Ha muerto Pablo Lozano, “la
muleta de Castilla”; forjador de toreros, sobre todo. Dentro del toro era una
figura respetada y admirada: se lo ha llevado por delante el marrajo del
coronavirus. De los Lozano fue el que
menos traté. Tenía para las relaciones públicas la misma falta de disposición
que tengo yo. Sin embargo, todo el mundo sabía que era una viga maestra que
apuntalaba la fecunda saga. Tuve más trato con Jose Luis, inteligencia pura;
cordialidad que nunca ponía mala cara ante una crítica adversa, pero capaz de
discutir todos sus puntos; tanto los favorables, a la contra, como los
desfavorables, también a la contra. Pablo Lozano, me parece recordar, era
hombre de campo, veedor de toros para lo cual tenía, al parecer, especial
sagacidad. José Luis era la diplomacia y Manolo Lozano, al que más traté de los
hermanos, en mi época de crítico del Mundo, se había apartado totalmente de la
burocracia taurina. A éste, yo lo veía en las Ferias, especialmente en Pamplona
que nunca se perdía y en cuya plaza de la Misericordia entraba siempre comiendo
un helado; lo veía en compañía de Javier Aguirre y de Esperanza Roy, la gran
vedette de las piernas de oro, la ¡!gran actriz!!!, de quien había sido novio y
con quienes mantenía una amistad leal. Una vez que le hice a Esperanza una
crítica de teatro muy favorable, Manolo me llamó emocionado. Tuvimos el
proyecto de publicar su apasionante biografía, pero se quedó en proyecto.
A Pablo Lozano siempre le
consideré de la raza noble de los tratantes que con un apretón de manos
sellaban un trato inamovible. Como torero no llegué a verlo y tengo que dar por
buena su leyenda. De la última generación de los Lozano, frecuento las redes,
que me ponen a parir por mi defensa de los toros, aunque hace siglos no veo una
corrida, con Fernando que continúa ligado, me parece, a cuestiones taurinas. Y,
de vez en cuando, cambio impresiones con Pablo, gran escultor desplazado, tengo
esa mala sensación, por los asuntos de toros. Para mí, sería de lamentar que se
perdiese un escultor a cambio de un taurino. Por lo demás, la pandemia que se ha llevado por delante a Pablo
Lozano, va a cambiar, está cambiando ya, muchas cosas. Todo es provisional menos la
muerte. Requiescat in pace.
No hay comentarios:
Publicar un comentario