Fue mi actriz favorita durante mucho
tiempo y luego, cuando dejó la interpretación, empezó a ser mi directora
favorita. En su más reciente montaje Festen
cometí la osadia de titular, Magui
Mira roza la perfección. Obra
cruda, sobre el abuso infantil en la familia,
con un magnífico reparto y Clara Sanchis en plenitud.
Bienvenida a esta sección Retratos a punta seca o si se quiere, Retratos al pastel, en la que ya han
aparecido actores y actrices de mi predilección. Javier Gutiérrez, Casablanc, Marta Poveda, Luis Bermejo, Israel
Elejalde, Aitana, Irene Escolar… Aparecerán otras/os. Podría titular
también Retrato al vitriolo, pero ese
título me lo reservé para mí: quien quiera saber qué idea tengo de mi persona,
del teatro y de la vida, que vienen a ser la misma y única cosa, puede comprobarlo en el retrato que sobre mí mismo, esbocé en diariodejaviervillan.blogspot.com
Primer recuerdo de Magüi; Molly Bloom, hace muchos años. Ulises, de Joyce tórrido,
incandescente, dirigido por Sanchis
Sinisterra. Maguí Mira en plenitud
de su belleza y potencia actoral. Luego
la recuerdo en La señorita Julia, demoledora.
Posteriormente se reveló como una
directora en posesión de todos los recursos del oficio; sensibilidad y pulso
hasta llegar a Festen ya aludida. Excelente
directora de actores y actrices, advierto en ella una virtud máxima: no imponer
al elenco su propio estilo, que solo se concibe en ella misma. Sin exageración,
apunto una profecía. Lo mejor de Magüi está por llegar. Le escucho dialogar con
su primer marido, Sanchis Sinisterra, y parece que fueran los mismos de aquel
incendiario monólogo de Molly Bloom.
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