sábado, 27 de octubre de 2018

ESPERT Y EL ROMANCERO GITANO



Romancero Gitano
Autor, García Lorca. Dirección, Lluis Pasqual. Con Nuria Espert. Iluminación. Pascal Merat. Escenario, la Abadía. Cuatro
Tres nombres: Abadia, Nuria Espert y Lluis Pasqual. Nuria Espert eterna. Un magisterio que nunca se extinguirá porque la Espert lo viene cimentando en la sabiduría y en la pasión de actriz. A lo largo de una hora, que se hace muy corta, Nuria y el Romancero Gitano, Nuria y Federico. Y Antonio Torres Heredia,  tirando limones al agua hasta ponerla de oro, hijo y nieto de Camborios que pierde su nobleza al sucumbir ante la Guardia Civil. Diálogo con Federico, diálogo consigo misma. Espert es encarnación de Federico, como lo es Lluis Pascual. Espléndida dirección con una Espert en estado de gracia. Hay también textos de Pasqual y  un Lorca menos conocido,  como  el  devastador poema contra el Vaticano. Rebasados  los límites del romancero, abordada la violación de Tamar por Amon con toda su crudeza, el enigma lorquiano se manifiesta en todos  sus abismos; en estas circunstancias podian haberse incluido algunos  de los Sonetos del amor obscuro, “mi corazón es un membrillo amargo/demasiado otoñal y está podrido”  Poesía de Federico García Lorca, enigma tras enigma. “Y cuando los cuatro cascos eran cuatro resonancia, David con unas tijeras cortó las cuerdas del arpa”. El enigma enigmático para librar de culpa a los gitanos pasados de copa:  “El coñac de las botellas se disfrazó de noviembre para no infundir sospechas”.  Sabemos de memoria El Romancero Gitano,  pero en la voz de Nuria Espert y la infinita complicidad de Pasqual, suena de otra forma.

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