jueves, 15 de octubre de 2015

MAQUIAVELO; APERTURA TEATRO LA COMEDIA

Teatro y política
Reflexiono poco antes de salir hacia la Sala Negra de los Teatros del  Canal para ver El Principe, una adaptación de Juan Carlos Rubio interpretada por Fernando Cayo: ¿qué lugar podría ocupar hoy en la política española el refinamiento del educador de príncipes, Nicolás Maquiavelo?. Probablemente ninguno.  O todos, que también podria ser; sólo que a lo zafio y un poco a lo bestia. Pablo Iglesias tiene publicado  un libro en Akal, Maquiavelo frente a la gran pantalla: cine y política; pero eso no quiere decir nada. A lo que se ve,  ninguno de la nomenklatura de Podemos, ni  otras nomenklaturas de otros partidos, ha heredado la teoría política florentina del autor de El Príncipe. Maquiavelismo !cuántas barbaridades se cometen en tu nombre!. Voy a un  estreno restringido, con más morbo político que teatral. En buena lógica todos los políticos españoles, los más cafres y los menos, si alguno hay, debieran estar esta tarde en el   Canal; más provecho alcanzarían, seguro, de esta obra que de sus asesores y escribas que, con frecuencia, parece haberlos contratado el enemigo.

El paisaje.
Desde la derecha se ve el panorama político español como un paisaje  abrupto habitado por vándalos, aunque con matices: bolivarianos, chavistas, castristas, bolcheviques, leninistas, estalinistas, separatistas;  y chequistas del KGB. Putin ha protestado diciendo que el KGB genuino sigue siendo él, el nuevo zar que amenaza el equilibrio/desequilibrio de Europa. Desde la izquierda se describe el paisanaje de las derechas, como una caverna en la que, en vez de las sombras de Platón, son las sombras de Franco las que fingen fantasmagorías.

Los partidos, todos,  interiormente,  se destrozan a dentelladas, corre la sangre política y florecen los proscritos. El PP se desguaza entre querellas tribales y, para hundirse del todo, Rajoy no necesita el armamento de la batalla electoral. Le basta con el fuego amigo y la guerra guerrillas de Federico Jiménez Losantos,   y de Pedro Jota Ramírez. Parece que el  bipartidismo, PP-Psoe, que era el objetivo de Podemos, tañe a muerto con el espectacular ascenso de Ciudadanos, la nueva tierra de promisión. Tal como venían las cosas era previsible que ese espacio lo ocupara Podemos. Pero Pablo Iglesias, Errejón, Monedero y Echenique, la han cagado; con perdón. ¡Qué país, qué paisaje y que paisanaje! . Parece un chiste de la vieja Codorniz. 

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