sábado, 25 de febrero de 2017

NUEVA CELESTINA JOSE LUIS GÓMEZ


 

 

Es razonablemente  nueva esta puesta en escena respecto a la que vimos hace unos meses en la Comedia. Ha desaparecido el aparataje que entonces dificultaba el movimiento escénico, José Luis Gómez ha controlado más la gestualidad de la puta vieja maestra en estrategias del arte de amar. La rudeza de Calixto no ha desaparecido del todo, pero sí lo ha hecho la zafiedad del primer encuentro con Melibea  que era una verdadera violación. Con sorpresa de Manuela Paso y su acompañante, situadas a mi lado, abandoné el teatro cuando las gasas, simulando el vuelo suicida de la virgen,  flotaban en el escenario. Había visto lo que tenía   que ver y el discurso de Pleberio,  Chete Lera, está siempre asegurado.

Ars amandi.

El arte de amar o de aprender o de enseñar a amar es peligroso, la vieja puta y reputa murió acuchillada por sus avarientos criados que habían disfrutado con sus mañas. El arte de amar no llegó a descifrarlo ni siquiera Ovidio y eso que su libro del mismo título, (Ars Amandi o Ars amatoria)  le costó el destierro.
En cosas del amor y e sexo mi generación se encontró con un fenómeno restrictivo  que acabó siendo factor  de liberación. Muchas de aquellas mujeres tenían una prevención resolutiva y taxativa contra la penetración. En consecuencia, considerando el acto carnal como un diálogo de los cuerpos y una derivación del espíritu, hubo que desarrollar el júbilo y la imaginación del  del juego y la caricia.

Desconsideración con una diosa.

El año pasado cometí la grosería de mandar a la mierda a una mujer, acaso una de las amigas más leales que he tenido, aunque en un tris estuve de perderla. De todas formas acaso ya la haya perdido, pues estoy en una etapa de mi vida en que pierdo cosas  sin posibilidad de recuperación. El  suceso tiene una explicación apuntalada por la dialéctica de un adicto a la filosofía cínica.  A esa mujer yo le había otorgado jerarquía  de diosa. Y conociendo mi superego  que solo yo conozco ¿cómo Javier Villán podía perder la oportunidad de mandar a la mierda a una diosa del Olimpo?. Esa fue la causa de mi desconsiderada frase.

Oportunidad para María Diaz.

Al afecto de María Diaz le ofrezco la oportunidad de añadir una muesca a la culata de su revólver. Hubo un tiempo en que María Diaz, con la retranca de su agudo humor bilbaíno, contabilizaba las veces que en mi blog citaba yo a María Hervás con motivo de su poesía. Bueno, pues aquí está otra cita más, aunque sea solo para decir que hace tiempo que no la cito y que no sé si me dará ocasión de volverla a citar. Mientras la Hervás ha estado con Los Gondra, salvo en la crítica que hice al montaje, nunca la he traído a colación.  Y me he olvidado de su poema Itaca en el que Hervás bailaba el vals de las flores con huracanes y tiburones sobre tormentas y volcanes. Y me he olvidado también de Deseantes, su obra de teatro con ramalazos de absurdo y, sobre todo, con un personaje digno de Jardiel, Mihura o Ionesco: la vegetariana jabuguista; una mujer adicta a los productos de la huerta que se pone morada de jamón de Jabugo 5 Jotas.   En el Premio Miguel Mihura la cité en un totum revolutum  porque era una de las 20 candidatas seleccionadas por el jurado.

Así pues, querida María Diaz,  ya está aquí la cita. Mientras, te recuerdo que tenemos pendiente un encuentro con  Javier Gutiérrez y con Peris Mencheta para activar no sé qué debates con estos dos genios de la interpretación. En el fondo, María Diaz, tú y yo nos entendemos. Tu eres generosa y yo soy un vasco nacido en Torre de los Molinos (Palencia) por capricho  de la historia según la cual los bilbaínos nacen donde les da la gana. Como Txetxu Mazuelas, hijo del gran Jose Luis Mazuelas, bilbaíno que nació en Burgos.

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