viernes, 6 de diciembre de 2013

SALUTACION A CLARA MONTES Y OTRAS MUJERES DE MI VIDA.

El dia 7, o sea dentro de unas horas, en el teatro Fernán Gomez, Clara Montes y los poemas de Antonio Gala. Hay poetas con suerte. O  cantantes que dan con el poeta adecuado. María Toledo también cantaba, a veces,  mis poemas taurinos y letras que le hacía para toreros, Talavante, Padilla, Manzanares, Morante  y así. Pero cuestiones de "apoderamiento" cerraron una colaboración que yo hacía por puro divertimento: como un tentadero en una ganadería amiga.

Conozco a Clara Montes hace 25 años, cuando  hacíamos juntos, en San Isidro, Las Noches del Café Soto Mesa; ella de estrella y yo de hombre orquesta: organizador  del espectáculo, crítico de la corrida de la tarde  y animador de las grescas entre los aficionados,  por un natural de más o una verónica de menos. Salía a escena Clara Montes, que aún no era Clara Montes, y todo se apaciguaba; es decir, aparecía otra emoción distinta. Era la viva imagen de una virgen gitana, sin ser gitana, con una melena negra, larga hasta la cintura. Se apaciguaban las turbulencias taurómacas y Clara cantaba, entre otras coplas y romances, La bien pagá que yo le pedía casi todas las noches. Cada madrugada, un homenaje a Miguel de Molina, al que echaron de España por rojo y por maricón. Al fondo,  la sombra represora de Finat y Romaní, Conde de Mayalde, más tarde alcalde de Madrid por los servicios prestados como gatillero en la guerra; y ganadero de bravo, de casta blanda, por afición en la paz.  De madrugada entraba a quites El Pescao, un genio de Palencia,  no de Jerez ni del Puerto,  del flamenco más roto, más rasgado y más hondo. Palencia no sabe lo que tiene en el Pescao. A mí me gustaría hacerle un homenaje y descubrir al mundo la grandeza del Pescao  que canta la seguriya jugando al escondite con el hambre. !Va por tí, genio!

Hace pocos años  llamé a Clara Montes para hacer en La Abadía, mi texto Albero y ceniza, en Suma Flamenca, el festival flamenco de la CAM dirigido por Juan Verdú. Muy biene Clara Montes en una especie de tabernera al estilo de Carmen  la cigarrera o algo parecido. Con ella, memorables,  Greg Hicks, de la Royal Shakespeare Company, en plan HemingwayIsabelle Stofel,  en plan Ava Gardner o Lauren Bacall, y Antorrín Heredia y Reza Jafari, el Persa,  como gitanos canasteros y ligones. Dirigió Mariano de Paco Serrano y se ocupó de luces y espacio escénico David de Loaysa.  Paco Serrano ya se había familiarizado con los toros y la copla, a partir de mis guiones  de Los toros a escena que patrocinaba el Instituto Castellano y Leonés de la Lengua. Y, sobre todo, le había cogido el gusto a la canción, con una pequeña Historia de la Copla en el Canal, que apareció sin firmar, y que  a la salida del espectáculo,  el cura Torrijos, agustino, y Pérez de la Fuente empezaron a decir que tenía aroma   de Chanel-Villán nº 5.

Lo que quería decir es que Albero y Ceniza salió muy bien y todavía ignoro por qué se quedó anclado  en dos dias de Festival, sin girar por esos mundos de Dios.  Triunfadora indiscutible  fue Clara Montes -mañana dia 7 en el Fernán Gómez con poemas de Antonio Gala- que acaso no sea aquella jovencita de las Noches del Café Soto Mesa, de hace 25 años; pero que sigue siendo  una mujer deslumbrante. Y ha vuelto a Gala.

Y como la cosa va  de mujeres deslumbrantes y tocadas por la magia del arte, ahí van algunas más.
Cristina Cerezales me manda su última novela El Pozo del cielo; Cristina, de la saga de los Cerezales-Laforet, es una excelente pintora que un dia dejó los pinceles y se entregó a la literatura. Como Alberti ("el dolor enterrado de enterrar el dolor de nacer un poeta por morirse un pintor"), sólo que sin dolor. El pozo del cielo se presenta precisamente en la librería Alberti el próximo dia 12 y es un juego de amor y de pasión; una historia de clandestinidades amatorias, encuentros y desencuentros.

Durante los dias 7 y 8, artesania de "arte y ensayo", el prodigio de unas manos de  filigrana de   Cristina Yolanda Merino en la Feria MollyMarket, COAM stand número dos, Hortaleza 63.  Regalos de Navidad de gusto refinado a precios de crisis.

Victoria Vera, mi adorada Nausicaa, siempre  seré su Ulises (Otra vez Gala, en aquella lejanisima y auroral Por qué corres Ulises prepara una gran superproducción, pero no suelta prenda: ni siquiera a mí, el Ulises cojo que sigue corriendo.

Después de Uñas rojas, la ya citada María Toledo, mantiene un discreto silencio, o yo no oigo. Pero algo estará tramando supongo esta artista del flamenco al piano. Las nanas flamencas  más hermosas que Paco Umbral hubiera soñado para su hijo, las canto María Toledo, con Juan Diego y Juan Echanove al lado en el Congreso sobre Mortal y Rosa.

Con Diana de Paco Serrano he terminado Las tres Pasiones de la Argentinita, una tragedia taurino- flamenca sobre la vida y muerte de Encarnación López Júlvez, de la que era hermana la gran Pilar López. Joselito el Gallo y la sombra de la rica heredera de Pablo Romero, Guadalupe, oscureciendo los amores de Encarna y de José;  y Lola Gómez, hermana de José y esposa de Ignacio, entre la pasión loca de   Sánchez Mejías y Encarnación.  Ignacio, mecenas del 27, dramaturgo, periodista, promotor con Lorca de los espectáculos de Encarna. Diana y yo preparamos una lectura dramatizada, sorpresiva y sorprendente, de La Argentinita, dirigida por Santiago Sánchez, el de Imprebís que ahora tiene   en el Canal,  el Decamerón negro

     

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