miércoles, 22 de octubre de 2014

RUEDO IBERICO. CARTAS A CARLOS OROZA Y ROSA MONTERO.


Querida Rosa:

Es inevitable replantearse algunas cosas sobre la heterodoxia y la insumisión. Hasta qué punto  nos engulle, nos deglute, nos devora el sistema y nos convierte en apéndices de su impostura. El sistema, la burguesía nos vende, y lo compramos, el señuelo de la libertad. Lo que más me gustó de la cena del Palace, XXV Aniversario del Mundo, fue el abrazo, el beso, el reencuentro con Rosa Montero, una mujer que hace 40 años quería comerse el mundo y que, a lo mejor, o a lo peor no lo sé,  ha terminado comiéndoselo. Rosa, de El País, premio Columnistas del Mundo, con dos pares.  Rosa, te trataré como a una reina, como siempre.

La verdad es que de la cena  (gastromía) bajo la cúpula del Palace, testigo de tantas cosas innombrables, no me gustó nada. El primer plato, incomible. Y me fui. No esperé al segundo, que dicen estuvo mejor. Había cumplido con el deber de cortesía de escuchar las palabras del Borbón y de todos los demás. La cortesía tiene unos límites; los precisos para darle un abrazo a Enrique Ponce, y besos para Bianca y Palomita. Y para estrechar la mano de Julián López, a punto de que lo consagren como genio de estos tiempos: Juan Belmonte  y Joselito el Gallo.

Querido Carlos Oroza:

No pude ir a tus fastos y glorias, enmedallado en Bellas Artes. ¿Quién iba a decirlo?. Tú, condecorado por una sociedad, una cultura, alguien, no sé; ni  supieron cuando andabas por un Madrid perdulario y ágrafo, ni lo saben ahora que te condecoran, quién eras y eres de verdad. La mejor medalla, el artículo que te ha dedicado Antonio Lucas, un poeta y articulista cargado de dinamita; Pólvora y magnolias que escribiera tu paisano Méndez Ferrín. Cuando a A.  Lucas empiecen a entenderlo de verdad,  tratarán de embridarlo o de cortarle  la cabeza. Aunque el Mundo siempre ha sido una garantía. Más de 5000 arículos llevo escritos en él, sin "romperlos ni mancharlos".

Querido Carlos, yo creo que sigues siendo el mismo. Al menos, dices parecidas cosas a aquellas, cuando te creíamos beat, sin saber qué era  beatnik ni quién era de verdad Carlos Oroza. Hoy sabemos qué es lo beat, pero seguimos sin saber quién  Oroza. Antes decías, por ejemplo, “porque una flor no puede ser hermosa, si no dejais que el trigo crezca en las fronteras”. Ahora dices “prefiero el árbol a las banderas. El árbol tiene la majestad perfecta de la vida”· De aquello a esto ha pasado medio siglo. Un abrazo, querido Calos. Le diré a Juan Barja que ha sido un acto de justicia, no sé si poética o maldita; y que lo mejor que puede hacer Bellas Artes es publicar toda tu poesía, que no es mucha. Con un PDF o como se llame eso, con tu voz. Tu poesía y tu don de juglar son inseparables.

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