Romancero Gitano
Autor, García Lorca. Dirección, Lluis Pasqual. Con Nuria
Espert. Iluminación. Pascal Merat. Escenario, la Abadía. Cuatro
Tres nombres: Abadia, Nuria Espert y Lluis Pasqual. Nuria
Espert eterna. Un magisterio que nunca se extinguirá porque la Espert lo viene
cimentando en la sabiduría y en la pasión de actriz. A lo largo de una hora,
que se hace muy corta, Nuria y el Romancero
Gitano, Nuria y Federico. Y Antonio Torres Heredia, tirando limones al agua hasta ponerla de oro,
hijo y nieto de Camborios que pierde su nobleza al sucumbir ante la Guardia
Civil. Diálogo con Federico, diálogo consigo misma. Espert es encarnación de Federico,
como lo es Lluis Pascual. Espléndida dirección con una Espert en estado de
gracia. Hay también textos de Pasqual y
un Lorca menos conocido,
como el devastador poema contra el Vaticano. Rebasados los límites del romancero, abordada la
violación de Tamar por Amon con toda su crudeza, el enigma lorquiano se manifiesta
en todos sus abismos; en estas circunstancias
podian haberse incluido algunos de los Sonetos del amor obscuro, “mi corazón es
un membrillo amargo/demasiado otoñal y está podrido” Poesía de Federico García
Lorca, enigma tras enigma. “Y cuando los cuatro cascos eran cuatro resonancia,
David con unas tijeras cortó las cuerdas del arpa”. El enigma enigmático para
librar de culpa a los gitanos pasados de copa: “El coñac de las botellas se disfrazó de noviembre
para no infundir sospechas”. Sabemos de
memoria El Romancero Gitano, pero en la voz de Nuria Espert y la infinita
complicidad de Pasqual, suena de otra forma.
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