viernes, 14 de diciembre de 2018

CARMELO GOMEZ; EL JARDINERO Y LA SEÑORA



Todas las noches de un día. (Publicado METROPOLI. El Mundo)

Autor, Alberto Conejero. Dirección, Luis Luque. Intérpretes, Carmelo Gómez y Ana Torrent.  Escenografía, Mónica Borromello. Vestuario, Almudena Rodríguez. Música, Luis Migue Cobo. Iluminación, Juan Gómez-Cornejo. Escenario, Teatro Bellas Artes CUATRO 

Texto duro, enigmático; Silvia, la señora ha desaparecido. Samuel, el jardinero, es interrogado por un comisario. A partir de aquí, Samuel el jardinero va recordando   la historia compartida. El deseo carnal y un simulacro de amor del que la señora se mofa; suspicacias, acusaciones a Samuel; Luque el director y Conejero el autor, en perfecta sintonía. Y la lucha de clases que planea entre el jardinero y la señora pendiente siempre de una carta de amor que no llega. Y un pasado sin resolver con su hermano. Texto cruel. Compleja y sugerente   escenografía de Boromello  en dos planos, el interior y el exterior.
 Ante la desesperación del Samuel que sigue cuidando el invernadero como un rito, Silvia se da al alcohol y a la nocturnidad promiscua.  El invernadero es el ámbito de la soledad y los encuentros de Silvia, la señora y de Samuel, el siervo, el buen salvaje cuya flor favorita es el cactus porque respira hacia dentro. A Silvia le gustan todas.
Carmelo Gómez dibuja su papel con matices proletarios y aldeanos. Un papel de amor. Ana Torrent es siempre la señora, incluso cuando insinúa un beso apasionado; Carmelo Gómez,   fragilidad  de amante  desdeñado  “por qué con otros y no conmigo”,  domina la escena con autoridad;  Ana Torrent crece a su lado.  Hay una tormenta que permite a Gómez-Cornejo desarrollar su poética de las luces. Excelente música de Luis Miguel Cobo.

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