Dias terribles: ayer; dia incendiado y no me refiero sólo a la corrida; hoy, dia peor de nevios; !cuanto empiezo a admirar lo que ocurre entre bambalinas!. Dias de sangre y dias de locura. Lo primero felicitar a Antonio Burgos: lo mejor que se ha escrito sobre Pepe Luis. A ver si hoy puedo contar mi historia con Pepe Luis. Por un raro destino la historia de mi vida enraiza en Sevilla a contraestilo. Y en Granada que es como el espejo duro y leal de mi tierra castellana. Un suponer, Antonín Heredia que siendo una estrella del joven flamenco, sonríe cuando le olvidan en los carteles como si fuese un palmero. Antorrín me ha salvado, sin pedir nada a cambio, espectáculos casi insalvables de Los toros a escena o de Albero y ceniza donde sedujo a Isabell Stofell, por ejemplo. Es un excelente actor de Chejov y de Lorca, por ejemplo, y un dia estallará como todos los grandes; sin que los demás, ni siquiera el mismo, se hayan dado cuenta. Esta mañana he asistido al ensayo de La Argentinita: espectacular en Manuel Torre, fascinante en la sombra de Belmonte, papel que me ha robado pues quería hacerlo yo. Pero ha prevalecido el criterio de Santiago Sáchez. Y espectacular María Távora que se ha venido de Triana para centrar el personaje de Pilar López en la Argentinita del próximo lunes en el María Guerrero. Santiago Sánchez, director: María, artista y profesinal. Con dos pares. Y Antorrin Heredia como un volcán, mejor dicho una fragua, un martinete de carbón. Mañana les cuento más. Isabel Prinz, siempre al quite.
Estoy condenado a Sevilla desde que un madrileño castizo, en el patio de arrastre de las Ventas, me pegó con el Mundo, el periódico, en la cabeza y me dijo : " no te metas con José Tomás, vete a Sevilla, que el único que te interesa es Emilio Muñoz". No el único, pero sí uno de los que más. Y, por supuesto, Emilio lo entenderá, me interesa más María Távora que, casi desde niña, me reprocha mi dureza con los toreros. Y, hablando de Sevilla, una tarde más que no puedo escribir de Pepe Luis, aunque eso lo compensa el Magisterio de Antonio Burgos. Mañana, Palabra
Respondo a algunos aficionados sobre mi definiciín de la larga de rodillas y sobre "mi salvajada" de que la cornada va en el sueldo. A lo último; la caida del andamio, el accidente de Ayrton Sena, la explosión de grisú en una mina. Riesgo del oficio, solo eso. A la primera, reproduzco mi poema de El fulgor del círculo que tanto le gustaba a Roberto Domíngez, cuando al vallisoletano le gustaba mi poesía y a mí me gustaba su toreo. Ahí va: "una larga cambiada de rodillas/ es un gesto retórico y todo gesto sin contenido/ es solo un grafismo innecesariamente violento".
Los toros, juampedros simplemente. Y el ganadero filósofo y difunto ha sido, con la mejor voluntad de buscar la piedra filosofal del toreo, uno de los grandes malhechores de la Fiesta. A Manuel Jesús el Cid, las Ventas ya no lo quieren o lo quieren poco; a Fandila lo toleran que no es poco. Y a Juan del Alamo, las Ventas lo idolatran. La oreja es una muestra. Juan del Alamo va camino de ser para las Ventas, sin serlo todavía ni de lejos, lo que fue Santiago Martín o Paco Camino. Ojo, no es una comparación que hoy por hoy sería, sacrílega, es en todo caso una premonición arriesgada. Buen torero, pero ese bajonazo infame al sexto no es propio de El Viti ni de Camino.
Lo que no es una premonición, sino una certeza es la lectura dramatizada de la Argentinita, a beneficio de Caidos del Cielo ONG, el lunes en el María Guerrero. Mañana, me dice Santiago Sánchez ensayo con Enrique Ponce y con Esplá y con el doctor Villamor. ¿Puedo venir?, pregunto. Puedes, pero no estarán Maria Távora ni Isabel Prinz. Bueno...¿que voy a hacer...?
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