EL SINDROME VICTORINO-ALIMAÑA: QUE VIENEN LOS MIURAS
A propósito de mi declaración el otro dia a vuela
pluma de la Rioja como cuna del castellano; un capotazo literario al toreo de Diego Urdiales y a sus seguidores, mis
amigos. Releo todo o casi todo de lo que el Instituto Castellano y Leonés de la
Lengua, con Santonja a la cabeza, ha
investigado y escrito sobre la cuestión. Como de costumbre, el catedrático
Gonzalo Santonja le pega un vuelco a la historia. Ya lo hizo hace no mucho con
las teorías cronológicas orteguianas de la corrida, haciendo retroceder en
algunos siglos el origen de su actual estructura. Deducciones inmediatas; el
castellano nace en la calle, brota por generación necesaria y exigencia natural de las gentes que ya no
podían entenderse en latín o lo hacían con dificultad. Sus orígenes son
anteriores en dos siglos a las Glosas Emilianenses, que datan no del siglo X,
sino de mediados del XI. Imprecindible para estas cuestiones el Cartulario de Valpuesta, una joya de dos tomos editada por el Instituto
y ya casi agotada. Vean ustedes dónde nos llevan los toros. Empezamos con una
verónica o un natural de Diego Urdiales y acabamos en las Pizarras Visigóticas y su parentela. Y a Por los albores del toreo a pie.
Aclaradas estas
cuestiones lingüísticas con aroma de Berceo, volvamos a los toros:
el síndrome del victorino alimaña sacude y condiciona la tarde, última de San
Isidro 2014, de las Ventas: que vienen los miuras.
Así que antes de que se desate la guerra de los toros de Zahariche, si es que hay tal
guerra, otro paseo por la Feria del Libro. Un título recomendable:
Otras vanidades.-
Poesía, Endymión. Daniel G. Sanguino. He compartido muchos ratos esta
feria con Daniel, de Disbook. Somos colegas de colección, él mucho más joven.
Y recuerdo a Jesús Moya, sus libros,
su generosidad y su albergue de gatos. Sus ediciones sobre todo. No hay poeta
español, creo, al que Jesús Moya no le
haya prestado ayuda u oportunidad. Como si fuera uno de sus gatos menesterosos y comunistas.
Todos los gatos de la calle Cruz Verde donde Jesús Moya, viejo pilar de Edit.
Ayuso, tenía Endymión, acababan siendo
rojos. No sé en qué se les notaba, pero lo eran. Por si acaso lloviera, cosa no
infrecuente, en la Feria del Libro, les recomiendo estos versos de Otras vanidades: “El sutil perfume de la
tierra mojada/ me llena de una extraña emoción”. Hay más y mejores, pues este poemario de intención totalizadora,
tiene la insólita extensión de 200 páginas.
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