domingo, 11 de marzo de 2018

UNIÓN DE ACTORES Y CÁBALAS SOBRE SUS PREMIOS


Dentro de unas horas la Unión de Actores entregará sus premios, gran fiesta en el Price.Como los premios ya están otorgados y sellados ante notario, da igual lo que en estos momentos se diga o escriba. Alea jacta est.  Si por mi fuera le otorgaría  Premio, por junto, a Kamikace que es la revelación del último año;  o a la  Guindalera de María Pastor, que sobrevive contra todas adversidades de la normativa municipal y espesa.O a  Irina Kourbeskaya a condición de que esta nos cuente su llegada a España de la mano de Azcárate su marido.
Al poco tiempo, yo le dí mi mano para entrar en las Ventas, una tarde de San Isidro. Irina se sabía de memoria Valle Inclán y Garcia Lorca, pero desconocía los toros en directo, esa belleza cruenta; el juego de la vida y de la muerte, en vivo.
 La lista de candidatos/as una lista de oro. Y estar en ella  ya es premio, como ocurre con los candidatos al Valle Inclán.. No me he fijado si está Ginés Millán al que le recuerdo diez minutos para la antología del teatro, en Vania, de Veronese.  Por esos diez minutos todo merece la pena. En el fondo estoy haciendo pronósticos para presumir luego, si acierto, de visionario.
 Mas lo que verdaderamente quiero es recordar lo que me divertía en  esta fiesta con Rosana Torres cuando entregábamos alguno de los premios. Cruzábamos la pista cogidos de la mano como novios,Lo que la gente ignoraba es que la mano de Rosana era mi bastón que yo había dejado en el asiento.
Hay dos candidatas que a mí me llaman especialmente la atención y me gustaría que ganaran las dos,  dos formas de sentir y encarar el arte interpretativo.  una es Maria Hervás y otra Clara Sanchís. Esta es una actriz de escuela, de estirpe, formada en Italia; la  recuerdo hace 30ños . La he seguido con atención y en Virginia Woolf en el Ambigú de Kamikace estaba sobresaliente. La ví el otro dia en Consentimiento y parece completarse el círculo.
María Hervás es una actriz intuitiva: la actriz de las mil caras,  y en Ifhigenia en Vallecas  capaz de presentar esas mil caras y alguna más. Es evidente que en la mente de los aficionados que siguen estas peripecias ambas están presentes: Virginia Woolf luchando por una habitación propia.e Ifhigenia, la Virgen sacrificada, en Aulide o en Vallecas, un lumpen subversivo,  guarro y borracho.  María Hervás, por el momento, es actriz de monólogos y Guijosa lo ha entendido muy bien. En Los Gondra, Ainara, la etarra feroz,era, en ocasiones, un odio descontrolado. Donde volvia a la costumbre, era en la oración fúnebre de Garbiñe, por su marido asesinado: otro monólogo memorable. Algún dia, María Hervás, la mora de Confesiones a Alá, la Ifhigenia vallekana, la amnésica del María Guerrero, habrá de afrontar la auténtica esencia del teatro: palabra confrontada, elenco. Calidad  le sobra. Y tiene una capacidad transformista  que para sí quisieran todas las actrices del mundo.   

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