jueves, 31 de octubre de 2019

RICARDO III , UN DESAFÍO


Ricardo III

Maléfico 

(Publicado en Metrópoli. El Mundo)
No conozco ningún actor que se precie de tal que no aspire a hacer Ricardo III. Formidable lección actoral de Israel Elejalde en Ricardo III,un cojo venenoso dotado  del don de la maldad. Hay una novela de Josephine Tey, La hija del tiempo,  que demuestra todo lo contrario, pero a afectos de esta función importa poco. La notable interpretación del resto del elenco queda oscurecida por la colosal labor de Elejalde.  ¿Shakespeare o Miguel del Arco?  That is the question. Aunque aparece la momia de Franco, despectivamente arrojada a la basura, Miguel del Arco no ha caído en la tentación de trivializar la cuestión identificando al dictador español con el Ricardo de Shakespeare. Incluso para la maldad hay que tener grandeza, que no tenía Franco, convencido  de estar cumpliendo una misión divina. Mientras,  a Ricardo de Gloucester le bastaba la inercia de un asesino en serie  aferrado al poder. Hay una figura alta y grande, (un travesti, supongo) una figura de negro identificable como Carmen Polo de Franco, a la que yo creo podía habérsele sacado más partido; pero ya he dicho que Miguel del Arco está más en Ricardo que en el genocida español.
 Ricardo es un villano no excesivamente complejo, pese a las apariencias y al rango que le dan amplios estudios sobre su figura. Es un ser deforme, lo cual explica en parte sus criminales extravagancias. Un personaje histriónico con un lado cómico y grotesco que Elejalde explora a fondo. Ricardo no  es un ser inmoral, pues eso supondría cierta conciencia que desconoce, ni se lo plantea. Los demás tampoco porque están a su servicio. Ricardo es un ser abyecto sin más norma que un poder sin límites. Para hacer más creíble este absoluto, Shakespeare le otorga algunas virtudes o pasiones como el amor fugaz y la lujuria que, además, permiten a Elejalde flexibilizar la sicología del monstruo. Al fin, ya se sabe , "mi reino por un caballo"
Miguel del Arco refuerza su sentido de la dirección, la marca de su poética dramática, basada en la radicalidad de los caracteres;  y en una épica matizada por la interiorización del personaje abierto en canal.

lunes, 28 de octubre de 2019

Diana de Quer, mujer del mar n memoriam


Diana  de Quer. Elegía por una mujer libre

Porque eras bella y libre
Y habitante del mar.
Por eso te mataron.
Porque eras mujer mar
Una Venus de espumas
Turbiamente deseada
 Amenazada insomne,
Sentenciada,
Venus de Boticceli
Siempre purificada.
Por eso te mataron.
Odio pusieron en el lugar
Donde florece y triunfa
El sexo y el amor.
Garras en vez de manos
Destrozaron tu cuerpo
Manos que  debieran nacer
 para la caricia y el gozo
Manos de fieras hechas garfios,
Tenazas de fuego y fragua maldita y dolorosa.
No descanses en paz, sueña el castigo.
O sí descansa y sueña.
 Que otras   lloren por tí
Y tramen la venganza,
Maldito sea Abuin el  Chicle.
Sufra  y llore
Si es que sabe del sabor
Amargo de la lágrimas.
No ha de otorgarse a nadie
La paz que te negaron los malditos.
No haya perdón tampoco
Para quienes hicieron
Noticia cruenta, roja de sangre
 y amarilla de estiércol,
De tu escarnio. Vilipendio.
Y escarnio sobre escarnio.
Porque eras bella y libre
En una sociedad sumisa, triste y fea
 te mataron.
Te han matado otra vez desde
Los titulares de la prensa canalla.
Habremos de escribir grandes historias de amor
Quienes siguen amando tu sonrisa,
Tu piel morena y salobre
Tu grito de libertad, tu miedo, tu zozobra
Al sentirte perseguida de lobos.
No sabías, inocente y magnánima,
Que la libertad tiene un precio,
El precio de la muerte.
Por eso te mataron


martes, 22 de octubre de 2019

ANTOÑETE, COLMENAR Y LA CORREDERA


La Corredera y Antonio Chenel
Hubo tiempos en que una oreja en Colmenar Viejo importaba a los toreros más que en Madrid. Por el rigor de la afición y el trapío de los toros. Hay algunos ciudadanos, como el sociólogo Miguel Ángel de Andrés,  que consideran inoportuna  la intención de  convertir la plaza en un centro multiuso con la posibilidad de corridas. La plaza de toros de este pueblo ganadero es una importante seña de identidad.  Desaparecida Carabanchel hace tiempo,  era la segunda de la provincia, hoy Comunidad. Ahora es una edificación moderna,   con capacidad para unos 14.000 espectadores que nunca se llena, pero supera en mucho las seis mil localidades de la antigua.  Las razones sentimentales, para preservarla,  también cuentan. Los más exigentes espectadores de Madrid vienen aquí y algunos aprendimos a ver toros en la Corredera que tiene también su historia trágica:  la muerte de Yiyo,  al que vi morir a pocos metros, desde una contrabarrera del tendido seis. Estuve un año retirado de los toros y con pesadillas.  Esa tarde el destinatario de las iras era Chenel, al que un octogenario sentado a mi lado amenazaba blandiendo su  cachaba, “baldao, retírate que eres  un anciano”. Yiyo  entró muerto en la enfermería. Antoñete se dio cuenta y llorando de rabia, por poco rompe de un puñetazo desesperado las tablas  de la barrera. Más tarde, en un piso modesto de Canillejas, Javier Reverte y yo velamos el cadáver de Cubero, amortajado con un vestido obispo y oro me parece recordar.
Esa tarde me acompañaba Yolanda Merino, artesana de excepción, manos primorosas de artista, hermana de Ana mi mujer; primera salida después del parto de Diana, mi ahijada.  El pintor Pepe Diaz no vio la cogida porque se había marchado   nada más ver la actuación de  Antoñete; pero vendió la historia a la revista Interview como si  hubiera visto la muerte. Pepe Diaz fue antes de artista pintor, pintor de brocha gorda y pintó con Chenel los mojones de la carretera Madrid/Colmenar.  
Antoñete me contaba cosas divertidas y temibles de La Corredera llamémosla de planta baja. Cuando un torero estaba bien las ovaciones se oían en la Pedriza. Y cuando los toreros  pegaban el  petardo los apedreaban desde el exterior con tal precisión que los cantos caían a plomo sobre el burladero de toreros. Las razones de esta exactitud eran sencillas. Los canteadores  de fuera, tenían en el interior un grupo de apoyo logístico que les orientaba; “dos metros a la derecha, un metro a la izquierda”.  Los presidentes de corrida, por  una oreja de más o de menos, a veces salían escoltados por la Guardia Civil. Por lo cual los toreros consideraban un triunfo Colmenar como un hito en su carrera pleno de autoridad. Nunca fue Colmenar “una plaza de pueblo”
 El suceso  más célebre de hace unos años, fue cuando, cabreado por la actuación de no sé qué torero, un espectador tiró al ruedo un zapato. Los guardias se apostaron a la salida con ánimo de detener al infractor descalzo y, al apercibirse, cada espectador se quitó los zapatos y los arrojó al ruedo.
 De la afición colmenareña dialogo a veces con Agapito García Serranito, al que un toro   dejó inútil para el toreo, cuando iba para figura grande. Colmenar ha sido y es tierra de toros y de toreros, Pepe Castaño, la saga  de los Aragón Cancela. Y Serranito por encima de todos. Agapito, es un ejemplo moral, una afirmación ética. Se ha recuperado en parte de su tremendo percance y tiene un sentimiento del dolor que dignifica al hombre. Se ha convertido en un experto grabador. Desayunamos juntos de vez en cuando en el Rincón de Serranito, el bar Marsans, donde sirven  churros sabrosísimos. Hace cuatro años escribimos,  al alimón, unos  versos en que yo puse la gramática y él puso el dolor. Fue una experiencia memorable.  Hace unos días, ha publicado su autobiografía; de fácil lectura, amena y sin estridencias.

viernes, 18 de octubre de 2019

LA GRAN NOCHE DE RICARDO III


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Ricardo III, ecos de sociedad

Noche para  recordar  y “el todo Madrid”  que decían los antiguos revisteros, en Pavón Kamikace en el estreno de Ricardo III. En la cumbre, Israel Elejalde. A Elejalde el escenario se le queda pequeño y se ha convertido en un activista tuitero; es un gozo verlo tan corrosivo y provocador.  Nada de la actualidad le es ajeno.
 Gente de la farándula y del arte en torno a Esperanza D,Ors  e Ignacio Amestoy; la imponente capacidad creativa de Esperanza, su fragilidad de hierro, que decíamos de la salud de Vicente Aleixandre;  poética monumental; Ignacio Amestoy y su trilogía borbónica y su exhaustiva profundización en la tragedia griega.  Ignacio García Garzón y Consuelo Rodrigo,  siempre en el paisaje teatral. Aparecen Ignacio y Consuelo y..todo en orden; la función puede empezar.  Javier Armada, poliédrico, que avisa obra.  De lejos me parece divisar a Irene Escolar, actriz de estirpe y genio, pero estoy seguro. Saludo a María Hervás con ese  punto fugaz de enigma eterno, sentada en la fila 8 a la que regresa  tras reverenciar a Luis Maria  Anson en primera fila con Celia Freigeiro y una desconocida.   Anson respeta los terrenos  de los críticos teatrales ha apoyado a María Hervás sin entrar en los  aspectos  técnicos  y específicos del crítico;   por elegante deferencia a la posición del analista, casi nunca se manifiesta críticamente. Elegancia de un intelectual del teatro.  Quizá no sepamos a través de él los fundamentos y la vertiente, luminosa y oscura,  del  sistema interpretativo de  María; pero conocemos  el color de sus ojos o la arquitectura de sus piernas.
 Otra actriz a la que Anson ha deificado siempre es María Pastor. Quizá la que más. Otra prueba más de la  sensibilidad premonitoria de Anson,  la hemeroteca no me dejará mentir. Me la encuentro en otra noche memorable en la Abadía, Terrenal, de Kartum. María Pastor prepara intensamente Yerma con la que se despedirá del útero protector de Guindalera.  
  Hace tiempo Anson y yo  coincidíamos en las salas alternativas, no nos perdíamos una función.  Y gracias a esta afición el Valle Inclán tenía un apartado especial, lo alternativo, cuya elección delegaba en mí y los demás miembros del jurado, que no iban a las salas alternativas o iban poco y tampoco a las convencionales, salvo Garrigues Walker y  mi adorada Fran, aceptaban por consenso.  Luis María, siempre de corbata y traje,   ironizaba  sobre su aspecto  de vendedor del  Corte Inglés.  Celia Freigeiro  se traslada al pasillo para conversar conmigo con más tranquilidad. Luis María ve teatro de una forma envidiable, y no me refiero solo a su perspicacia para valorar una función. Se sienta en la butaca flanqueado por dos chicas guapas cogido de las manos de ambas. Quienes hablan de las “chicas Anson” es pura envidia. El teatro de este país debe mucho a Luis María.  
Se  me hace raro ver a Celia Freigeiro fuera de la ceremonia de los Premios Valle Inclán.  Celia  deslumbrante presentadora de los premios,  nunca ha podido cantar el nombre de la Hervás como ganadora. Queda tiempo, ambas son jóvenes pero cada vez se hace más complicado. María ha sido candidata tres veces o cuatro y será difícil un nuevo papel a su medida para que se repitan circunstancias favorables. .

viernes, 11 de octubre de 2019

ESTO NO FURULA; O sea , el pais llamado España


Esto no furula

Este título fue la crónica que más nombradía  me dio hace siglos en toros, en El MUNDO. España no furula, España no marcha,. Pero como dicen Guardamino y su actriz fetiche, Sara Moraleda, “esto es España y al que no le guste que se vaya a Corea del Norte”.  El otro día a la entrada del teatro Español, mientras charlaba con algunas actrices de mi devoción, me encontré con el magistrado, Manuel Pons, al que le gustaba ver toros en Valencia con Carlos Ilian y conmigo. Era   lector de El País donde escribía Joaquín Vidal, más vanguardista y revolucionario en toros que en política. Y lector de El Mundo,  donde escribía yo que era el anverso de Joaquín.  
La afición a los toros no es propia solo de cafres como cree mi amiga   Natalia Millán, la excelsa señorita Wilkinson de Billy Elliot. Natalia odia los toros, pero seguimos siendo amigos, lo cual demuestra que las dos españas, taurina y antitaurina, no son inconciliables., aunque a mí, a estas alturas del partdi, de aficionado a los toros me queda pco.  Peor podría tenerlo con Laura Galan, que es taurina, pero es Vox Vo Esta vieja liturgia cuenta con artistas como Joaquin Sabina, actrices  como Concha Velasco, menestrales ilustrados como Jesús, Vicente o Jaime  Roch por ceñirme a la Ilustración taurina castellonense que es el origen de este artículo a las puertas del Teatro Español con el magistrado Manuel Pons. El recuerdo  de Valencia es inevitable pues Fallas era la primera feria de la temporada,  “mi” plaza“ Manuel Mompó ingeniero industrial y su hijo Javier. Y la doctora Lartigau, siquiatra eminente, sanadora de almas de todo el litoral mediterráneo. En los toros, que hace siglos no veo, tenemos de todo.     Picasso, residente  en Francia, iba a las corridas, los toreros le brindaban un toro y les regalaba un garabato, ¡un Picasso! En cualquier caso ha de haber  libertad para  ir o no a los toros  y es una estupidez que UP los cuestione; UP perderá votos si persiste. Si yo volviera a esta “depravación” solo lo haría por Diego Urdiales, parafraseando a Picasso que dijo “vuelvo a los toros por ti, Luis Miguel”  

In memoriam. Ha muerto Alfonso de Salas, amigo más que propietario del periódico en que escribía y todavía escribo.  Yo nací para el Mundo en el sótano museo del Café Gijón de una comida entre Alfonso y  Pepe Lucas, gran pintor con pinta de banderillero en cuerpo de picador.  Y pude fenecer un día en que Alfonso  para celebrar un “faenón” de José Tomás me invito a comer. No había leído la crónica en que yo le ponía a parir; Requiescat.  

sábado, 5 de octubre de 2019


Política, toros y Euskalerria

El activismo renovado  de  Arnaldo Otegi, a quien Idígoras pasó el testigo de Bildu,  en el frente catalán y un  homenaje a un torero vasco, ajeno a la política,  Iván Fandiño, de Orduña al que mató el toro hace tres o cuatro años; y, sobre todo  la prisión de Urruticoetxea, enfermo de cáncer que se curaría con tratamiento adecuado  claman muchos, la cuenta tuiter de MIREN sobre todo,  me trae a la memoria un personaje  singular, :   Jon Idígoras, por otro nombre Txiquito de Amorebieta.  A Iom Idígoras lo conocí en  unos sanfermines en el apartado/sorteo de la corrida de la tarde en el ambigú de la plaza de Pamplona. Un amigo suyo llevaba el periódico El Mundo en sus manos,  “yo, dijo Jon, leo ese periódico  para disfrutar con  tus crónicas de toros; yo quise ser torero”

. Se lo conté a PedroJota que me miró  muerto de risa; “me parece bien que aportes lectores, es tu obligación, pero a mí en el País Vasco me leen más que a ti. Y sobre todo me temen más”.

Esa mañana  Idígoras y yo hablamos de muchas cosas  supongo, pero sobre todo hablamos de toros Ion Idígoras  defendía con pasión el origen vasco  de los toros. Me invitó a comer en una taberna próxima a la redacción de Egin, y luego para hacer tiempo hasta la corrida me puse a jugar al mus con unos redactores a los que conocía de la plaza de toros,  unos pardillos que no sabían ni tenerlas. No volví a verlo.  Su recuerdo es una figura  musculosa de banderillero, un bigote rubio y una sonrisa a medio camino de la metralleta y el estoque. Nada más.

viernes, 4 de octubre de 2019

OBRAS MAESTRAS....HAY MUY POCAS

La mejor...........está por venir

En cuarenta años más o menos que vengo ejerciendo la crítica de teatro apenas llegan a media docena  las obras que he  calificado con la puntuación máxima de CINCO estrellas. Cinco ESTRELLAS corresponde a una estimación personal de OBRA MAESTRA; La primera creo que fue un montaje espectacular de la  Compañia Taganka moscovita. Otra, El Circo del Sol, un payaso con auténtica dimensión teatral, que me recordó el mejor Charlie Rivell y los payaso sublimes que admiré embelesado  hacía años en un viaje a la Unión Soviética. Un Chejov insólito, y a la vez, muy fiel, quizá de la Royal Shakespeare y otro montaje de la misma compañía con un texto del gran bardo inglés. Y puede que una adaptación de Dostoieuski, de Ladislao Vajda,  en el Teatro de Cámara de Ángel Gutierrez,  Crimen y castigo. Hace de esto  muchos años, lo cual pudiera justificar mi imprecisión actual e incluso mi inexactitud-  A los pocos  dias viajábamos Ana y yo a Polonia y pudimos ver en Cracovia una formidable Antigona del mismo director, a la que también le hubiera puesto cinco estrellas o más.

 En España he dado menos calificaciones cumbres. Dos a Miguel del Arco, me parece recordar (La función por hacer, creo, y una adaptación, de Gorki, Veraneantes  pudiera ser),  tampoco estoy muy seguro; una a Mario Gas, por La reina de belleza de Leanane, aunque yo creo que el CINCO ESTRELLAS fue más por la interpretación brutal y caníbal de Vicky Peña y Montserrat Carulla, hija y madre en la realidad y en la ficción. Y más recientemente a Albert Boadella por El pimiento Verdi- Han andado muy cerca, pero me arrepentí a tiempo, Helena Pimenta, con Luces de Bohemia y puede que Ernesto Caballero en  Madre Coraje de la Portillo.  Pero insisto en lo dicho; CINCO ESTRELLAS son muchas estrellas. En teatro, ni en nada,  no abundan las obras maestras.