sábado, 30 de diciembre de 2017

RETORNO DE LA ALFARERA PRODIGIOSA

No sé cómo están siendo las Navidades de la Alfarera que ella anunciaba canallas.  Sé como están siendo las mias. Hacía siglos que no tenía noticias de la Alfarera Prodigiosa, cosa que en tiempos me hubiera parecido imposible. He coincidido con ella estos días de navidad canalla, por casualidad.  Está en la cumbre. La llaman de todos los sitios, sus productos de alfarería invaden los mercados más exigentes, da igual que sean vasijas o esculturas un poco canallas, parejas amándose sin recato,  parejas de hombre y hombre, de mujer y hombre, de mujer y mujer a la que dota de una infinita  ternura. En las otras parejas se percibe algún gesto levísimo, de rechazo del hombre, como si el hombre no fuera objeto de  deseo sino sujeto de abusos y comercio. En las de mujer y mujer  hay una  dulzura inmensa.   La Alfarera es una  triunfadora.  
 Un dia hace años le mandé un mensaje, Bella, Ciao mi canción partisana que solía utilizar cuando el amor de una mujer empezaba a hacérseme doloroso por culpa mia y por mi escaso sentido de la fidelidad. Tardó una semana en abrirlo y descubrió que más que un abandono era una ligazón más fuerte. La Alfarera prodigiosa  me dice “nadie ha escrito cosas tan bellas de mí como tú”. No lo creo, pero pudiera ser. Yo las metáforas las regalo. Ha ampliado su campo intelectual de tal manera que amenaza convertirse en una renacentista como Pico de la Mirándola, el que podía discutir de   “omne re scíbili et quacumque allia”. La devora el carpe diem, pero sin estridencias. Me he ofrecido a enseñarle  latín, reminiscencias  del Seminario, porque saber latín viene bien para todo.  Incluso para trabajar en el alfar. Sonrie. Conoce mis trampas. Como yo sus secretos que ya no son solo suyos, sino suyos y mios, lo cual a ninguno de los le quita el sueño. A mí me da igual. Yo no he recibido la llamada. Ni la recibiré nunca, creo. Estén tranquilas las sáficas y los héteros. Jura la Alfarera que todo es bello y legítimo si hay amor por medio, como decía Marylin. . 
La Alfarera es el personaje más afortunado de mi dramatis personae. Y Borja Ortiz de Gondra sigue pensando que  es una persona real, no un personaje inventado, y que algún dia descubrirá  la verdad.. Nunca lo conseguirá, hay algunas claves que no tengo ni yo. Los últimos cartas eran como mensajes encriptados, como si temiera que cayesen en manos más amorosas para ella que las mias, que jamás tuve celos de nadie. Llamaba mi atención la insistencia en dejar claro, para alguien sin duda muy concreto/a, que lo nuestro era una amistad en la que solo los dos cabíamos, pero amistad  y solo amistad.
 Me la encuentro por Cascorro,rodeada de mujeres, algunas  feas y una tan prodigiosa de belleza como ella misma,  un poco menos canalla y me parece más dulce. Me escudriñan con más curiosidad que recelo, incluso con cierta simpatía. Mucho y bello escribí de la Alfarera, es  cierto, y el tiempo ha demostrado que me quedé  corto. Debe cuidar su culo y sus piernas que me fascinaban, no por ser culo,  si no por ser soporte  de un alma bella. Y porque ella decía, “son los genes de mi madre y que se jodan las que no tienen una madre maravillosa de piernas pefectas”.Tengo entre las manos una historia tan bella, que nunca me atreveré a a escribir y menos publicar. Historia bella y, a la vez, un poco canalla.
 


lunes, 11 de diciembre de 2017

ISRAEL TRUMAN Y NATALIA EN TEBAS LAND


Elejalde y Natalia Menéndez en estado de gracia

Ando yo estos dias en un contencioso con el autor de Tebas Land, Sergio Blanco sobre Truman Capote que desayunaba en Tifanis, era  homosexual y drogadicto y alcohólico. Quien desayunaba en Tyfanis era Audrey Herpburn, la única actriz de mi devoción capaz de desalojar  a la inexpugnable Marylin. En realidad no se trata de un contencioso, pues Sergio Blanco no contiende sobre Truman Capote y A sangre fría, novela cuya estructura ha calcado en Tebas land.  Como la dirección de Natalia Menéndez es ajustada a la dureza del texto, Pablo Espinosa un poco verde todavía Más para ser la primera vez, un  Perry un poco dosrientado y fluctuante. Aprenderá.  Truman está interpretado por un Israel Elejalde en estado de gracia,  para qué vamos a darle vueltas a un texto. Un texto es lo que se ve sobre un escenario. Y punto. Nadie deber perderse Tebas land; pero a Capote lo que es de Capote y a Sergio lo que es de Sergio.
 En los últimos tiempos es la segunda vez que me veo obligado a desfacer un entuerto de desconocimiento o plagio. El año pasado hube de recordarle a Fermin Cabal que Tejas Verdes, donde le cortaron  las manos a Victor Jara para que nunca más pudiera tocar la guitarra, era un  texto  de Hernán Valdés que habíamos distinguido con el Premio de la Nueva Crítica hace casi 40 años.. En el fondo, yo creo que los problemas de este país no son de suplantación, sino de incultura.
Rindo pues homenaje a mi admirado Truman Capote y trazo su retrato, muy personal, al vitriolo. Con A sangre fría se empezó a instaurar el Nuevo Periodismo, un periodismo testimonial, de denuncia y escándalo. Perry en A sangre fría, no es un parricida; es el asesino de los cuatro miembros de la familia Clutter, que perpetró con un amigo para llevarse un botín de 10 dólares.  Hasta aquí, perfecto. El adaptador de un texto tiene todos los derechos que quiera tomarse sobre él, menos silenciar las fuentes. Durante un   tiempo, Truman Capote visitó en la cárcel todos los días a Perry para documentarse sobre el asesinato de los Clutter, una familia de cuatro miembros, los padres y dos hijas.  No hay catarsis en esta memorable función, pues catarsis es la purificación por el miedo y el horror; aquí lo que hay es el relato de un crimen a  sangre fría, a cargo del mesías del Nuevo Periodismo. Puede que  Truman acabara enamorándose de Perry y que el proceso indagatorio de alargase más de la cuenta. Hay una evidencia del instinto teatral de Sergio Blanco: el desdoblamiento de Perry como asesino y como actor que interpreta al asesino.

Por todo esto, por periodista grande y por amoral, yo admiraba a Truman. Pero empecé a quererlo cuando leí Música para camaleones y descubrí su adoración por Marylin Monroe y la complicidad que solo puede haber entre dos genios. En un momento determinado Marylin le pregunta, “Truman ¿dirías que soy estúpida?”. Truman, “sí”. Marylin, “nada más?”. Truman, “estúpida y….adorable”, Ahí Truman me sedujo para siempre.  Con el tiempo, Musica para camaleones dejó de fascinarme a la vez que decreció mi interés por Marylin y por las mujeres a las que había asimilado con su voluptuosa  hermosura y su grandeza de ser humano. No hay mujer que resista la comparación. Como no la hay que aguante el encanto de la flaca Audrey Hepburn en Desayuno con diamantes.  Llevar airosamente la  delgadez de Audrey es más difícil que llevar las curvas de la Monroe.  

jueves, 7 de diciembre de 2017

VERONESE, LA TRITURADORA; ERNESTO ARIAS,CERVANTES

 Espía a una mujer que se mata,  Vania y la trituradora de Veronese. Un arranque fuerte,  difícil de mantener a lo largo de toda  la obra. Una pistola apuntando a la cabeza de Sonia, una huida  gatuna de Serebriakov (Pedro G. de las Heras).  Chejov con injertos de Las criadas;  los caminos de  Veronese son inescrutables. Recuerdo, todavía perplejo, su montaje de Tres hermanas con un reparto  masculino.  Veronese en la  sala Paco Nieva. El mismo escenario, idéntico rincón de  Mujeres soñaron caballos: Buen reparto  con una  impecable Susi Fernández, una de mis actrices preferidas. Y la joven  Marina Salas, Sonia entre el desamor y la resignación. Atención a esta joven actriz, con una inusual fuerza expresiva en sus ojos dolientes. Malena Gutiérrez hace un gracioso con autoridad y ternura, Teleguin. La belleza llena de pasión de Natalia Verbeke, la sofisticada dama moscovita.  Ginés Millán, con un cuarto de hora antológico ya cercano el desenlace.

Dos entremeses de Cervantes, nunca representados.
Gran trabajo de dirección, movimiento escénico, plasticidad.  En la Abadia, La guarda cuidadosa y El rufián viudo llamado Trampagos, dirigidos por Ernesto Arias.  Arias es un excelente actor,  Dionisio Ridruejo en la obra de Ignacio Amestoy,  El malentendido, de Albert Camus. Piedad de Cervantes por el ser humano  sea un soldado  pobre y fanfarrón, un sotasacristán, un putón desorejado, una doncella virginal desvirgada en plena calle, o una dama bella y virtuosa que defiende su  derecho a la soledad. Emoción en este  discurso sobre  la belleza y el derecho a la soledad de la doncella; Carmen Valverde tan brillante de virgen como de puta; soy dueña de mi belleza y mi soledad, no tengo por qué amar a nadie y menos a un feo; piadosa ironía cervantina.




martes, 5 de diciembre de 2017

IFIGENIA LA INDÓMITA de VALLECAS

María Hervás, retrato a punta seca

Proteica en las formas y estable en el pensamiento. María Hervás viene a esta serie de retratos, a propósito de la reposición de Ifigenia en el Pavónkamikaze, después de haber pasado por ella Pedro Casablanc, Magüi Mira, Beatriz Argüello, Irene Escolar, Marta Poveda, Javier Gutiérrez, Luis Bermejo, María Pastor… Se la puede definir con cuatro palabras: guapa, inteligente, actriz y, acaso, poeta. Otros, quizá necesiten más. O una sola: amor. Ella prefiere invertir los términos; primero inteligente y después bella. En estos retratos de cómicos y cómicas Manuela Carmena, ha sido  excepción política, un retrato al vitriolo que ignoro por qué no ha gustado a algún amigo/a suyo y mío.  Me sugieren que amplíe el abanico a políticos, toreros, escritores. Lo haré, pero no me engaño. Lo que gusta verdaderamente son las actrices. O políticas como Inés Arrimadas o Rita Maestre, que tendrán un lugar en la serie.
 María Hervás, Jbara la mora cabrera primero, que se deja follar a cambio de un trozo de queso; después, puta de lujo y narcotraficante, esposa de un imán: Confesiones a Alá.  Ahora en Pavónkamikace, Ifigenia, la virgen puta de Vallecas; ambas debieran ser explicadas como modelos de interpretación en las escuelas de teatro. Sin olvidar la mano rectora de Antonio Guijosa . Ainara, la etarra de Los Gondra, también, aunque a mí me gustó más en el segundo acto, la Garbiñe del dolor y la aflicción, el soliloquio recordando el amor de su marido muerto. 
 Maria Hervás o el vertiginoso cambio de registro de una actriz; puede pasar de  la cólera a la melancolía sin apenas transición. Se encuentra a sí misma en los personajes extremos con absoluta naturalidad.  Pero un dia tendrá que dejar de hacer monólogos, aunque sean polifónicos. En la putilla/putón desorejado de Vallecas, están los dos extremos de una convulsa sentimentalidad. Ese momento frio y a la vez crispado, en que dice “follar y tirar” es una denuncia de su yo agredido; una acusación; y otro momento, una maternidad, meciendo un niño entre sus brazos. Ifigenia no es un texto político, es la reivindicación del propio cuerpo, la respuesta al comercio carnal, al amor mercenario. “Vosotros ahí, esperando que me dé la vuelta para mirarme el culo. Yo, aquí”. Entre Jbara de Confesiones a Alá e Ifigenia hay un  hilo conductor que, Antonio Guijosa, su director habitual, parece tener muy claro. Un dia me gustaría escribir un diálogo entre Jbara e Ifigenia.


Poeta y autora
Tengo de María Hervás un poema manuscrito que conservo como una reliquia, Volver a Itaca. Y conozco su obra de teatro Deseantes. No es ningún secreto, en las redes apareció una foto de María registrándola en autores. Deseantes es un texto inquietante y provocador que debiera subir al escenario si María no ha renegado de él. No lo creo. Es una obra que debiera  dirigir ella misma, aunque admiro la eficacia de Guijosa que sabe pulsar la tecla exacta de Hervás.  Interpretarla, no. Los personajes están muy próximos a ella. Y el que parece ser su alter ego, demasiado cerca.
Hay una sonrisa triste dentro de  su belleza triste que es difícil descifrar. Quizá considere que la belleza es un don maldito, un oscuro objeto de deseo sin amor. Atribuirle en tiempos, como hice yo, analogías con Marylin fue una ideación visionaria de mi fetichismo por la Monroe. Ello hacía de mí un imaginario Truman Capote, cómplice de los secretos de Marylin; “como cuentes algo sobre el intelectual  (se refería a su amor todavía secreto con Arthur Miller) haré que te rompan las piernas”.


 Marylin deseada por toda la fauna y flora de Hollywood y del mundo. El hijo de la gran puta de John F. Kennedy  le avisaba por teléfono, “ve bajándote las bragas y preparando el Martini”. A ella aplicó Truman el término “adorable”, después de llamarla estúpida.  Y cuando las comadres de Hollywood la acusaron de devota de Safo contestó:  “si hay amor todo es legítimo y hermoso” Pienso que mujeres así lo que más desean es ser amadas; mujeres   necesitadas de un sentimiento  puro y sagrado. Lo cual plantea una duda que Rodrigo García en Q resumió en la más bella frase, literaria,  que se ha dicho en un escenario, “ella es hermosa por las tinieblas que la habitan”.
Tiene la sonrisa un poco triste y la carcajada limpia. Un día me contaba viajes fastuosos y enigmáticos, excursiones marinas por islas paradisiacas. Envidioso de tantas peripecias, y picado en mi amor propio, para no ser menos me inventé   que yo era o había sido agente del KGB; su carcajada se oyó desde el Gijón hasta Cibeles. Otro día convoqué a los fantasmas de Paco Rabal, Paco Umbral, Lucía Bosé y Maria Asquerino, que vinieron al Oliver nuevo.  Asquerino y Bosé le tendieron alfombra roja y María se lo contó enseguida por teléfono a la señora Carmen, su madre, y al señor Jesús, su padre, que cenaban en una terraza de Lavapiés.

En el estreno de Los Gondra, de Borja Ortiz de Gondra, al saludar me hizo un guiño tan discreto que se enteró la sala entera y parte de la sala Valle Inclán que está en el piso de abajo;   reventé de gozo y los demás reventaron de envidia.
A mí me ocurren con las actrices cosas muy raras y Ana, mi mujer desde hace 45 años, se parte de risa viéndome tan crecido. Hace poco, Ana Fernández, al acabar los aplausos en la Margarita Xirgu, tras Lady Chaterley, me dio un abrazo. Y  Aitana, en La rosa tatuada, se acercó a la escalerilla del proscenio y me mandó un beso de colores como un enjambre de mariposas.  Sara Moraleda, tiene su “rincón de Frida” en el Café Gijón y, disfrazada de Frida Khalo, me hace un hueco a su mesa, aunque yo no sea Diego Rivera ni Trotsky. Natalia Millán me llama bárvaro por mi afición a los toros y luego seguimos comentando la belleza de Billy Elliot.  Hace unos días Denis Despeyrous, antes de empezar  Un tercer lugar, quería quedarse en mi asiento porque, para ver la función, le gustaba más que el suyo. No se lo tomé en cuenta y le hice muy buena crítica.  

sábado, 2 de diciembre de 2017

NURIA GALLARDO. Retrato PUNTA SECA.

Formada en el Método, evoluciona hacia la Paradoja 
Nueva habitante de este paisaje de las maravillas (gracias, lectores y seguidores, por la acogida que venís prestándole). Retratos a Punta Seca. Hija de Manuel Gallardo y de María Jesús Lara. O sea actriz de raza y de estirpe por los dos lados. No recuerdo la primera vez que vi a  Nuria Gallardo en un escenario. No porque haga mucho tiempo, sino porque entonces yo no escribía de teatro y mi memoria era más aleatoria. Quizá fuera en el Marat haciendo de Carlota Corday. Quizá. Me gustaba ver teatro entre cajas, cuando  los amigos o la empresa me lo permitían,   y en una de esa tardes o noches debí quizá coincidir con ella. Sería casi una niña y, de existir ese sueño, debió de ser en el Marquina, Infanta Isabel o María Guerrero próximos al café Gijón. No sé. En esos teatros y en algún otro yo hacía de machaca, o sea asistente,  de los cómicos  trayéndoles bocatas, cervezas o cocacolas entre función y función. Quizá  una tarde en que ella fue a ver a su padre Manuel Gallardo.  En cualquier caso estos retratos no persiguen  la exactitud histórica y biográfica, sino una aproximación muy personal al personaje.
 Cabalmente, con pleno conocimiento de causas teatrales y personales, la conocí hace seis o siete años en un fallo del Premio Valle Inclán en compañía de Esperanza D,OrsIgnacio Amestoy., del que había hecho Ederra “Ven, me dijo éste, vas a conocer a Nuria Gallardo”; “ya la conozco respondí”.  
Ciertamente la conocía, aunque quizás no conocía a la genuina Nuria Gallardo Tengo la costumbre, o la descortesía, de mirar sin disimulo a los ojos, lo que a veces crea cierta incomodidad. A Nuria Gallardo no le creó ninguna. Vi en esas bellas transparencias marinas, agua, aire e inteligencia e ironía un poco malvada.  Es actriz de muchos registros, pero Helena Pimenta  la ha amarrado a la Compañía Nacional de Teatro Clásico de la que es puntal, donde a mí me gusta valorar su sintonía con Joaquín Notario, Marta Poveda o Pepa Pedroche.  

Procede del laboratorio de  Willyan Layton, o sea el Método, que no es Stanislauski exactamente, pese a lo que dijera  Strasberg. Yo creo que  está más cerca de La paradoja del comediante de Diderot.  Y de Dom Richardson y su teoría: Interpretar sin dolor. Es una actriz madura y consistente y, a la vez, joven. Una actriz a la que le queda un largo recorrido.

jueves, 30 de noviembre de 2017

ABIGAIL TOMEY Y BUERO VALLEJO

  Abigail Tomey, creación y organización.
  Traigo a este serie de Retratos al pastel o a punta seca, a esta estupenda actriz, un poco a destiempo, porque es actriz  de noviembre a la que  recuerdo, en el Español,  como una de las mejores doña Inés que he visto en mi larga y heterodoxa afición al Tenorio de Zorrilla. Me parece recordar que la dirigía en el Español, Gustavo Pérez Puig.  Otra buena doña Inés fue la de Lola Manzano, actriz a la italiana y formada en Italia, además de en La Abadía, pese a que un director moderno de cuyo nombre no quiero acordarme le obligaba a una felación horripilante.  La traigo a esta serie de Retratos a Punta Seca por su vida de teatro y porque no hace mucho tuve oportunidad de verla en la gestión organizativa de los premios Buero Vallejo en la dirección de una de las Galas en los Teatros del Canal. Y era la actriz la que cargaba de sentido todos los movimientos escénicos y entre cajas.  

Cuando dejó el Español,  Abigail se retiró a Guadalajara a hacer  política municipal, pero no se ha desligado del teatro; teatro de calle, dirección de un Tenorio popular y otros eventos. Muy desconfiada debía estar del mundo de la farándula para marcharse a Guadalajara, aunque sea su patria y la patria de su admirado don Antonio Buero Vallejo, a cuyo recuerdo y exaltación dedica buena parte de su actividad: los Premios Buero que patrocina la Fundación Coca Cola, igual que el Valle Inclán,  de momento. Por su diplomacia  a la hora de afrontar situaciones tensas podría titular este artículo Retrato al pastel, pero dejémoslo así. Retrato a punta seca de Abigail Tomey.

martes, 28 de noviembre de 2017

MARIA PASTOR Y LA NUEVA GUINDALERA


 Maria Pastor entra en esta serie de Retratos a Punta Seca por la que ya han desfilado  entre otros, Casablanc, Irene Escolar, Luis Bermejo, Beatriz Argüello, Marta Poveda, Javier Gutiérrez, Sara Moraleda …  Hubo un tiempo en que algunos periodistas inflamados de fervor lírico y patriótico agotaban los adjetivos para referirse a Maria Pastor; la Pastor era patrimono nacional. Yo nunca me he fijado en sus ojos, porque me parece que María Pastor tiene la mirada más bella que sus ojos.   

Harta quizá de consideraciones frívolas como éstas,  y de las peripecias de la profesión cómica, María Pastor ha dejado su talento en libertad. María es una flor de la Guindalera y soporta mal otros climas. Y en la Guindalera ha diseñado un proyecto creador que ya ha puesto en marcha. Compañías residentes con total libertad de creación y de exhibición y de manutención. La inauguración del nuevo centro ha sido una revelación, la llamada fascinante que una artista sigue sin titubeos ni rechazos. En este caso, María Pastor es la seguidora de la llamada y, a la vez, la artífice de la misma: el  teatro como supremo dios del universo. Algo se pierde sin duda en el camino, acaso la inocencia. Pero la inocencia se recupera. La inocencia es la virginidad del alma. Y el talento nada ni nadie es capaz de anularlo porque el talento es audacia, claridad mental y horizontes amplios. Extraña armonía esta antología de doce representaciones, engarzadas por la dramaturgia de Juan Pastor, que es  una antología de sí misma.

lunes, 27 de noviembre de 2017

RÍGOLA Y SUS PRODIGIOS.

Alex Rigola es un director de teatro que trata de destruir el  teatro. Como Lorca en el Público, por ejemplo. Pero la destrucción del teatro es imposible, pura retórica teatral; Rigola hace teatro sobre lo que considera los escombros del teatro. Quizá por eso recurre a la identidad indisoluble de personaje y actriz/actor. Esta identidad, podía ser  el objetivo de Vania, pero lo que de verdad es el objetivo de Rigola creo yo  es la demolición del personaje despojándole de su autonomía, una admirable   labor de síntesis refinada y transparente. El personaje no existe, existe la actriz, existe el actor con su propio nombre e identidad.
  A Ariadna Gil nunca la había visto en teatro.  Está lejos de esa Andreievna sofisticada y moscovita de Chejov. Rigola es fiel a Chejov, pero es más fiel a los actores.  Ariadna aquí es Ari, problema resuelto. Valorar la interpretación depende de la opinión   que cada uno tenga de estos actores, aunque parece evidente una mano rectora. O sea, teatro. La opinión que yo tengo de Cunill, Irene y Bermejo, Ariadna ya está citada,  es inmejorable. A Irene  Escolar la he seguido desde aquella Meche enigmática de   La Chunga. Camaleónica. Para una visión completa de Escolar remito al Retrato a Punta Seca que le hice en este blog hace unos días.
El mejor Rígola  durante mucho tiempo, para mí estaba en  2666, de Bolaño.  Rigola dibujó escenas para una “antología” universal del teatro”. Y para la historia universal de la infamia. Las mujeres de Chiapas enterradas en el desierto, su descubrimiento y exhumación. Inmortal Rígola y sobre todo  inmortal Bolaños. Radicalmente antribrecht no es posible ver los espectáculos  de Rígola con la frialdad de la inteligencia y la reflexión.
El nuevo centro Guindalera.
La mano mágica de Juan Pastor, afilado como su pensamiento.  La mano de hierro y los ojos vivaces de Teresa Valentín, los padres de esa criatura  que se llama María Pastor. Y la magia de María Pastor, un hada que desface maleficios y conjuros, dijo sentid mi llamada, seguidme y todos dócilmente la seguimos hacia un camino de estrellas que se vislumbraba tras un cortina. Teresa Valentin parecía decir este es mi reino.   Me encontré con Chusa Barbero, la insuperable y, con frecuencia, irritante madre en Bergman; Borja Ortiz de Gondra, a vueltas  con Los otros Gondra, sigue intrigado por desvelar la identidad de la Alfarera Prodigiosa, que dio luminosa oscuridad a este blog.  La sonrisa de  Pepa Pedroche  me recordó los horrores del mes de julio cuando yo trataba de perfilar una serie, sobre las zozobras del actor/iz un dia de estreno.  Es un actriz, en los clásicos, insuperable. A ella y a Marta Poveda las tuve cautivas; y a Luis Bermejo. Si entonces la Poveda y la Pepa no me mandaron a la mierda, no creo que nadie sea ya capaz de hacerlo. Ni siquiera una queridísima amiga que, cuando le enviaba  mi canción partisana Bella Ciao, creía que era una despedida y se entristecía.
Clea del Cuarteto de Alejandría decía que con las mujeres solo se puede hacer tres cosas: amarlas, sufrir por ellas o convertirlas en literatura. El hecho es que anteayer en este magno centro creador de la Guindalera, me encontré mujeres convertidas  en literatura. La propia Maria Pastor, a la que aún no le he dedicado uno de mis Retratos al pastel o a punta seca.  Y entre cómicos siempre la controversia.
Antagonismos críticos.

Preguntaba una cómica afamada cómo puede haber críticas tan dispares cuyos autores parecen haber visto dos obras distintas. Yo creo que efectivamente vemos  obras distintas. La del estreno o postestreno unos,  y la de 15 dias más tarde otros. En 15 dias cambian muchas cosas, hay otras referencias, un engranaje  más ajustado y ninguna función es igual a sí misma. Los críticos de teatro debieran hacer como los de toros; la misma hora y la misma corrida para todos, y aun así los juicios siempre serán distintos. No hay que ver nada raro en esa disparidad   que atañe  a la libertad de pensamiento y de expresión. Hay mujeres que son unas con un maquillaje y otras, con maquillaje distinto. Eres tú, le pregunté anteayer a una dilectísima amiga;  soy yo, la genuina. Y siguió disfrutando gozosamente de su camaleónico transformismo.

viernes, 24 de noviembre de 2017

CARMENA CUANDO ERA MANOLA

Retrato de Manola
Me reprochaban el otro día cierta hostilidad o, por lo menos, desconocimiento de Carmena. Por eso   escribo este retrato a punta seca -serie en la que hasta ahora sólo han entrado actores y actrices- de la alcaldesa de Madrid. Abierto el melón, me gustaría hacer un dia el de Inés Arrimadas Nada tengo contra Manola, Bueno, algo tengo, lo que no justifica la abominable salvajada de un tuit, -policías municipales me parece- lamentando que en la matanza de Atocha,  se salvara por los pelos. Ese dia también  otros se salvaron por los pelos de las balas fascistas de los sicarios entre los que, a lo peor, se hallaba algún familiar de estos cafres.
Algo tengo que reprocharle sin embargo. Cuando los fusilamientos de Hoyos de Manzanares de 1974, último latigazo criminal  del general cruento, me parece que ella era  jefa de los abogados del PCE; y en su condición de jefa dio orden expresa de que ninguno defendiera a los condenados a muerte. Una decisión política,  seguramente. Por entonces el PCE se estaba fabricando una imagen demócrata e impoluta con vistas a su posible legalización. Fue un mal gesto, un gesto político seguramente, y poco humanitario. En política no puede hablarse de humanismo. Tampoco Podemos, el movimiento cuasi peronista, que nació como reactivo frente al bipartidismo corrupto, le ha hecho mucho bien. Podemos ha sido el gran fraude y su desastre nos ha salpicado también a quienes les votamos. Desde que el Psoe accedió al poder y abjuró en la práctica del socialismo, no habíamos experimentado tal desencanto. Felipismo se llamó la traición. Y Carmena se llama el desencanto. No ha sido capaz de acabar con el chabolismo ni con los focos periféricos de droga y degeneración ciudadana. Eso no es política, es en todo caso política social. 
A Manola la conocí gracias a Lola Sacristán y Manolo López del Comité Central del Pce. En el libro A las once en la plaza de la Paja, Carmena lo recuerda como uno de los abogados  más sagaces, honrados y temibles en un juicio. Por  su parte, Manolo  la tenía   como jueza ejemplar y confiaba en sus veredictos.  Estos recuerdos no me autorizan a desacreditarla como alcaldesa de Madrid, pese a sus fallo y aunque me enojen  algunos hechos que la ciudadanía ha dado en llamar “carmenadas”. Es una anciana simpática que estaría mucho mejor en su casa, redactando sus memorias que darían para mucho. Cualquier cosa menos presidir el Ayuntamiento de Madrid, que es más importante que un ministerio. 


miércoles, 22 de noviembre de 2017

DENISE DESPEYROUX, MARIA CASARES, CAMUS

Manola Carmena
¡Ay, Carmena! Me reprochan algunos seguidores de tuiter y de este blog,   que hable de la alcaldesa de Madrid, sin conocerla. Puede que, de quien considero mejor alcaldesa que doña Botella, no hable acertadamente, Error, pero no desconocimiento En el próximo post le dedicaré un Retrato a punta seca que mostrará que hace muchos años conozco a Manola
 Denisse Despeyroux, sombra iluminada
autora, directora. Dolor, soledad. Rotundidad de títulos: Realidad, Ternura negra, Carne viva.  La ironía y la inteligencia. Un tercer lugar, por ejemplo en la sala Margarita Xirgu. Dolorosa  carta de Matilde (Lorena López) que obliga a una tensión actoral insólita: una sinergia entre   Tristán el destinatario, Cordelia (Vanesa Rassero) y el recuerdo acusador de Matilde. Ese momento, ese triángulo de miradas podría figurar en una  antología del teatro,  la imposibilidad de ser feliz pues esa felicidad se consigue a costa de los demás. En la calificación del periódico le pondría, le pondré, un cuatro.
  La ironía   suaviza el universo dolorido de Despeiroux, imprescindible en la escena española desde La RealidadCarne viva, Pensión de las Pulgas.  Siempre hay un enigma  en los textos de Despeiroux. Y siempre, la exigencia de actores en carne viva  provistos de una gran técnica. Un tercer lugar, excelente interpretación con  inevitable referencia de Veronese;  Noguero, Vannesa Rasero, Giovanni Boso, Sara Torres, Pietro Olivera, Lorena López.  
 Ternura negra sigo recordándola  por su complejidad,  por su clima escénico.   Denise Despeiroux es el gran enigma que se revela en el momento preciso con las iluminaciones precisas.

María Casares/ Albert Camús
En Arapiles 16 se efectuó una lectura dramatizada de mi texto Diálogo necesario: maria  Casares/Camus, encargo que  acepté gozoso.  Una serie de circunstancias imprevistas, aunque previsibles, modificaron el reparto previsto por el director de la misma David Loaysa. Germán Torres  en Barcelona, con Incendios y Nuria Espert, fue sustituido por Ignacio Amestoy como  Camus. La interpretación de Amestoy fue la gran sorpresa de la mañana. Sabela Hermida siguió siendo María Casares y a mí, como a los malos actores, me tocó leer las acotaciones. Formidable Camusde Amestoyqu ni siquiera había leído el texto.


lunes, 20 de noviembre de 2017

MAGÜI MIRA. RETRATO A PUNTA SECA

Fue mi actriz favorita durante mucho tiempo y luego, cuando dejó la interpretación, empezó a ser mi directora favorita. En su más reciente montaje Festen  cometí la osadia de titular, Magui Mira roza la perfección. Obra cruda, sobre el abuso infantil en la familia,  con un magnífico reparto y  Clara Sanchis en plenitud.
Bienvenida a esta sección Retratos a punta seca o si se quiere, Retratos al pastel, en la que ya han aparecido actores y actrices de mi predilección. Javier Gutiérrez, Casablanc, Marta Poveda, Luis Bermejo, Israel Elejalde, Aitana, Irene Escolar… Aparecerán otras/os. Podría titular también Retrato al vitriolo, pero ese título me lo reservé para mí: quien quiera saber qué idea tengo de mi persona, del teatro y de la vida, que vienen a ser la misma y única cosa,  puede comprobarlo en  el retrato que sobre mí mismo, esbocé en diariodejaviervillan.blogspot.com
Primer recuerdo de Magüi; Molly Bloom, hace muchos años. Ulises, de Joyce tórrido,  incandescente, dirigido por Sanchis Sinisterra. Maguí Mira en plenitud de su belleza y  potencia actoral. Luego la recuerdo en  La señorita Julia, demoledora.
Posteriormente se reveló como una directora en posesión de todos los recursos del oficio; sensibilidad y pulso hasta llegar a Festen ya aludida. Excelente directora de actores y actrices, advierto en ella una virtud máxima: no imponer al elenco su propio estilo, que solo se concibe en ella misma. Sin exageración, apunto una profecía. Lo mejor de Magüi está por llegar. Le escucho dialogar con su primer marido, Sanchis Sinisterra, y parece que fueran los mismos de aquel incendiario monólogo de Molly Bloom.

  

domingo, 19 de noviembre de 2017

HOMENAJE A IGNACIO AMESTOY

Salutaciones para Ignacio Amestoy por el homenaje que le ha tributado  la Universidad de Navarra de la que fue alumno ejemplar. También lo fueron PedroJ Ramírez, que me repartió  mucho juego en El Mundo cuando ni siquiera me dejaban chupar banquillo en ninguna parte.   
 De la Universidad de Navarra procede también  Manuel Hidalgo, cuya sombra benéfica  percibí  siempre en el Mundo. Tan benéfica  que he llegado a firmar en el periódico unos 6.500 artículos más o menos. Y los que me quedan,  mientras quiera  Francisco Rossel.
Amistad y admiración por la sagrada familia: Ignacio, Esperanza D,Ors,  una gran escultora por encima de tópicos, personalísima. Tanto en la escultura monumental y pública, como en la más íntima y recatada. Y  Ainhoa, teatrera  de muchos registros.
Amestoy es un ser generoso; el juicio positivo, el elogio que no escatima, la sobrevaloración de los méritos de los amigos. Su amistad es una terapia para espíritus deprimidos. Es periodista, director de periódicos y articulista, reportero y entrevistador sagaz. Y  es autor dramático. El teatro, la poesía  son compatibles con al periodismo. Basta con situar cada cosa en su sitio, a su tiempo y sin confundirlos. Juntos, pero no revueltos. Amestoy domina los entresijos burocráticos y organizativos, la dirección, el instinto caníbal del periodismo; y la infinita curiosidad por todas las cuestiones que “acontecen en la rue”. Magisterio.
Madrid, centro universal del teatro.
Formidable onda expansiva  de teatro en Madrid. Kamikaze por un lado, el Festival de Otoño y los habituales del circuito convencional, por otro. El Festival de Otoño se ha inaugurado con un espectáculo refinado, esencialmente plástico y visual, Missing, de Amit Lahav, por Gecko, la compañía de renombre universal. Teatro físico, se autodefinen; teatro físico y de gran belleza plástica. Para festivales. Extraño eclepticismo entre el Zorongo Gitano, Lorca, Camarón y las contorsiones de los actores. Y marionetas gitanas: “soy gitana y no lo niego y  llevo sangre de reyes en la palma de la mano”.
 Y Denise.
Los enigmas y el dolor de Despeiroux en la Sala Margarita Xirgu: Un tercer lugar. Denise en estado puro. El dolor, pero nunca el lamento; los enigmas de amor o de amistad heridos. O traicionados. Sombrío texto, luminosa dirección. Y excelente interpretación de Jesús Noguero, Vanesa Rassero, Giovanni Bosso, Sara Torres, Pietro Olivera, Lorena López. Noguero en un papel complejo que le exige muchos cambios de registro: la frivolidad seductora. Y el desgarramiento, cuando recibe una carta que nunca hubiera querido recibir. Un verdadero gozo ver y escuchar a estos artistas.
Magui Mira
En el próximo post, retrato a punta seca de Magüi Mira. Una personalidad tan rotunda requiere mucho esmero en su retrato. La admiro, como admiro a Emilio Hernández, su marido.; bueno, un poco más. Podría hacerles un retrato conjunto, pero prefiero diferenciarlos. En su último montaje, Festen, una obra cruda sobre el abuso de menores en familia, me atreví a afirmar “Magüi Mira roza la perfección”. Después seguiré con Sanchis Sinisterra y Clara Sanchis, que de Kamikaze se ha pasado al Galileo con su Virginia Woolf. Ignoro las causas, pero el Ambigú, el lleno lo tenía asegurado. Galileo es también templo de mi devoción, pero llenarlo es más difícil. Hay familias que dan para mucho. Y pronto mi retrato de José Monleón, el padre de todos nosotros.
El dia 23 cuatro  estrenos.

 A cual, mejor. Están suficiente anunciados en este blog.  Elijan ustedes entre dos entremeses de Cervantes (Ernesto Arias) en la Abadia,. Casa de muñecas, en el Fernán Gómez. Democracia en el Valle Inclán. el Vania de Rígola, con Irene Escolar y Luis Bermejo, en el Canal. Este suscita en principio especial interés. Veremos. Ochenta espectadores en una caja. Para bien o para menos bien Alex Rígola nunca deja indiferentes.

martes, 14 de noviembre de 2017

FORMIDABLE ANA WAGENER EN COCTEAU


Ana Wagener es una gran actriz, una de las actrices de mi devoción, como le gusta decir a  Israel Elejalde cada vez que mis críticas se centran en alguna interpretación sobresaliente. Ciertamente, tengo admiraciones,  devociones y veneraciones. Viene a esta sección Retratos a punta seca con todos los derechos, sin privilegios. A no ser el privilegio que le otorga la coincidencia de haber vuelto al Ambigú de Kamikaze con La voz humana, de Cocteau.

A la Wagener, la vi por primera vez en el Alfil, con un  espectáculo solo de mujeres con algún texto vinculado, quizá, a Alfonso Zurro. No sé. Estos retratos se me difuminan a veces, de tal manera que bien podrían llamarse retratos de fantasmas, evanescencias, iluminaciones.  Por lo cual, yo creo que lo mejor será recuperar la crítica que le hice  en el Mundo. Hela aquí.

 Hacía tiempo que no veía en un escenario a Ana Wagener. Acaso desde un cruento duelo en la Margaria Xirgu  con Magui Mira, una presa y una carcelera. Acaso en  la Sala  de Arte, algo más liviano, Málaga o algo asi. No lo sé. Desde hace unos 30 años, más o menos, que la ví en el teatro Alfil, siempre he sabido que estábamos ante una actriz grande; sin metáforas ni eufemismos. La verdad, el dolor puro y duro. Y la técnica interpretativa.  No hay arte sin técnica, desengañémonos, y no vale la técnica que no traduzca  el dolor interno. Contradicciones de La paradoja del Comediante. Y el juego, que eso y no otra cosa es Diderot, la libertad del gesto, de la voz, del dolor.

 Es soportable en una actriz el nivel de sufrimiento de una mujer abandonada como la protagonista de La voz humana?. No, yo creo que no lo es sin esa técnica aludida.  Es un monólogo con una voz al otro lado que lo convierte en  diálogo. Es  el terror de hablar con una misma, de buscar culpabilidades propias que exhoneren  culpabilidades del  amante que  acaba de dejarla. 

 Podemos adivinar a través de las palabras,   del  gesto, de las lágrimas,  el pasado y el presente y hasta el futuro de un amor destruido. Las palabras, las circunstancias de dónde está el amado cruel que la abandonó hace unas horas, a quién acaricia, con  quien conversa, cuánto la necesita, cuánto ha dejado de  necesitarla.

Y el teléfono como único hilo de comunicación, el odioso teléfono como argumento,  es aquí un elemento teatral de primera magnitud: sus cortes, sus respuestas, sus silencios. Por primera vez no odio el teléfono en una obra de teatro.  Gran  texto, dirección de pulso medido y exacto de Elejalde,  grandísima interpretración de Ana Wagener que logra convertir un  requiem solitario en una sinfonía del dolor.  Y esa ventana abierta del final al vacío y a la nada".

domingo, 12 de noviembre de 2017

TROYANAS. AITANA, HECUBA JOVEN. ALBA FLORES, DIVINA



Botín de guerra

Un escenario tradicional no es el lugar adecuado para una obra  de tan  colosal envergadura.  El escenario se queda pequeño. Ni siquiera la escenografía de Paco Azorín logra oxigenarlo; dos planos,  el primero para la acción, el plano alto acaso para la reflexión.  Carme Portaceli no traslada mecánicamente el mundo troyano a la devastación del actual de civilizaciones confrontadas. Analogías, las imprescindibles; leves concesiones, complicidades. Eurípides es Eurípides y culpa  más a los hombres  que a los dioses.    Eurípides es un dialéctico y Conejero ha demostrado muchas veces,  encontrarse cómodo en esta filosofía.

 La Guerra de Troya no fue consecuencia de un apetito  de lujuria o un exceso de amor. Fue una guerra de expansión comercial,  nuevas rutas y nuevos mercados.  Helena, (Maggie Civantos) fue un pretexto. Y esta es muy clara en su confrontación con Hécuba: “de verdad crees que la posesión y el deseo de mi  cuerpo ha desatado la  guerra?”

La sensibilidad de Carme Portaceli la aproxima a estas mujeres, botín  de guerra de los  vencedores.  Error que lastra el discurso de la narración:  una Hécuba vigorosa y bella, cuya  edad parece la misma de Andrómaca (Gabriela Flore) su nuera, viuda de Héctor. Falla un reparto que, salvo en Polixena y Hécuba, carece  de consistencia. Aitana  Sánchez-Gijón,   en plenitud física y emocional, se sobrepone con dificultades a veces demasiado evidentes, a ese  contradiós de un reparto inadecuado.

La revelación  nace de Alba Flores, una evanescencia bellísima y sagrada, una faraona de porcelana, hija de Antonio, el genio maldito. Me fascina la estirpe de  los Flores marcada por el genio y la tragedia.   En resumen, no es un espectáculo redondo, pero merece la pena.

 

martes, 7 de noviembre de 2017

AITANA. RETRATO DE HÉCUBA


 Ahijada de Rafael Alberti, nacida en Roma e hija de Ángel Sánchez Gijón, exiliado, traductor de Gramsci y Passolini, Las cenizas de Gramsci. Aitana viene a esta serie de Retratos a punta seca,  por derecho propio y por la coincidencia  de estrenar en El Español, Las troyanas, que pondrá una vez más a prueba su capacidad de trágica, a veces cuestionada por su mítica “frialdad”. Una señora de orden,  alejada  del cuché, guardiana de su intimidad, una señora rara  que solo pierde la compostura para aplaudir y jalear a Asier Etxeandia, su amigo del alma: no es una groupie, en el sentido estricto y variopinto de tan ambiguo término, es una fan.

 En un espectáculo de Asier,  si Aitana está presente, al poco la sala es un manicomio. Lo comprobé  una noche en la Abadia, creo. Y hasta yo, poseido habitualmente por la severidad  del aristarco, me sorprendí  aplaudiendo y poseído por Aitana;  no sé si aplaudía a Asier o a Aitana, quede claro. 

 Yo creo que tiene capacidad para  la tragedia y la comedia y supongo que en ambas se encuentra a gusto. Alberti la tuvo en sus rodillas y Mario Vargas Llosa la llevó en el corazón. Nadie queda inmune, supongo, tras tenerla de compañera en un vis a vis diario sobre las tablas de un escenario una larga temporada

 Su elegancia natural y la seguridad en sí misma, se sobrepone a todo: al recuerdo invulnerable de su padre, a los celos larvados y no tan larvados de Isabel Preysler. El momento cumbre de este laberinto sentimental fue en Los cuentos de la peste, adaptación del propio Vargas sobre el Decamerón. Hasta este momento,  Vargas “había hecho de actor”, que no es igual que ser actor. Su debilidad quedó patente, ante  una Aitana en vena   que disparaba  las palabras  como  dardos. Yo creo que, por piedad,  no aniquiló al Nobel peruano, pero descubrió sus insuficiencias. Cosa, supongo, que no le importó demasiado a la Preysler  que también con mucha elegancia, tragaba quina. Estaba unida al  escritor por intereses  más perdurables  que sus dotes de actor. En cualquier caso, Las troyanas, Hécuba,  es una prueba de fuego para cualquier actriz, tanto más si no ha alcanzado los cincuenta años de edad. Yo creo que ha pasado pruebas peores y ha salido indemne. La crítica, otro dia.

lunes, 6 de noviembre de 2017

NATALIA MILLAN Y JVILLAN, ENEMIGOS ÍNTIMOS


En este país llamado España aún es posible la concordia.  Un ejemplo, Natalia Millán y yo nos llevamos razonablemente bien. Nada tiene que ver su condición de gran actriz, circunstancia en la que todos los críticos estamos de acuerdo. La cuestión son los toros, la corrida. Cuando empecé mis duras e implacables crónicas en el MUNDO, muchos me acusaron de antitaurino infiltrado, un quintacolumnista. Mi conocida afición por las novelas de espionaje favorecía esa presunta clandestinidad.

Natalia Millán es radicalmente  antitaurina y yo llevo escritas unas 3.000 crónicas de toros, o sea que he sido cómplice de  3.000 sacrificios, más los voluntarios a los que he asistido sin necesidad de escribir de ellos. Además de un diccionario taurino, Tauromaquias de unas 400 páginas, que habla de  otras cosas además de hablar de toros.

 Natalia y este bárbaro, que soy yo, podemos discutir de toros sin piedad por parte de ella y con cierta ironía  paternalista, por la mia. Si los políticos fueran capaces de aplicar esta dialéctica, habitual entre aficionados,  España iría de otra forma. Como se ha demostrado estos días en Barcelona, en tiempos ciudad de la paz y de la luz; de Carmen Amaya,   de Peret y de José Carreras. Y  de Los tarantos, película en la que yo hacía de figurante  y les llevaba café  a la gitana de Somorrostro  y a  Gades, “por los campos de España vaga errante   la sombra de Caín”.

Que sea antitaurina no me impide reconocer que es una gran actriz.  En Billy Elliot quizá temiera en mi crónica alguna “venganza torera”; yo sospechaba que toda la crítica iba a serle favorable  y no era cosa de hacer el ridículo por discrepancias taurinas; un torero, por encima de  todo, debe ser sincero  y elegante. Esa es la única forma de jugarse la vida que es solamente suya y no de Dios, circunstancia teológica por la cual Papa Pio V  excomulgó los toros.

 Concluyo este retrato a punta seca; en Billy Elliot, rodeada de sus muchachos, Natalia Millán está “sembrada” que diríamos los taurinos, o sea está “que se sale”. Como  alguno de sus chicos le salga torero, además de bailarín, le da un infarto. Mientras tanto, le recomiendo un panfleto maravilloso que acaso la haga feliz, Pan y toros; oración apologética en defensa del Estado floreciente de España. ¡Va por usted!

jueves, 2 de noviembre de 2017

FERNANDA ORAZI SILENCIO Y LLANTO


Viene Fernanda Orazi a esta serie de Retratos a Punta Seca a propósito de la reposición de Barbados en Kamikaze. (Ver crítica JVillán, el Mundo). Cuando  Fernanda Orazi llegó a España  traía con ella  lo que empezamos a fijar como señas de identidad del mejor teatro argentino:  Tolcachir, Veronese y el último esqueje de la argentinidad, Pablo Messiez. Orazi llegó como un vendaval disfrazado de brisa. Y con la estética y la ética del teatro pobre como equipaje.

 A Fernanda siempre la he asociado a Pablo Messiez. Y considero a ambos   corresponsables de su respectivas evolucionnes hacia la esencia  del teatro. Fuera del ecenario, con Fernanda solo he coinciddo encontrado  una vez y con Messiez,  nunca. Nuestras relaciones están basadas en la pureza del desconocimiento personal y en la impureza  creadora de todo teatro auténtico.

 Una noche en el Matadero antes de que el teatricida de Carmena, don Feijóo, expulsara el teatro de sus dominios perversos. Fue un encuentro fugaz. Había sonado el último aviso, “vos sos Javier Villán qué alegría”, más o menos. Esa sensación de urgencia  permaneció en mí durante mucho tiempo junto a  la fascinación por la actriz.

Mi instinto natural la sitúa en la fugacidad mientras mi inteligencia teatral la fija en la eternidad. La fascinación no tiene porqué ser un  movimiento  espontáneo  del espíritu, puede ser un hecho razonado. Me ocurrió hace poco en Ensayo. Silencio, lágrimas, gritos e histeria en consonancia con los prodigios actorales de María Morales, Jesús Noguero e Israel Elejalde. Silencios, lágrimas. Es una actriz capaz de reir y de llorar a la vez y de estar callada. A ella y a Tomé les hice una magnífica crítica en Barbados, hace muy poco; quiero decir una crítica favorable. Vayan a ver la función Comprobarán que no he exagerado nada.

 

domingo, 29 de octubre de 2017

VILLORA/MONTESINOS: BARRIO DE LAS LETRAS


Víllora.

En la Sala Tirso de Molina, quinto piso del teatro de la Comedia, los clásicos y menos clásicos, la palabra de oro; como el mismo siglo; “no hay billetes”, como en los toros. Y los deseos de don Estrafalario en Los cuernos de don Friolera cumplidos: “quiero para el teatro la pasión de los aficiona los  a los toros”. El éxito aconsejaría mantener en cartel El barrio de las letras. O reponerlo, será tiempo entonces de una crítica en profundidad. En cuanto a actores, la veteranía de María José Alfonso, la grácil presencia escénica de Yolanda Ulloa; la soltura y versátil firmeza    de Carlos Manuel Diaz y Alejandro Navamuel; y la recuperación para el teatro de una gran voz y un excelente actor, Fernando Conde, que  abandonó hace años Martes y Trece.

Me gusta más la primera parte y de la segunda me resultan prescindibles Iriarte y Elena Fortún. Echo de menos a Valle Inclán que si no vivió en este barrio, sino en Arguelles y en General Oraa, sí lo frecuentó. Al menos por sus trifulcas con  Pérez Galdós, don Benito el Garbancero, hubiera merecido un lugar entre tantas excelencias. Pedro Manuel Víllora y Ángel Fernández Montesinos han unido sus capacidades creativas para rendir tributo al teatro, la historia y la poesía en el corazón de Madrid. Empiezan en la casa de Lope y la imprenta Juan de la Cuesta y acaban en la Comedia. En estas calles  nacieron o al menos vivieron los mayores ingenios poéticos y literarios de nuestra historia.

 Grandes versos de Lope, Quevedo, Góngora o Cervantes, versos de amor humano y divino. Sátiras, insultos feroces de todos contra todos, menos de Cervantes -alguna leve crítica- respetado en líneas generales y respetuoso con los demás. Cervantes fracasó en teatro, mientras el Fénix de los Ingenios, se alzaba con “el cetro de la Monarquia cómica”. Para muchos es un sacrilegio esta teoría que sustento: mejor le hubiera ido al teatro español si hubiera seguido los caminos de Cervantes en vez de los de Lope. Cruel, aunque divertido,  el escarnio de Ruiz de Alarcón, el Corcovilla.

jueves, 26 de octubre de 2017

SMOKING ROOM EN PAVON KAMIKAZE




Jorge Eines, maestro de actores

Argentino de Buenos Aires. Llegó a  España en 1976 y enseguida se abrió un huecos, amplio y brillante, en el panorama del teatro español. Catedrático de Interpretación en la Resad y director   de grandes espectáculos por todo el mapa de España. Y teórico del hecho teatral  en profundidad con libros como  El actor pide, por ejemplo. Va de Borges a Chejov con absoluta naturalidad. La docencia es una pasión  que le lleva a crear su propia escuela, Ensayo 100. Maestro de actores. Ese es quizá el título que más ama, el más  preciado de su biografía. Ahora presenta en el Infanta Isabel Peer Gynt, la gran epopeya de Henrik Ibsen, sobre un aldeano aventurero y astuto, los domingos a las 13,00 horas, la hora del vermut al que invitan a la gente. Un espectáculo ambicioso con un elenco de diez actores.

Kamikaze. Las funciones que vienen

La función por hacer fue, en cierta medida, la consagración de Miguel del Arco y de Israel Elejalde, técnica y emocionalmente pirandellianos. Volverán  en Kamikaze con Las funciones por hacer, en plural. Cita para no perdérsela. El proyecto del teatro Pavónkamikaze se consolida.

Smoking Room.

 Secun de la Rosa, Mikil Esparbé, Manuel Morón, Pepe Ocio, Manolo Solo, Edu Soto; cinco estupendos actores para Smoking Room. Fue película de éxito por todo el mundo y ahora es función de éxito en Teatro Pavón Kamikaze. Arranca risas y carcajadas, pero no se fíen ustedes. Puede que tiemblen después de haber reído. Retrato de las miserias humanos, de la deslealtad y también de la tozudez de un líder sin seguidores que acaba brutalmente apaleado por un amigo. La cosa no acaba ahí, pero naturalmente no voy a contarlo. La trama es sencilla: corrupción y engaño; y la moraleja  también. Si usted cae en la aventura de pedir un salón exclusivo para fumar en su empresa, no lo haga; es preferible que salga a la calle o suba a la azotea, aun a riesgo de morirse de frio, y  deje de reivindicar el derecho al confort  de los compañeros. Una pulmonía es menos grave que el desprecio de amigos desleales y oportunistas. 
Interrumpo mi serie de retratos a Punta Seca de actrices, actores para hacer el retrato de una sala de teatro. Sé que un retrato de Aitana Marta Poveda, Nuria Gallardo, Pepa Pedroche, Miguel del Arco, Israel Elejalde, Fernanda Orazi, Carmen Machi y otras excelencias, es más atractivo que el de una sala. Las salas de los teatros las habitan fantasmas  de actores, actrices y autores  además de seres   vivos. Y una parte de nuestros sueños. Hace años cuando Antonio Guirao con la ayuda siempre eficaz de un jovencísimo Luis Torres, regía los destinos del entonces Centro Cultural de la Villa, la sala pequeña del Centro se llamaba Sala 2.  Guirao  tenía muchos nombres, pero  prevaleció la idea de neutralidad para no crear agravios comparativos.  La sala 2, hoy sala Jardiel Poncela, está  ligada a mis actividades culturales en la Metrópolis; conferencias, mesas redondas, rectales poéticos; y coloquios taurinos durante los Sanisidros, que eran los que más éxito tenían.  La sala 2 tenía aspecto de salón de actos de un colegio, un escenario alto y reducido al que se accedía  por un escalera lateral.Un mediodía almorzábamos Guirao y yo en el Café Gijón. Guirao quería organizar un acto en el que intervinieran Claudio Rodríguez y el doctor Barros, celebérrimo seductor y hábil mediador en la abrupta querella que mantenían Alberti y Bergamín por causa del Borbón y una fiesta en Roma. Antonio requería mi apoyo para tan magno acontecimiento y barajaba la posibilidad de Rafael Alberti y Bergamín en el mismo.  La Sala 2 hoy se llama Sala Jardiel Poncela y es un lugar sagrado al que pretenden acceder grupos significados del circuito rompedor y alternativo. Como la Princesa del María Guerrero  o la Margarita Xirgu del Español, por ejemplo.  O el Ambigú de Pavón Kamikaze, el lugar más sagrado de todos.   
SENSIBLE.Complicidad y destrucción
Una vez más la sintonía de José Luis Rubio como director y Kiti Manver como intérprete, funciona. Sensible.  Impulso trágico de Manver y  rigor  de Juan Carlos Rubio.    Mano férrea casi inadvertida. Teatros del canal a sala casi llena. Y una interpretación  formidable.
Nada  ni nadie es capaz de  convencer a Constance  de que el infierno de los celos es irracional; y tampoco hay nada que pueda demostrarle lo contrario. Tragedia pura. El amor destruye sin piedad.  La verdad será una verdad póstuma. El texto, quizá excesivo y poco verosímil ¿Hay sensibilidad en el amor o es un sentimiento que de tan puro, no admite matices ? El peso de la  palabra apenas lo alivian las acrobacias de Chevi Muraday espectacular. Sobre la gimnasia rítmica de sus piruetas, descansa buena parte de la fuerza y el desgarro de esta obra,    cruenta,  feroz cruel. Y una amistad, ofendida y cruel; el fervor nunca recompensado de un amigo enamorado, Clemence.



 

 







martes, 24 de octubre de 2017

IRENE ESCOLAR, RETRATO DE UNA ACTRIZ


“El pasado, el presente y el futuro al mismo tiempo”, escribe Eliot  en La tierra baldía.  Eso podría decirse  de Irene Escolar. No ha cumplido treinta años y parece que siempre hubiera estado en el centro del teatro español. Bienvenida a esta serie, Retratos a punta seca, por la que han pasado Marta Poveda, Pedro Casablanc, Luis Bermejo,  Beatriz Argüello, Javier Gutiérrez.  Y pasarán  más.

Habitante del teatro y habitante  de la vida pues los sucesos que sacuden este desdichado país llamado España no la dejan indiferente. Hace poco  difundió salutaciones fervorosas en honor de Alex Rigola por dimitir de Teatros del Canal en  protesta  de la “brutalidad de los guardias en Barcelona el 1 de octubre”. En mi filosofía geopolítica, la unidad de España no es el tema principal y sé que “Cataluña es el eterno problema con el que hay que aprender a convivir”. (Ortega y Gasset).

 Estos días he mantenido intensos contactos con mis amigos de Barcelona, El altres catalans, y están desolados. De haber existido este clima borrascoso hace 45 años yo no hubiera podido hacer de extra en Los tarantos, de Rovira Beleta, ni tomar  café en una taberna frente al Liceo, una madrugada de lluvia, con Carmen Amaya y Antonio Gades; sencillamente, porque una españolada de Somorrostro, trasunto de Romeo y Julieta no se hubiera podido rodar. Si lo actual  es el ensayo para una III República que muchos anhelamos, apaga y vámonos. El último, que apague la luz.

  A mí la unidad de España me trae al fresco, pero Barcelona, como le recordaba a Marcos Ordóñez, gran novelista, además de crítico teatral, camino del Pavón Kamikaze,  “Barcelona es cara a mi corazón” (Max Estrella). Soy de la tierra de Gómez Manrique, de su sobrino Jorge, el de las coplas, y de los Berruguete. Sabiendo que nuestras vidas son los ríos que van a dar a la mar, me preocupa más la aludida eternidad elliotiana de Irene Escolar. Cuando todos hayamos muerto nos la encontraremos más allá  de los siglos, encarnando a Meche en algún teatro del mundo, y diremos aquí está Meche la muchacha que desapareció una noche de un bar de Piura en una dudosa historia de  machos, rameras y acaso un amor sáfico: Vargas Llosa, la Chunga.

Es de la saga de los Gutiérrez Cava,   nieta de Irene y sobrina de Julia Gutiérrez Cava y Emilio Gutiérrez Cava, el último eslabón de una cadena de oro.  Un dia se me ocurrió establecer una línea actoral que va de Nuria Espert a  Irene Escolar pasando por Aitana Sánchez Gijón, excluyendo voluntariamente raíces y genes familiares. Mantengo la teoría, que no excluye formidables actrices de otros registros.  Contra profecías agoreras, Aitana  tuvo muy bien en la Chunga, un bronco papel a contraestilo; pero el misterio, la piedad por una vestal virgen de alma y abusada de cuerpo, se quedó con Irene Escolar. A partir de aquí, creo que empecé a cavilar sobre  Irene Escolar como tema.  Ese misterio la envuelve siempre: en El Público, en el Lorca de su último recital,  en  la adulta   de  BlackBird que quiere aclarar las  cuentas de su pasado. Aunque para mí sigue siendo El cojo de Inhisman.

domingo, 22 de octubre de 2017

BERGMAN, UN AMANTE ATORMENTADO


Bergman/Gutiérrez Cava. Después del Ensayo.

Antes de enredarme en azarosas cuestiones bergmanianas, a lo cual soy bastante propenso, diré que Emilio Gutiérrez Cava, como el director de una escuela de interpretación en Después del ensayo, trasunto más que probable de Bergman, da una lección de tecnica y pasión  actoral; que Chusa Barbero hace una interpretación caníbal de Raquel, la amante/amiga, y que Rocío Pelaez,  un poco verde todavía, se arriesga  en los momentos de seducción, aunque la carcome   el odio a su madre Raquel, que fue amante de su actual maestro.

 Si  Raquel, es  el amor maldito y destructor de hace muchos años,  Ana es el amor redentor: provocadora y vigorosa, inocente y lasciva, que odia el recuerdo de su madre a la que todos amaban. Aunque fuera imaginario podía haberse producido un encuentro entre las dos; pero Juan José Alfonso las mantiene separadas en sus respectivos planos temporales.

 Después del ensayo, revela el amor de Bergman al teatro y sus dolorosas pasiones por la vida; un texto duro, en carne viva; Bergman desolado y devastador.  No puedo evitarlo; Ingmar Bergman me deprime. Sus eternos problemas de pareja, las catástrofes conyugales, el sentimiento de culpa, de infidelidad, de tristeza.

En el fondo, yo creo que Ingmar Bergman es un predicador devorado por las brumas del norte y por el amor y el sexo no como diálogo purificador, sino como tragedia. O no, no lo sé. Después del ensayo es el testamento teatral de Bergman y  testimonio de su atormentada y conmovedora vida.

Creo que así lo ha entendido Juan José Alfonso y la versión de  Joaquín Hinojosa.   Hinojosa es un gran actor, aunque no se prodigue y ha hecho de Después del ensayo lo que se llama un instrumento verbal en forma de propuesta escénica.    Bergman es en esencia  hombre de teatro. Y aquí en Después del ensayo lo demuestra; teatro sobre teatro, metateatro, vida.  Amamos tanto a Bergman. Aunque me deprima.

viernes, 20 de octubre de 2017

LORCA Y LA MODERNIDAD de MESSIEZ



El currículo teatral de Pablo Messiez es impecable e incluso espectacular: está muy reciente su dirección de He nacido para verte sonreir. Y sin embargo en Bodas de sangre, el siempre admirado Messiez no está a la altura de las circunstancias, no está a la altura de Lorca, quiero decir.  Lorca no necesita modernizaciones, aunque es de agradecer el esfuerzo de Messiez, por dotar este montaje  de un esteticismo loable en lo que a la parte plástica y visual se refiere. Incluso en el Romancero es modernidad pura. No se entendería la cumbre de la modernidad y el surrealismo de Poeta en Nueva York sin el Romancero. Por lo que se refiere a sus tragedias -Yerma, Bodas de Sangre, La casa de Bernarda Alba- tienen la modernidad de Eurípides en las que el azar empieza a debilitar el determinismo de los dioses. Dos familias enfrentadas, a cuchillo y a navaja. Esta complejidad emocional Lorca la sintetiza en un argumento simple: la novia se casa con un buen hombre, y la misma noche de la boda se escapa con otro. En Lorca las pasiones son siempre destructoras; recuérdese el ahorcamiento de Adela en La casa de Bernarda Alba cuando su madre le dice que ha matado a Pepe el Romano. Hay ecos en Bodas, de la Bernarda y su sentencia, “mi hija ha muerto virgen”. Honradez reivindicada, por   la novia (Carlota Gaviño) ante su suegra (Gloria Muñoz).

  Pepe el Romano y los galopes de su caballo desdibujan la imagen de Leonardo (Francesco Carril); un Leonardo iracundo e hiperactivo, mal como el resto del elenco. La madre, Gloria Muñoz, carece de garra dramática; memorable, sin embargo, la Piedad que compone con el hijo.  Excelente  la penumbra del bosque aunque no entiendo  las razones del tórrido menage  de una amiga y dos amigos.

 El prólogo remite a Comedia sin título, antítesis de Bodas.  No disuenan los  injertos de otras obras de Federico, aunque tampoco entiendo el poema Cielo vivo, que dice el padre, pálido reflejo de Poeta en Nueva York; en realidad lo que no entiendo es por qué hace de padre una mujer disfrazada de hombre (Carmen León). 

Cualquier intento de modernidad con Lorca es una aventura peligrosa. Y hacerlo en playback con  Concha Piquer y añorando  a Bambino, en el banquete de bodas, es un poco grotesco. Mejor que la inigualable doña Concha, la diosa de la copla, hubiera sido, en esta circunstancia, la Argentinita, más afín a Lorca del cual era colaboradora.

 Floja versión de Messiez  a lo que contribuye una interpretación sin fibra ni nervio. Esteticismo favorecido por el   manejo del color. Lorca no era un esteta, era un trágico. La imagen de una novia fortachona está justificada en parte por el padre que la considera  “capaz de cortar una maroma con los dientes”.

 

lunes, 16 de octubre de 2017

VICKY PEÑA; WEIL Y BRECHT RETRATO


El amor de una hija

Si el último retrato fue Montserrat Carulla, justo es que le suceda en esta galería Vicky Peña, su hija;  es un gran actriz a la que  admiro sin reservas: en el drama, en la comedia,  en los musicales, en los monólogos,  lo cual  no creo que le importe demasiado ni acabe de creérselo. Solo le molesta, en sus trabajos de directora, que algún crítico aventure influencia  de Mario Gas. Yo ni quito ni pongo rey o reina, siendo como soy republicano, pero el magisterio de Mario Gas ella misma lo ha reconocido en ocasiones. Mi republicanismo es romántico y sentimental; aunque de los reyes solo me interesa lo que la Constitución de Cádiz de 1812 exigía a todos los españoles:  que sean justos y benéficos. No creo que ni los borbones  ni los ciudadanos españoles hayamos sido fieles a ese precepto constitucional.

 La admiro  desde aquella mítica La reina de belleza de Leenane a la que en esta galería de retratos aludía yo el otro día,  al referirme a su madre, la gran Montserrat Carulla. Hace años en Sevilla, tras ganar el Premio Max, la vi llorar de tristeza,  porque creía que la merecedora del Premio era su madre. La admiro,  por su proximidad a Kurtz Weill y a Brecht, por su capacidad de riesgo. Por su belicosidad.

En una de las cenas del Premio Valle Inclán, aprovechando que estaban presentes algún ministro y miembros de la Administración,  se levantó para protestar contra el IVA aplicado  al teatro. La gente de la farándula le aplaudió mucho pero nadie habló en   apoyo de su  discurso. En cierta ocasión leí un celebre artículo de Israel Elejalde en el mismo sentido. Justo es que Vicky Peña venga a esta galería de retratos y exactamente después de su madre, la indómita Carulla.

Noticias teatrales.

Ha salido el número 167 de  Revista de la Asociación de directores de escena, Juan Antonio Hormigón. ADE concilia la información teatral más rigurosa con el ensayo, la entrevista de actualidad, la historia y la investigación y la publicación de textos inéditos.. Se cumple el bicentenario de don José Zorrilla y Ade le dedica más de 100 páginas con firmas relevantes como Gabriel Antuñano, Cesar Oliva, Alfonso Zurro, Carlos Rodríguez, Laura Hormigón (Zorrilla, el baile y las bailarinas), el propio Hormigón y varios más. Zorrilla no es solo el Tenorio y la escena del sofá o el comendador atravesando las paredes; es un poeta, un erudito, un escritor en el amplio sentido de la palabra del que escribe con elogio  Gertrudis Gómez de Avellaneda. Un Zorrilla insólito o, mejor dicho, desconocido para el gran público. Ahora que se acerca el  dia de los difuntos y sus ritos, entre ellos las obligadas representaciones tradicionales, este número de ADE es iluminador. Hormigón es un polígrafo denso y sistemático. Y Ade está dirigida a públicos especializados, a la gente de pensamiento profundo sobre el teatro. O sea a la inmensa minoría a la que aspiraba Juan Ramón Jiménez.

Ernesto Caballero ha sido galardonado con el Premio Ciudad de Palencia a la mejor dirección y Carmen Machi a la mejor actriz, que se otorgan por votación popular. Palencia es tierra de teatro: no en vano cerca de aquí, en el señorío de Amusco, nació Gómez Manrique, tio de Jorge, y al que algunos  consideran inventor del teatro español con su  Auto de los Reyes Magos o, por lo menos, precedente primario   del Lope de Vega inicial.

 
 
 
Noticias teatrales.

Ha salido el número 167 de  Revista de la Asociación de directores de escena, Juan Antonio Hormigón. ADE concilia la información teatral más rigurosa con el ensayo, la entrevista de actualidad, la historia y la investigación y la publicación de textos inéditos.. Se cumple el bicentenario de don José Zorrilla y Ade le dedica más de 100 páginas con firmas relevantes como Gabriel Antuñano, Cesar Oliva, Alfonso Zurro, Carlos Rodríguez, Laura Hormigón (Zorrilla, el baile y las bailarinas), el propio Hormigón y varios más. Zorrilla no es solo el Tenorio y la escena del sofá o el comendador atravesando las paredes; es un poeta, un erudito, un escritor en el amplio sentido de la palabra del que escribe con elogio  Gertrudis Gómez de Avellaneda. Un Zorrilla insólito o, mejor dicho, desconocido para el gran público. Ahora que se acerca el  dia de los difuntos y sus ritos, entre ellos las obligadas representaciones tradicionales, este número de ADE es iluminador. Hormigón es un polígrafo denso y sistemático. Y Ade está dirigida a públicos especializados, a la gente de pensamiento profundo sobre el teatro. O sea a la inmensa minoría a la que aspiraba Juan Ramón Jiménez.

Ernesto Caballero ha sido galardonado con el Premio Ciudad de Palencia a la mejor dirección y Carmen Machi a la mejor actriz, que se otorgan por votación popular. Palencia es tierra de teatro: no en vano cerca de aquí, en el señorío de Amusco, nació Gómez Manrique, tio de Jorge, y al que algunos  consideran inventor del teatro español con su  Auto de los Reyes Magos o, por lo menos, precedente primario   del Lope de Vega inicial.

Ignacio García. Vuelve a España de la que nunca se ha alejado. Le han encomendado la  responsabilidad de dirigir el festival d Almagro, los clásicos del Siglo de Oro. Toma el relevo de   Natalia Menéndez que deja el listón muy alto. Ignacio García ha llevado  por los escenarios del mundo el teatro español. En México ha sido el artífice del resurgir del teatro de los exiliados del 36. Es posiblemente el español más universal de la tribu farandulera. Prestigio absoluto. Fue ayudante de Mario Gas en el Español. Tiene por lo tanto un sólido conocimiento del teatro español por dentro y por fuera. Dotes organizativas y, pr encima de todo, amor al teatro como expresión de una cultura; una manifestación  de libertad y creatividad.

Cuando escribo TEATRO UNIR  estoy refiriéndome a la sala ARAPILES 16. Es lo mismo pero no es igual Allí se está representando ahora NOSTALGIA DEL AGUA con Manuel Galiana y Marta Beláustegui dirigidos por Jesus Salgado.