domingo, 16 de marzo de 2014

FALLAS: PRESIDENCIA PERDIO EL OREMUS. Y JT LA EDUCACION EN ACTO SOCIAL.

Primero lo de don Merenciano, presidente de la corrida. La mala educación de José Tomás, en un acto social el dia anterior, lo contaré al final,  si me queda tiempo y ganas. Don Merenciano no dió una a derechas ni a izquierdas con la corrida de Núñez del Cuvillo, sin el trapío suficiente para una plaza de primera. Con algunos de esos torillos se cometió abuso de menores e infanticidio de toro. La corrida no se cayó, o se cayó menos que las anteriores; y eso es bueno; pero lo malo es que salió anovillada y absolutamente descastada, salvo el sexto que fue el más flojo y también el de más fondo, casta y nobleza .  Un medio toro, medio inválido y con buen son, le valió a don Merenciano para premiarle con la vuelta al ruedo;  no lo indultó de milagro.Yo creo que fue un decisión a la desesperada  tratando de enmendar todas las equivocaciones de la tarde que fueron muchas e irreparables. Pero está claro que un yerro no se enmienda con otro yerro y que la ley de la compensación es una ley de indecisos y dubitativos que no conduce a nada.  Las dos orejas a Daniel Luque son una barbaridad; pero bienvenidas sean  si le ayudan a abandonar el terreno pantanoso de eterna promesa,  en el que se halla atascado. Curiosamente, cuando más lo jalearon fue cuando   Daniel Duque más se parecía a Juan José Padilla y a Fandi; o sea cuando toreó a contraestilo.

 Pero antes, don Merenciano también había actuado también  a contraestilo desde el palco.  O, por lo menos, a contra reglamento, negando oreja a Padilla en el primero y a Fandi en el segundo. Puede que el público se equivocara pidiendo las primeras orejas, que son de su derecho; pero,  o se cumple el reglamento o se rompe la baraja. También nos equivocamos votando a ciertos partidos políticos, los que voten,  y no por eso vamos a romper las urnas ni contar las papeletas. La petición de la primera oreja es un plebiscito que hay que respetar cuando es mayoritaria. Luego, con parecida demanda o menor, y menos mérito de faena, vino  don Merenciano y les regaló sendos apéndices auriculares, dos pelúas, que diria Jesulin de Ubrique. Váyase lo uno por lo otro, debió de pensar don Merenciano, que yo bien cuerdo estoy y no he perdido la chaveta.

El Pirata está viviendo una Edad de Oro tras la horrible cornada de Zaragoza. Es una especie de justicia poética.  No voy a ponerme estupendo discutiéndole una oreja, pues si no, no sé que habría de hacer con el Fandi. Le han zurrado tanto los toros, ha tragado con tantas ganaderías duras que bien podría decirse que a Padilla, esto del toreo le ha costado un ojo de la cara

Y ahora sí, contada la corrida, paso a contar la espantada y la mala educación de José Tomas el dia antes en un acto social de entrega de premios para el que, según cuenta Zabala de la Serna en El Mundo, había exigido máximo secretismo. Cierto que la buena educación no hace toreros ni artistas; esas cosas no desautorizan a nadie como torero, sino como persona.
Tentado estaba  de retirar el título de esta crónica, pues  educación, urbanidad y sentimientos, son condiciones  del ser humano imperfeto. Pero ya que está puesto,  lo dejo. ¿Para qué hacer mudanza?  José Tomás no es un ser humano como don Merenciano, sino un ente divino al que no atañen las cotidanas miserias de los hombres.

 Cuenta Vicente Zabala  que José Tomás llegó a Valencia, recogió su premio, no dijo ni buenas tardes, y salió disparado por el msimo lateral  del escenario por el que había  entrado un minuto antes. Eso cuenta Zabala, que no es sospechoso, precisamente, de antitomasismo. Con Carlos Ilián y Luis Abril, Salva Ferrer, Pablo García Mancha y algunos pocos más, Vicente   sigue creyendo en la resurrección de los santos. Todos los que he citado son amigos mios y primeros  espadas  y hay que darles crédito.

 Después de escribir sobre JT tres ensayos. -ensayo, no biografía-   sin  palabras mediantes ni entrevistas entre los dos, salvo  su descortesía en la entega de un Paquiro, he llegado a la conclusón de que tampoco yo conozco a José Tomás. Aquello, lo del Paquiro,  sólo sirvió para que Sánchez Drágó, inefable, celebrara como gran volapié lo que a todas luces fue  un pinchazo en hueso de JT. Después de la espantada-estampida de anteayer en Valencia, puedo entender perfectamente lo grotesco de un veto,  que impuso también en el Paquiro, hace tres o cuatro años. No se saben las causas de su espantada en Valencia  ni el  desdén por sus compañeros. Está descartado que haya sido porque Simón Casas  le haya negado supuestamente, la corrida de Núñez del Cuvillo para una supuesta reaparición en una supuesta feria valenciana. Ganadero y matador hace tiempo que se devolvieron las cartas y el rosario de la madre, y la ganadería favorita  del monstruo de Galapagar pasó al ostracismo y anda irremediablemente por los suelos. No es de creer que JT vaya a pelearse por medios toros sin casta como los de hoy.

Tampoco es verosímil que JT guarde rencores a don Juan Moreno por negarle, con toda justicia, la segunda oreja en una Feria de Julio, en que reaparecía  y se mostró en carne mortal a sus fieles.  Los rencores no son propios de  héroes, dioses o semidioses, sino de seres humanos mortales. La inmortalidad, además de una naturaleza  divina, es también suerte humana. Lo demostro JT, y los médicos de Aguas Calientes, cuando traspasó las aguas de la Estigia, para regresar luego.

 Aprovecho la oportunidad, aunque ya lo hice la famosa tarde, para reiterar a don Juan Moreno las felicitaciones; estuvo tan acertado como hoy  Merenciano desacertado. O sea, cumbre. Pero  que Merenciano  no vuelva a presidir estas Fallas.



2 comentarios:

  1. Javier: aunque sé que usted ya los ha leído en El Mundo, le agradecería que publicara en su blog estos comentarios con mi visión del tratamiento informativo dado a la gala de entrega premios a la que se refiere.
    En Valencia habían montado una gala de entrega de premios taurinos con un boato típico de los premios Nobel y con más premiados y discursos que los Goya. Yo, la verdad, es que no me imagino a José Tomás, como tampoco me imaginaría al auténtico nobel Camilo José Cela, sentado un par de horas escuchando los discursos de sus equivalentes a algunos de los en ese acto premiados. La relación completa de galardonados está disponible en los medios, salvo en Aplausos, que la mutilaron, como explicaré, para dar verosimilitud al tratamiento de su noticia.
    El caso es que José Tomás, a quien sabido es no le gustan estos pomposos actos, acudió a Valencia a recoger su premio y, pese a que, al parecer, el protocolo organizado para él no contemplaba una silla en el escenario estilo nobel, como sí contemplaba para el resto, la camarilla taurina-valenciana debió decidir orquestar campaña contra él (un miembro relevante ya anunciaba noticia varias horas antes). Y alguien desde Valencia debió dar la orden de sacar los tanques informativos contra José Tomás, puesto que Aplausos, titulando "José Tomás da la nota", lo acusaba a quema ropa de falta de respeto a sus compañeros de profesión y de algún que otro agravio a la humanidad. Pero, para sorpresa de todos, Morante, el otro genio en activo de la Tauromaquia, debió pensar que con él tampoco iba eso de jugar con Román y Armillita a los premios Nobel y se fue a la plaza de toros de Valencia a dejar constancia de que su silla en el escenario no estaba vacía por estar indispuesto.
    Supongo que con esto no contaban y en Aplausos improvisaron excluyendo de la lista de premiados a Morante, presentándola hábilmente como la relación de quienes habían recibido su premio, e informando en paralelo con generosidad informativa de que Morante era un embolador del arte. Encendieron la pólvora contra JT y no pocos incautos y deseosos de encontrarle la mota al de Galapagar propagaron el fuego de la falta de respeto, de la descortesía y hasta de la falta de educación, aderezando el asunto con aquello que a cada uno le venía bien para sustentar sus improperios. Nadie se ha preguntado a la hora de atizarle si el protocolo particular dispensado a JT fue requerido por él u ofrecido por los propios organizadores de la gala.
    Sin que sirva para justificar nada, me inclino a pensar, sin ningún género de dudas, que si la gala hubiera sido para premiar a los verdaderos nobel vivientes de la Fiesta de los toros: Paco Camino, El Viti, Curro Romero, Paula, Ojeda, Joselito, César Rincón, etc. tanto JT como Morante se hubieran sentado con gusto y agrado las horas que hubieran sido necesarias. Continúa.

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  2. Sin embargo, quien sí estaba sentado allí fue el torero que unos pocos días antes, en una de sus numerosas visitas a los medios para auto elogiarse, había vuelto a llamar torpe a JT por dejarse coger. Incluso, llegando a referirse (sin nombrarla, eso sí, también veladamente como es propio en él) como el colmo de la torpeza a la cornada de Aguascalientes. No hace falta ser un lince para deducir a qué se refería con lo de la cornada cuando el toro ha pasado. La pena es que ni Buruaga ni ninguno de los presentes respondieron como hiciera Joselito en la plaza de Arlés. Supongo que debe sentir el mismo agobio que sentía a finales de los noventa y por eso se desahoga de la misma manera. Sin embargo, esta afrenta, que no sólo lo es a JT sino a todos los que pagan con su sangre el tributo de su verdad en el toreo, para nada ha sido considerada una falta de respeto hacia los compañeros (manido y desvirtuado concepto) por parte de quienes sí se han sentido gravemente ofendidos ahora. Ni una palabra.
    En mi twitter (JCM) pueden ver dos fotos que ilustran el montaje, en mi opinión, patrañero orquestado contra JT (ya saben eso de que más vale una imagen que mil palabras). Con todo esto no pretendo juzgar si JT y Morante hicieron bien o mal no sentándose el uno y no asistiendo el otro (cada uno que saque sus conclusiones); tan sólo quiero dejar constancia de la manipulación informativa que supone el distinto trato dado a una cuestión y a la otra por parte de quienes, rasgándose las vestiduras, han inflado, exagerado y desvirtuado este intrascendente episodio con el fin de desprestigiar al torero que consideran una creciente amenaza a su particular redil. En definitiva, un ataque más al torero en activo que mejor encarna el concepto de verdad en el toreo y cuya carrera es un paradigma de ética taurina en el ruedo y fuera de él.

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