No sé por dónde va la poesía española
de ahora, pero tengo en mi mesa tres libros, cuyos títulos por sí solos
conmueven e inquietan: Los desengaños,
de Antonio Lucas; Áspera nada, de Juan Meseguer y La hora del lobo, de Javier Magano. Los tres títulos evidencian un inconformismo y, seguramente, una
diatriba y un compromiso y muchas denuncias, palabras devaluadas por una historia inconclusa; son
libros de poetas jóvenes en cuyas manos hay que poner el futuro de la poesía.
En cierta medida en manos de Antonio Lucas ya está, como puede estarlo
el periodismo de combate y trinchera. Lucas es un articulista excepcional que,
como en poesía, tiene por delante un camino largo.
Los desengaños.-Visor.- Es el último premio Loewe. De una madurez inquietante, de unos 38
años todavía aurorales, por los que parece ha pasado toda la historia del
mundo: sus catástrofes, sus infamias, los gozos humillados; tanta desafortunada
esperanza y tanta revolución de los sentidos devorados; tanta impostura y tanta
política menestral y canalla. Inquieta este libro. Por el lenguaje, por la
palabra nítida e incandescente. Por el miedo al futuro que no logrará redimirse
ni siquiera recurriendo a los fantasmas del pasado. Cualquier cita, al azar,
valdría para definirlo. Y al azar escojo esta: “Pero aún no ha saltado el frío
de las ramas./ Aún lo oscuro anuncia un álgebra muy loca./ Aún vivimos de
alquiler, de sueño a sueño/ y nunca estamos del todo en las palabras”. La
palabra podría ser nuestra salvación y más en periodistas como Lucas; pero ni eso.
La hora del lobo.- Edit Vitruvio. Juan Magano. Primer libro, y no lo parece, de un autor
novel, que tampoco lo parece. Escribí de él hace algunos meses y en todo lo que
dije me reafirmo. Poesía del laberinto emocional, muy lúcida, cargada de
símbolos y de amenazas. Poesía culta, sensorial, con destellos demoniacos y
luces arcangélicas. Aunque lo afirme su biografía y su bibliografía, resulta
difícil creer que sea un poeta primerizo. Y, si un poeta se define por sí mismo
y por sus fuentes y los magisterios aceptados y reelaborados, he aquí una
muestra: “no hay para la belleza más origen que la herida” (Jean Genet). O esta otra de Marqués de Sade: “sostuve mis extravíos
con razonamientos”.
Áspera nada.-. Edit. Rialp.- Juan Meseguer. Accesit de
Adonais en 2013. Nada mejor para definir esté áspero poemario, con indudables
destellos de trascendencia supraterrenal, la fé como controversia y no como
dogma no del todo dilucidada, que algunos argumentos del
jurado para premiarlo: “visión desazonada y crítica de la realidad”. Eso, y las demás razones del accésit, se
resumen en este verso de Meseguer: “sólo
el que persevera en el dolor verá cumplidas sus certezas”.
Mientras dure la Fería del Retiro ni un dia sin libros. Así que ya lo
saben os aficionados taurinos. Si quieren enterarse de lo que pasa en mi diario
de Las Ventas, tendrán que pasar por el aro de la poesía. La crónicas taurinas
siguen colgadas en diariodejavervillan.blogspot.com
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