martes, 3 de junio de 2014

FERIA DEL LIBRO; POESÍA DEL DOLOR

No  sé muy bien por dónde va la poesía de este momento ni qué cantan los poetas españoles de ahora. A veces, cuando nos reunimos para cosas de teatro, Jaime Siles al tanto siempre de todo, me comenta libros y nombres que me resultan extraños; extraños y lejanos. Otras veces escucho a Antonio Lucas, que lo tengo más a mano en la redacción del Mundo. Este extrañamiento es sin duda culpa mía que, en esto de la cultura, empiezo a parecerme alarmantemente al Borbón abdicado: me he entregado más a los toros que al poema; sanseacabó. Prometo enmendarme y no estaré más en un tendido si no es acompañado de un poemario. O, mejor aún, de la poesía taurina que, por los campos de Castilla, de la mano de Gonzalo Santonja y el Instituto castellano y leonés de la Lengua, en la voz primordial de Victoria Vera, hemos ido sembrando a voleo en los últimos años. Poesía y toros, Majestad: no es mal binomio.

No sé por dónde va la poesía española de ahora, pero tengo en mi mesa tres libros, cuyos títulos por sí solos conmueven e inquietan: Los desengaños, de Antonio Lucas; Áspera nada, de Juan Meseguer y La hora del lobo, de  Javier  Magano. Los tres títulos evidencian un inconformismo y, seguramente, una diatriba y un compromiso y muchas denuncias, palabras devaluadas por una historia inconclusa; son libros de poetas jóvenes en cuyas manos hay que poner el futuro de la poesía. En cierta medida en manos de Antonio Lucas ya está, como puede estarlo el periodismo de combate y trinchera. Lucas es un articulista excepcional que, como en poesía, tiene por delante un camino largo.

Los desengaños.-Visor.- Es el último premio Loewe. De una madurez inquietante, de unos 38 años todavía aurorales, por los que parece ha pasado toda la historia del mundo: sus catástrofes, sus infamias, los gozos humillados; tanta desafortunada esperanza y tanta revolución de los sentidos devorados; tanta impostura y tanta política menestral y canalla. Inquieta este libro. Por el lenguaje, por la palabra nítida e incandescente. Por el miedo al futuro que no logrará redimirse ni siquiera recurriendo a los fantasmas del pasado. Cualquier cita, al azar, valdría para definirlo. Y al azar escojo esta: “Pero aún no ha saltado el frío de las ramas./ Aún lo oscuro anuncia un álgebra muy loca./ Aún vivimos de alquiler, de sueño a sueño/ y nunca estamos del todo en las palabras”. La palabra podría ser nuestra salvación y más en periodistas como Lucas; pero ni eso.

La hora del lobo.- Edit Vitruvio. Juan Magano. Primer libro, y no lo parece, de un autor novel, que tampoco lo parece. Escribí de él hace algunos meses y en todo lo que dije me reafirmo. Poesía del laberinto emocional, muy lúcida, cargada de símbolos y de amenazas. Poesía culta, sensorial, con destellos demoniacos y luces arcangélicas. Aunque lo afirme su biografía y su bibliografía, resulta difícil creer que sea un poeta primerizo. Y, si un poeta se define por sí mismo y por sus fuentes y los magisterios aceptados y reelaborados, he aquí una muestra: “no hay para la belleza más origen que la herida” (Jean Genet). O esta otra de Marqués de Sade: “sostuve mis extravíos con razonamientos”.

Áspera nada.-. Edit. Rialp.- Juan Meseguer. Accesit   de Adonais en 2013. Nada mejor para definir esté áspero poemario, con indudables destellos de trascendencia supraterrenal, la fé como controversia y no como dogma no del todo dilucidada, que algunos argumentos del jurado para premiarlo: “visión desazonada y crítica de la realidad”.  Eso, y las demás razones del accésit, se resumen  en este verso de Meseguer: “sólo el que persevera en el dolor verá cumplidas sus certezas”.

Mientras dure la Fería del  Retiro ni un dia sin libros. Así que ya lo saben os aficionados taurinos. Si quieren enterarse de lo que pasa en mi diario de Las Ventas, tendrán que pasar por el aro de la poesía. La crónicas taurinas siguen colgadas en diariodejavervillan.blogspot.com

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