Alguien voló sobre el
nido del Cuco
LIBERTAD Y LOBOTOMÍA. Texto publicado Metropoli)
Adaptación novela de Ken Kesey; versión y dirección, Jaroslaw
Bielski. Escenografía, Laura Lostalé; iluminación, Felipe Ramos. Vestuario,
Felipe Pouso y Almudena Bretón. Reparto; Pablo Chiapella, Mona Martínez,
Alejando Tous, Niko Verona, Rodrigo Poisón, Fernando Tielve y varios más. Escenario, Sala Guirao, Fernando Fernán Gómez.
Tres asteriscos.
Alguien
voló sobre el nido del cuco, de Dale Wasserman vuelve quince años después de la mano de Jaroslaw Bielski. Montaje limpio, trazo nítido, buena
interpretación en líneas generales. Cierta crispación en Pablo Chiapella. No percibo ecos cinematográficos de Jack
Nicholson, un actor que puede ser insoportable y que en McMurphy alcanzó un estado de gracia infernal. Es una obra de
terror y hace bien Bielski en subrayar los pocos momentos de humor que hay en
ella. Terror y enigma. El convicto Randle Mc Murphy prefiere el manicomio a la
cárcel. No está loco, se finge tal, y mantiene una lucidez extrema. Quizá
excesiva. Tramposo, capaz de las mayores abyecciones y generosidades. Solo él
logrará descifrar los enigmas del indio gigantesco, el jefe Brondem (Rodrio Poison). Sexo,
frustraciones, juergas clandestinas. Y la autoridad sombría y canalla de la enfermera
Ratcheed. (Mona Martínez) El enfrentamiento con ella es inevitable y
buscado. Murphy cuenta con su astucia y
su violencia, la enfermera, a la postre, cuenta con las descargas eléctricas. El duelo
actoral queda en tablas, sin brillantez pero eficaz. Interpretación correcta,
en la que destacan los secundarios en especial Niko Verona en Billy, un ser
marcado por una madre castradora. Y “desmarcado” por Sandy cuando esta se
cuela en el manicomio (Iris Rico) una
mujer generosa de su cuerpo. Riqueza de personajes. Rebelión estimulada por un
líder, ansias de libertad. Transgresión, libertad y lobotomía
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