martes, 2 de febrero de 2016

LA CONCHA DEL APUNTADOR (VIII). ALFONSO SASTRE EN EL ESPAÑOL.


La risa ácida de La Estupidez.
Gracias a La estupidez  se me arregló el ánimo de una tarde  regular tirando a catastrófica. Pero no hay que engañarse; el mensaje de La estupidez no es optimista ni induce a la esperanza. La risa, la carcajada de esta obra (Naves del Matadero del Español) es una risa ácida; este mundo poblado de timadores, ladrones, desleales y canallas, es una mierda y solo se mueve por  el dinero y la ganancia. Pero ocurre que La estupidez cuenta con una interpretación magnífica en el registro del vodevil enloquecido. Cinco intérpretes para dos docenas de personajes. Es la gente de Feelgood  que me fascinó hace pocos años con otra historia ácida: la corrupción política, la manipulación de la prensa tan corrupta como la política. Ainhoa Santamaría, Fran Perea, Javi Coll y Javier Márquez. Seguirán dándonos  momentos de gloria. Falta Manuela Velasco y se ha incorporado Toni Acosta, que tampoco está mal, que está muy bien; aunque yo creo que Ainhoa Santamaría rompe todas las barreras.

 Podemos contra Alfonso Sastre.

Antes de nada pedir disculpas a Bernhard por lo de Heldenplazt, la maldita plaza de los héroes, obra que admiro hasta la extenuación  y con la que siempre tropiezo. Escribí un dia que nunca había visto un montaje convincente de Heldenplatz y, a vuelta de correo,  alguien me abrumó de datos demostrándome lo contrario. Ayer, en la crítica  de  De algún tiempo  a esta parte,   por esas cosas incomprensibles  del destino   atribuí su autoría a Peter Weis. Tengo que pedirle a Ignacio García que monte Heldentplatz en Mexico para compensarme  del desliz y el gazapo. Le prometo una buena crítica. O al propio Pérez de la Fuente  si le diera tiempo, con  Los hombres y sus sombras o El camarada obscuro. O  a  Sanchez Cabezudo que según Esperanza Aguirre es el designado por Podemos. O a Gerardo Vera, según apuntan otros. No entro en relevos, la obligación de un crítico de teatro es juzgar sobre hechos  y no sobre sospechas. Que Sastre y Medardo Fraile (Arte  Nuevo) vengan al Español de la mano de Garci es una buena notica.

Si la  programación de los nuevos mandamases de teatro responde a la excelencia, como tal la celebraremos. En cualquier caso el procedimiento no puede ser el dedazo, sino un concurso como fue el de  Pérez de la Fuente; una terna no jerárquica, sino indicativa, que un jurado  le presentó a doña Ana Botella. Venga el que venga, si al final le vuelan la cabeza  a Pérez de la Fuente, habrá de ser mediante concurso y no creo que Sánchez Cabezudo ni Gerardo se presten al enjuague.  Son personas serias y Gerardo procede de una izquierda dura antifranquista, ajena al automatismo del dedo. Por automatismo caemos en el error, como yo con lo de Heldenplatz. Creemos interiorizada una cultura sin darnos cuenta de que necesita siempre reflexión. El automatismo arrogante. No quisiera que el automatismo me desquiciara esta crónica. A fin de cuentas me ha llevado un trabajo notable y he hablado con todo el que he podido hablar para centrar la cuestión, que va más allá, creo yo, del ámbito de la farándula.  Los de AhoraPodemos  en su  vida han pisado un teatro y son periféricos a la cultura y más periféricos aun a la cultura popular, aunque ellos crean lo contrario.

Tengo yo que preguntarle a Pérez de la Fuente si, como dicen  algunos sectores del PP, dada la índole de su programación, es un infiltrado de Izquierda Unida. Quién iba a decírnoslo; los rojos  especialistas  en entrismo de clandestinidades, se quedan con el culo al aire por culpa de unos indocumentados que  nunca tuvieron que infiltrarse en nada. Porque la  programación de Perez de la Fuente, cuando estuvo en el CDN y ahora en la plaza de Santa Ana, no es propia del PP ni siquiera del Psoe que se han dejado en el cajón autores españoles del calibre de Alfonso Sastre, por ejemplo, Arrabal, Francisco Nieva y algunos más de la Generación del Realismo. Aunque en esto a mí los partidos me tienen confundido. Por ejemplo,   Helena Pimenta (CNTC) y Ernesto Caballero (CDN) llegaron a sus puestos con el PSOE y fueron respetados por el PP.

Pérez de la Fuente ha tenido desaciertos como Las Pingüinas, una deslealtad de Arrabal al director al que más debe. Las mujeres del Quijote es un texto infumable en el que Pérez de la Fuente arriesgó prestigio personal y  dinero público. Debió devolverlo a París tan pronto como lo recibió. Arrabal está acabado desde Carta a la Madre, obra grande que engrandecieron más María Jesús Valdés y el propio Pérez de la Fuente.  

Pase lo que pase la programación de Pérez de la Fuente está asegurada hasta el mes de Julio. Lo contrario podría traer consecuencias judiciales imprevisibes para el Español, pues están en marcha  coproduciones como Numancia, de Cervantes, precisamente en   su aniversario que comparte, en desigualdad, con  William Shakespeare. Lo que se ha visto en estos meses está ahí y no hay que insistir en su excelencia; El grito en el cielo, de La Zaranda o De algún tiempo a esta parte, de Max Aub, por ejemplo. Asegurado está también el estreno de Arte Nuevo, un montaje de José Luis Garci, sobre Cargamento de Sueños, de Alfonso Sastre y El hermano, de Medardo Fraile. Pero ¿qué pasará con el proyecto global de Max Aub y el exiliado de Hondarribia?. ¿Peligran las dos tragedias previstas por la actual dirección del Español Los hombres y sus sombras y El camarada obscuro?. Confieso que, de este embrollo político y teatral, es la cuestión de Alfonso Sastre lo que me preocupa. Sería un sarcasmo que el autor más perseguido y encarcelado por el franquismo,  fuese víctima también de la incultura mostrenca de Podemos.

1 comentario:

  1. Perez de la Fuente, siempre le he considerado un hombre de teatro, no una persona de partido. Buen articulo. Por corto se cumple este año el 29 de septiembre el primer centenario del nacimiento de Antonio Buero Vallejo.

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