Extraña tarde: toros y teatro. No sé si me dará tiempo a ver el último toro de Ángel Teruel. Conocí a su padre en los ruedos, fui un teruelista razonable y me lo presentó el gran prosista y gran aficionado Ignacio Aldecoa una tarde en el Café de Gijón. Creo que lo cuento en Historias Canallas del Gijón, libro recién salido. Estaba con Luis Gómez el Estudiante. Aldecoa y yo esperábamos a una italiana o al enlace de una italiana para no sé que´conspiraciones con Luis Martín Santos, el gran novelista de Tiempo de silencio. Ignoro qué estará haciendo en estos momentos Ángel Teruel, pero me vale con recordar aquella tarde con su padre, con Ignacio Aldecoa y Luis El Estudiante, que nunca quiso competir con Manolete por dos cosas: el califa era un genio; había que salir a morir cada tarde. Y Luis no quería morir. Y me vale recordar una verónica sorprendente, fastuosa, elegante, ceremonial, ayer, de Teruel el hijo. No sé que habrá sido de su padre; pero esta verónica es propia de la estirpe. !Olé!. Un toro minusválido dicho sea de paso. Corrida con nervio, con raza y temperamente, pese a ciertas minusvalías; un respeto a los cojos. Y un respeto a la elegancia genuina y genética de Angel Teruel, junior. No sé que estará haciendo en estos momento; pero el quite por chicuelinas al quinto fue ceñido y apretado sin perder la compostura. Haga lo que haga, el gesto de Fandiño tirando la muleta y entrando a matar a topacarnero, eclipsará todo lo que pueda hacer Teruel. Y, si me apuran, todo lo que se haga en esta Feria. Así es la primera plaza del mundo. Y yo me voy a la Abadía a ver a Asier Etxeandía, a las 22,00 horas antes de que aquel magnífico maestro de ceremonias de Cabaret incendie el escenario de la vieja iglesia. Prometo contarlo..
De Manuel Jesús el Cid llegué a escribir , incluso estando en activo José Tomás, que era la mejor izquierda de España. Cosa nada dificultosa dada la mierda de izquierda que tenemos en este pais, más deleznable cuanto más de izquierda es uno. El Cid, vulgar en el primero. O sea a tono con la izquierda política, que ni es izquierda y no sé si es política dada su zafiedad. Sobre la derecha me pronunciaré un poco más adelante, según vayan las cosas y según le vaya a Ivan Fandiño. El toro de Parladé, vibrante y combativo; enrazado. Y Fandiño sin acabar de verlo; demasiado contundente, demasiado agresivo sin encontrar el sitio; más toro que torero, con perdón. Voluntad, toda; torería un poco menos. Fandiño, torero con el estoque entre los dientes sin duda, sigue siendo la gran esperanza blanca que algunos presagiaron; pero sin acabar de romper. La grandísima estocada valió la oreja. Y la voltereta al entrar a matar tirando la muleta, incendió la plaza. Un gesto ciertamente arriesgado para abrir una Puerta Grande que no habría logrado abrir solo con su toreo arrebatado. Per gracias a ese gesto de entrar a matar sin muleta, encunándose y saliendo por los aires, y pese a los descabellos, la buena gente de Madrid le abrió la Puerta d Alcala
De Manuel Jesús ya no es imprecindible hablar del natural. Hay que hablar también de su capote. Cada vez es mejor capotero o, como dicen los antiguos, capeador. Bien con la capa y muy mal con la muleta. No quiso replicar a un quite por chicuelinas valientes y embarulladas de Fandiño. El Cid anduvo aperreado con el excelente Parladé. O sea como la izquierda que dejó de serlo.
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