Fenacisco Umbral decia quu solo se puede escrbir, bien, desde el rencor. Quizá no le faltara razón; el rencor, la pasión incendiada. Yo creo que Ivan Fandiño, sin ser Francisco Umbral, también torea desde el rencor. O sea, desde la autenticidad. Porque la vida es cabrona, rencorosa y puta. Lo de escribir desde el rencor solo está al alcance de algún genio; como amar desde el recor. Eso es sublime: amar, besar, escribir versos desde el rencor, desde el ajuste de cuentas. O desde un amor maldito, que viene a ser casi lo mismo. Uno ha escrito desde el rencor, y le gustaria seguir escribiendo desde el rencor o desde el amor indecente, golfo y canalla; que son las distinta formas que adopata el amor sublime . A uno le hubiera gustado ser siempre un canalla, pero hay que ser Um bral o Belmonte o Joselito o Van Goht o Artaud, por ejemplo. Uno es, sencillamente, Javier Villán y para qué más. Soy incapaz de sentir rencor, ni celos ni envidia. O sea que soy un incompetente. Umbral me decía te falta pasarela. Toreo como puedo: como Joselito Adame, el expoliado del otro dia, se la guardo al presidente, tranquilo, sé esperar y no soy rencoroso, más espero. Fandiño es torero de rencores, se le nota; pero le sobra crispación, se le notan demasiado sus ansias de revancha. No le faltan razones, pero tranquilo. Todo llega; a su tiempo. No se precipite usted ni se crea demasiado las heroicidades que le cantan. Si usted tiene la moneda, como dicen en el teatro, acabará cambiándola. De estas cosas, creame sé un poco; el toreo es como la poesía: un infierno, un amor maldito, una esperanza de resurrección cada tarde; como los místicos, como los mártires. Me gusta su rabia ante el toro más que su rencor en las declaraciones; si Javier Aresti, mantiene su ofrecimiento de una presentación en el apartado bilbaino, me pido no un hierro, sino un torero: Ivan Fandiño. A través del colega Zabala de la Serna, su gran amigo se lo recuerdo hoy y se lo seguiré recordado. Mismamente en el Paquiro. Ahora que estoy fuera de esto, por fortuna, después de 25 temporadas y una 3000 crónicas, lo menos que puedo permitirme es elegir corrida. Que no sea Jandilla, eso nunca; porque con mierdas como los jandillas de ayer tampoco llegaremos a nada.
Quien podía torear desde el rencor, después del robo del otro dia, -ese presidente no se me va, lo juro- es Joselito Adame; el mexicano, que es un excelente torero, se tragó, sin rechistar, dos mierdas de toros. Y pegó muletazos estimables. Mierda de toros y mierda de jandillas lo cual es una doble o triple mierda. Con perdón. Y no me olvido del atleta David Fandila, ahí no hay rencoes; hay lo que hay. Nada más. Con dos pares. Y como esto no es una crítica de toros, sino una crónica social que , además va ppr libre como todo el blog, le recuerdo a Lucas Pérez que me ha prometido arreglarme la Beneficencia para un fandiñista apasionado, Ernesto Caballero , director del María Guerrero. Retirado de esto, propongo un pacto: les llevo lectores de teatro, a mogollón, a Zabala de la Serna y a Lucas Pérez y, a cambio, García Abadillo, Cuartango y Manu, me publican más críticas de teatro. Joder, colegas, que el teatro es algo más que el Valle Inclan. ¿A que es un pacto razonable?.
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