viernes, 30 de noviembre de 2018

BRANDO, ;BERTOLUCI. Y EL CALVARIO DE MARIA SHNEIDERO DE MARIO DE MARIA SCHNEIDER



 Bertolucci ha muerto. No es un simple enunciado necrológico; es un lamento profundo del corazón.  Bertolucci, el de El último tango, corrosivo filme del que casi todos se quedaron con un Marlon Brando brutal, una María Schneider sodomizada a la fuerza y la mantequilla lubricante. Desde mi punto de vista no es la página más gloriosa de un hombre al que admiro sin reservas  como genio.  María Schneider nunca se repuso de la brutalidad de Brando. Bertolucci el de Novecento, el último de una generación viscontiniana, épica  y barroca, pasoliniana y marxista; comprometido, a la vez, con la belleza del arte y con la lucha de clases. Siempre reconoció a  Passolini como maestro. Su muerte es el apéndice luctuoso a unos días de fulgor italiano en Madrid protagonizados por la Strada de Giuleta Massina y Federico Fellini en la Abadía. Fellini es el neorrealismo nacido en la Italia paupérrima de posguerra como expresión estética de una realidad sucia;  arte y testimonio.    La Strada es la que mejor define su obra  colosal. Algunos títulos imprescindibles: Las noches de Cabiria, La dolce vita, Amarcord, Fellini ocho y medio... Mi generación toma como  homenaje a nuestra fidelidad felliniana la llegada de La Strada dirigida por Mario Gas.  Gelsomina, la dulce Giulieta de Fellini, su musa  que es un concepto abstracto, evanescente que en ella adquirió identidad . Más que su musa yo diría, su savia, su sangre. La Strada es un hito. Adorable Gelsomina, sometida a Zampano, (Antony Quin), grosero y agresivo que ha comprado su sonrisa por 10.000 liras para tenerla de ayudante. Días con acento italiano, un acento gozoso y otro funeral. Revive Fellini y muere, de una sobredosis, dicen, tras penoso calvario en una silla de ruedas y atiborrado de antidepresivos Bertolucci. Puede que la sombra de Cesare Pavesse  ilumine  su muerte prematura a los 77 años: “no hay ninguna razón para suicidarse, pero tampoco la hay  para seguir viviendo”, dijo Pavese. Es juicio apresurado, quizá. Perolo dejo ahí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario