jueves, 23 de marzo de 2017

LA SOLEDAD,UN DON


Cuatro dias solo.

Aún vivo la íntima  resaca, acuchillada por un frío súbito, del  Madrid solitario y deshabitado del largo puente.      Saben cuántos libros pueden leerse en cuatro días estando  solo?.  El viernes  vi en la Abadia, Arlequino il servitore di due padroni del Teatro Stabile del Veneto. Prodigios de Comedia del Arte, prodigios de actores, prodigios de Carlo Goldoni. Gran acierto de José Luis Gómez traer, aunque solo sea por dos días, el Stabile del Veneto. Y máximo acierto haber revisado La Celestina en cuyo remake está cumbre en todos los aspectos.

 Releo un librito de Julio Valdeón que demuestra  que la primera región separatista fue Castilla que se independizó  del  Reino Astur Leonés en el siglo XII.

Leo Jardiel en la Checa, de Ramón Paso; lo mejor sería verlo en  un escenario. Ahí tiene su oportunidad los teatricidas, Carmena y el malvado Feijoó, del Matadero y por extensión, los liberticidas del Fernán Gómez. Por este libro se entiende la aversión de Jardiel a la República;  pero también se entiende al gran Jardiel, la relación de amistad, odio, miedo y admiración entre un chequista y su prisionero.

Territorios sagrados.

Una amiga, en tiempos afín a la farándula, de paso por Madrid con su novio,  me invita a comer en La Taberna del Alabardero. Rechazo la invitción. La Taberna es un lugar sagrado; pese a que todavía la bella y gran  actriz  que lo sacralizó, no haya aclarado el mal  entendido sobre el rincón de  Bergamín y un presunto quebranto de confidencialidad.

Mi amiga de provincias me invita a Oliver, que también rechazo. Es otro lugar sagrado.  Sugiero el Gijón sabiendo que no aceptará y que acabará mandándome a la mierda. Lo hace. Vale. Sé que, en los próximas semanas, mucha gente me mandará a la mierda, así me voy entrenando. Tuit de una teatrera, sabiendo que odio el tuit, que lo considero la más malvada forma de incomunicación. Es una amiga, de esas que, con indudable ingenio, SH define “de las que se cuelan”. Calcula que el tiempo perdido en tuits es muy superior a una carta manuscrita o una llamada telefónica. Obviamente nos inclinamos por la llamada. Cuando el tiempo y la autoridad lo permita.

 Maria Diaz me manda un recado; María Hervás, otra vez sola. Aclara: soledad escénica;  es el monólogo que ya hizo y no ví…Ifigenia en Vallecas. Amé a Ifigenia, sigo odiando a Agamenón Clitemnestra y me conmueve Ifigenia ante el altar del sacrificio: el ara, los chacales, las hienas, los lobos aullándole antes del  sacrificio.

 En Vallecas, para abril creo, Ifigenia  es una rebelde con causa, con muchas causas, una joven airada y transgresora, delincuente, marginal dipsómana y revanchista. En María Hervás nunca escucho un monólogo, sino una polifonía: lo llamo monólogo poliédrico.  Tengo pensado un estudio, que acaso nunca seré capaz de escribir: Jbara, la mora de Confesiones a Alá,  Ainara la etarra de Los Gondra, Ifigenia por el Pozo del Tío Raimundo (que acaso  ya no exista) cerca del Cura Llanos, Inés Villamagna, cuyas imágenes he capturado en las redes, la aristócrata anarquista agarrotada.

 No me importa descubrir el proyecto porque creo que soy el único capaz de escribirlo. Un amigo reciente, Javier Sandoval, que parece saber mucho de María se ha ofrecido a ayudarme. Tampoco lo necesito, pero…bienvenido.

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