Un disparate
sin paliativos
Autor y
director; Manuel M. Velasco. Escenografía, Asier Sancho. Iluminación, José
Manuel Guerra. Vestuario, Ion Fiz. Reparto; Concha Velasco, Jordi Rebellón,
Cristina Abad, Clara Alvarado, Emmanuel Medina. Escenario, La Latina. Dos
asteriscos
¿Era necesario
esto? Yo creo que no era necesario. Después de Juana la Loca, Concha Velasco
podía haberse retirado en la cumbre.Pero Concha Velasco nunca ha sabido
administrar su vida, siempre ha habido alguien que la ha administrado por ella.
No te vayas, Concha, nos debes una reparación. Total, setenta y nueve años
apenas son nada y tu talento actoral está fuera de toda discusión. Autores de
renombre, Antonio Gala ya no está disponible, estarían dispuestos a jugarse su
prestigio intelectual con tal de hacer un texto digno de ti, sin monsergas del
más allá; un texto de realismo puro y duro, frescura como la de tus “nietas
teatrales” Cristina Abad y Clara Alvarado: picardía mal aprovechada. Apuntes de
Berlanga y Azcona en este velatorio. El público ama a Concha Velasco y lo
demostró con generosidad. Ni se planteó siquiera si una mujer de setenta y
nueve años está físicamente capacitada para una sesión doble, como antes.
Ha sobrevivido a sí misma y no hay necesidad
de entrar en detalles pasionales. Concha Velasco no es solo una actriz, es un
tema. El funeral es un texto disparatado
que podría aspirar al absurdo de Becket o de Ionesco. Pero el disparate no es
necesariamente una rama del absurdo. Un luminoso reparto apenas palía tanto
despropósito. El funeral, el ocaso de una grandísima actriz que ha escalado
todas las cimas y todos los géneros y todas las dramaturgias y liturgias. No te
vayas Concha, nos debes una reparación. Ni tus seguidores ni tú os mereceis
esto.
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