domingo, 29 de mayo de 2016

LA FARÁNDULA Y EL BUEN YANTAR


Guia Gastrocómica del España

A la vista de este libro, producto de la sagacidad y el buen paladar de María Diaz, quizá haya que variar el concepto de austeridad que algunos tienen de los cómicos. Los cómicos de la legua comen bien; han descubierto esos lugares del mapa de la farándula donde  los buenos sabores rivalizan con los buenos precios. Y se lo han contado a María Diaz que lo ha puesto en este libro. Cada  taberna, mesón o posada tiene aquí su defensor y sus razones: sus recetas, sus platos especiales marca de la cs. Docenas de humildes, o no tan humildes, establecimientos que tienen a honor que los cómicos de la legua, cuando van de bolos o gira, se hayan sentado cerca de sus fogones.

 Los cómicos, pues, comen y comen bien  a tenor de los juicios que dejan este libro, ya no son esos malditos muertos de hambre que, según El viaje entretenido, ajustaban sus funciones  a la caridad o las posibilidades del cura, el barbero  y el alcalde de un pueblo. Estos a veces les pagan con pan, huevo y sardina. Y otras hogaza entera de pan, racimo de uvas y olla de berzas, y cuando mejor olla de vaca o de carnero, vino aguado y en ocasiones sin bautizar, gallina asaday liebre cocida. Todo según tasa categoría y pacto.

Cumplen con esto los cómicos la primera norma del Arcipreste, según la cual el hombre labora por haber mantenencia. De la segunda, haber juntamiento con fembra placentera, no dice nada esta Guia gastrocómica;  solucionada la primera premisa justo es pensar que la segunda, entre cómicos, es de más fácil solución.

La guía gastrocómica  se presentó  el otro dia en la sala Mirador en un ambiente que rezumaba alegría, buen yantar y fraternidad de la gran familia de la Farándula, con Nur Levi de maestra de ceremonias. Nada más ver este libro a algún feriante taurino, se le ha ocurrido hacer la Guia Gastrotáurica. Yo que he sido feriante cómico y feriante taurino me conozco ambos mundos. La Guia Gastrotáurica no tendría  el sabor y el ingenio y el humanismo que tiene esta. Lo de los toreros es cuestión de dinero, van a los hoteles y los sitios más caros; puro lujo que no siempre se corresponde con el buen comer. No hay guía Gastrotáurica posible.

 

La hija de Lolita

Otro libro presentado hace poco  es una sorprendente novela Cada noche, cada noche (Editorial Siruela) de Lola López Mondéjar. En la librería Alberti, centro cultural de la Santísima Transición y aledaños. Eje de una cultura liberada. Hoy ignoro qué es o qué siga siendo; en principio, ocasión de conocer esta novela que me ha obligado a releer a Nabokov. Y que, por lo tanto, me hará volver a Cada noche, cada noche, causa y origen de esa relectura navokodiana. Y ya, de paso, trataré de descubrir la amplia y verdadera dimensión de esta autora  de sólido prestigio aunque  de minorías,  maestra del género corto en libros como El pensamiento mudo de los peces, Lazos de sangre,  y La pequeña burguesía. Autora de  varias novelas, fue finalista  del Premio Torrente Ballester  con Mi amor desgraciado.

 Cada noche, cada noche es un libro de esos que te encuentras muy de tarde en tarde que te atrapa desde la primera escena: un pareja elegantísima, bailando torpemente en la desarmonía de una soledad aplaudida y compartida multitudinariamente. Después empieza la danza del recuerdo, del tiempo, del dolor y la enfermedad incurable que nos devuelve una forma de libertad que acaso no sospechábamos.

Dolores Schiller, la protagonista, es  explícita:  “ Empezaré por el principio. Mi madre se llamaba Dolores Haze, pero ustedes, de conocerla, seguro que la conocerán por Lolita”. Dolores sospecha, y deduce  de los papeles que le ha entregado su padre, que es hija del personaje  de Navokov,  que murió del parto.  

Cada noche, cada noche es un territorio múltiple donde se cruzan vidas, tiempos fantasmas y realidades.  Un territorio eminentemente literario: de un lado, la marcada sexualidad de una mujer hasta convertirse en símbolo del deseo recental y en agraz; de cierta perversiad inocente; el morbo de la inocencia pervertida. De otro lado, todo lo contrario: la frigidez, la ausencia de deseo, el sexo como amenaza fría y gélida. Cada noche, cada noche es a veces un sueño; casi siempre una pesadilla.

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