jueves, 23 de abril de 2015

TEATRO. CARLOS HIPÓLITO, PREMIADO. LA LEYENDA PEPE ISBERT

 Carlos Hipólito, premio de lujo.
Vuelvo a Albacete. Por culpa de Carlos Hipólito,  los Premios Pepe  Isbert y la Asociación de Amigos de los Teatros Históricos, Amithe, o sea Javier López-Galiacho. Carlos Hipólito ha sido distinguido por El crédito, de Galcerán, trabajo también  galardonado con el Valle Inclán. Hipólito, una luminaria del teatro español cada vez con más luz. Como dijo Manuel Galiana al entregarle el premio, Hipólito no parece tener techo en ninguno de los géneros que aborda: drama, comedia, tragedia. Mario Gas lo puso a cantar en Follies y no me extrañaría que su destino fuese la Escala de Milán.  También ha sido premiada la Hemeroteca de ABC, historia viva del teatro español.
Teatro Circo: un monumento. Vuelan fantasmas de trapecistas en triple  salto mortal; trotan ecuyeres magníficas; sollozan en  sordina  rugidos de fieras, melancolías de payasos,   amores contrariados. En todo circo hay siempre un amor maldito y un riesgo de autodestrucción. Y el holograma de una mujer que me fascinaba, Pinito del Oro: la diosa  del trapecio y la silla.
 Teatro Circo de Albacete, el único, o por lo menos el más bello, de España; La Asociación Amithe funciona  gracias al viático de  los Arcos, firma de cuchilleros ilustres, que nada tiene que ver con el Arco de Cuchilleros de Madrid, cuevas de Luis Candelas el bandido generoso. Un Ayuntamiento ilustrado protege las iniciativas de López Galiacho que junta en su persona la pasión del teatro y la pasión de los toros. Todo bajo la advocación de José Isbert,  más recordado por una frase en Bien venido Mr. Marshall que por su genialidad de actor: “yo, como alcalde vuestro que soy, os debo una explicación, y esa explicación os la voy a dar”. Debieran ponerla como lema bordado en oro,   en su despacho todos los alcaldes de España. De  ensalzar   la memoria y el genio de Pepe Isbert se encarga Amithe con los premios de su nombre. Y como memoria de una saga un nieto, Pepe Isbert, que iba para galán de postín y por infortunios  de la suerte se quedó varado.
 Para amenizar la gran gala de entrega  llevaron   Los toros  a escena, una idea que hace años puso en marcha el Instituto Castellano y Leonés de la Lengua, última edición.  Aunque lo haya escrito yo, es un buen espectáculo. Lo digo sin rubor porque este es mi blog en el que solo mando yo y por eso  muchos lo llaman una Una voz sin amo. Tres actrices,  tres personajes: Isabel Blanco una guiri glamurosa; Sabela Hermida una tabernera castiza  y Esther Alvarado  una periodista sabeora. El baile arrebatado de Raquel Valencia,  grande de la Quimera en la que  todos grandes; con la  guitarra de El Persa. Y la batuta de David de Loaysa, en dirección y espacio escénico. Improvisó  un cameo para Galiana y por  poco lo convierte en protagonista; virtudes de los grandes como Galiana. Antorrín Heredia más desgarrado que nunca  hasta el exceso. Con razón se dijo que el jazz y el flamenco, más que música, son lamentos de dos razas oprimidas: los negros y los gitanos.
 Y un torero en escena, toreando de salón, enamorando guiris en competencia con un cantaor excesivo. Con tal pureza lanceó  Sergio Serrano que, desde los altos  del andamiaje,  se oyó  una voz: “sitio para Sergio en los carteles de las ferias”. Sergio Serrano  le ha hecho ese toreo, insolente  de tan puro, a los samueles, a los adolfos, a los cuadris. Cinco veces abrió la Puerta Grande Albacete, una tras otra,  y ahora no le dan a comer ni una rosca. Misterios del sistema que impera en el toreo. Su espejo es Diego Urdiales. Un modelo a seguir. Diego ha sufrido y sigue sufriendo. Y, siendo el torero más puro del momento,  aún le cuesta entrar en los carteles. Tanto le cuesta que, en muchos, no entra
 Tuve ocasión de conocer por la mañana a Sergio Martínez, otro torero albaceteño del que con más gusto he escrito. Rompió las Ventas más de una tarde y luego la puta espada le rompió la faena y le astilló la puta Puerta Grande.  Me lo presenta un crítico joven y beligerante: Lorenzo del Rey. El saludo de Sergio Martínez me conmueve y, por sí solo, justificaría  una vida de cronista: “cuando mis hijos quieran saber quién fu su padre como torero les enseñaré sus crónicas”.

 Albacete. Inolvidables tardes de toros en la Feria, la mejor de todas las ferias de Septiembre; noches interminables de mus en el Callejón con Miguel Ángel Cuevas; en las Rejas, madrugadas taurófilas y sosegadas; el buen yantar y el buen beber. El Callejón es la catedral; Las Rejas es una ermita. Rodolfo ha recuperado  viñas malditas sobre campos de metralla, los refugios y los búnqueres de la guerra. El vino,  diálogo de la paz. Albacete en el corazón. 

1 comentario:

  1. Sublime sin interrupción, maestro. Y emocionante al máximo para un albacetense como yo. Gracias. Y gracias por 'Dignidad', recomendada y que anoche disfruté. Lástima que la quite de Madrid. Pero va de gira.Un abrazo y hasta El Tormo, templo de la gastronomía manchega en los madriles y olé.

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