martes, 23 de febrero de 2021

23F LA DEMOCRACIA AMENAZADA

 

23F EL TEJERAZO INFAME

Me enteré del asunto en el café de Gijón en torno a las siete de la tarde. Pepe García, Pepote, y Pepito siempre cabreado porque le llamábamos cariñosamente  el Mono, primos y dueños del café, me dijeron ¨te están llamando continuamente, no te muevas vamos a cerrar y te vienes a nuestra casa, quien más insiste es Lázaro. Ha dicho que viene a buscarte¨. Lázaro era un abogado de Valladolid, afín a Fuerza Nueva pero aficionado a la poesía que solía tomar café en nuestra tertulia. Su filiación ideológica no era ningún secreto. Igual que tampoco lo era la mia, militante del Partido Comunista y de algunos de los poetas del psoe o Ucd. Llegó a los pocos minutos y fue tajante, ¨tú te vienes a mi casa. Allí estarás seguro¨. Me negué de manera un tanto brusca lo cual le hirió. Quise ver las cosas por mi cuenta y pude entrar en el Palace, frente a las Cortes, desde donde José Maria Garcia, Butanito, estrella de la radio deportiva, retransmitía los acontecimientos como si fueran un partido de futbol.  Aquello fue decisivo para muchas personas que, alertadas por el relato,  pudieron ponerse a resguardo. Visto el cariz que tomaba la cuestión me refugié en casa de Alejandro Santamarina donde ya se había refugiado Ana al suspenderse el acto de la Librería de Mujeres. Alejandro es un excelente pintor, de un sólido expresionismo abstracto asentado sobre el dominio del dibujo, turbadoramente monocromático; hijo de un general de Intendencia, bohemio, reñido con la familia y  compañero de Selina  también pintora en el número 40 de la calle Toledo. Antes me pasé por la Librería de Mujeres donde a las ocho estaba anunciada una conferencia de Montserrat Roig, amiga de Ana, mi mujer, desde un reciente viaje que habíamos hecho a Moscú y con la que había quedado a cenar, en una cena exclusivamente para mujeres. La librería estaba cerrada.

Hasta que de madrugada apareció Juan Carlos con todos sus arreos de Capitán General de todos los Ejércitos no respiramos tranquilos. Dijo que todo estaba bajo control y la situación se había restablecido en los cauces de la Constitución. Yo que había abandonado el tabaco hacía tiempo me fumé dos cajetillas de celtas compradas en una taberna cercana donde también hicimos provisión de viandas, que apenas probamos  y vino tinto que apuramos del todo. El padre de Ana, comandante de aviación, no estaba seguro de que todo hubiera acabado y se ofreció a llevarme en su dos caballos a Barajas, blindado por su uniforme,  para que escapara en el primer avión disponible. Respondí desabridamente que de mi país no me echaba ni dios, si no era con los pies por delante. Actitud bizarra de la que yo no estaba muy seguro, pero a mi suegro  le congratuló. Respecto al destino de Montserrat Roig que se hospedaba en el hotel Wellington,  con las prisas para escapar a Barcelona se olvidó en el hotel un imponente visonazo que le devolvieron a su debido tiempo. La chulería zafia de Tejero tratando de derribar  al general  con una zancadilla a GUTIERREZ MELLADO y encarándose con Adolfo Suarez que le ordenaban ¡!firmes!!! lo vimos luego en imágenes de televisión que con astucia y riesgo grabó un cámara. Y la fría actitud de Carrillo, el viejo zorro curtido en mil batallas, el único que permaneció  sentado en su escaño cuando  Tejero ordenó  ¡todos al suelo!!. Algunos periodistas en su tribuna de informadores, y algunos invitados,  se comieron, literalmente, el carnet del Partido Comunista.

No hay comentarios:

Publicar un comentario