martes, 10 de junio de 2014

TOROS Y TEATRO; SINDICALISMO Y SINDICALISTAS. MASONES Y MASONAS.


Lo peor de estos Sanisidros es que no he podido ver a los amigos en las Ventas ni en los bares aledaños de discusión taurina, el ágora de Cúchares: Chuco, Basilio, Valderrama, Antonio Sánchez, Jose Luis y Julia, Paquito y Josefina, tantos y tantos que vamos apartándonos de las plazas o, por lo menos, restringiendo la asistencia a las mismas, acabando con las buenas costumbres. Lo mejor,  acabados los festejos taurinos, es qe vuelvo con más fe al teatro, con auténtico mono de teatro. 25 años he compaginado en el Mundo la crítica teatral y la crónica taurina, sin que ni uno ni otro se hayan resentido. Es hora de descansar y dar al teatro lo que  es del teatro. Y algunos muletazos en tentaderos.
 No me olvido la vertiente cultural que Carlos Abella imprime a los Sanisidros. Presentaciones de libros, entre los que destaco la novela de Celia Forneas, Recuerdos, y la biografía de Agapito García Serranito, el gran e infortunado torero de la sierra colmenareña: en ambas intervine junto a Antonio Lorca y junto a las autoridades y aficionados de Colmenar Viejo, mi otro pueblo además de Torre de los Molinos. De las exposiciones programadas por el gerente de Asuntos Taurinos de la CAM, la sorprendente y original Diálogo con el vestido de torear. Y otras dos verdaderamente memorables que han dejado huella: José y Juan y Camilo José Cela y los toros, ésta en el palacio de Cibeles.  Hoy por hoy, Carlos Abella insustituible: toros y cultura.

Abandono, pues, las Ventas y me pierdo  en el laberinto teatral de Madrid: docenas de obras, sobre todo en el circuito alternativo,  ecos todavía de la lectura dramatizada de La Argentinita, en el Maria Guerrero, un auténtico montaje,  dirigida por Santiago Sánchez. Me llaman de la librería Yorick, especializada en  teatro -función que antes desempeñaba La Avispa de Julia y de Joaquín- editora de  La Argentinita, no tienen caseta en el Retiro, su "caseta está en la calle Valencia 21, pero los libros de teatro y La Argentinita van bien.

Fallo de los Buero Vallejo, de Teatro Joven, de ámbito nacional: en torno a los 300 grupos de participación; patrocina Coca Cola, en medio de vendaval de Eres y conflictos sindicales, al parecer en vias de solución definitiva. Como ya se ha contado, el Ere y las ofertas de Coca han sido muy superiores y beneficiosos para los trabajadores: el doble de los dias y compensaciones por año que han pactado las centrales mayoritarias en las reestructuraciones laborales de su personal. Como Luis María Anson daba colaboraciones  y sustento en el “ABCC verdadero”, a Marcelino Camacho y yo soy un sindicalista póstumo, o sea de Marcelino y los compañeros mártires del tardofranquismo,  la cosa pasa de teatro a los actuales burócratas sindicalistas: respeto unánime al sindicalismo, pero  no a los depredadores que lo usufructúan.  El último cabo que queda por atar, al parecer, es Fuenlabrada y Coca Cola ofrece, al parecer, reabsorber a los parados que se descolgaron del Ere, en condiciones no inferiores a las de aquellos que se acogieron a los pactos.  Anson para demostrar su rechazo del boicot a la firma patrocinadora de los Buero, pide Coca Cola. Yo no puedo sumarme a la petición: siempre he sido de tinto crianza y últimamente añero, Ribera del Duero; clarete de Cigales y verdejo de Rueda. Lo cortés no quita los buenos caldos y eso lo saben Beatriz, Marcos de Quinto y Juan José Litrán.

 De este certamen de los Buero, han salido algunas luminarias de la farándula, entre ellas Natalia Huarte, premio a la mejor actriz hace algunos años y hoy estrella de la Compañía Joven de  Teatro Clásico. Natalia se ha incorporado a un jurado de lujo del que daré noticia, con el fallo, los próximos días. Mientras, la Unir,  prepara Almagro y cuida la gira de  El Jardín de los cerezos. Y  Teatro del Arte, santa santorum  antes de Angel Gutierrez, programa otro jardín de los cerezos, menos Vagtangov que el del niño ruso, menos Chejov también y menos  Stalisnauski ideado y dirigido por Rebeca Ledesma. Una compañía joven  monta, El jardín, la última clase, el último dia de curso en una escuela de interpretación. Vida privada, amistades, amores, rencores, enconos, discusiones entre escena y escena: una teoría, muchas teorías de interpretación. Un montaje didáctico sobre la vida y obra de Chejov; teatro dentro del teatro, muy fresco  y juvenil con Pirandello al fondo. Un recorte en las escenas iniciales no le vendría mal.

 Y en este ávido reencuentro con el teatro, Israel Elejalde como director de El sótano en La Pensión de las Pulgas, con un texto de Benet y Jornet. Volveré sobre él, pues siempre es atrayente que un actor de prestigio afronte tareas de dirección, produce cierto morbo. En el Español, Sala Pequeña, Novecento, un grandioso texto de Barico con un grandioso Miguel Rellán. Volveré sobre estos montajes. Y volveré a ver, si me queda un hueco,  la reposición de Conversaciones con Alá, que María Hervás   estrenó en Pequeño Teatro y que fue candidata al Valle Inclán. Quedo con Natalio Grueso para intercambiar libro: él me da su novela reciente y yo Historias golfas del Café Gijón.

Y sigue la Feria del Libro sin perder gas,  en la que, contra  mi costumbre, he firmado dos días  Historias intelectuales y golfas del Cafe Gijón;  Disbook caseta 136. Por la tarde gente del común, desconocidos; por la mañana gente del teatro y los toros; todos bienvenidos, aunque quizá conmueven más los desconocidos, que llegan desprecupados e inocentes, sin compromisos de amistad. Muy buena  experiencia en esta Feria, a la que hacía más de diez años no venía.

Una recomendación:

Masonas. Historia de la masonería femenina.- Edit.Almuzara. Autora, Yolanda Alba. Apasionante recorrid0 por el proceso que llevó a muchas mujeres de diversa condición y cultura a enrolarse en la masonería. El libro supone  un doble avance: el reconocimiento de los derechos de la mujer y un paso en el esclarecimiento del secretismo de la masonería, los masones tan desconocidos como mal entendidos. Una autora tan inquieta y plural como Yolanda Alba, tan cosmopolita y universal que nada de lo humano le es ajeno, ha hecho un gran trabajo: desvelar las razones que llevan a trastocar un sistema androcéntrico en otro más abierto en el que la mujer adquiere  protagonismo. Y de paso arrojar más luz sobre la Masonería que, como escribe Yolanda Alba, no es una secta, ni un poder político, ni una ONG, ni una religión. Es una forma de conocimiento,  de hombres y mujeres libres, sin credo determinado, ni partido político, ni ideología común  que tiende al progreso de la humanidad; Igualdad, Libertad y Fraternidad es su divisa: Sabiduría, Belleza y Bien.

   

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