sábado, 16 de febrero de 2019

RESPETAD LAS TUMBAS



Respetad, al menos, las tumbas. Desavenencias publicadas en El Mundo.

 Vandalismo contra unas tumbas tan sagradas como todas las tumbas. Pasionaria y Pablo Iglesias, pese a todo, nunca serán profanados, están fuera del alcance de los profanadores. Cuando la Semana Trágica de Barcelona, sacaron de sus tumbas a los muertos y bailaron con ellos sin que a los difuntos les importara.   Nos regimos por una extraña asociación de ideas. En estos días convulsos me he acordado de un verso de Carlos Oroza “porque una flor no puede ser hermosa si no dejais que el trigo crezca en las fronteras”. Y cuando hablamos de fronteras, siempre la   cuestión catalana como confrontación.  ¿La manifestación del pasado domingo era de patriotas o volvía el sentido partitocrático como fórmula política? Puede que hubiera de todo pues el tema España y Constitución estuvo presente. Días de crispación en los que este pais empieza a parecerse cada vez más a la España machadiana de charanga y pandereta (…) de espíritu burlón y de alma quieta. Y a la España cafre de la venganza contra los muertos y su recuerdo. España gran palabra, que engloba y resume toda una civilización, es reclamada con descaro por un partidismo excluyente. En tiempos de la Oprobiosa rechazábamos la bandera de España porque Franco se la había apropiado; renegábamos de Franco no renegábamos de España. Convencidos ya entonces de que, como decía Kubrick por boca de Kirk Douglas en Senderos de gloria, “el patriotismo puede ser el último refugio de los canallas”.
 La manifestación del domingo en Colón fue una de tantas, plural incluso, que no refleja, como pretenden algunos, una temperatura política excluyente de este país. Este país llamado desde hace mucho tiempo España es tan plural que solo cabe en varias culturas y habla cuatro idiomas, el catalán, el gallego, el euskera y el  castellano hegemónico y con derivaciones tan ricas como el habla andaluza. La manifestación del otro día que, en mi opinión, negaba lo que pretendía defender, la unidad de España,  presenta  además problemas logísticos; ¿cuánta gente había en Colón? Para la policía, unas 45.000 personas; para los convocantes, unas 250.000. La diferencia es notable. La eterna guerra de cifras. La política es una cuestión también de estadísticas y ni los números ni las imágenes son inocentes. El lirismo l de las cifras....

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