SANZOL TROPIEZA en Luces de Bohemia
Del esperpento al espantajo
(Resumen artículo publicado en Metropoli) Que Valle sigue vivo es una evidencia. Otra cuestión son los montajes que se hagan de él. Sobre
todo de Luces de bohemia, el columnista Cándido llegó a afirmar que el teatro de Valle
estaba muerto para siempre. Aunque este
montaje de Sanzol a mí no me ha gustado,
Luces de Bohemia es indestructible y
conserva su capacidad devastadora, su sarcasmo sobre
una España de pícaros sin grandeza. Oportunas en estas
circunstancias históricas las referencias a Barcelona, aunque atenuada
la exaltación del anarquista catalán al
que van a aplicar la Ley de Fugas. Sanzol se diluye en un empeño coral en el
que fracasan las individualidades, a excepción de Latino (Chema Adeva). Barroca galería de espejos sustenta el esteticismo de Sanzol. Se toma
alguna licencia con alusiones al Borbón Emérito y la caza de elefantes, pero en
general es fiel al texto. Por eso no se entiende la imagen del sereno al
que es imposible llamar esperpéntico
porque es un espantajo ridículo. De lo más ridículo que yo he visto en un escenario Disculpo
el anacronismo partisano antinazi porque, por razones personales,además de históricas, Bella Ciao me emociona siempre. Sanzol
resuelve en plan astracán vodevilesco la escena del científico empeñado en demostrar que Max esta cataléptico no muerto y desdeña por anticientífica la prueba casera de
una cerilla que se consume entre sus dedos sin quemarlo.
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