domingo, 29 de octubre de 2017

VILLORA/MONTESINOS: BARRIO DE LAS LETRAS


Víllora.

En la Sala Tirso de Molina, quinto piso del teatro de la Comedia, los clásicos y menos clásicos, la palabra de oro; como el mismo siglo; “no hay billetes”, como en los toros. Y los deseos de don Estrafalario en Los cuernos de don Friolera cumplidos: “quiero para el teatro la pasión de los aficiona los  a los toros”. El éxito aconsejaría mantener en cartel El barrio de las letras. O reponerlo, será tiempo entonces de una crítica en profundidad. En cuanto a actores, la veteranía de María José Alfonso, la grácil presencia escénica de Yolanda Ulloa; la soltura y versátil firmeza    de Carlos Manuel Diaz y Alejandro Navamuel; y la recuperación para el teatro de una gran voz y un excelente actor, Fernando Conde, que  abandonó hace años Martes y Trece.

Me gusta más la primera parte y de la segunda me resultan prescindibles Iriarte y Elena Fortún. Echo de menos a Valle Inclán que si no vivió en este barrio, sino en Arguelles y en General Oraa, sí lo frecuentó. Al menos por sus trifulcas con  Pérez Galdós, don Benito el Garbancero, hubiera merecido un lugar entre tantas excelencias. Pedro Manuel Víllora y Ángel Fernández Montesinos han unido sus capacidades creativas para rendir tributo al teatro, la historia y la poesía en el corazón de Madrid. Empiezan en la casa de Lope y la imprenta Juan de la Cuesta y acaban en la Comedia. En estas calles  nacieron o al menos vivieron los mayores ingenios poéticos y literarios de nuestra historia.

 Grandes versos de Lope, Quevedo, Góngora o Cervantes, versos de amor humano y divino. Sátiras, insultos feroces de todos contra todos, menos de Cervantes -alguna leve crítica- respetado en líneas generales y respetuoso con los demás. Cervantes fracasó en teatro, mientras el Fénix de los Ingenios, se alzaba con “el cetro de la Monarquia cómica”. Para muchos es un sacrilegio esta teoría que sustento: mejor le hubiera ido al teatro español si hubiera seguido los caminos de Cervantes en vez de los de Lope. Cruel, aunque divertido,  el escarnio de Ruiz de Alarcón, el Corcovilla.

jueves, 26 de octubre de 2017

SMOKING ROOM EN PAVON KAMIKAZE




Jorge Eines, maestro de actores

Argentino de Buenos Aires. Llegó a  España en 1976 y enseguida se abrió un huecos, amplio y brillante, en el panorama del teatro español. Catedrático de Interpretación en la Resad y director   de grandes espectáculos por todo el mapa de España. Y teórico del hecho teatral  en profundidad con libros como  El actor pide, por ejemplo. Va de Borges a Chejov con absoluta naturalidad. La docencia es una pasión  que le lleva a crear su propia escuela, Ensayo 100. Maestro de actores. Ese es quizá el título que más ama, el más  preciado de su biografía. Ahora presenta en el Infanta Isabel Peer Gynt, la gran epopeya de Henrik Ibsen, sobre un aldeano aventurero y astuto, los domingos a las 13,00 horas, la hora del vermut al que invitan a la gente. Un espectáculo ambicioso con un elenco de diez actores.

Kamikaze. Las funciones que vienen

La función por hacer fue, en cierta medida, la consagración de Miguel del Arco y de Israel Elejalde, técnica y emocionalmente pirandellianos. Volverán  en Kamikaze con Las funciones por hacer, en plural. Cita para no perdérsela. El proyecto del teatro Pavónkamikaze se consolida.

Smoking Room.

 Secun de la Rosa, Mikil Esparbé, Manuel Morón, Pepe Ocio, Manolo Solo, Edu Soto; cinco estupendos actores para Smoking Room. Fue película de éxito por todo el mundo y ahora es función de éxito en Teatro Pavón Kamikaze. Arranca risas y carcajadas, pero no se fíen ustedes. Puede que tiemblen después de haber reído. Retrato de las miserias humanos, de la deslealtad y también de la tozudez de un líder sin seguidores que acaba brutalmente apaleado por un amigo. La cosa no acaba ahí, pero naturalmente no voy a contarlo. La trama es sencilla: corrupción y engaño; y la moraleja  también. Si usted cae en la aventura de pedir un salón exclusivo para fumar en su empresa, no lo haga; es preferible que salga a la calle o suba a la azotea, aun a riesgo de morirse de frio, y  deje de reivindicar el derecho al confort  de los compañeros. Una pulmonía es menos grave que el desprecio de amigos desleales y oportunistas. 
Interrumpo mi serie de retratos a Punta Seca de actrices, actores para hacer el retrato de una sala de teatro. Sé que un retrato de Aitana Marta Poveda, Nuria Gallardo, Pepa Pedroche, Miguel del Arco, Israel Elejalde, Fernanda Orazi, Carmen Machi y otras excelencias, es más atractivo que el de una sala. Las salas de los teatros las habitan fantasmas  de actores, actrices y autores  además de seres   vivos. Y una parte de nuestros sueños. Hace años cuando Antonio Guirao con la ayuda siempre eficaz de un jovencísimo Luis Torres, regía los destinos del entonces Centro Cultural de la Villa, la sala pequeña del Centro se llamaba Sala 2.  Guirao  tenía muchos nombres, pero  prevaleció la idea de neutralidad para no crear agravios comparativos.  La sala 2, hoy sala Jardiel Poncela, está  ligada a mis actividades culturales en la Metrópolis; conferencias, mesas redondas, rectales poéticos; y coloquios taurinos durante los Sanisidros, que eran los que más éxito tenían.  La sala 2 tenía aspecto de salón de actos de un colegio, un escenario alto y reducido al que se accedía  por un escalera lateral.Un mediodía almorzábamos Guirao y yo en el Café Gijón. Guirao quería organizar un acto en el que intervinieran Claudio Rodríguez y el doctor Barros, celebérrimo seductor y hábil mediador en la abrupta querella que mantenían Alberti y Bergamín por causa del Borbón y una fiesta en Roma. Antonio requería mi apoyo para tan magno acontecimiento y barajaba la posibilidad de Rafael Alberti y Bergamín en el mismo.  La Sala 2 hoy se llama Sala Jardiel Poncela y es un lugar sagrado al que pretenden acceder grupos significados del circuito rompedor y alternativo. Como la Princesa del María Guerrero  o la Margarita Xirgu del Español, por ejemplo.  O el Ambigú de Pavón Kamikaze, el lugar más sagrado de todos.   
SENSIBLE.Complicidad y destrucción
Una vez más la sintonía de José Luis Rubio como director y Kiti Manver como intérprete, funciona. Sensible.  Impulso trágico de Manver y  rigor  de Juan Carlos Rubio.    Mano férrea casi inadvertida. Teatros del canal a sala casi llena. Y una interpretación  formidable.
Nada  ni nadie es capaz de  convencer a Constance  de que el infierno de los celos es irracional; y tampoco hay nada que pueda demostrarle lo contrario. Tragedia pura. El amor destruye sin piedad.  La verdad será una verdad póstuma. El texto, quizá excesivo y poco verosímil ¿Hay sensibilidad en el amor o es un sentimiento que de tan puro, no admite matices ? El peso de la  palabra apenas lo alivian las acrobacias de Chevi Muraday espectacular. Sobre la gimnasia rítmica de sus piruetas, descansa buena parte de la fuerza y el desgarro de esta obra,    cruenta,  feroz cruel. Y una amistad, ofendida y cruel; el fervor nunca recompensado de un amigo enamorado, Clemence.



 

 







martes, 24 de octubre de 2017

IRENE ESCOLAR, RETRATO DE UNA ACTRIZ


“El pasado, el presente y el futuro al mismo tiempo”, escribe Eliot  en La tierra baldía.  Eso podría decirse  de Irene Escolar. No ha cumplido treinta años y parece que siempre hubiera estado en el centro del teatro español. Bienvenida a esta serie, Retratos a punta seca, por la que han pasado Marta Poveda, Pedro Casablanc, Luis Bermejo,  Beatriz Argüello, Javier Gutiérrez.  Y pasarán  más.

Habitante del teatro y habitante  de la vida pues los sucesos que sacuden este desdichado país llamado España no la dejan indiferente. Hace poco  difundió salutaciones fervorosas en honor de Alex Rigola por dimitir de Teatros del Canal en  protesta  de la “brutalidad de los guardias en Barcelona el 1 de octubre”. En mi filosofía geopolítica, la unidad de España no es el tema principal y sé que “Cataluña es el eterno problema con el que hay que aprender a convivir”. (Ortega y Gasset).

 Estos días he mantenido intensos contactos con mis amigos de Barcelona, El altres catalans, y están desolados. De haber existido este clima borrascoso hace 45 años yo no hubiera podido hacer de extra en Los tarantos, de Rovira Beleta, ni tomar  café en una taberna frente al Liceo, una madrugada de lluvia, con Carmen Amaya y Antonio Gades; sencillamente, porque una españolada de Somorrostro, trasunto de Romeo y Julieta no se hubiera podido rodar. Si lo actual  es el ensayo para una III República que muchos anhelamos, apaga y vámonos. El último, que apague la luz.

  A mí la unidad de España me trae al fresco, pero Barcelona, como le recordaba a Marcos Ordóñez, gran novelista, además de crítico teatral, camino del Pavón Kamikaze,  “Barcelona es cara a mi corazón” (Max Estrella). Soy de la tierra de Gómez Manrique, de su sobrino Jorge, el de las coplas, y de los Berruguete. Sabiendo que nuestras vidas son los ríos que van a dar a la mar, me preocupa más la aludida eternidad elliotiana de Irene Escolar. Cuando todos hayamos muerto nos la encontraremos más allá  de los siglos, encarnando a Meche en algún teatro del mundo, y diremos aquí está Meche la muchacha que desapareció una noche de un bar de Piura en una dudosa historia de  machos, rameras y acaso un amor sáfico: Vargas Llosa, la Chunga.

Es de la saga de los Gutiérrez Cava,   nieta de Irene y sobrina de Julia Gutiérrez Cava y Emilio Gutiérrez Cava, el último eslabón de una cadena de oro.  Un dia se me ocurrió establecer una línea actoral que va de Nuria Espert a  Irene Escolar pasando por Aitana Sánchez Gijón, excluyendo voluntariamente raíces y genes familiares. Mantengo la teoría, que no excluye formidables actrices de otros registros.  Contra profecías agoreras, Aitana  tuvo muy bien en la Chunga, un bronco papel a contraestilo; pero el misterio, la piedad por una vestal virgen de alma y abusada de cuerpo, se quedó con Irene Escolar. A partir de aquí, creo que empecé a cavilar sobre  Irene Escolar como tema.  Ese misterio la envuelve siempre: en El Público, en el Lorca de su último recital,  en  la adulta   de  BlackBird que quiere aclarar las  cuentas de su pasado. Aunque para mí sigue siendo El cojo de Inhisman.

domingo, 22 de octubre de 2017

BERGMAN, UN AMANTE ATORMENTADO


Bergman/Gutiérrez Cava. Después del Ensayo.

Antes de enredarme en azarosas cuestiones bergmanianas, a lo cual soy bastante propenso, diré que Emilio Gutiérrez Cava, como el director de una escuela de interpretación en Después del ensayo, trasunto más que probable de Bergman, da una lección de tecnica y pasión  actoral; que Chusa Barbero hace una interpretación caníbal de Raquel, la amante/amiga, y que Rocío Pelaez,  un poco verde todavía, se arriesga  en los momentos de seducción, aunque la carcome   el odio a su madre Raquel, que fue amante de su actual maestro.

 Si  Raquel, es  el amor maldito y destructor de hace muchos años,  Ana es el amor redentor: provocadora y vigorosa, inocente y lasciva, que odia el recuerdo de su madre a la que todos amaban. Aunque fuera imaginario podía haberse producido un encuentro entre las dos; pero Juan José Alfonso las mantiene separadas en sus respectivos planos temporales.

 Después del ensayo, revela el amor de Bergman al teatro y sus dolorosas pasiones por la vida; un texto duro, en carne viva; Bergman desolado y devastador.  No puedo evitarlo; Ingmar Bergman me deprime. Sus eternos problemas de pareja, las catástrofes conyugales, el sentimiento de culpa, de infidelidad, de tristeza.

En el fondo, yo creo que Ingmar Bergman es un predicador devorado por las brumas del norte y por el amor y el sexo no como diálogo purificador, sino como tragedia. O no, no lo sé. Después del ensayo es el testamento teatral de Bergman y  testimonio de su atormentada y conmovedora vida.

Creo que así lo ha entendido Juan José Alfonso y la versión de  Joaquín Hinojosa.   Hinojosa es un gran actor, aunque no se prodigue y ha hecho de Después del ensayo lo que se llama un instrumento verbal en forma de propuesta escénica.    Bergman es en esencia  hombre de teatro. Y aquí en Después del ensayo lo demuestra; teatro sobre teatro, metateatro, vida.  Amamos tanto a Bergman. Aunque me deprima.

viernes, 20 de octubre de 2017

LORCA Y LA MODERNIDAD de MESSIEZ



El currículo teatral de Pablo Messiez es impecable e incluso espectacular: está muy reciente su dirección de He nacido para verte sonreir. Y sin embargo en Bodas de sangre, el siempre admirado Messiez no está a la altura de las circunstancias, no está a la altura de Lorca, quiero decir.  Lorca no necesita modernizaciones, aunque es de agradecer el esfuerzo de Messiez, por dotar este montaje  de un esteticismo loable en lo que a la parte plástica y visual se refiere. Incluso en el Romancero es modernidad pura. No se entendería la cumbre de la modernidad y el surrealismo de Poeta en Nueva York sin el Romancero. Por lo que se refiere a sus tragedias -Yerma, Bodas de Sangre, La casa de Bernarda Alba- tienen la modernidad de Eurípides en las que el azar empieza a debilitar el determinismo de los dioses. Dos familias enfrentadas, a cuchillo y a navaja. Esta complejidad emocional Lorca la sintetiza en un argumento simple: la novia se casa con un buen hombre, y la misma noche de la boda se escapa con otro. En Lorca las pasiones son siempre destructoras; recuérdese el ahorcamiento de Adela en La casa de Bernarda Alba cuando su madre le dice que ha matado a Pepe el Romano. Hay ecos en Bodas, de la Bernarda y su sentencia, “mi hija ha muerto virgen”. Honradez reivindicada, por   la novia (Carlota Gaviño) ante su suegra (Gloria Muñoz).

  Pepe el Romano y los galopes de su caballo desdibujan la imagen de Leonardo (Francesco Carril); un Leonardo iracundo e hiperactivo, mal como el resto del elenco. La madre, Gloria Muñoz, carece de garra dramática; memorable, sin embargo, la Piedad que compone con el hijo.  Excelente  la penumbra del bosque aunque no entiendo  las razones del tórrido menage  de una amiga y dos amigos.

 El prólogo remite a Comedia sin título, antítesis de Bodas.  No disuenan los  injertos de otras obras de Federico, aunque tampoco entiendo el poema Cielo vivo, que dice el padre, pálido reflejo de Poeta en Nueva York; en realidad lo que no entiendo es por qué hace de padre una mujer disfrazada de hombre (Carmen León). 

Cualquier intento de modernidad con Lorca es una aventura peligrosa. Y hacerlo en playback con  Concha Piquer y añorando  a Bambino, en el banquete de bodas, es un poco grotesco. Mejor que la inigualable doña Concha, la diosa de la copla, hubiera sido, en esta circunstancia, la Argentinita, más afín a Lorca del cual era colaboradora.

 Floja versión de Messiez  a lo que contribuye una interpretación sin fibra ni nervio. Esteticismo favorecido por el   manejo del color. Lorca no era un esteta, era un trágico. La imagen de una novia fortachona está justificada en parte por el padre que la considera  “capaz de cortar una maroma con los dientes”.

 

lunes, 16 de octubre de 2017

VICKY PEÑA; WEIL Y BRECHT RETRATO


El amor de una hija

Si el último retrato fue Montserrat Carulla, justo es que le suceda en esta galería Vicky Peña, su hija;  es un gran actriz a la que  admiro sin reservas: en el drama, en la comedia,  en los musicales, en los monólogos,  lo cual  no creo que le importe demasiado ni acabe de creérselo. Solo le molesta, en sus trabajos de directora, que algún crítico aventure influencia  de Mario Gas. Yo ni quito ni pongo rey o reina, siendo como soy republicano, pero el magisterio de Mario Gas ella misma lo ha reconocido en ocasiones. Mi republicanismo es romántico y sentimental; aunque de los reyes solo me interesa lo que la Constitución de Cádiz de 1812 exigía a todos los españoles:  que sean justos y benéficos. No creo que ni los borbones  ni los ciudadanos españoles hayamos sido fieles a ese precepto constitucional.

 La admiro  desde aquella mítica La reina de belleza de Leenane a la que en esta galería de retratos aludía yo el otro día,  al referirme a su madre, la gran Montserrat Carulla. Hace años en Sevilla, tras ganar el Premio Max, la vi llorar de tristeza,  porque creía que la merecedora del Premio era su madre. La admiro,  por su proximidad a Kurtz Weill y a Brecht, por su capacidad de riesgo. Por su belicosidad.

En una de las cenas del Premio Valle Inclán, aprovechando que estaban presentes algún ministro y miembros de la Administración,  se levantó para protestar contra el IVA aplicado  al teatro. La gente de la farándula le aplaudió mucho pero nadie habló en   apoyo de su  discurso. En cierta ocasión leí un celebre artículo de Israel Elejalde en el mismo sentido. Justo es que Vicky Peña venga a esta galería de retratos y exactamente después de su madre, la indómita Carulla.

Noticias teatrales.

Ha salido el número 167 de  Revista de la Asociación de directores de escena, Juan Antonio Hormigón. ADE concilia la información teatral más rigurosa con el ensayo, la entrevista de actualidad, la historia y la investigación y la publicación de textos inéditos.. Se cumple el bicentenario de don José Zorrilla y Ade le dedica más de 100 páginas con firmas relevantes como Gabriel Antuñano, Cesar Oliva, Alfonso Zurro, Carlos Rodríguez, Laura Hormigón (Zorrilla, el baile y las bailarinas), el propio Hormigón y varios más. Zorrilla no es solo el Tenorio y la escena del sofá o el comendador atravesando las paredes; es un poeta, un erudito, un escritor en el amplio sentido de la palabra del que escribe con elogio  Gertrudis Gómez de Avellaneda. Un Zorrilla insólito o, mejor dicho, desconocido para el gran público. Ahora que se acerca el  dia de los difuntos y sus ritos, entre ellos las obligadas representaciones tradicionales, este número de ADE es iluminador. Hormigón es un polígrafo denso y sistemático. Y Ade está dirigida a públicos especializados, a la gente de pensamiento profundo sobre el teatro. O sea a la inmensa minoría a la que aspiraba Juan Ramón Jiménez.

Ernesto Caballero ha sido galardonado con el Premio Ciudad de Palencia a la mejor dirección y Carmen Machi a la mejor actriz, que se otorgan por votación popular. Palencia es tierra de teatro: no en vano cerca de aquí, en el señorío de Amusco, nació Gómez Manrique, tio de Jorge, y al que algunos  consideran inventor del teatro español con su  Auto de los Reyes Magos o, por lo menos, precedente primario   del Lope de Vega inicial.

 
 
 
Noticias teatrales.

Ha salido el número 167 de  Revista de la Asociación de directores de escena, Juan Antonio Hormigón. ADE concilia la información teatral más rigurosa con el ensayo, la entrevista de actualidad, la historia y la investigación y la publicación de textos inéditos.. Se cumple el bicentenario de don José Zorrilla y Ade le dedica más de 100 páginas con firmas relevantes como Gabriel Antuñano, Cesar Oliva, Alfonso Zurro, Carlos Rodríguez, Laura Hormigón (Zorrilla, el baile y las bailarinas), el propio Hormigón y varios más. Zorrilla no es solo el Tenorio y la escena del sofá o el comendador atravesando las paredes; es un poeta, un erudito, un escritor en el amplio sentido de la palabra del que escribe con elogio  Gertrudis Gómez de Avellaneda. Un Zorrilla insólito o, mejor dicho, desconocido para el gran público. Ahora que se acerca el  dia de los difuntos y sus ritos, entre ellos las obligadas representaciones tradicionales, este número de ADE es iluminador. Hormigón es un polígrafo denso y sistemático. Y Ade está dirigida a públicos especializados, a la gente de pensamiento profundo sobre el teatro. O sea a la inmensa minoría a la que aspiraba Juan Ramón Jiménez.

Ernesto Caballero ha sido galardonado con el Premio Ciudad de Palencia a la mejor dirección y Carmen Machi a la mejor actriz, que se otorgan por votación popular. Palencia es tierra de teatro: no en vano cerca de aquí, en el señorío de Amusco, nació Gómez Manrique, tio de Jorge, y al que algunos  consideran inventor del teatro español con su  Auto de los Reyes Magos o, por lo menos, precedente primario   del Lope de Vega inicial.

Ignacio García. Vuelve a España de la que nunca se ha alejado. Le han encomendado la  responsabilidad de dirigir el festival d Almagro, los clásicos del Siglo de Oro. Toma el relevo de   Natalia Menéndez que deja el listón muy alto. Ignacio García ha llevado  por los escenarios del mundo el teatro español. En México ha sido el artífice del resurgir del teatro de los exiliados del 36. Es posiblemente el español más universal de la tribu farandulera. Prestigio absoluto. Fue ayudante de Mario Gas en el Español. Tiene por lo tanto un sólido conocimiento del teatro español por dentro y por fuera. Dotes organizativas y, pr encima de todo, amor al teatro como expresión de una cultura; una manifestación  de libertad y creatividad.

Cuando escribo TEATRO UNIR  estoy refiriéndome a la sala ARAPILES 16. Es lo mismo pero no es igual Allí se está representando ahora NOSTALGIA DEL AGUA con Manuel Galiana y Marta Beláustegui dirigidos por Jesus Salgado.
 

miércoles, 11 de octubre de 2017

MONTSERRAT CARULLA; SEPARATISTA Y GRAN ACTRIZ


 

Tentado estoy de titular este Retrato a Punta Seca, Montserrat Carulla, el quinto de la serie me parece, de Retrato al vitriolo. Tratándose de la Carulla, da igual. Es, o era, tan separatista radical como buena actriz. La estética profesional no siempre está acorde con la ética política, moral o religiosa.  Ezra Pound,  escarnecido al final de la Gran Guerra y paseado en una jaula como una bestia salvaje, simpatizaba con el nazismo. La civilizada democracia tiene estas cosas. Pound genio de la poesía, vanguardista un antes y un después de Pound. Celline, en narrativa, genial su  Viaje al fondo de la noche, encarcelado, vejado por sus simpatías con el fascismo. Cartas desde la cárcel, un viaje a los infiernos.   En términos más modestos, yo flipaba con  Joaquín Vidal, gran prosa rica y clásica, revolucionario como cronista taurino, y  liberal/conservador, por decirlo de alguna forma, en política.

 En el estruendo de estos días fragorosos, en el clima   bélico de su querida Cataluña, el  silencio de Montserrat Carulla es, para mí, ignorante de sus circunstancias físicas  e intelectuales del momento, un  enigma. En Cataluña han valorado siempre más su actitud cívica y separatista que sus condiciones de actriz eminente. Sorprende  su silencio, cualquiera que fuera la orientación de su palabra. Tiene 87 años.

Montserrat Carulla vivió y trabajó en Madrid y en  televisión  española. Y al contrario de muchos madrileños, para quienes la unidad de España es una filosofía difusa de fraternidad, para ella la unidad de Cataluña separada de España era un objetivo sagrado.   Como actriz, recuerdo una interpretación feroz y magistral,  enfrentada  a su hija, en la ficción y la realidad, Vicki Peña: La reina de belleza de Leenane, dirigida por Mario Gas. Fue el primer cinco de obra maestra que puse como crítico teatral de El Mundo. He visto algunos prodigios escénicos, pero de esa crueldad fría y torturadora, ninguno. Vicky Peña, que tendrá un lugar inexcusable en esta galería de retratos, tampoco se quedaba atrás.

 

martes, 10 de octubre de 2017

HELENA PIMENTA y DAMA DUENDE


Los paréntesis son un forma de aligerar lectura de un texto acaso largo y denso. No es el mejor montaje que he visto de Helena Pimenta.  (…) A los clásicos hay que tomarlos con mucho humor. En eso coincido del todo con una de las personas que más admiro  del teatro. Helena  (…) Pero a esta dama, joya de los  enredos calderonianos,  parece que Pimenta se la tomara a risa y a chacota. en  La dama duende. (…) Su concepto líbérrimo de la  dirección escénica  adolece, en ese caso   de criterio coherente y unificador; cada cual va a su aire.  Este  montaje   lo ha revuelto algún geniecillo  juguetón. ¿Alguien reconocerá en este galán “blandito” al siempre firme y seguro Rafa Castejón?.  Cómo seducir así a  Ángela (deliciosa Marta Poveda)? Cómo creerse que la plenitud  de sus atractivos  puede estar cautiva  de este don Manuel? La dirección de Helena Pimenta se orienta o desorienta  en varios frentes descoordinados y con más desorden que concierto.

Pero vayamos por partes. (…) Hay chispazos  de Joaquín Notario e iluminaciones  de Marta Poveda; Nuria Gallardo mantiene un tono  uniforme de calidad y David Boceta  es un galán  muy seguro.

Marta Poveda tiene  momentos que la redimen del frenesí del resto de la función: un monólogo casi al final donde muestra su hondura de actriz.  En la borrachera, Joaquín  Notario, sin ser el gran Notario de otras veces, eleva el tono. Los graciosos, los criados, siempre  en el Siglo de Oro  son estrellas; en este caso concreto (Cecilia Solaguren y  Álvaro de Juan) juegan a favor del montaje.

 

 

 

lunes, 9 de octubre de 2017

BEATRIZ ARGÜELLO. RETRATO


En esta España convulsa y una Cataluña al borde de un ataque de nervios, con UDI o sin Udi del tramontana Puigdemont, un elemento de sosiego. Vuelven a mi blog los Retratos a punta seca, o al pastel, como quieran, de mis cómicos favoritos. Tras Sara Moraleda, Casablanc, Javier Gutiérrez  y Marta Poveda, llega a esta galería, otra gran actriz
BEATRIZ  ARGÜELLO, O ISADORA 

Para un ama de casa, madre de tres hijos a los que hay que llevar al colegio limpios y aseados todas las mañana, la vida de teatro no puede alterar demasiado los horarios cotidianos. Los hijos se llaman Jacobo, de 15 años, y Pelayo de 12. La niña se llama Teresa. Cuando  mamá trabaja saben que se irán  con los abuelos o con una familia amiga o se quedarán con una canguro.  Cuando los deja en el colegio, o los dejaba cuando eran más pequeños, Beatriz Argüello, vuelve a casa y se acuesta de nuevo.  Si es un dia de estreno,   la obra que va a estrenarse está muy presente en el sueño, en duermevela, o en duermevuela; en penumbra y a veces  como fogonazos. La obra está ya metida de tal forma en la sangre que forma parte de la vida, del quehacer diario. El dia del estreno se intensifican estas sensaciones.

 Pese a todo duerme, descansa y no puede decirse que sea un sueño reparador;  es un sueño tonificante que le sirve de recordatorio y cuando se despierta la devuelve a la realidad de la vida;  todas las noches de función son distintas y la noche de  estreno un poco más. De la actuación  personal dependen muchas cosas que afectan a los demás. El teatro, aunque Beatriz se ha prodigado más en monólogos, es una empresa colectiva. Esa responsabilidad está igualmente presente cuando hace un monólogo que cuando está integrada en un elenco. Ha habido grandes noches teatrales en la vida de Beatriz Argüello. Una de ellas, aún  reciente, Isadora, de su amigo del alma, Hugo Pérez de la Pica, un ser herido por el arte y una salud precaria, al que muchos han dado en llamar el nuevo Lorca.  

viernes, 6 de octubre de 2017

FASTUOSO BILLY ELLIOT


Niños prodigiosos y el magisterio de Natalia Millán y Carlos Hipólito

Se trata de un espectáculo comercial y brillante con gran aparataje escénico y maquinismo preciso. Responsabilidad interpretativa  de Natalia Millán, que me recuerda el Cabaret de  hace años con Asier Etxeandia. No parece haber pasado 15 años y su madurez interiorizada es  potentísima y hermosa. Natalia Millán es siempre un vendaval. Carlos Hipólito parece  más frágil y se proyecta de dentro a fuera; Natalia Millán busca en los abismos del personaje.  Para llorar necesita esconderse. La veo con más placer  en esos momentos de  debilidad clandestina que en autoritarismo, siempre con poso de ternura, de la maestra dominante. Resumiendo, perfecta en ambos registros.

Lo comercial que arrastra masas de espectadores no está reñido con la calidad y la belleza. Audaz  la forma en  que David Serrano mueve  el grupo  de los mineros en huelga y su entusiasmo y convencimiento en la victoria, su derrumbe ante la realidad cruel; parece el coro de una tragedia de Eurípides.

 Los muchachos y las muchachas son punto y aparte.  Mención especial para Beltrán Remiro. Su escena vestido de mujer ante el perplejo Billy es modélica y desternillante. Loor a Remiro que llegará lejos en esta dura profesión, tan lejos como Pau Jimeno, portentoso Billy. Y el beso de despedida de ambos, es para una antología de la ternura. Y los despiste, l nostalgia de la abuela, Mamen García, también. Arrancó varis ovaciones.

 Argumento.-El meollo de la cuestión es  sacar a flote lo que uno lleva dentro. Es la única libertad deseable. Un muchacho superdotado para el ballet, del que tiran dos fuerzas, una positiva, la maestra, señorita Wilkinson (Natalia Millán) y otra negativa, el padre (Carlos Hipólito). Y un factor neutro y convincente  con raza de buen actor:  Alberto Velasco en el papel de Braithwalte ayudante musical en las clases de ballet.  Hay también, en la huelga, un esquirol generoso que ayuda a Billy con su dinero, contra la voluntad de los huelguistas..

 Billy Elliot es un musical legendario con gran peso interpretativo en todos sus personajes, singularmente los adultos. Respecto a los muchachos, a veces rozan la genialidad y, a menudo se hacen dueños de la escena; una gra metáfora del éxito y la belleza junto a los mineros en huelga. Rudos y reivindicativos, estos me recordaban la vieja canción de combate “en  el pozo Maria Luisa murieron cuatro mineros”, belleza, grisú. Y el tútú leve  sobre el mono de trabajo. Memorable escena de los mineros,  bailando con Hipólito a la cabeza.

No sé si Pau Gimeno (Billy) llegará a ser un buen cantante, pero me parece un magnífico bailarín. Por cuestiones legales supongo de protección al menor y horas de trabajo, o por la magnitud y dureza del trabajo actoral, hay un elenco fijo y un grupo de substitutos que, es de suponer, están la misma altura.