miércoles, 27 de abril de 2016

ELOGIO DEL PUBIS; PABLO NERUDA .


Salutación. He sobrevivido al  intento de linchamiento,  por mi crítica al numanticidio perpetrado en el Español, y han llegado a  pedir que me echen del Mundo. Mas no ha sido preciso,  para defenderme, el ofrecimiento de una amiga, de notoria fama y belleza, de “patearles el culo” a los cervanticidas. No está bien que una señorita vaya por  ahí repartiendo patadas; pierde feminidad. Y yo prefiero su feminidad a mi honor. Gracias, amiga.   

Usos y costumbres del lenguaje del amor

En estos días he escuchado la palabra amante con una intensidad amatoria semejante a la amada del  Cantar de los Cantares de Salomón. El vocabulario del amor  está  volviendo a los orígenes. Se empiezan a recuperar palabras antes sagradas o malditas, según quien las pronunciara, como “el amante”, “la amante”, no creo que como sinónimo de “la querida” que era término vejatorio e inmoral para mujeres que sometían su libertad, de forma estable,  a un hombre casado.

 Sorprende esta autoafirmación de “amante” en mujeres radicalmente libres; y en hombres promiscuos y picaflores. E incluso hay algo más  enigmático  que  ser amante: “hacer de amante”, con vestidos de lujo y sedas floreadas, una ceremonia al estilo de Las criadas, de Genet . “Me voy a París a hacer de amante”, escuché el otro día en un ambiente libérrimo y sin prejuicios. París es más sugestivo, pero también se puede hacer de amante en Soria, Teruel o Sevilla, que es tan sugestiva como París o más.

 ¿Se ha trivializado el amor hasta hacerlo costumbre y de ahí la vuelta al lenguaje clásico, a la pureza de los orígenes?  “Mi chico”, en lo que a amar se refiere, no quiere decir nada o quiere decir muy poco. El amado, amado amigo, del amor cortés o la poesía provenzal sugiere mayores vislumbres  en cuestiones amatorias. Y ahí está el Cantar de los Cantares, el poema de amor más hermoso que se haya escrito nunca;  “¿por qué te fuiste amado y me dejaste con gemido?”

La amante, una institución social.

 En tiempos, la amante era un signo de distinción social y un signo de poder, una institución en una sociedad  de clases: la querida. En definitiva, un factor del equilibrio matrimonial; mejor tener una amante fija que irse de putas. Aunque una cosa no quitaba la otra. Girón de Velasco, el ministro social, tenía muchas amantes, queridas, algunas de las cuales  iban por el Café de Gijón. Girón les ponía pisos en el barrio de la Concepción que ellas compartían generosas con la golfemia. (Véase mi libro Historias golfas del Café, Edit Almuzara).

Al margen de estas cuestiones, en este libro se ve mi ideal de mujer, que entró un día en el Café y ya no salió de mi vida: “Las piernas más espectaculares del Gijón, unos labios de pecado mortal y una inteligencia luminosa”. En ese ideal sigo. Belleza, por supuesto. Mas, por encima de todo, inteligencia que te distrae de  belleza evidente.

 Algunas de las amantes de Girón de Velasco eran marquesas venidas a menos y que, al yugo y las flechas, preferían las metáforas y las juergas  flamencas de madrugada en el Corral de la Morería.  A mí, escuchar hoy  “estoy feliz con mi amante, me voy a París  con mi amante”, me suena raro; pero me suena bien. No creo que “mi amante” sea equivalente a “mi chico/a”; debe de ser otra cosa, otro revuelo emocional por no decir otra jerarquía del amor. Pero en esto de la jerga amorosa reconozco que me he quedado un poco anticuado.

Las mujeres esdrújulas

A mí, lo que de verdad se me da bien son las mujeres esdrújulas, término que  no sé si podría aplicarse también a la amante que es palabra llana.  Por ejemplo, hay mujeres púdicas, o sea pudorosas, y mujeres púbicas que suelen ser todo lo contrario; mujeres púnicas, o sea cartaginesas y mujeres públicas, que son otra cosa y nada tienen que ver con las púdicas y las púnicas.  Las mujeres babilónicas son esdrújulas y tienen el alma samaritana, o sea que son compasivas. Hace un par de semanas en Bellas Artes, Esperanza Roy y yo hicimos el estribillo de La Corte del Faraón y nos salió muy bien. O al menos eso dijeron Ignacio Amestoy, Esperanza D,Ors y Javier Aguirre.

¡Ah las rosas del pubis!.

Cuando nos aburrimos del teatro, mi compañera del Mundo Esther Alvarado y yo comentamos a veces estas cosas púdicas y púbicas. Pablo Neruda tenía siempre en su mente esclarecida por el amor a las mujeres impiamente púbicas; de pubis ralo o frondoso, selvático o de paramera, da igual, pero sin depilar. Lo que le importaba a Neruda era el territorio sagrado  al margen de su frondosidad. Si no, cómo podría haber escrito, “ah las rosas del pubis, ah tu voz lenta y triste”.

“Es de agua tu cuerpo, de agua curva la tibia oscilación del pubis y hondos ríos tus manos de cinco álgidas fuentes”; eso escribía yo hace siglos y debe de andar perdido por alguno de mis libros de poemas. Lo de “álgidas fuentes” tiene su miga y he de explicarlo siempre que leo o recito en público este poema. Álgido es el frio que precede a la calentura de la fiebre, no es la temperatura cumbre del cuerpo humano. Hay citas maravillosas sobre el pubis. Por ejemplo: “aspiro a que tu pubis abra sus anchas veredas”, “tu pubis es de oasis y palmeras”, “me hundo en tu pubis como el aire que respiras”, “tu pubis me da sueño y me da hambre”, etecé, etecé, etecé

 

lunes, 25 de abril de 2016

JOSE MANUEL SEDA; ELOGIO DE UN ACTOR.


Jose Manuel Seda: elogio de un actor

José Manuel Seda es uno de los actores que con más interés he seguido desde hace unos años. No podía perderme este don Juan sentenciado a muerte en Venecia sin que medien cargos ni conozca sentencia; don Juan Tenorio, seductor. Y sevillano, como José Manuel Seda con el que tengo pendiente, con él y con Salvador Távora, una procesión de la Soledad y una corrida en la Maestranza en Resurrección.

 Es un actor firme y dúctil, versátil y con personalidad muy acusada, sin la cual la llamada versatilidad es imposible. No hay actor dúctil y versátil sin una técnica  determinada y concreta: la interiorización del personaje. Y suu proyección consecuete. Por campos de Castilla hicimos las rutas de los toros en fiestas organizadas por el Instituto Castellano y Leonés de la Lengua y es posible que volvamos a hacerlas pues Gonzalo Santonja persiste en su cruzada taurina, como defensa de un signo de España. O simplemente como un ejercicio de libertad. No se trata de los toros y de la corrida, sino del derecho a elegir: una cultura y un derecho.

 Libertad es la que exige este don Juan, filósofo y pensador, atormentado, desde los calabozos y las letrinas de Venecia. Libertad interior incluso para escribir o no escribir una carta en demanda de perdón, que su orgullo le impide. La idea de este don Juan partió del propio Juan Manuel Seda y la materializó en escritura José Luis de Blas Correa. Es mejor la idea que el texto, demasiado literario y retórico con frecuencia. Pero sirve para revitalizar el mito de don Juan y para seguir confiando en Seda como actor. Siempre confié en Seda. Mas para convencerme definitivamente del excelente actor que hay en él tuvo que llegar El encuentro, haciendo de Adolfo Suárez y acompañado de un magnífico Eduardo Velasco como Carrillo.  Ahí Juan Manuel Seda   demostró que es un actor consolidado y sin retorno ni marcha atrás. El teatro le da solidez y calidad. El cine y la tele le dan popularidad. Seda sigue con el crédito abierto.

 

sábado, 23 de abril de 2016

CORONA DE SONETOS para NURIA ESPERT.


Requiescat. El dolor no admite demora

 Una carretera vacía, un cuerpo roto muerto instantáneamente, una loca al volante. Y una familia de 11 hermanos destrozada por el dolor. Adiós Francisco; tu afición a la lectura, sin medios, tu curiosidad por el saber, dentro de unas precarias condiciones, tu cariño silencioso. Ya no te mandaré más libros, que leías puntualmente; ni esperaré tus comentarios sobre las críticas de toros y de teatro. Pero te seguiré queriendo. Y un beso fuerte, fuerte, para tus hermanos.  Siempre vivirás en mi corazón y en el de Ana. Nadie muere mientras viva en el recuerdo.

 Numancia que Roma no doblegó, vencida por el teatro

No hay gloria eterna. Numancia resistió a los romanos, pero no puede resistir la derrota del teatro. Nunca ha tenido demasiada suerte, Canseco quizá. Hordas de una vieja pre Hispania, comandadas por un presunto actor de nombre Alberto Velasco, han incendiado las redes pidiendo una ordalía contra mi persona. Que Dios los asista. No tengo que pedir disculpas. Las pediré cuando Pérez de la Fuente, Luis Alberto de Cuenca y esa extraña tribu que propaga la legítima doctrina de la obesidad frente a las proporciones áureas, peregrinen a Numancia, al Convento de las Trinitarias y a Alcalá, y pidan perdón a los numantinos y a Cervantes. De esta colosal prevaricación de Pérez-Cuenca, se salva la escenografía de Alessio Meloni, Beatriz Argüello, y lo que generosamente señala mi crítica. Respecto a la defensa de la deformidad corporal, frente a Vitrubio, nada que oponer; aunque a mí me gustaría ser guapo y gallardo y menos cojo, sobre todo  a los 74 años. El otro día en un estreno Claudia Gravi se ofrecía a perfeccionar mi cojera en plan  lord Byron. Le gusta más que el estilo Quevedo.

Y otra cosa nada baladí; vincular el cese definitivo de la dirección del Español a la buena o mala crítica de Numancia, es una maniobra rastrera del todavía director. Ocurra lo que ocurra, quede claro que mi crítica no tiene culpa de nada. He apoyado hasta la extenuación  la permanencia de Pérez porque es un buen director y su programación me parecía fiable; sobre todo, lo referido a Alfonso Sastre y Max Aub, que no sé cómo está. Preguntaré a Alfonso. Por lo demás, ¡a mi que me registren!
Para seguidores de Alberto Velasc: o error de personaje. Numancia, muerta de hambre, literalmente,  ¿cómo puede existirs un personaje que se ha comido toda la despensa?. El monstruo, insisto, no es Velasco; es el personaje monstruoso y violador; eso no es Cervantes, sino Cuenca y Pérez.
 

 Sonetos para una dama

El pasado martes publiqué en el Mundo una loa a Nuria Espert en tres sonetos imperfectos sin duda  que, disculpen ustedes la inmodestia, es un trabajo insólito en un periódico diario. Algunas jóvenes actrices me preguntan qué hay que hacer para merecer ese elogio poético.  Muy sencillo, ser Nuria Espert. Para quienes se le escapó el artículo, Desavenencias el Mundo día 18 pasado de abril, copio los sonetos.

Versos de Arte Mayor para Nuria Espert

TEJEDORA de sueños, hilandera

del copo, de la flor y  de la llama.

La que enhebra la aguja y se proclama

diosa de la farándula y santera;

 de Eurípides la voz; santa y ramera,

 dulcísima  en silencio ríe y clama;

 en papeles de fámula o  gran dama

 a la que el astro sol arde y  venera.

La que al verso somete,  la que amansa

 tempestad de palabras en espumas.

 La que nunca flaquea ni se cansa

volando entre las  nieves o las brumas.

 Sacerdotisa, en vez de restar sumas.

Y en ti el sueño se mece y se remansa.

 

LORCA te da limones de sol frio,

 Yerma, estéril de macho y primaveras,

 sequedad de rastrojos, polvo y eras.

 Adela su tristeza de rocío;

 Bernarda hiena, hierro y enlutada.

 Sangre y boda de pana y de cuchillos,

 los cascos del caballo sacan brillos

 a la luna y la noche alborotada.

 Relincha el garañón, Pepe el Romano

 busca un virgen desnudo en la ventana.

 La luna se desangra vena a vena

 de estaño derretido por tu mano.

Mientras, la almohada humedecida y vana

 huele a azahar, romero y hierbabuena.

 

SARTRE pone en tu boca la emoción

 de puta santa. Brecht y el ángel bueno

 de Swam, te mira dúplice; y, de pleno,

 Hamlet te da venenos sin perdón.

Genet es tu criada y te venera,

Lope te esconde tu alma en el almario

y conserva tu amor en un sagrario.

Miller te besa y libra de la hoguera.

Lope es tu amante infiel y libertino,

mientras Victor García, temerario,

te hace subir del Gólgota al calvario.

 Victor maldito y cruel, el genuino.

 ¿De quién eres vestal y relicario?

¿Cuál es tu soplo, cuál tu don divino?

 

Estrambote múltiple y desorganizado.

¿Eres sacerdotisa o eres diosa?

 ¿Eres la religión o el oficiante?

 Eres mujer o esa suprema cosa

 que se llama teatro, susurrante.

 Altar y sacrificio y camerino,

 lugar sagrado del sueño y del milagro.

¿De dónde vienes, Shakespeare o Cervantes?

¿Cuál es tu origen, Lorca o Siglo de Oro?

¿Cuál es tu fin, quién te vio errante

desnudarte tu pie, velando tu cintura

 de cortesana dulce, pura, orante?

 

martes, 19 de abril de 2016

AITANA, PREMIO VALLE INCLAN; CRONICA TEATRAL DE UN ACTO SOCIAL



Un dia las Pingüinas  me ajussticiarán .

No le dio tiempo a Fernando Arrabal a bajar  del avión para llegar a los salones del Teatro Real.  En la primera votación quedaron eliminadas las Pingüinas, algunas de las cuales andaban por allí, esperando al jefe que   las dejó solas por uno de esos golpes justicieros del destino. Como yo  estaba dentro, en un reservado,  con el resto del jurado, no sé cómo   recibieron la ejecución sumarísima del  padre.  

Moriré un dia devorado por las pingüinas a las que no hice caso en el estruendoso montaje de Pérez  de la Fuente, moteras belicosas.  Un dia moriré a manos de las pingüinas y no por  un acto de amor, sino por  devoración múltiple y caníbal. Desde aquel estreno me encuentro de vez en cuando con algunas pingüinas; en la calle, en un bar, en un estreno. El dia 11 andaban por allí, en la misma mesa, María Hervás,  candidata al premio por TeatroSolo y  no por por pingüina,  Sara Moraleda y alguna más cuyo nombre y figura mi  memoria no acaba de fijar. De la función del Matadero no las recordaba yo tan atractivas y femeninas,  si me permiten tan anticuada expresión.

Bien mirado, no fui duro en mi crítica con Pingüinas. Releo la crítica  y no hay  crueldad, solo que no nombré a las actrices, algunas muy admiradas; acaso porque el espectáculo en sí me parecía innombrable. Escribí: “hay 10 minutos formidables y bellísimos en este montaje; el encuentro de Cervantes con su madre,  que remite a la dolorosa relación madre-hijo que ha torturado siempre la vida de Arrabal. Y el final (…) la lluvia nupcial como levísimos granos de arroz, la danza del apareamiento (…) que redime la imagen de marimachos con que Arrabal adorna a las Cervantas”. A mí me parece que esto no está mal ¿no?


Aunque se esperaba a Arrabal, quien no estaba en la cena era Pérez de la Fuente que debieran haberlo puesto a su lado; Juan Carlos debía de estar  en los ensayos ,   en  el cerco de  Numancia, suicidado quizá,  en la pira, abrasado, o cercado por los escipiones y las escipionas que lo asedian  en el Español sin declaración oficial de guerra. Tengo ganas de ver su Numancia, la tragedia cervantina que pudo cambiar el rumbo del teatro en España. Nunca he visto una Numancia que me satisficiera ni siquiera la Miguel Narros.
 Sí estaba  Rita Maestre,  portavoz del Ayuntamiento de Madrid, una de las escipionas que no dan cuartel a los  numantinos de la derecha. Más que por Celia Mayer confieso mis preferencias por   Rita Maestre, la irreverente y sacrílega,  que ha demostrado más sensibilidad por el teatro, al menos el otro dia, de la demostrada por la concejala de Cultura.  La noche del Valle Inclán tuvo momentos de interés , aunque yo, como miembro del jurado, lo veía todo con cierta distanciación. Hubo incluso  humor. Sabedor de la confianza que tengo en María Hervás como actriz alguien me preguntó: ¿cómo  harás cuando tengas que hacerle una mala crítica?. A lo que respondí, “primero la pongo a parir y luego me pegó un tiro”. Larga sobremesa con Ruperto Merino y con Jaime Siles; Siles tenía que estar ya en la Academia. Larga disertación analítica sobre la Medea de Séneca.

El cerco  de Numancia, hoy

La Numancia, de Cervantes, se presta a infinitas analogías, pero ese es un asunto que dejo para la crítica del estreno, mañana mismo. Decir que toda España es Numancia me parece un poco exagerado. En los sesenta pensábamos, algunos, que Numancia era el Vietnam o Palestina. Y muchos vascos creían que Numancia era Euzkadi;  los romanos, obviamente, eran los americanos imperialistas; o la Metrópolis ibérica. Ahora la cuestión es más complicada. Y en todo caso habría que aclarar quiénes son los romanos,  quién Escipión y  quiénes  sus generales. En áscuas estoy con los incendios de Numancia, el hambre y  la mortandad que haya podido montar la fiebre creadora del  todavía director del Español

Aitana a la última.

Aitana se había convertido en historia medular y frustrante del Premio. Creo que ha estado finalista, no solo candidata sino finalista absoluta, en casi todas las ediciones; a la décima fue la vencida.  Algo parecido le está ocurriendo a Gerardo Vera, con quien  el Valle Inclán ha adquirido una deuda que tendrá que pagar  un dia.

 Al fin el Valle recayó en Aitana Sánchez Gijón.  Y digo al fin, no porque el jurado del Valle obedeciera al determinismo de tener que premiar a la ahijada de Rafael Alberti. En Aitana Sánchez Gijón se ha premiado, sobre todo, una escuela de interpretación,  y un estilo y formas de ver y sentir el teatro. A  la misma mesa se sentaron en un gesto  solidario y premonitorio, Nuria Espert, Aitana Sánchez Gijón, Irene Escolar.  Yo creo que en la interiorizción del personaje está la clave. Y luego la proyección de  ese personaje  con intensidad. Eso es la Medea de Aitana. Se recordará esta Medea por una intensidad demoniaca y aniquiladora.

 La joven Irene Escolar, le disputó encarnizadamente el título hasta la última votación.  Con frecuencia se le ha acusado a Aitana de ser una actriz fría y cerebral. Yo mismo en cierta ocasión, también en una tragedia, la acusé de distanciamiento. Creo se titulaba Cruel y tierno y era una revisión de las Tarquinias escrita por Martin Crimp.   En esa tragedia a la que aludo  me parece recordar que resaltaba un registro dramático sobre una exigencia trágica. Años atrás en una obra de distinta tesitura, La gata sobre el tejado de cinc caliente, creo que dije algo así como  “por encima de la calentura de sexo con un marido alcohólico y seguramente homosexual, Aitana refleja la tragedia de una mujer pobre  en una familia rica

Esta Medea   acaba con todas las controversias de frialdad o calentura. Es una interpretación caliente, cruel, vengativa. En los límites de la razón. Son todos los demonios sueltos de  una mujer ultrajada por la infidelidad, carnal y política, de Jasón a quien le dio todo. Es una Medea seca dura como una tempestad sin agua.

 

domingo, 10 de abril de 2016

REQUIEM POR TODOS LOS HOMBRES. DIATRIBA DE AMOR.


Santiago Sánchez, entre Aquiles y Pentesilea.

A batallas de  amor, campos de plumas. Dijo el poeta. Esa parece ser la opinión de Lourdes Ortiz en Aquiles y Pentesilea. Aquiles, el de los pies ligeros y su talón mortalmente vulnerable. Pentesilea, reina de las amazonas, la tribu belicosa de mujeres despechadas, o sea sin una teta, para así mejor manejar el arco contra los guerreros homéricos. Pentesilea declara abolida la guerra en favor del amor, pero los poderes fácticos de ambas partes en lucha nunca lo permitirán. Afronta Santiago Sánchez una difícil dirección: cómo encerrar en el reducido espacio de  un escenario los complejos y violentos movimientos de la guerra, de una batalla.. Y aligerar la carga conceptual inherente al teatro de Lourdes Ortiz. Buen montaje, aunque yo siga pensando que el mejor Santiago Sánchez, acaso insuperable, es el de La crazy class, obra por la que es candidato al Premio Valle Inclán, que se falla dentro de unas horas.

 Requiem por todos los hombres

 de Garrigues Walker ha inaugurado el 1º Festival de Teatro Amateur de la UNIR. El concepto “amateur”, referido a la creación artística, sea cual fuere la rama en que ésta se manifieste, nunca lo he tenido muy claro. Creo que en alguna ocasión he comentado esto con Antonio Garrigues Walker, que es poeta y dramaturgo en ámbitos reducidos, y jurista en ámbitos más universales. Es también un brillante escritor político. Atendiendo a esta faceta de hombre, que podíamos llamar renacentista, le he propuesto en ocasión reciente como “notable” al que podría encargársele la formación de gobierno. Ese gobierno, que la corrupta y encanallada clase política es incapaz de poner en marcha.

 En realidad esa propuesta política encierra una trampa; mientras Antonio podría encargarse de limpiar los Establos de Augías, yo acompañaría a Fran, su mujer, a ver teatro. Se me olvidó preguntarle ayer a Fran con cuál de los varios retratos que hacen del “hombre sentado” las mujeres de Requiem por todos los hombres, se quedaría ella. De paso podía ir con nosotros Malena, una jovencísima nieta pelirroja que el otro día estaba allí. Fue como un milagro entre tanta devastación. Ana Merino sentenció: “es la Reina de las Hadas”.

 En mi opinión Garrigues debiera dar el gran paso a otros circuitos y salirse de los puramente familiares y de amigos. Ha escrito más de medio centenar de obras y alguna habrá, digo yo, capaz de resistir la “profesionalización”.

 Este texto es un largo poema dividido en varios monólogos sin estructura escénica definida; el título es bastante explícito, aunque a mí pudiera parecerme igualmente acertado, parafraseando a  Gabriel García Márquez, Diatriba de amor a cuatro voces contra un hombre sentado. El hombre sentado es Carlos Rodríguez Braum. Y las voces que tratan de definirlo como un ser adorable, mentiroso, tierno, acomodaticio, desleal, frágil, insuficiente, autoritario y muchas más cosas son: Sofía Palazuelo, Gloria Marroquín, Mayte Gaytan de Ayala y Carmen Vázquez que dicen sus textos con soltura y evidente desparpajo, dentro de ese amateurismo asumido. Rodríguez Braum, economista de prestigio liberal, refleja con muda gestualidad las sucesivas diatribas que caen sobre él.

El grupo de Garrigues tiene dos fundamentos: la calidad literaria de los textos y una razonable base actoral. Junto a las ya citadas líneas arriba, recordaré a Lupe Barrado y Johny Aranguren. Y, por supuesto, a Elena Herrero Beaumont. A esta la vi por allí, como nostálgica de otros mundos. Sigue afirmando que   aprende teatro de mi “magisterio”. Pero yo creo que su europeismo cosmopolita me “tiene ojeriza” por mi afición cafre a las corridas de toros.  

sábado, 2 de abril de 2016

RUEDO IBERICO ESTA AQUÍ; DÓNDE ESTÁ VALLE INCLÁN?



La luminosa ceguera de Max Estella
Valle Inclán está vivo; esa es una evidencia que, como todas las evidencias, no necesita demostración. La obra de Valle Inclán, quiero decir. Mas, por si acaso, Ignacio Amestoy, organiza cada año el descenso de Max Estrella a los infiernos, la noche de Luces de Bohemia quizá la mejor obra del teatro español del siglo XX y parte de los anteriores siglos. Desde  Casa Ciriaco, -lo que fue, creo Picalagartos-  hasta el Congreso de Diputados y el Círculo de Bellas Artes, Amestoy es Valle, Max Estrella y es don Latino, aunque ayer ese papel  lo hiciera por via aproximativa y con plena convicción Javier Huerta. Grandes nombres de la Farándula escoltaron las sombras chinescas de Valle, los garabatos de lechuza, que pueblan la ceguera de Max. Calle de la Montera, Congreso, Ateneo… Los políticos españoles, esa casta infame que sufrimos, esa plaga de la langosta que asuela España, incapaces de ponerle una mínima gobernanza a este desdichado país, no se contentan con usurpar la palabra en Cortes, radios y tribunas varias. Mienten hasta en la Noche de Max Estrella.

 Ignacio Amestoy no es sólo un autor, un gestor o un inventor de ideas; es una levadura, es decir una substancia que hace crecer a los demás. Ayer, para rematar la fiesta con chocolate y churros en Bellas Artes nos eligió a Esperanza Roy, la gran actriz, la vedette más deslumbrante de su tiempo, y a mí. Adoro a Esperanza Roy y solo por esta adoración me presté a cantar con ella La corte del Faraón, que corearon los cientos de personas que habían procesionado detrás de Ignacio Amestoy desde las siete de la tarde.

Una mujer babilónica
 Esperanza Roy tuvo el gesto hidalgo de sentarse sobre mis rodillas para iniciar el babilónico cante. Fue un detalle, pero descubrió el origen del mal que afecta a mis piernas; estoy así de tullido por la tendencia de las mujeres hermosas a descansar su gloriosa anatomía sobre mis castas rodillas. Se acabó, que nadie se haga ilusiones; el cupo está cerrado con la trinidad sagrada: Sara Montiel, Pía Tedesco y Esperanza Roy. Ahora que recuerdo, también Roma Calderón se aposentó y hasta me dio un casto ósculo de cabaretera tímida; pero con Roma siempre he tenido la duda si fue motu proprio o por inducción de su representante María Díaz, que no sé si es una mujer esdrújula, aunque ciertamente babilónica no es.

 La obra de Valle, desde las Sonatas hasta Luces de Bohemia, el esperpento máximo, espejo y modelo de todos los esperpentos, está llena de mujeres esdrújulas.  Esperanza Roy es una mujer esdrújula y babilónica y enseguida se hizo la dueña de la Fiesta.  Aunque los centenares de peregrinantes y conversos de Max Estrella, lo que de verdad esperaban, a las dos de la madrugada, era el chocolate con churros y no nuestras canciones babilónicas.

La guillotina en la Puerta del Sol.
A mí el Max Estrella que más me gusta es el que quiere fusilar a los hermanos Quintero y poner la guillotina eléctrica en la Puerta del Sol. Más al de la guillotina porque, a fin de  cuentas, los Quintero no eran mala gente. Se marchaban a los Puertos con Lola, la isla se quedaba sola  y sanseacabó. Hoy están muertos de muerte natural.
 Buen momento para cortar la cabeza a la horda de sinvergüenzas que ha llevado a la ruina a este país grande, hermoso y desdichado llamado España. Y me gusta, sobre todo, el Max que, ante la interrogación de don Latino “¿qué dirá mañana esa prensa canalla?”, responde: “lo que le manden”. La corrupción política y la corrupción periodística son inseparables, se retroalimentan. En este país llamado España no es que haya corruptos, es que la corrupción se ha instalado como forma de gobierno. De este y de los que vengan.

  Hay material y tema suficiente para un nuevo Ruedo Ibérico. Pero, aunque la obra de Valle esté viva, falta el genio capaz de escribir la España de hoy, los esperpentos de estos días. Siempre nos quedarán mujeres esdrújulas y babilónicas. Eso es un gozo, pero me temo que insuficiente. Lo que España necesita es una Revolución.