viernes, 8 de julio de 2016

ALMAGRO (I); ACTRICES. Y CONCHA VELASCO


Mapa sentimental y laboral del verano, que no siempre se reflejará en este diario.

Manuela Carmena ya tiene quien le escriba. Pilar de Miguel, colega de antiguas peripecias periodísticas, me  envía su texto sobre Manola. Prometo leerlo.

Garrigues Walker me manda una tercera de Abc en la que analiza los populismos de derechas y de izquierdas. Un liberal lúcido, un poeta, un autor dramático. Sigo proponiéndolo como un notable que podría formar gobierno si los corruptos e ineptos políticos del censo no se ponen de acuerdo.

Dos poetas espontáneos y jóvencísimos me envían sus libros de poemas inéditos.

Elvira Giménez, me manda recuerdos de Marco Cicala, periodista amigo que me ha hecho “famoso” en Italia; y de Luca Caioli, el escritor que más sabe de Lionel Messi.

María Hervás me anuncia el envío de su libro, Deseantes y otros proyectos; propone un encuentro para comentarlos. Veremos. Hervás anda siempre prófuga de sí misma. Es una actitud que conozco por propia experiencia, en mi prehistoria. Empezará  pronto los ensayos de Una historia vasca, de Borja Ortiz  de Gondra.

Maria Martinez y Frida Moraleda me proponen  recuperar en las redes nuestra aventura cervantina. Son el rayo que no cesa.

María Diaz sospecha  que no doy importancia a los fastos del Orgullo Gay. Acaso tenga razón; acaso yo considere saldado mi compromiso,   con aquellos manifiestos en los que los héteros firmábamos “yo también soy maricón, yo también he abortado”.

Xabi Puerta y Zutoia Alarcia me implican en la gran operación Alfonso Sastre que planea el Cdn con motivo de la puesta en escena de Escuadra hacia muerte. Otra vez el realismo, lo que hoy quizá menos interese del exiliado de Hondarribia. Propongo una inmersión a fondo en el mundo de Los hombres y sus sombras; en su poesía, el ensayo y  la narrativa.

El verano es una amenaza. La reescritura de Lager, los infiernos de los campos de exterminio nazi, me ha vuelto del revés.

 Consigo que Fede Rey, un actor del que espero grandes cosas, se adhiera al proyecto de Lager que protagonizará Zutoia.

Avanzo en el texto de los Toros a Escena  para Ramón Fontseré, David de Loaysa y Antorrín Heredia  encargo urgente de Gonzalo Santonja, director del Instituto Castellano y Leonés de la lengua.

 

 Almagro. Festival.

De nuevo el apartamento Lope de Vega; al lado el Tirso y en la primera planta Cervantes y Calderón de la Barca.  En esta compañía parece  imposible escribir mal. Se hará lo que se pueda. La escritura es un don que no está al alcance de cualquiera. Mi escritura, además, está contaminada por la crítica de teatro.

 El ejercicio de la crítica tiene un riesgo. Mejor dicho dos; uno de estilo, de capacidad adjetivadora; Valle Inclán decía que el periodismo “avillanaba” el estilo; no me preocupa. Por mi apellido, mi estilo debe de estar ya bastante avillanado. El otro riesgo es de índole personal.  Por unos adjetivos aplicados al  personaje, nunca al actor que lo encarnaba, en el numanticidio de Pérez, se organizó  en las redes un auténtico linchamiento; se pidió que me expulsaron del periódico el Mundo y se publicaron cartas acusándome de homófobo y otras bobadas.

Una amiga, joven y  estupenda actriz, llama al teatro “la gran zorra, capaz de todas las putadas y todas las delicias”. No estoy muy versado en las delicias de las zorras, y menos en sus putadas, pero me lo creo.

Almagro puede ser una de esas delicias fascinantes. Durante un mes, Almagro es todo teatro; vive y respira por el teatro. Llegada al mediodía con  lluvia refrescante, encuentro en comida de fraternidad con los colegas periodistas. Y Elvira Giménez como como introductora de embajadores.

 Ignacio Amestoy, factótum de la Jornadas de críticos en las que discutimos de todo sin aclarar nada. Cuando se   escriba la historia del teatro de este país, Ignacio Amestoy figurará con letras quizá no de oro, material fungible al fin y al cabo, pero  sí indelebles: como autor y como gestor y animador cultural.

Gran Fiesta en el Corral, que arruinó la lluvia, y premio para Concha Velasco, Reina Juana, memorable interpretación sobre la prisionera de Tordesillas. El acto se  trasladó  al Teatro Municipal. Natalia Menéndez, gran sacerdotisa y maestra  de  ceremonias. La laudatio a cargo de Garcia Garzón. Y sucesivas laudatios, como corresponde, de  los intervinientes. Humor, conocimientos y hondura de políticos: ¡sorprendentes!. Humor a raudales de   Beatriz Carvajal. Conmovedor e ingeniosísimo discurso de la galardonada, con hijos y nietos alrededor: “el  teatro, el gran amante, que nunca me ha abandonado; el que me ha permitido, ser madre y ser abuela”. Este acto, del que como otras veces, estaba dispuesto a huir por aburrimiento, me clavó a la butaca. Merece otra crónica pormenorizada. Mañana.

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