sábado, 27 de octubre de 2018

LAS TEODORAS. ROMANCERO....


Las Teodoras. Metrópoli.

Autor, director, escenografía y vestuario Hugo Pérez de la Pica. Con Chelo Vivares,
Oratorio de Hugo Pérez de la Pica, un canto de amor al teatro y su liturgia sacrificial.  Los cómicos de la legua y  El viaje entretenido, de Rojas Villandrando. Homenaje a las actrices españolas, a las ausentes y difuntas  María Jesús Valdes, Maria Asquerino ...    Chelo Vivares, es el cauce profundo por el que Hugo canaliza  esa liturgia. Formidable actriz Chelo Vivares que se nutre de su madre, Cristie Miñana, actriz del pasado siglo  que llegó a ser confidente de Hugo.  Gran interpretación, versátil, poliédrica; cómica antigua, perfecta de vocalización y de gesto. Igual da vida a una cómica pobre y sus miserias, que hace grande a una exuberante ama de cría negra.
 Por los ojos de Raquel Meller fue la epifanía de  Hugo Pérez de la Pica como    hombre de teatro total,  de absolutos creativos.  Hugo tiene una raíz lorquiana indestructible a la que podría renunciar sin desgarraduras. Pero no parece dispuesto a ello.  Hugo Pérez de la Pica es un excelente poeta como demuestra en sus textos. Fue Irina Kouberskaya, creo recordar, quien lo definió como el “nuevo Federico García Lorca, pero con personalidad propia”. Pudiera Hugo acabar recreando la mítica Barraca, pero de momento su Barraca es la sala Tribueñe lugar sagrado, santuario de Chejov, Valle Inclán, Lorca.   Por el momento, nadie debe perderse este himno a la farándula, sus miserias y sus grandezas. Y una actriz de insólita calidad, Chelo Vivares.

ESPERT Y EL ROMANCERO GITANO



Romancero Gitano
Autor, García Lorca. Dirección, Lluis Pasqual. Con Nuria Espert. Iluminación. Pascal Merat. Escenario, la Abadía. Cuatro
Tres nombres: Abadia, Nuria Espert y Lluis Pasqual. Nuria Espert eterna. Un magisterio que nunca se extinguirá porque la Espert lo viene cimentando en la sabiduría y en la pasión de actriz. A lo largo de una hora, que se hace muy corta, Nuria y el Romancero Gitano, Nuria y Federico. Y Antonio Torres Heredia,  tirando limones al agua hasta ponerla de oro, hijo y nieto de Camborios que pierde su nobleza al sucumbir ante la Guardia Civil. Diálogo con Federico, diálogo consigo misma. Espert es encarnación de Federico, como lo es Lluis Pascual. Espléndida dirección con una Espert en estado de gracia. Hay también textos de Pasqual y  un Lorca menos conocido,  como  el  devastador poema contra el Vaticano. Rebasados  los límites del romancero, abordada la violación de Tamar por Amon con toda su crudeza, el enigma lorquiano se manifiesta en todos  sus abismos; en estas circunstancias podian haberse incluido algunos  de los Sonetos del amor obscuro, “mi corazón es un membrillo amargo/demasiado otoñal y está podrido”  Poesía de Federico García Lorca, enigma tras enigma. “Y cuando los cuatro cascos eran cuatro resonancia, David con unas tijeras cortó las cuerdas del arpa”. El enigma enigmático para librar de culpa a los gitanos pasados de copa:  “El coñac de las botellas se disfrazó de noviembre para no infundir sospechas”.  Sabemos de memoria El Romancero Gitano,  pero en la voz de Nuria Espert y la infinita complicidad de Pasqual, suena de otra forma.

domingo, 21 de octubre de 2018



Crítica y contra crítica


Durante varios años dirigí en el Mundo un master sobre el papel de la crítica periodística en  una sociedad en la que la crítica apenas interesa. El Mundo, PedroJ,  recuperó la figura decimonónica de la crítica de toros y la de teatro en una misma persona.  Dos principios irrevocables de la crítica: independencia y conocimientos. Había un primer crítico de cada materia y un segundo para sustituciones. Por culpa de esta vieja jerarquización de la crítica, necesaria como resorte intelectual, dentro de la redacción de un periódico, existe también la contra crítica, no como un fenómeno analítico de contraste, sino como instrumento de descalificación;  sin reparar en medios.
Esta semana se estrenan en Madrid dos obras que pueden ser cumbres de una temporada. El Romancero gitano en la Abadia y El Precio, Arthur Miller  en Kamikaze. Estoy seguro de que los críticos hallaremos juicios a favor y en contra igualmente válidos, circunstancia lógica en una sociedad que no se rija por la ley del pensamiento único. Pero es necesario saber qué recursos actorales definen a Nuria Espert y a Lluis Pascual, cuáles sus vinculaciones con Federico, la diferencia entre el Romancero y Poeta en Nueva York; las barbas de Walt Whitman  y la vara de mimbre  de Antonio Torres Heredia. Eso es el punto de partida. Lo demás es subjetivo y personal.
Por ejemplo, Panero, el loco de Mondragón, a mí me parece menos maldito que  Luis Cernuda, poeta que supera el tiempo  mejor que el resto del  27. Pero esto también es discutible.  Respecto a las nuevas generaciones de poetas lo ignoro casi todo.  Poesía es  palabra esencial, periodismo economía de adjetivos. Problema por lo tanto común; quien es retórico en periodismo  lo es también en poesía.


Comedia negra

Idea  José Cabeza. Versión y dirección Daniel Veronese. Escenografía y Vestuario, Mónica Boromello. Iluminación, Juan Gómez Cornejo. Reparto; Miguel Rellán, Carmen Ruiz, Eloy Azorín, Juan Carlos Vellido, Daniel Pérez Prada. Escenario, Teatros del Canal. Tres asteriscos.
Daniel Veronese dirige 7 años, comedia negra basada en la película original de Neflix y versionada por el propio Veronese. Cuatro socios, aparentemente amigos, han fundado una empresa y han eludido los pagos a Hacienda.  La amenaza de una inspección les obliga, un sábado por la noche, a buscar una salida para no ir a la cárcel: uno de ellos ha de declararse culpable para salvar a los demás. Por sugerencia de su abogada recurren a la ayuda de un mediador.  El mediador, Miguel Rellán, sirve como catalizador para que afloren todos los rencores que se escondían en el fondo de esa supuesta amistad. Rellán es un actor con pocos registros, lo que le viene  como anillo al dedo para  este papel.    Una comedia negra.   Paraísos fiscales,  adulterios, engaños. Da igual, todo es válido. Es urgente hallar una solución.   La más envenenada y a la postres determinante.  Verónica (Carmen Ruiz). Hay ecos  lejanos de una difusa reivindicación feminista, pero Verónica no necesita de esas cosas.  El más  cínico Marcel (Juan Carlos Vellido); con muchas facetas Carlos (Daniel Pérez Prada). Eloy Azorín es Luis, un galán rotundo, personaje menos desinteresado de lo pueda parecer al principio. Interpretación sin fisuras.    Nadie es lo que parece, ni siquiera el siempre risueño Miguel  Rellán.  La solución es sencilla; aceptar el chivo expiatorio que voluntariamente salvará a todos los demás. Pero las cosas se complican. No es el mejor Veronese posible, pero conserva su marca.


Alguien voló sobre el nido del Cuco
LIBERTAD Y LOBOTOMÍA. Texto publicado Metropoli)
Adaptación novela de Ken Kesey; versión y dirección, Jaroslaw Bielski. Escenografía, Laura Lostalé; iluminación, Felipe Ramos. Vestuario, Felipe Pouso y Almudena Bretón. Reparto; Pablo Chiapella, Mona Martínez, Alejando Tous, Niko Verona, Rodrigo Poisón, Fernando Tielve y varios más.  Escenario, Sala Guirao, Fernando Fernán Gómez. Tres asteriscos.
 Alguien voló sobre el nido del cuco, de Dale Wasserman vuelve quince años después de la mano de Jaroslaw Bielski. Montaje limpio, trazo nítido, buena interpretación en líneas generales. Cierta crispación en Pablo Chiapella.  No percibo ecos cinematográficos de Jack Nicholson, un actor que puede ser insoportable y que en McMurphy alcanzó un estado de gracia infernal. Es una obra de terror y hace bien Bielski en subrayar los pocos momentos de humor que hay en ella. Terror y enigma.  El convicto  Randle Mc Murphy prefiere el manicomio a la cárcel. No está loco, se finge tal, y mantiene una lucidez extrema. Quizá excesiva. Tramposo, capaz de las mayores abyecciones y generosidades. Solo él logrará descifrar los enigmas del indio gigantesco,  el jefe Brondem (Rodrio Poison). Sexo, frustraciones, juergas clandestinas. Y la autoridad sombría y canalla de la enfermera Ratcheed. (Mona Martínez) El enfrentamiento con ella es inevitable y buscado.  Murphy cuenta con su astucia y su violencia, la enfermera, a la postre,  cuenta con las descargas eléctricas. El duelo actoral queda en tablas, sin brillantez pero eficaz. Interpretación correcta, en la que destacan los secundarios en especial Niko Verona en Billy, un ser marcado por una madre castradora. Y “desmarcado” por Sandy cuando esta se cuela  en el manicomio (Iris Rico) una mujer generosa de su cuerpo. Riqueza de personajes. Rebelión estimulada por un líder, ansias de libertad. Transgresión, libertad y lobotomía

domingo, 14 de octubre de 2018

SANZOL TROPIEZA en Luces de Bohemia


Del esperpento al espantajo

(Resumen artículo publicado en Metropoli) Que Valle sigue vivo es una evidencia. Otra cuestión son los montajes que se hagan de él. Sobre todo de Luces de bohemia, el columnista Cándido llegó a afirmar que el teatro de Valle estaba muerto para siempre.  Aunque este montaje de Sanzol  a mí no me ha gustado, Luces de Bohemia es indestructible y conserva    su capacidad devastadora, su sarcasmo sobre una España  de pícaros sin grandeza.  Oportunas en estas circunstancias históricas las referencias a Barcelona, aunque atenuada  la exaltación del anarquista catalán al que van a aplicar la Ley de Fugas. Sanzol se diluye en un empeño coral en el que fracasan las individualidades, a excepción de Latino (Chema Adeva). Barroca galería de espejos sustenta el esteticismo de Sanzol.  Se toma alguna licencia con alusiones al Borbón Emérito y la caza de elefantes, pero en general es fiel al texto. Por eso no se entiende   la imagen del  sereno  al que es imposible llamar  esperpéntico porque es  un espantajo ridículo. De lo más ridículo que yo he visto en un escenario Disculpo el anacronismo partisano antinazi porque,  por razones personales,además de  históricas, Bella Ciao me emociona siempre.   Sanzol resuelve en plan astracán vodevilesco la escena del científico empeñado en demostrar que Max esta cataléptico no muerto y desdeña por anticientífica la prueba casera de una cerilla que se consume entre sus dedos sin quemarlo.


domingo, 7 de octubre de 2018

LA MITICA CAFETERÍA DEL MARÏA GUERRERO


Un bar bajo la arena
Lugar legendario. La cafetería del MariGuerri.
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Por razones de edad José Ramón y Ernesto Caballero apenas pudieron conocer  la cafetería del María Guerrero, donde la gente iba a buscar un papel de comparsa, de protagonista o de nada. Pero han urdido un espléndido montaje. Janfri Topera, cuenta  la historia de este mítico lugar desde la óptica de un camarero zumbón, Blas. A Pepe Viyuela, le corresponden los  recuerdos tristes  de una vida.  Homenajes a Aurora Redondo, Marsillach omnipresente,  Espert, Andrés Mejuto que murió en un ensayo, Tina Sainz, Pepe Sacristán, cuando la rebelión de los actores en 1974.

Este lugar   Pérez de la Fuente lo convirtió en sala de exhibición, Sala Princesa.   13 intérpretes para 70 personajes y un solo autor.   En la actual Sala Princesa, se ha recreado ese bar.    El bocata de anchoas y queso.  El cubata de “estimulación actoral” antes de que te empujen a salir a escena.   En Un bar bajo la arena, fantasmas,  sueños imaginaciones se  confunden.  

AUTO INOCENTES,


 

Autor, Varios autores barrocos. Dramaturgia, Pedro Víllora y José Carlos. Plaza. Dirección, José Carlos Plaza. Escenografía, Domingo León. Iluminación, Celso José Hernández. Reparto; Fernando Sansegundo, Israel Frías, Pepa Gracia, Montse Peidre, Sonia Gómez, Jorge Torres y varios más. DOS asteriscos.
Es muy arriesgado mezclar a los clásicos con la actualidad triste de los refugiados, de mayoría musulmana, y además castigarlos con el plus de los autos sacramentales, una forma de reinserción a base de representaciones en castellano antiguo. Un científico doctorado en Barcelona, un hijo español y otros extranjeros. Todos huidos de una tierra hostil, entre cientos de refugiados acogidos en un campo español.  En el fondo, el Auto de los Reyes Magos, la huida a Egipto de la primera familia cristiana. Tema ácido que el talento de Víllora y Plaza, tantas veces demostrado, apenas logra superar. Tragedia antigua:  los desarraigados de la tierra, de su lengua, religión y costumbres. Pero el ensamblaje de la considerada primera obra teatral castellana y los emigrantes de hoy es casi imposible.  Dos circunstancias específicas: los refugiados y los que intentan ayudarles con dolorosa incapacidad. Peligro para mujeres y  niñas en medio de una multitud de hombres y la falta de sintonía con el país que puede acogerles. Laila (Maria Heredia) una muchacha  violada y maltratada, lo cual  no justifica una interpretación  crispada. No  hay esperanza, ni para  Hami (Sergio Ramos)  convencido de que jamás saldrá de allí, ni para Nordin, recién llegado que tiene que separarse de  su familia. El peso de la representación recae sobre Fernando Sansegundo, un histórico de la escena española que aporta  su experiencia y palía  la inexperiencia de los demás.

lunes, 1 de octubre de 2018

LLUIS HOMAR y Terra Baixa


 Angel Guimerá con adaptación y dirección Pau Miró y Lluis Homar.  en la Abadia, Un clásico catalán con dramaturgia,de Xavier Albertí que siempre es una garantía.. .Monólogo a varias  voces, todas en la voz de Homar, que no acaba de dar con el tono diferenciador de cada una. Apenas se distingue el  soliloquio del pastor Manelic,  y su desdoblamientos, en  Marta, enamorada de Sebastiá que  de todo es dueño.  Nunca he ocultado mi admiración por Lluis Homar; a pesar de cierta  frialdad para pasar batería .Tierra Baja es un clásico del teatro catalán con doce personajes y un tórrido triángulo amoroso todos ello pasados por el filtro de este actor que, en otras ocasiones, me pareció mejor. Complejidad de emociones y simplicidad de una puesta en escena en la que se confrontan dos mundos: la pureza de las tierras altas y la grandeza de sentimientos en las altas y la bajeza  miserable de las tierras bajas; los siervos y el cacique , el señor Sebastiá dueño de lo que existe y de lo que no existe Y el pastor Manelic, inocencia frente al poder absoluto. Un texto anticuado, que requiere  una interpretación más matizada y menos lineal dada la pluralidad psicológica de personajes. Sensación de arqueología teatral.