lunes, 28 de marzo de 2016

EN EL DIA DEL TEATRO SALUTACIÓN A BOADELLA Y SUS CIPRESES.


 



 

Salutación a Albert Boadella. 

Y pésame condolido por los cipreses muertos, asesinados, de tu jardín del Ampurdán. Jafre, un pueblo de menos de un millar de habitantes. La barbarie ha llegado a la aldea; nadie es  inocente.  No era el jardín de los cerezos, de Chejov; era el jardín de los cipreses de uno de los más formidables hombres de teatro de este maldito país llamado España.

No me sorprende esta vena cafre de la horda del separatismo catalán. A las puertas de la Monumental de Marina escuché, y vi, una tarde de toros una pancarta:   "no a la pena de muerte, excepto para Albert Boadella". 


En el arboricidio de la casa de Albert percibo los hachazos de los cerezos cuando un mercader los talaba para construir casas.  Constato  algo peor: el odio como forma de convivencia que se ha instalado en Cataluña y otras  partes de España. En toda España,  me atrevería a decir, país maldito donde siempre soplan vientos guerracivilistas.  Hace tiempo que en Cataluña se decretó la muerte civil de Boadella y de Ioglars. Esta muerte se ha escenificado ahora con el asesinato de tres cipreses. A diferencia de los de Gironella, los cipreses de Albert ya nunca creerán en Dios.




Un personaje, una actriz.
La grandeza, posible,  de una actriz ocurre cuando se la empieza a conocer   por un personaje que encarnó. Zutoia Alarcia será siempre para mí, la Ulalume, de Alfonso Sastre, que no pudo salvar a Edgar Alan Poe; Victoria Vera es  la Nausicaaa, burbujeante y seductora de Por qué corres Ulises. Y al hilo de  estos dias cruentos, Sabela Hermida es ya  Manar, la mujer siria del mismo nombre de su monólogo. Y María Hervás es la Jbara de Confesiones a Alá, la hermosa Jbara que reniega de su belleza y se maldice por ser bella, allá en el culo del mundo y grita. Cito de memoria: “aquí nos follan  como bestias porque follar es gratis”.  En contraste con la belleza de la actriz, o acaso por ello,   se me fijaron las expresiones más crudas y escatológicas de las Confesiones: “me importa un huevo si soy guapa, porque soy pobre”; además, comprueba dolorosamente que “todo gira en torno a un agujero, el coño”.  La escatología, en labios de Jbara es la belleza terrible de la desesperación.


La insumisión de Manar, yo creo que es de otra índole menos bronca,  más cerebral e historicista.  Es una fugitiva, víctima de una guerra, en un campo de refugiados; una mujer bella también; pero a diferencia de Jbara, antes fue feliz, amó y fue amada. Rozó la subversión.  Las evocaciones de Manar arrancan de la melancolía y la dicha perdida. Las de Jbara nacen de la rabia, de la cosificación de la mujer árabe. Esta es una esclava; Manar es una ilustrada.

La liberación del espíritu.

Las anteriores  reflexiones me aligeran el espíritu. Creo que estos días he forzado la tensión emocional hasta límites insoportables; no ha sido un revuelo, ha sido una tempestad. Un libro de poemas, al que no me atrevo a poner título, en tres días. Sabré  lo  que he escrito, cuáles los límites  de  la palabra y del ser humano, cuando el libro recobre su autonomía.

Desde el 11M se viene hablando del moro, del puto moro condenado a 40.000 años de cárcel por volar cuatro trenes en Atocha. De eso no estoy tan seguro. Pero esta Semana Santa los putos moros les han jodido, añadiéndoles más dolor, la fiesta del dolor a los cristianos; de golpe, 30 muertos y 300 heridos en Bruselas,  corazón de la UE. En plena Semana Santa para que nos enteremos por dónde van los tiros de la Alianza de Civilizaciones. Pero a mí los putos moros no me joden un plan. Yo me había encerrado en mi catafalco, recado de escribir a mano y unos discos de saetas que me chiflan. El Jueves Santo, mi cumpleaños, me llamó María Toledo y para felicitarme me cantó una saeta. También me felicitó Marily Valdazo, fiel amiga que me prestaba su nombre para mis cartas a Ana, mi dulce novia clandestina. Una pequeña cruz al lado del sello y Marily sabía que aquellos misterios no eran para ella.    Mamen Cornejo no  canta saetas; me manda un beso de Enrique y otro de su perro. 
 A Kuajo, nuestro perro, el perro de toda la familia, el perro guapo y listo del barrio, una jauría furiosa le ha dado una paliza salvaje. Está destrozado a mordiscos. Nos mira sin comprender con sus bellos y grandes ojos asustados. Kuajo es hoy para mí un ser tan doliente como un refugiado. Imagen de la injusticia y la crueldad humana y perruna. Ronda, la perrita amiga, le mira triste y no se atreve a acariciarle.

Cuando me llegaron las salpicaduras de los muertos de Bruselas me acordé de Confesiones a Alá, de Maria Hervás. Escribí que Jbara quizá estuviera llorando y me invadió la melancolía. Me llama Sabela Hermida,  a vueltas con Manar, el monólogo de la mujer árabe,  siria, refugiada; en muchos puntos coincidente con la mujer marroquí de  Confesiones a Alá.

Me cuentan que la dinámica vertiginosa de Mongolia Musical se actualiza en cada función: nuevos públicos, nuevas improvisaciones. Los Jueves, milagro en Luchana.

Nuevo libro de poemas.
 He corregido pruebas de Nuevos sonetos de la Impostura. Unas vueltas de tuerca, el libro está hecho. Nadie me amará por este libro cafre. Y me tiro de cabeza sobre Mi vida de teatro (Memorias); cuestión de reorganizar unos párrafos, nada, apenas unas horas. Reflexiono sobre la interpretación en general y sobre la actriz en particular. La vida es trueque y puedo cambiar un adjetivo por una sonrisa; pero tengo la sensación de que nunca podría enamorarme de una actriz. Nunca sabría si la devoración  de los cuerpos y las bocas es la revolución de los sentidos   o  simple coreografía. En mi idea sobre dramaturgia tengo demasiado presente a Diderot y La paradoja del comediante.

Después de todo eso, aun me ha quedado tiempo para la poesía, la que no cambia la naturaleza de las cosas, pero me cambia a mí. En tres días, de una tacada, sin respirar apenas, he escrito un libro de poemas que venía haciéndome la vida imposible. Ha bastado quitarle el tapón de la botella en que estaba aprisionado. Aún sin título. Ahora, al fondo del cajón durante unos meses a ver cómo evoluciona por sí solo.

Huyendo de los moros se pasan a Buda.
Lo de los  putos moros es un sinvivir. Ya no me deleita recitar “yo soy de aquellos hombres que a mi tierra vinieron, soy de la raza mora, vieja amiga del sol, que todo lo  ganaron y todo  lo perdieron. Tengo el alma de nardo del árabe español”. Europa amenazada de escombros y cenizas. Tengo una amiga que prefiere marcharse una temporada con los budistas al Tibet o no sé dónde, a ver qué pasa. Como via de conocimiento el budismo lo desconozco; pero  no ponen bombas  ¿no?.  Tuve otra amiga que quería escribir sobre las prácticas amatorias de los budistas. A mí eso me picaba la curiosidad. Pero mi amiga desapareció y no volví a saber de ella. Temo que ahora pase lo mismo.

 

lunes, 21 de marzo de 2016

MONGOLIA MUSICAL. NI TÍTERE CON CABEZA. Y A LO BESTIA.


Reflexiones colaterales sobre el musical
Los mongolios, Edu Galán y Dario Adanti no dejan títere con cabeza y un poco a lo bestia en el Musical;  naturalmente hay más títeres descabezados de derechas que de izquierdas. Lógico; en la vida y en la política también son más.  Váyase lo  uno por lo otro. Quien conozca Mongolia Revista puede hacerse fácilmente una idea. Además, yo no creo en la neutralidad ni el equilibrio de crítico. Tampoco creo que, en líneas generales, los lectores de Mongolia, la Revista, sean los mismos que los espectadores del Musical. La reacción de estos, salvando por supuesto  honrosas excepciones, es más primaria. Mongolia Revista no es que sea Cuadernos para el Diálogo, pero requiere una lectura, cierto raciocinio, cosa a la que no creo estén dispuestos todos los espectadores de el Musical. Pero  ver un teatro lleno siempre me llena de gozo. Y espero algún dia ver a Celia Mayer, concejal de Cultura del ayuntamiento de Madrid. Prueben los mongolos a invitarla a este Musical, a ver si se anima; Mayer tiene que convencerse de que el teatro no es tóxico.  La sala principal de los Luchana estaba a tope.

Rita la bella y el arzobispo compasivo
Entraba yo en  los prolegómenos procesionales  de  Semana Santa deprimido por la condena, prevista y previsible, de Rita Maestre.  Si después de que el Arzobispo de Madrid la absolviera y yo pidiera  “piedad para Rita”, no  ha sido exculpada, es que para los jueces, prevaricadores a menudo,  ya no quedan valores respetables en este país.  A  fin de cuentas  soy exseminarista, que no alcanza el grado  de arzobispo, pero es una jerarquía. Dice Edu Galán que a un arzobispo solo se le puede pedir perdón después de habérselo  follado. Puede que  esa fuera la intención de Rita, pero los arzobispos  se han vuelto un poco estrechos y no son como los curas de antaño, que siempre tenían una hermana o una sobrina para que les organizara  la casa; “la hermana el cura”, “la sobrina el cura”. Que allí había matute se veía enseguida, sin que mediara   incesto   impensable en los pueblos de Castilla, que era donde  desterraban a los curas risqueros sin nada  bajo la sotana. También afirma Edu Galán en un tuit que los obispos son menos remilgados  con los niños. En el Seminario yo era un muchacho feo, campesino y un poco tosco y bronco, no era un querubín. O sea que nunca  corrí peligro.

 Las dos Ritas y las varas de medir.
Lo que me parece un contradiós es que a una Rita, la Barberá, la aforen por delitos   de corrupción,  blanqueo de dineros, financiación ilegal, y que a otra Rita, la Maestre, la descomulguen  por hacer algarabía en sostén y tetas en una capilla católica. Moralmente,  las reivindicaciones un poco pueriles de la tropa de Rita sobre ovarios, rosarios y derecho a comerse la almeja, pueden tener cierto  sentido de agresividad anticlerical. Pero técnicamente yo creo que  es solo un sacrilegio, invasión escandalosa de un  lugar sagrado, que compete a la Iglesia tasar y valorar. Hay en Rita algún agravante ajeno a esta jurisdicción,  que sí pudiera ser de orden político y guerracivilista. Pero no creo que la bella Rita y sus amigas  lo planteasen  como una amenaza política, lo que sería una declaración estúpida de culpabilidad extemporánea: “ardereis como en el 36”. Luego, viene  Rita y se queja de que la quieran socarrar  como a una bruja. Lo del 36  creo que ha sido un lapsus lingüae. Y que la Iglesia,  ha estado sabia  y ecuménica y taimada,  si no de qué   2000 años.

 De momento, se ha conjurado el peligro más temido por mí. Que condenaran  a cárcel a la bella Rita Maestre y la metieran en la misma celda que a Rita Barberá. De esta Rita me dicen los amigos de Valencia que tenga piedad, que yo era su crítico favorito de toros y que un dia en la Fira de Juliol, me invitó a un vino en la Taberna Alcázar. En el Musical la fríen a tartazos como en las películas del cine mudo; en la cara de Edu Galán, que conste. El Musical de los teatros Luchana ha sido como un raro rito, un poco bestia, para iniciar mi tiempo penitencial y depurativo de la Semana Santa, que a mí me chifla. No es una cuestión de fé, sino de estética. Me flipan los imagineros. Incluso Salzillo,  el de Murcia. Volveré a verlo, a pesar de que en  Murcia alguna gente de teatro ha  empezado a llamarme gilipollas y cosas peores.

El Musical. Y una inyección de refuerzo para seguir repudiando a los zangolotinos mamporreros de una profesión apasionante, el periodismo. Respecto a los periodistas que el  Musical somete a escarnio,  creo que se han quedado cortos. Yo ampliaría la nómina. Y trataría de vincular la corrupción como sistema de gobierno a la corrupción como sistema de periodismo. Ahora todo el mundo tira de la manta; pero durante algún tiempo sólo el Mundo de Pedro Jota bajó a las cloacas del Estado, esas en las que a Felipe González  le gustaba chapotear  para organizar la guerra sucia contra Eta. Y llevando de palmeros a las estrellas de El Pais. Este miraba para otro lado y era tan impostor entonces  como ahora, maldecido por los popes y las popas que antes tenían patente de corso y hoy lloran el poder perdido.  A la mierda.

Mis procesiones
 Me pasaré la Semana Santa corrigiendo pruebas de Nuevos sonetos de la Impostura,  si mi editor Ramón Akal me deja   convencerle de que  Podemos y su disparatado canibalismo político, también son unos impostores aunque menos, lo concedo. El tiempo que me quede lo pasaré viendo procesiones, por las que flipo,  no por cuestión de fé y religión, sino por cuestión de santería y por la   imaginería de algunos tallistas  como Gregorio Fernández.

Estoy en desacuerdo con Edu González cuando en el Musical abomina de la Semana Santa sevillana.  Durante muchos años mi idea de la felicidad eran las procesiones de El Cachorro, La Soledad; y la Maestranza,  con la idea siempre de ver salir a un torero por la Puerta del Príncipe, la Capilla Sixtina del toreo. Luego, para rematar, juergas flamencas  por Triana, el barrio republicano  que Queipo de Llano, el general borrachuzo, quería reducir a escombros en el 36.

En definitiva,  procesiones  en las que   a las vírgenes las llaman guapas   y otros filigranas del racial piropo celtibérico, tienen su aquel. Un año, estando un poco calamocano que diría don Latino, me atreví a llamarla “tia buena” a la Macarena y algunos sevillanos, tan calamocanos como yo, me declararon cofrade de honor.
 
Naturaleza gastronómica del coño
Puestos a prohibir, prohibamos la procesión del Coño Insumiso que es una horterada. Primero, porque  los coños, por su propia naturaleza, han de ser  siempre insumisos y libérrimos;  y segundo, y en especial,  porque el coño no es de naturaleza visual y óptica, sino gastronómica.

Y a ver si me centro y empiezo a hacer la crítica del Musical que, es lo que me compete. La próxima función del Musical cae en Jueves Santo y algunos amigos   me preguntan si les merece la pena.  Mi respuesta es que el teatro es  lugar sagrado y que siempre merece la pena ir; o sea, que vayan y que  allá ellos y  a quien Dios se la dé Mongolia se la bendiga. Entrar en una sala de teatro es un acto revolucionario, y más  teniendo en cuenta que Celia Mayer no ha pisado todavía su teatro, el Español de la Plaza Santa Ana; y desde que Pablo Iglesias, en un momento de euforia, dijera que el teatro es una mariconada. Piscator, Maiakowski, Meyerhold, Brecht, Valle Inclán, Arrabal a la mierda, todos maricones. Se empieza así y se acaba por montar una tragedia tipo  Macbeth con Errejón,  Echenique, Tania Sánchez, Pasqual, Teresa Rodríguez; y por destituir a Pérez de la Fuente que se atreve a poner a Alfonso Sastre y a Max Aub, dos grandes del teatro español del siglo XX, dos malditos siempre en el punto de mira del sistema; el de Franco y el de la democracia putrefacta.

Lo bueno, lo malo y lo regular del Musical.
Voy a entrar de una puñetera vez en el Musical, que es de lo que se trata, pero antes quiero fijar mis posiciones; a) soy antimonárquico  y los Borbones me parecen una anomalía histórica producto de sucesivas  disfunciones eréctiles. b) me declaro gramsciano, o sea “frente al pesimismo de la inteligencia, el optimismo de la voluntad”.

 Dicho esto, a ver cómo me las arreglo yo para decirles a Edu Galán y a Darío Adanti que no me gusta esta segunda edición del primer musical,  que sí me gustó. Primero porque me parece políticamente ineficaz y estéticamente prescindible sin entrar en un análisis de sus estructuras dramáticas; circunstancias que, seguramente, se la sudan al público al que el Musical va dirigido. Segundo, que la escatología como  lenguaje de transmisión de pensamiento no es convincente; que llamar cacahuete disecado a Teresa de Calcuta o mandar a Felipe VI y a toda su parentela, a mamarla y a tomar por el culo,  -coreados por un público  preocupado de reponer intendencia en el bar de al lado-  es   como el caca,  culo,  pis de los niños. Es en este sentido,  en el que echo de menos la  inteligente y vitriólica crítica del anterior musical. También echo de menos,  más beligerancia contra los putos moros de la yihad y el puto  ISIS, verdadero puto fascismo de estos días.

Y como no todo han de ser pegas, me parece formidable la historieta de Franco y su técnica del golpe de Estado, su técnica de la supervivencia histórica, su técnica de fascismo y su técnica de fusilamientos. Sigue siendo muy buena  la forma de matar a un gallego y la puerta giratoria. Ahí, el pelotudo  Dario Adanti  que es mejor showman, pero no mejor actor que Edu Galán, es imparable e implacable como una apisonadora.

Bueno; aquí paz y después gloria. La paz, no lo sé. Y la gloria me la suda.

sábado, 19 de marzo de 2016

PREMIO DE HUMOR AL SEÑOR ERASO, DE MADRID DESTINO.

Bululú,  homenaje al teatro en la sala D,Odorico del Español.


No pude asistir a la inauguración de la exposición de Felix de la Vega en la sala Andrea D,Odorico del Español. Pero estuve informado puntualmente por todos y cada uno de los que intervinieron en el acto.  En realidad, mi conexión con esta magna muestra de homenaje al teatro, ha sido, en cierta medida, obra de la casualidad; casualidad de admirar sin reservas a este pintor palentino; casualidad de ser patrono de la Fundación Caneja, y  fatalidad de que Felix me pidiera unos textos para la exposición en esta Fundación, que es el origen y causa de que Bululú, raíces del teatro, esté hoy aquí. Por eso, con la presencia del director y alma mater de la Caneja, Rafael del Valle,  y con Gonzalo Santonja, director del Instituto Castellano y Leonés de la Lengua, está explicada mi conexión con esta muestra.

Durante el acto de la inauguración en la Sala D,Odorico yo llamaba de vez en cuando y le preguntaba a  “ha llegado ya Celia Mayer?”. Y me respondían, “no, no ha llegado todavía”. En realidad, yo llamaba por llamar, por joder un poco, pues si Celia Mayer, Concejala de Cultura del Ayuntamiento de Madrid, no ha pisado el primer coliseo de España ni para saludar a la hija de Max Aub, ni para aplaudir el montaje de José Luis Garci, de Cargamento de sueños de Alfonso Sastre, menos iba a ir a ver los cuadros de un  genio de  Palencia. Este genio tiene la cara de campesino y  pinta gente descalza y con aire  de pobres menesterosos, pobres de pedir, oiga.

Luego yo volvía a llamar preguntando “y el señor Eraso, ha llegado ya el señor Eraso?. Pues no,  el señor Eraso no ha llegado ni se le espera”. El señor Eraso, el del teléfono mudo, al menos para mí, es el capo de Madrid Destino, Empresa Municipal de Cultura. Al  señor Eraso quizá le den  el Premio del Humor por declarar, con un par,  que destituye a Pérez de la Fuente “por su arrogancia”. La carcajada en el mundo de la Farándula, especialmente entre  los cómicos que han trabajado con él,  ha sido homérica: “Perez de la Fuente, arrogante?. No, algo peor. Pérez de la Fuente es  terrible en los ensayos; un verdadero cómitre con látigo de siete puntas. Luego, en el estreno, lo agradeces, pero mientras tanto...Uf". Por eso quieren darle al señor Eraso el premio al mejor humorista municipal. Por lo que me cuentan, la inauguración de la exposición fue un éxito multitudinario, gracias a  un morbo añadido, creo yo: comprobar si el destituido, que no cesado, director del Teatro Español largaba contra el señor Eraso o contra Celia Mayer. Morbo truncado, no pasó nada: sólo cuadros y Un viaje entretenido, de Rojas Villandrando, que es la fuente en que ha bebido Felix de la Vega. Le prometo, recordando mis tiempos de crítico de arte,  un amplio comentario sobre su pintura dentro de pocos dias.    

jueves, 17 de marzo de 2016

LA CRITICA COMO RIESGO. MEMORIAS DE TEATRO


La crítica, ejercicio de alto riesgo

"Siempre he dicho que la crítica es un mal no sé si necesario, pero evitable. A raíz de uno de los acerbos comentarios que le dedicaba a Buero, Haro me confesó un dia: “dirán que es revancha porque Buero se negó a pagarle a Concha una colaboración musical”. Buero se vengó escribiendo El caimán, historia de un crítico de arte que no distinguía los colores. Hasta los ciegos de En la ardiente oscuridad se dieron cuenta de que allí estaba Haro Tecglen.

Lo del crítico del Pais con Marsillach era peor. Tras haber sido su máximo apologista y exégeta acabó poniéndolo a los pies de los caballos. Sarcasmo de Marsillach : “Haro ha pasado de gustarle todo lo que yo hacía a no gustarle nada”. Ironía de Haro: “dirán que es por no sé qué mal entendido entre Concha y Mercedes, que son muy  amigas”. Para mayor precisión ver libro Tan cerca, tan lejos.

 Lamentación de Haro que se  me clavó en el alma: “en eso quedamos los críticos, chismes para porteras. Algunos solo aceptan la lógica del elogio, como un derecho adquirido. Eres magnífico cuando alabas; cuando no, te conviertes en un genio maléfico y desalmado”.
 
Se preguntarán ustedes a cuento de qué saco a relucir ahora este fragmento de mi libro (en preparación) Mi vida de teatro,  Sobre todo cuando no hay de   por medio ningún Buero ni ningún Marsillach, ni de lejos. Viene a cuento; pero no es cosa de dar tres cuartos al pregonero. Y los que tienen que entender entenderán. A fin de cuentas, todos tenemos en algún momento de nuestra vida, esa “hora tonta” que tanto temen los gitanos. 

 Los críticos sabemos que escribir de determinadas personas puede ser un ejercicio de alto riesgo. Aunque no sellamen Buero ni Marsillach

martes, 15 de marzo de 2016

EL 11M DE PEREZ DE LA FUENTE EN EL ESPAÑOL


 "Pérez de la Fuente es un arrogante". (sr. Eraso)

Destitución de Juan Carlos Pérez de la Fuente como director del Teatro Español. Pese a la excelente programación que venía haciendo, estaba sentenciado por los podemitas del Patio de Maravillas, que no dan una a derechas y, lo que a mí me parece más grave, tampoco a izquierdas. He apoyado esa programación apuntalada, entre otras cosas, en la recuperación para el teatro español de dos grandes autores del siglo XX: Max Aub y Alfonso Sastre. Y apoyaré cualquier proyecto con amplitud de miras. El sitio del crítico es el patio de butacas. Lo cual no es óbice para que haya destacado  el nivel de incultura de una concejala de cultura, Celia Mayer, a la que nunca he visto en un estreno. Ni fuera de él.

Lo más sorprendente es que el señor Eraso, jefe de Madrid Destino, base la destitución en la “arrogancia de Pérez de la Fuente”.  En estilos personales de la gente no entro, y es fama que, a la hora de dirigir, Pérez de la Fuente es, en los ensayos, algo peor que arrogante. ¿Podría considerarse arrogancia del señor Eraso que no haya respondido a ninguna de las llamadas que, con ánimo puramente informativo, le he hecho?

 A Pérez de la Fuente le ha estallado en las manos un 11M teatral, el mismo día del aniversario de la voladura de los trenes, con menos incógnitas que el terrible suceso de hace 11 años. En el Español se abre un periodo posiblemente crispado: ¿qué va a pasar con Numancia ya en ensayos y con el resto de la programación, qué asuntos legales interferirán la negociación de las partes…?

 

 El 11M y el teatro

 Adversas circunstancias me han impedido asistir al estreno de Ana el once de marzo, de Paloma Pedrero. Y las mismas me alejarán de la magna exposición de Félix de la Vega, Bululú, las raíces del Teatro, en la Sala D,Odorico.   Bululú es un colosal homenaje al teatro de un pintor palentino que ha tomado como referencia Un viaje entretenido, de Rojas Villandrando.   Respecto a Ana el once de marzo, oportunidad tendré de hacer la crítica tan pronto como pueda verla. De ese día, 11M, a mí me sigue interesando la intrahistoria, el juego sucio de servicios secretos cruzados. Y el pobre moro condenado a 40.000 años de cárcel como autor material de la matanza. Estoy hasta los güevos del pobre puto moro, chivo expiatorio de un atentado de 200 muertos, mucho más enrevesado.

  Se lo comentaba a un antiguo “compi poli”, (o sea que, en alguna ocasión,  nos repartimos a medias los ostiones de los maderos) que pasa por cocinero de algunas salsas podemitas.  Aunque tú no lo creas Podemos tiene un discurso cultural, solo que no hemos tenido tiempo ni gente apropiada para articularlo, me dice. Ahora estamos en otra guerra. Le pregunto si tienen, también, un discurso teatral o si comparten con su jefe Iglesias, que el teatro es una mariconada.  También tenemos un discurso teatral, dadnos tiempo.

 

3 Miradas

 El 11M ya ha generado su teatro,  pero no por la vía política sino por la vía dolorosa. Vuelvo al estreno al que no pude asistir. Ana el once de marzo es una triple mirada   sobre la tragedia; una víctima que viajaba en uno de los trenes, un hombre compartido por tres mujeres: la madre, la esposa y la amante. Ahí radica el intenso nudo dramático, cruce de sensibilidades muy en la línea   de la dramaturgia de Paloma Pedrero; la autora   mira los hechos desde el amor herido y la solidaridad del dolor. Además de estas miradas, el 11M necesita una obra de teatro documento, una obra radicalmente política.

 

11 Miradas

La primera manifestación teatral respecto al 11M tuvo lugar en el primer aniversario: Adolfo Simón, 11 salas, 11 autores y 30 actores. En 2006, Tomás Afán ganó el premio Ciudad de Palencia por 11 Miradas.  Una hazaña cultural del PP del Ayuntamiento de Palencia ha sido cargarse este Certamen, que ha dado textos tan notables como este, o como Alemania, de Ignacio Amestoy u Obsesion Street, de Diana de Paco Serrano.  Once miradas, entre ellas una criminal y estupefacta, una electoral y cínica,  una triste, otra  ideológica, una mirada mora, una mirada cristiana....

martes, 8 de marzo de 2016

FIN DE SEMANA EN EL PARAISO. TODO TEATRO


Los heraldos negros.

Intenso fin de semana teatral. Se fortalece el ánimo, pero el cuerpo cruje y hace crac. Un fin de semana contradictorio: en el paraíso, mas con raras premoniciones de heraldos negros vallejianos. No sé.

Viernes, Matadero. Prodigios de Mamet y prodigios de un actor en la cumbre, José Sacristán. A la salida, Manuel Hidalgo  comenta la fecunda trayectoria de Sacristán, siempre magistral, incluso en los tiempos celtíberos de suecas en bikini y landismo en camiseta y  porrón de vino. Tengo un inmenso respeto por Manuel Hidalgo; cuando mandaba mucho en El Mundo, Hidalgo con el inolvidable Francisco Umbral, fue siempre, o casi siempre, un generoso defensor.

Sábado; doblete en Réplika: El jardín de los cerezos, de Chejov y El casamiento, de Gombrovicz, un autor polaco casi desconocido en España. Me lo reservo para un comentario en profundidad. El jardín de los cerezos es para mí la pieza mítica de Chejov. Jare Bielski la simplifica y recorta; echo de menos los secos y lacerantes golpes del hacha al final de la obra, sustituidos o ahogados por los chirridos de una motosierra. Oportunidad para hablar con Niko Bielsky de proyectos aplazados y en trance de recuperación. Desde que vi su Combate de negro y perros, tengo gran confianza en este joven director. Uno de los atractivos de la crítica es que uno puede apostar, sin que nadie se lo reproche, por   valores emergentes. A veces aciertas y a veces no. Acerté de lleno, como todos los demás, con Irene Escolar. Y ahí está la menor de los Gutiérrez Caba en la cumbre por absoluta unanimidad. También he apostado por María Hervás desde Conversaciones con Alá. Es una apuesta sobre seguro. En Palencia, mi pueblo, para hacer buena mi profecía, el Festival Internacional de Cine, que dirige Fernando Méndez, con la colaboración de Juan Francisco del Valle, acaba de darle el Premio Otero por su intervención en el corto de Carlos Polo, Si tuviesen ojos.

Luciérnagas; Danny y Roberta

Fede Rey, de Teatro del Arte, es un valor joven al que Luciérnagas abre mucho crédito. Excelente la reposición de Luciérnagas, con Jaime Reynolds y Carmen Gutiérrez, de una autora inquietante, Carolina Román que dirigió la anterior versión.  Me aconsejan que apueste sin reservas por Lucía Diaz-Tejeiro, poeta que hace teatro de sus versos; o a  la inversa, no sé. Apostaré por ella cuando la vea.

Domingo en  La Mirador. Danny y Roberta, dirigida por Mariano de Paco Serrano e interpretada por dos actores impactantes: Laia Alemany y Armando del Rio. Con otro reparto, fue el primer triunfo, hace varios años, de un joven director por el que muchos apostamos sin reservas y que quizá no ha alcanzado las expectativas que en él depositamos. La culpa,  en cualquier caso,es nuestra Pertenece a una generación de genios en la que junto a Miguel del Arco, Juan Carlos Rubio o Peris Mencheta, por citar solo a los mejores, es difícil destacar. Volver a su éxito inicial puede ser un síntoma alarmante.  Mariano de Paco necesita un triunfo fuerte, no una reposición de un espectáculo lejano, para no convertirse en una promesa eterna y quedar estancado en un futuro incierto. Danny y Roberta, de Jhon Patrick Stanley, es un texto caníbal, destructivo y salvaje. Y caníbal  es la interpretación de Laia Allemany y Armando del Dio. Tanto que, a veces los personajes se canibalizan a sí mismos, sin distanciamiento. Una excelente cantante, Ester Rodríguez, ilustra la violenta acción sin que pueda explicarse muy bien el sentido de su música de indudable calidad. Lo mejor Ay pena, penita pena. Me convence   la recreación que hace de esta canción, aunque no tenga  la volcánica garra de Lola Flores.

Jardiel Poncela. Posible coproducción entre el Teatro Nacional de Cataluña y el Teatro Español; Eloisa está debajo de un almendro que pudiera dirigir, Xabier Alberti.  Pérez de la Fuente sigue reforzando una programación que presentó al inicio de su mandato y sobre la cual el equipo cultural del Ayuntamiento de Madrid no se ha pronunciado ni en un sentido ni en otro. ¿De qué quejarse? Axioma viejo es aquel de que quien calla otorga. Nada que objetar.

 

 

miércoles, 2 de marzo de 2016

CINETECA, SALA ALTERNATIVA DEL MATADERO


Eros y poder.
El Dios K es un dios vencido; pese a la tormenta mediática que lo encumbra acaba siendo un dios derrotado. Ni el dinero, ni el erotismo del poder o si se quiere el poder del erotismo, logran impedir su destrucción. El hecho es simple y real: la violación de una camarera en un hotel por el todopoderoso e intocable Dominique Strauss-Kahn, presidente del Fondo Monetario Internacional. Aspiraba a la presidencia de Francia y su techo político y financiero parecía no tener límites. No era la primera vez que perpetraba suceso tan normal para él como execrable para las víctimas: violentar a cualquier mujer que se le pusiera a tiro: una jovencísima  inocente, una puta del común o una ramera de lujo.

Atención a una de las primeras escenas. Wendy, la prostituta, siente su cuerpo su cuerpo amenazado de falos erizados, lanzas enhiestas que acometen su destrucción y escarnio. Hay una especial rabia, un sarcasmo indisimulado por parte de Mona Martínez en esta afirmación. El texto, crudo e irritante sin interrupción, habla de pollas en vez de falos, del poder absoluto de la polla.

 En esa constante amenaza, la mujer halla venganza; si el poder del macho es la polla y el dinero, el poder de la mujer es el coño, la manipulación del deseo. Siempre que no seas una camarera de hotel de cinco estrellas,  negra además, obligada a callar para no perder el puesto de trabajo. Negra, camarera sin especiales atractivos ¿quién iba a creerle si denunciara la fechoría del Dios K? Reflexión amarga de uno de los personajes que interpreta una excepcional Mona Martínez: la suprema violencia que humilla a la mujer, por el simple hecho de serlo, desde el principio de los tiempos, siempre objeto de y nunca sujeto de. Mona Martínez  pone en pie una decena de personaje con la facilidad de quien respira para vivir; sin impostaciones ni quiebros de voz; absoluta limpieza diferenciadora. Alberto Jiménez. Es uno, es el Dios, pero con tantos matices como los  varios   personajes de Mona. Un actor orgánico de una visceralidad controlada.

El texto es incómodo, molesto, cínico con frecuencia, vomitivo;  aunque se le adorne con la presencia y opiniones de la fauna intelectual que dicta  el canon; desde Shakespere a su exégeta máximo, Harold Bloom, pasando por Houelebec y otros popes de lo políticamente correcto y lo absolutamente incorrecto.