, los Cebrían, Juan Luis   alias Juanlu o  el poeta maldito hijo del desencanto, el Loco de Mondragón,    Leopoldo María Panero, por poner un par de ejemplos_,  contribuyeron decisivamente al desmontaje del franquismo por una razón obvia; el sistema les consideraba de los suyos, necesariamente rebeldes y revoltosos, pero lejos de la revolución. Algo cambiaba, pero en el fondo, mucho quedaba igual o..casi igual; oxígeno sin duda tras la asfixia del franquismo. 

De este Interludio taurino me fijo especialmente el artículo dedicado a Rafael Ortega, el gran torero de la Isla, aclamado  como  estoqueador, rey de espadas, cuando para mí, lo que Rafael era verdaderamente es un gran muletero, rey del natural. Se lo dije un dia, en un homenaje que le tributaron y a Rafael Ortega se le saltaron las lágrimas de aquellos ojos claros, limpios y transparentes. Concuerdo con la visión que de él tiene Ferlosio. Y me apresuro adefinir aún más mi postura. Mi visión de la tauromaquia empieza con Rafael Ortega, continúa con Antoñete que lo tenía como modelo y así lo expresó en un brindis que le hizo en El Puerto, creo, y culmina con el colombiano  Cesar Rincón. En un sitio de nadie, salvo en el suyo propio, Curro Vázquez, amigo mio.

domingo, 19 de mayo de 2024

 

Visión e imagen  de Ignacio Amestoy.

Ignacio es la cabeza  de una saga, la saga Amestoy, que incluye  a su esposa, la gran escultora, revelada recientemente  como escritora de insólitas iluminaciones, Esperanza D,Ors;   Ainhoa Amestoy D,Ors,  autora, directora y actriz,  es el renuevo brillante de esta saga y está a la altura de la estirpe. Ignacio Amestoy es un gran patriarca que parece un hombre normal acostumbrado a vivir y contar, sin ínfulas ni retoricismos, las cosas que acontecen en la rue.  En esta saga,  mi recuerdo personal para Alfredo Amestoy,  hermano de Ignacio, que se hizo célebre como originalísimo presentador de televisión: vitriólico y divertido;  periodista a contracorriente,  famoso y,  a la vez,  vasallo de la actualidad. Con Alfredo compartí un tiempo un intenso fervor por Marylin Monroe; yo le había dedicado a la humanísima diosa un poema hacía muchos años y Alfredo, hacía menos, una rara  obra de  teatro,  En el cielo no hay Chanel. Y,  sin Chanel número cinco, lo único que, según propia confesión se ponía para dormir,  Marylin no podía estar ni en el cielo ni en la tierra ni en el infierno.

 Volvamos al protagonista de esta historia, homenajeado por no sé qué motivos, anuque se me ocurren varios, y todos de peso. Hace tiempo que conozco personalmente  a Ignacio Amestoy y una eternidad que lo admiro como maestro de dramaturgos y  maestro de periodistas. En el magisterio periodístico es difícil, pero no imposible del todo, seguirlo o, al menos, tenerlo como referencia alcanzables. En la cosa dramatúrgica, es una meta que declaro, por mi parte, inalcanzable.   Me explico; en la primera, el periodismo,  he procurado hallar en Ignacio una referencia digna de imitación. Como periodista habré  publicado unos  siete mil artículos, entrevistas  y reportajes, mientras que, como autor de teatro, apenas he hecho una incursión de dialoguista a la que el escenógrafo y director David de Loaysa y los intérpretes Sabela Hermida y Germán Torres dieron forma escénica en La Guindalera de Teresa Valentin y Juan Pastor; se trata de   Diálogo  entre María Casares y Albert Camus. Traigo esto a colación porque, tras una lectura dramatizada entre un grupo reducido de amigos, Ignacio Amestoy, que hizo un magnífico Camus, estaba destinado a ser en escena el célebre escritor francés; Ignacio Amestoy, maestro de actores, es también un excelente actor, como no podía ser de otra manera.  Tan feliz acontecimiento  no llegó a producirse por la imposibilidad de cuadrar tiempos y espacios sin descuadrar otros igualmente importantes.

Habiendo  ejercido la crítica teatral  durante muchos años, siempre como analista y nunca como juez, la experiencia de pasarme al otro lado fue  una revelación de la que extraje provechosas conclusiones; la primera, no volver a escribir teatro. Había estado en lo que podíamos llamar el lado oscuro, la crítica a pie de obra, nada más concluir el espectáculo, para alcanzar el cierre del periódico, y de pronto me encontraba con el aterrador asalto de la luz, la escritura,  que me superaba. Sigo pensando que el teatro es un lenguaje sagrado, al que sólo acceden unos pocos privilegiados, Amestoy entre ellos; un rito, una ceremonia, una liturgia y una comunión con el público. Participa de la literatura, pero no es  sólo literatura. Participa de la palabra, pero no es sólo palabra.  El teatro tiene  su propio lenguaje; una fusión, esencial,  de elementos plásticos y recursos narrativos.  Ese equilibrio complementario entre dos discursos, el visual y el literario, es el que aporta en grado sumo a la escena, creo yo, Ignacio Amestoy.  Ello lo sitúa en el mismísimo meollo del teatro de la Transición, unido al sentimiento de una “vasquidad”  no excluyente, sino inclusiva,  Doña Elvira, imagínate Euskadi, por ejemplo; y el compromiso con el momentos histórico que le ha tocado vivir, del que La última cena, una de mis preferidas de sus obras es claro ejemplo; un padre, militante de la ortodoxia peneuvista, o como tal lo recuerdo, y un hijo próximo a la radicalidad insurgente de ETA. Interrogante implícita que algunos interesados en la cuestión vasca, entre los que me encuentro, hemos seguido planteándonos, incluso después de que  ETA dijera adiós a las armas. La playa bajo los adoquines es otra de mis preferidas, pues entronca con el mayo del sesenta y ocho, los estudiantes de la Sorbona en las barricadas, creo recordar, Simone de Beauvoir y Jean Paul Sartre en la Coupole, una especie de Café de Gijón de Madrid, un poco más universalista.

 Uno de mis primeros contactos con Amestoy creo que fue  hace  años, cuando él dirigía el Centro Cultural de la Villa, de Madrid. Aparte su conocida imagen de creador, Amestoy tiene una enérgica y pragmática condición de gestor brillante.  Su paso por los Veranos de la Villa, Festival de Almagro, Teatro Español y un largo etecé, dan fe de ello. En el Centro Cultural de la Villa sometí a su juicio un proyecto de ediciones basado en la idea bergaminiana de La España peregrina, textos de exiliados españoles no publicados en España.  La idea le gustó y no recuerdo por qué razones no llegó a cuajar. Hube de esperar algún tiempo para materializarla con la editorial Torre Manrique Publicaciones, la aportación de Francisco García Navarrete y la dirección de Aurora de Albornoz; pura ruina. Cinco títulos, que hoy son objetivo de bibliófilos y no se encuentran en ninguna parte;  Javier Solana, ministro de cultura por entonces, y más tarde jefe de la OTAN,  ofreció su “generosa ayuda” y nos compró cinco ejemplares de cada número, a precio no de librería , sino editorial. Amestoy andaba ya en otros asuntos.

 Pero centrémonos en el  asunto Amestoy y sus enciclopédicos conocimientos del teatro del Siglo de Oro español, Lope y Calderón sobre todo. Y a su profundización en la historia de la tragedia griega, de la que su libro Siempre la tragedia griega es una referencia imprescindible e incuestionable.

Pasaron unos años en que le perdí la pista hasta que coincidimos en el Mundo verdadero, el iniciático de PedroJ Ramírez y Manuel Hidalgo donde creo recordar Ignacio Amestoy hacía una columna semanal de teatro o de lo que se terciara, según las exigencias de la actualidad.

martes, 14 de mayo de 2024

 Proceso por la sombra de un cedro

Le tomo prestado un título al autor suizo Frieddich Durrenmat, Proceso por la sombra de un burro,  para reflejar una situación que algunos podían calificar de kafkiana;  por kafkiano la gente del común entiende todo lo inverosíl y absurdo e ininteligible. La cuestión era  a quién pertenecía la sombra de un burro, si al burrero o  al dueño del espacio transitado por el asno. Pero dejemos en paz a Kafka.  Y centrémonos en lo esencial, los vecinos nos exigen una poda drástica pues las hojas del cedro caen sobre su jardín , ensucian la terraza y les dan sombra no deseada, aunque carente de peligro. Hubo un tiempo en que la señora del señor Gregorío arrojaba a nuestro esplendoroso y verde cesped, las barreduras, cosa que ahora no hace , lo cual es de agradecer. La cuestión es como sigue. Hace años que Ana, mi mujer, también periodista, y yo decidimos fijar en la sierra madrileña, cerca de la Pedriza nuestra residencia, que había sido residencia de verano y fines de semana durante años. Mi dacha, nuestra dacha que diría Paco Umbral, in memoriam. Practicábamos con voluptuosidad aquello de MENOSPRECIO DE CORTE y ALABANZA DE ALDEA. No lo hagan, de verdad. Es un espejismo.

O mejor dicho, una falsedad.   Al principio, las relaciones de vecindad, con el señor Gregorio y su señora esposa, fueron lo que yo considero normales y ellos ensalzaban como modélicas. Abrieron una ventana sobre la valla que invadía nuestra privacidad del jardín, pero lo consideramos pasable y apenas molesto para una privacidad siempre abierta a visitas y fiestas con barbacoa, en sordina, a las que invitábamos a los vecinos que quisieran compartirlas. Retejamos nuestra casa y el señor Gregorio y su señora esposa quisieron comprarnos las pizarras, las cuales les venían muy bien para no sé qué. Con toda naturalidad, mi esposa Ana y yo se las regalamos gustosos y justo es decir que el señor Grgorio y su mujer  lo agradecieron efusivamente.

 La cosa  se torció por culpa de un esbelto y majestuoso cedro, cumplidor de todos los requisitos de la más estricta ecología, certicados  por el Ayuntamiento de Colmenar Viejo y podado conforme a norma y tiempo, cuya tala o drástica poda el señor Gregorio y su señora exigían. Talarlo, imposible de toda imposibilidad. Se trata de una especie  protegida y nos causaria  una fuerte multa por parte de los organismos pertinentes, acaso la Comunidad de Madrid, recaudadora e implacable. En resumidas cuentas que hemos perdido el juicio y estamos pendientes del recurso interpuesto, pero como dicen los gitanos, "PLEITOS  tengas,y los GANES". Ellos saben de cosas de jueces o juezas que no leen lo que tienen que leer y subrayar,  que de todo hay en la viña del señor .Háganles caso ustedes a los gitanos que son una raza creadora e inteligente.  

sábado, 20 de abril de 2024

 

BULOS, ACTRICES Y CASTINGS

A quienes procedemos del ejercicio del periodismo diario en la redacción de un periódico, no nos sorprenden las urgencias con que Carlos Gil, el patrón de esta nave llamada ARTEZ,  _siempre a punto de zozobrar y siempre a flote¨_ Nos preocupan, naturalmente, sus achaques, más como amigo que como mandamás. Si algo enseña y a algo obliga el ejercicio del periodismo diario es la rapidez. No se piden preciosismos de estilo, ni filigranas del pensamiento. La sencillez  de expresión y la claridad no siempre son perceptibles en la prensa y a veces, al leer los periódicos que ya muy raramente compro, me asaltan  algunas dudas y no pocas certezas.  Aceptada pues la necesidad de las urgencias como inherente a la propia naturaleza del periodismo, vayamos a la elección del tema  del cual vamos a escribir hoy. Carlos Gil, no impone ninguno, pero a mí se me ocurren para este número, varios temas posibles y de actualidad,  circunstancia de la cual el periodismo no puede prescindir.  Por ejemplo, el asunto Ramón Paso, mi amigo, acusado de abusar de  actrices, o a aspirantes a tales,  en los castings, cosa que no me creo ni borracho, aunque muchos me dicen que puedo estar equivocado; otro, tema podría ser el cambio climático o el genocidio que en Palestina están perpetrando los nazisionistas de Netanyaju y sus derivas internacionales que pueden llevarnos a una III guerra  mundial, que sería la última, pues no quedaríamos nadie para contarlo. Como consecuencia colateral, personalmente esto me  llevaría a desmentir la filosofía de Luis Miguel Dominguín. Éste formaba parte del cartel de Linares la tarde fatídica que Islero mató a Manolete. Gitanillo de Triana, el tercero, murió tiempo después en accidente. Lo que llevó a Luis Miguel, sobreviviente, a sentenciar: “siempre ha de quedar alguien  para contarlo”.

Cuentan lenguas apócrifas y viperinas que Luis Miguel, ya una celebridad,   cuando se acostó con Ava Gardner, definida como “el animal más bello del mundo”, consumado el acto, el seductor legendario  se levantó raudo de la cama; y que ante la perplejidad de Ava,  todavía sobria pues aún no había empezado a beberse toda España y parte del mundo entero, respondió; “voy a contarlo”.  Tan sublime  importancia atribuía a haberse acostado con Ava; y tan españolísimo era el autoproclamado número uno de la tauromaquia, en las   Ventas del Espíritu Santo de Madrid,  que si no daba al viento  una aventura amorosa de este calibre, ésta carecía de importancia.  Reconozcamos que, en cosas  de catre, los españoles somos somos como niños.

 La autoproclamación de número uno, por parte de Luis Miguel,  era una respuesta  a la pretensión de Antonio Ordóñez de alzarse con el cetro de la tauromaquia que,  para sus partidarios,  era cuestión resuelta, nadie igualaba a Ordóñez. Entre ellos,  Juan Gómez Soubrier, periodista, escritor, personaje un tanto ambiguo en sus fidelidades de amistad  y …..jugador de mus, deporte que también practica  el director de este papel. Cuando alguien nombraba a Antonio Ordóñez,  Soubrier,  ordenaba “de rodillas, mortales”. Yo prefería a Chenel, el gran Antoñete, que   desdeñaba el mus. Era jugador de póker. Cuando Javier Reverte,  Celedonio Perellón, genial pintor erótico,  y yo publicamos El libro del Mus, se acabó la discusión.

Para los anales de la historia musística,  queda una partida memorable entre Gregorio Ordóñez meses antes de ser asesinado por  ETA, Fernando Fernández Román, comentarista de corridas de toros en televisión española, Gómez Angulo concejal de Cultura del Ayuntamiento de Madrid, por el PP. Fernando y yo, arrasamos sin discusión. También considero razonables adversarios de mus a Manuel Leguineche, el Fari, taxista y cantante; y el propio Rey Emérito, Juan Carlos de Borbón, hoy Rey Lear sin patria,  acusado de  apropiación indebida de caudales y percepción de comisiones ilícitas. A éste, le dediqué un ejemplar del libro con la siguiente dedicatoria,

“por ser de origen divino

La Treinta y Una Real

Cayó de abuso

En desuso.

Juegue Majestad con tino

Pues sería desatino

Equivocar el camino

Por la Treinta y Una REAL”.

Para los no versados en la materia,  la Treinta y Una Real consiste en  TRES SIETES y una figura, la Sota de Oros preferentemente,  e imbatible. 

   Pero volvamos a Luis Miguel que se ha colado de rondón en este artículo gracias a Ava y a Bosé. El dedo índice hacia las alturas, era también una respuesta a Hemingway,  partidario de Ordóñez. La noche celebérrima de Ava, y la necesidad de contarla, es circunstancia a la que doy poco crédito. Luis Miguel era un seductor nato, sin proponérselo. Hubo suicidios de hermosísimas mujeres el dia que Luis Miguel enmaridó con la Bosé, in memoriam. Se casaron en un viaje relámpago a las Vegas. Lucía cuenta en sus memorias que nada más  conocerse, en la fiesta de presentación de  Muerte de un ciclista, clave en la filmografía de Juan Antonio Bardem y de Lucía Bosé, huyeron del barullo y  se pasaron tres días con sus noches en una suite del Palace Hotel  fornicando  hasta la extenuación. Vamos a ver, pues, cómo se resuelve el asunto Ramón Paso, cuya inocencia, con perdón, a mi me resulta más facil aceptar que su culpabilidad. Con perdón también de Natalia Millan, gran actriz, que me reprocha que yo le siga apoyando a tal "monstruo"