El caso Nevenka y el alcalde acosador
Me preguntan
por qué saco a relucir, después de tanto
tiempo el “caso Nevenka” y el alcalde al
que dijo NO es No y hasta aquí hemos llegado. Me ha sorprendido que los
movimientos feministas, tan activos y belicosos, nunca se hayan ocupado del asunto.
Ismael Alvarez, es un canalla. No creo
que después de tantos años, continúe de
Alcalde de Ponferrada, pero el escándalo,
acoso y derribo de la concejala, Nevenka
Fernández, políticamente tuvo para él bajo coste. Siguió de alcalde mientras Nevenka, vilipendiada y en coplas, tuvo que marcharse de España. En este país la
belleza no es un salvoconducto y tendemos a considerarla de derechas, como
entonces era Nevenka, concejal el PP. Juan
José Millás se ocupó del caso en un
libro de denuncia.
Hace poco vi una cuenta en tuiter, Nevenka Warning, y pensé que podía ser ella. Hay nombres que fascinan como pueden fascinar unas manos, una
mirada, una sonrisa. O un silencio, Nevenka esperando, todavía esperando desde Londres. Por aquellos
días del “caso Nevenka” yo andaba por Ponferrada y aledaños diciendo versos de mi libro Sonetos de fuego y nieve y me parece
recordar que no se atrevía a salir de casa, mientras el canalla se paseaba
ufano por las calles del pueblo camino del Ayuntamiento. Memoria nebulosa
perdida en la nebulosa del tiempo. Hubo juicios que ganó, creo; acciones
legales controvertidas. No sé.
Me sorprende
que en unos tiempos en que el feminismo más
beligerante aprovecha, como legítima ofensiva
de autodefensa, la mínima oportunidad reivindicativa, nadie haya revindicado el
nombre de una concejala que decidió sacar a la plaza pública el acoso sexual del
alcalde, a costa del propio vilipendio. Exiliada en Londres, exiliada de su
belleza, Nevenka Warnig. He ahí la razón
por la que me ha llamado la atención un caso viejo y perdido: el caso Nevenka.
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