lunes, 16 de diciembre de 2013

EL ÚLTIMO GUERRILLERO DE ESPAÑA Y EL CORONEL AYMAR

Recientemente descubrí en tuiter un nombre: Sergio Reguilón. Le pregunté si tenía algo que ver con Lucas Reguilón, el "último guerrillero", nacido en Villar de Prado, condenado a muerte "en rebeldía" una decena de veces, y encarcelado al fin durante 20 años; me contestó que sí, pero que en su familia había gente que le inspiraba más devoción que Adolfo-Lucas Reguilón, cuyas ideas no compartía; mismamente la  tia Matilde de la que nadie habla. A lo que se ve, una familia partida y enconada por la guerra fratricida, como tantas en la España de escombros y sangre de 1936. A la tia Matilde los rojos le raparon la cabeza, le dieron aceite de ricino y la pasearon por el pueblo de Villar de Prado, me atrevo a pensar que no emplumada y con Sambenito. Mientras, deduzco, Adolfo-Lucas Reguilón estaba en armas contra los facciosos,. Su hombre de batalla y de clandestinidad era Eubel de la Paz.  Esta es la imagen que, más o menos y dolorosamente, me transmite Sergio Reguilón en sus tuits. ¿Quién dijo que el tuiter es pura frivolidad y un patio de vecindonas?.

Tengo a mano el libro El último guerrillero de España (Notas de un combatiente por la paz demócratica en nuestra guerra  incivil). Extraño asunto: paz democrática con las armas en la mano. El término incivil lo han popularizado reientemente Gonzalo Santonja   y Luis María Anson; el libro en cuestión se publicó en 1975, Tiene una dedicatoria manuscrita de perfecta caligrafía, letra pulcra de maestroescuela  que es lo que era Lucas Reguilón: "Para Ana y Javier, esperando que, entre todos, podamos contribuir en alguna medida a la auténtica y definitiva liberación de España y de toda la humanidad". Hay otra dedicatoria impresa: "A mi hija Flor del Pueblo Reguilón y Villalba que, a sus 30 años, deprimida por nuestro largo calvario, puso fin a su vida cuando me hallaba cautivo en Burgos. Con el último beso que no me permitieron poder darla(Sic)". Y luego, antes de la autobiografía, algunas consideraciones morales: "Si todas las guerras, son manifestaciones de los instintos feroces (...) las que`producen la mutua destrucción de conciudadanos, más que guerras civiles, son todo lo contrario: INCIVILES". El libro es un relato pormenorizado de hazañas bélicas y posiciones políticas que ocupó: Comisario y comunista en la guerra, Jefe de Guerrillas de la Región Central en la posguerra; después la cárcel. Y, al final, liberación democrática.... Le prometí a Sergio Reguilón que, a cambio de lo que él me ha contado de Matilde, yo le contaría lo que  sabía
de Adolfo Lucas. Y así hago; intención puramente informativa y testimonial. Y, como colofón, los versos a su torturador, el siniestro Coronel Aymar. Reguilón explica  que el Soneto a mi  muerte (Dedicado al Coronel Aymar), lo escribió en una celda de castigo "con pies y manos ulcerados por el frio y se lo entregué personalmente". Reguilón debió de temer que si el papel caía en manos de un carcelero apodado El Caimán, este acabaría dándole una paliza.

 A mi muerte.
!Cuántas veces cruzaste mi camino
y siempre has respetado mi entereza.
Yo sé que no me salva mi destreza,
sino tú, que respetas mi destino.

Te quiero, aunque parezca peregrino,
cual parte de mi fiel naturaleza,
como ciclo agradable, sin pereza
al terminar los plazos de mi sino.

Cuando seas servida yo te espero
como amiga infalible que me llama.
Solo te oido para el dia postrero

ir a tí limpio y firme, aunque sin fama,
depués de haber servido con esmero
a La Patria común que el Hombre ama.
Adolfo-Lucas Reguilón.

Seguro que el Coronel Aymar,  administrador de la muerte y dispensador de torturas, no entendió nada. Y yo tampoco, lo confieso. Yo soy más malo  que Eubel de la Paz.. Si lo entiende el pariente  de Adolfo Lucas, Sergio Reguilón, mejor que mejor.

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