Todo aficionado al teatro conoce a la actriz Cristina
Higueras; alta y baja comedia, con un ligero repunte dramático. Lo desconocido,
al menos para mí, era su dimensión de escritora. Dos novelas recientemente
publicadas la acreditan, El extraño del ayer y El error de Clara
Ulmann. Higueras anuncia el estreno también de una obra de teatro. Novela
negra, thiller inquietante y en cierta
medida subversivo. Atrapa la atención del lector, lo envuelve, lo hace
perderse por raros y turbadores vericuetos. Si como actriz Cristina Higueras
era transparente y luminosa, como novelista es opaca y maligna. En su narrativa
hay enigmas y sus personajes carecen de moral, no hay líneas rojas. Y junto al
brillo de unos pendientes, El extraño del ayer, el descuartizamiento de un cuerpo femenino, la
salvaje amputación de los órganos sexuales; y una venda en los ojos y una
flecha roja en el vientre.
El error de Clara Ullman se
plantea cuestiones más complejas. Una joven científica, deslumbrante, y amoral
como investigadora, se plantea el choque entre ciencia y creencias y
sentimientos, entre la libertad absoluta de aquella y las limitaciones de
estos. No hay ética, no hay líneas rojas, solo valen los propios principios, es
decir los no principios. Pese a esa seguridad en si misma, hasta las mentes más
lucidas cometen en un momento una equivocación imprevisible, a eso alude el título de la novela. Novela de
caracteres muy bien definidos, de individualidades, y también novela de ambientes, de
determinaciones sociales, de hondas implicaciones políticas si se me permite utilizar el término en una
dimensión amplia. Hasta aquí lo que puedo contar para no hacer lo que llaman
espóiler, o sea reventar el libro adelantando desenlaces. Nada descubro si
acepto la definición asumida por la crítica de ´´thriller científico criminal¨.
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