Kafka y la inmortalidad.
Toda la vida leyendo El Proceso, El Castillo, La Metamorfosis; para llegar a la conclusión de que lo mejor
de Kafka es una frase trivial: “ningún
hombre capaz de amar la belleza,
envejecerá”. Y aquí me tienen ustedes
dispuesto a que mis ruinas, ya casi cenizas, sean inmortales. Pero seguirán
los pájaros cantando, y yo no estaré aquí; y seguirá habiendo teatro y yo no
estaré aquí….Los mecanismos de la mente no siempre resultan explicables. Veía
el otro dia una película de Philip
Seymur.. Seymur me llevó a Truman Capote, por cuya interpretación
le dieron el Oscar. Y Capote me llevó inevitablemente a Marylin.
Todos los caminos llevan a Marylin
He vuelto a releer a Capote, más
por curiosidad que por afición literaria: como escritor tampoco le entusiasmaba
a Marylin que preferia a Joyce.
La relación entre estos seres iba
más allá de cualquier exégesis peregrina y podría resumirse en una frase que ya forma parte de la poesía amorosa de
todos los tiempos; “la primera y única vez que Marylin fue desnudada con
respeto y poesía” incluso podría formar parte en una antología de poesía que se
atreva a relacionar lo místico y lo carnal, nada insólito por otra parte.
¿Cuáles eran los límites y la naturaleza de los éxtasis de Teresa de Jesús o de
Juan de la Cruz, por ejemplo?. Marylin solo quería amar y ser amada.
Nunca como en su reacción ante la
muerte de Marylin, tan repugnante y obscena
de tan cruel, he estado tan cerca de Truman,
“por qué la vida tiene que ser tan
jodida”.
Marylin le pregunta: Truman, si te preguntaran
cómo es verdaderamente Marylin ¿qué dirías?. Que es estúpida y sentimental ¿a
que sí?. Silencio de Truman…Más alto, Truman no te oigo …..No te oigo, Trumán. Sí
diría eso y además diría ….¿qué Truman, qué dirías?. Más alto, no te oigo...Silencio. Diría
que es un ser adorable. Sin más razón
aparente que este episodio me propongo hacer un gran homenaje a Marylin
mientras el cuerpo y la razón me aguanten. Cada dia en vez de una villanada, un
pensamiento de Marylin. Podrán calibrar
qué clase de mujer era, más allá de su
culo que no le gustaba y del encanto adorable de su sonrisa que gustaba a todo
el mundo .
Escribí hace tiempo que me
asustaba la posibilidad de llegar a ser Truman Capote sin una Marylin al lado. De
momento, tranquilidad absoluta: aún no he alcanzado la genialidad de Truman. Y
sin Marylin, Truman no existe. Me contentaré con ser Javier Villán, que no es
lo mismo, pero tampoco está mal en esta
puta vida que no es noble ni buena ni sagrada. Y si alguno de ustedes encuentra una Marylin,
guárdenla, escóndanla; no se la presenten a nadie, si no es para demostrar que
además de un sex symbol, también dejaba
esbozos, pensamientos, cosas. Y que no tuvo tiempo de sorprendernos del
todo.
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