martes, 28 de febrero de 2017

SIGLOS EN QUE UNO NO ESTÁ PARA NADA


 

La escultura de Esperanza D,Ors.

Pienso la exposición de Esperanza D,Ors, Contenedores humanos. Más que verla necesito pensarla, aunque yo la percibo como  suceso  intenso y sensorial. Pienso este blog como un ejercicio diario de confusión; solo de la confusión puede nacer la claridad. Confusión y confesión. Vi el otro dia, en un rápido  ojeo en Modus Operandi, los grabados de Esperanza D,Ors, Contenedores humanos: el ser humano cosificado, convertido en mercancía. Me inquieta la dimensión social, filosófica, humana,  de estos grabados. Y sus planchas. Nos tiene  D,Ors acostumbrados  a la escultura pública de gran formato para plazas, calles, vestíbulos de teatros.  Tengo que volver a verla, tengo que hacer más corto  este blog, que obedezca a su nombre de diario, tengo que empezar el dialogo  entre Maria Casares y Camus: Exilio y Resistencia. . Tengo que estar seguro de no contribuir a la autodestrucción de algún amigo/a aunque me cueste su amistad. Tengo que estar seguro de mi capacidad de amar. Tengo que hacer muchas cosas que no haré.

 Hay siglos en los que uno no está para nada.

A hacer puñetas  esos siglos. Reñido he estado siempre con las máquinas, la tecnología, la informática; pues a la mierda las máquinas; a fin de cuentas el corazón es una máquina. Y el corazón demuestra, dia a dia, que las máquinas tampoco son de fiar. No es que yo no me fie de ellas, son ellas las que no se fían de mí. Creí que el puto tuitter era  mecanismo de comunicación y solo me da quebraderos de cabeza; pues a la mierda el tuiter. En las dos últimas semanas me ha vuelto loco, sin saber por dónde entrar ni por dónde salir; marejada tras marejada hasta el extremo de llamar a un técnico: “cuando no puedes entrar por un camino búscate otro alternativo”.  ¡!Estupendo!!,  “búscate otro alternativo”.

 Mi tuiter desde hace unos días funciona a pedal; nada de aquel fabuloso automatismo, una  letra, una sílaba y ¡zas! ya estaba allí la persona o la razón buscada. Ahora, he de buscarla por un camino alternativo que a lo peor no existe. Ese es el tuitter para mí en estos momentos: un anclaje, un garabato oxidado, un laberinto; tampoco es que me importe demasiado. Perderé de vista a algunas personas indeseables. A las que deseo y quiero las llamo por teléfono.

Los fakes.

 Para colmo, Pilar Fabregat, veneciana  de Arde el  mar, Oda a Venecia frente al mar de los teatros, transeúnte  por Triana y residente en Castellón, me abruma “cuidado con los fakes, cuidado con los fakes, que hay muchos fakes sueltos por ahí”.  A la mierda los fakes. Sugiere  que nos vayamos de excursión filantrópica, cultural torera, pero pone como condición que vaya también Ana; Ana y Yolanda  acaban de volver de Praga, Budapest y Viena… Y ya conocen Venecia…..Y les queda por ver todo el teatro de Madrid, que es mucho.

 Estoy tentado de proponerle a Pilar que invitemos a Pere Gimferrer, ojo Pilar esto es solo una ficción;  que me hiciera un prólogo maravilloso a Los toros furtivos, en el que me comparaba con Swiff no quiere decir que tengamos que ir de  viaje juntos.

Me doy cuenta de que he atribuido a Pablo Messiez,  todo el mérito de  “He nacido para verte sonreir”, restándole a Santiago Loza, autor, parte del suyo. Habrá crítica y autocrítica.

Más Marylin. Se cuela Audrey Hepburn

 No fue trivial mi proclama marylinesca la noche del  Mihura. Isabelle Stofell, que estrena el viernes Fasten, Magüi Mira, me dice: “siempre con Marylin, debe ser un espejo”. Entre Marylin y  Liz Taylor se ha colado  Audrey Hepburn, una sílfide, mi modelo de mujer de la que mis amigas siempre tuvieron celos; la pasión por Marylin era, es,  otra cosa; más orgánica, más trágica y, a la vez, más divertida. Audrey se empeña en ir a desayunar en Tyfanis. Es inútil; solo comparto desayuno con una mujer, como consecuencia natural y lógica de una cena. Presiento que las relaciones Audrey-Marylin van a ser poco amistosas. No sé.

Y sé que Marylin, tramposa y adorable,  me entenderá. Sabe que estoy pasando momentos de hipersensible esquizofrénico, atormentado sin ninguna causa que yo pueda descifrar. Su vida no es ajena a estos vaivenes del espíritu. Hasta piensa que Truman le es desleal. E infiel. ¿Por qué el mundo tiene que ser tan jodido?.

Una luz en el túnel.

 Me gustaría  una biografía dúplice: Liz Taylor/Marylin : ¡Esos ojos! Pero entonces ¿qué hago con la sílfide, Audrey Hepburn?. Por otra parte me he acostumbrado a trabajar con personajes y no con  personas: Sherezade, la Alfarera prodigiosa. Por qué me meto en tantos lios? Si por lo menos alguien supiera engrasarme el puto tuitter……

 

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