domingo, 25 de mayo de 2014

LISBOA; UNA DERROTA NECESARIA. ESTETICA DEL PERDEDOR.




La derrota del Atlético de Madrid era necesaria. Es la mítica, la estética del perdedor. ¿Qué sería de nosotros sin esa mítica?. E incluso sin esa erótica?. Adiós al romanticismo, adiós a la resistencia. Sé que esto es de difícil comprensión. Y que, acaso sólo lo entienda Sabina, su canción canalla y con frecuencia triste.

 Pero ¿qué sería de nosotros los románticos, los perdedores, aquellos que cuando algo  nos va bien sopechamos que por algún lado nos  van a pegar  el  ostiazo?. Consuelo para los atléticos esta letra flamenca: “Estoy tan hecho a perder que, cuando gano, me asusto”. Veía yo el minuto noventa y tres de un árbitro cabronamente generoso. Y temblaba, tenía miedo. Decía esto se acaba, ganamos, estamos hundidos, es el fin;  y ¿qué haremos nosotros los perdedores, los malditos de siempre, encumbrados a la gloria?.

 La contrapartida a este desánimo era la euforia de,  a la mierda el poder, que se jodan, estamos hasta los güevos….Más  no era suficiente. Era imrescindible la derrota, aunque medio mundo se derrumbe, para no acabar con la ética y la estética de los perdedores. Todo sigue en su sitio; el poder de Florentino abrazándose a Aznar y al Borbón, las lágrimas y la cantada de Iker Casillas, un héroe  con los pies de barro tremendamente humano. La ética y la estética del perdedor.  La derrota era necesaria para que los fundamentos del universo no se cuartearan.
Dedico estas líneas de urgencia a Sabina, el mal profeta, a Emilio Martínez, periodista insumiso y a las Auroras y José María Villán,  mi hermano,  a Diana Loaysa, mi ahijada,  reconvertida por no sé qué razones, a la grandeza carabanchelera.!!Salud, Atlético y República!!. En el fondo, yo quería que ganase el Atlhetic  de Bilbao, como Juanjo, Maite y Cris; pero no estaba.

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